martes, 21 de mayo de 2013

Capitalismo de estado: ¿alternativa o transición?


Llevo varias semanas dándole vueltas a esta cuestión de
- la intervención del estado en la economía.
Me gustó la idea de Ian Bremmer sobre
- la famosa “J” que explica

- la relación entre estabilidad y apertura.
Imaginemos un sencillo gráfico en dos dimensiones.
El eje de ordenadas refleja la estabilidad de un país y el eje de abscisas la apertura político-económica del mismo.
Sin entrar al detalle de la definición de ambas variables o de la inclinación del lado corto y largo de la “jota”,
- este ejemplo ofrece un marco útil sobre
- el que pensar el capitalismo de estado.
Encontramos países con

- aparentes niveles de “estabilidad” a costa de
  libertades y desarrollo,
- son países cerrados pero relativamente estables.
El autor pone como ejemplo extremo lo que ocurre en Cuba o Corea del Norte.
Estos países se sitúan en
- el extremo del palo corto de la jota, pero
- muchos otros (en el G-20) se encuentran hoy en
  día ante la duda de
- seguir un modelo “occidental” –ahora en entredicho- o
- el aparente éxito “emergente” de China o Brasil.
Para alcanzar el palo largo, sin embargo, saben que
- deben pasar por periodos de transición.
Sin embargo,
- ¿Qué políticos querrán asumir
- los “costes de transición” que implica
- el paso hacia economías más abiertas?
Donde se da alternancia política, no serán aquellos que vean su función limitada exclusivamente a la victoria en el siguiente periodo electoral.
- El ciclo de transición que llevaría
- a una “economía controlada” hacia el libre mercado
- es habitualmente más largo que el ciclo político.
Aldo Musacchio (Harvard Business School) explica que
- muchas economías tienen actualmente
- un grado de intervención en la economía muy alto.
Sin embargo,
- la manera en que esta intervención del estado
  se realiza
- ha mutado.
Cuando uno piensa en
- “Capitalismo de estado” le vienen a la cabeza
- planes quinquenales soviéticos de Stalin o
- el gran salto adelante de Mao.
- Eso ya es historia.
Los partidos en el poder han aprendido que
- eso no funciona.
Son muchos los artículos que han demostrado
- la ineficacia del sector público para “dirigir”
  una economía.
- La intervención, sin embargo, ha sabido mutar con
  el tiempo para mantenerse.
Ahora, de acuerdo, con la metodología de Musacchio,
- los gobernantes han aprendido a
- influir en el desarrollo de sus mercados mediante
- posiciones de control minoritarias
- en grandes compañías,
- muchas de ellas privatizadas en los noventa y
- que ahora cotizan en las grandes plazas financieras.
Este nuevo “soft-control
- está creciendo entre las economías emergentes como
- una alternativa más eficiente.
La dirección y gestión de las compañías
- recae en el sector privado,
- la cotización mejora la rendición de cuentas y
- se da un escrutinio fuerte –no en todos los casos-
- por parte de los demás inversores institucionales.
Mientras,
- el estado se asegura una participación en el capital y,
- en ocasiones, un asiento
- en el consejo de administración.
Así, los políticos de estas economías
- han decidido sacar a los burócratas de
- los enormes monstruos empresariales
- que habían creado y han puesto en su lugar a
- los managers (nacionales y extranjeros)
- educados en las universidades americanas.
Es exactamente lo que está ocurriendo con
- la sofisticación en la gestión de los fondos soberanos - de Oriente Medio, Asia Central y Sudeste Asiático.
La tendencia es reciente y creciente.
En 2005, cuando se publicó el primer ranking de "Fortune Global 500",
- no había ninguna empresa estatal (Sovereign-owned
  Enterprise o SOE)
- entra las diez más grandes del mundo por ingresos.
En 2012
- ya hay tres empresas.
- Las tres son chinas.
- Las tres SOEs.
La pregunta es:
- ¿Qué ha cambiado en estos siete años para que
- tres compañías controladas por el estado chino
- asciendan en el ranking casi 30 puestos?
- ¿Cuánto se explica por la desaceleración de
- las economías OCDE y sus empresas?
Porque hay un hecho constatable: hace 7 años,
- Estados Unidos tenía 44 empresas más en el ranking;
- Japón, 13;
- Reino Unido, Francia y Alemania, han aparcado
- 21 empresas en total fuera del ranking.
En este periodo han entrado nada menos que
- 57 empresas chinas,
- 5 brasileñas y
- 4 rusas, además de
- taiwanesas, indias o surcoreanas.
- ¿Cuánto se puede atribuir al apoyo explícito
- que reciben de sus gobiernos, en forma de
  - privilegios regulatorios,
  - acceso a financiación o
  - asignación de contratos públicos?
Y en el caso de China
- ¿Qué papel ha jugado la estrategia Go out!
- iniciada en 1999 o la entrada en la OMC de 2001?
- ¿O se explica únicamente por
- el crecimiento experimentado en esta última década?
Son muchas dudas las que debemos resolver aún.
Sumados los ingredientes de
- compañías capitalistas, controladas por
- sus gobiernos mediante posiciones minoritarias,
- muchas de ellas provenientes de
- mercados emergentes,
- forman un cóctel que todavía no sabemos interpretar.
Desde Wharton School (Pennsylvania), el leonés Mauro Guillén ya enseña
- un nuevo modelo de internacionalización de
- las compañías que ha cuajado en los últimos años.
Estas nuevas multinacionales
- se expanden más rápido porque
- conocen entornos políticos y sociales complejos en
  sus países de origen,
- tienen mayor capacidad de adaptación organizativa y
- eligen modos de entrada donde prevalecen las alianzas
- y M&A sobre las tradicionales subsidiarias.
- ¿Son una alternativa o
- se trata de una transición?
Javier Capapé - ESADE - Illinois Univ. - El País - Madrid - 20-May-2013

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