Es asombroso observar a los funcionarios explicar el nivel de las retenciones.
- ¿Por qué deben ser del 40% o más para la soja y del 10% para el arroz?
- ¿Por qué otras exportaciones no pagan impuestos, por qué se subsidian determinadas actividades?
- ¿Por qué se prohíbe la exportación de trigo, aunque sólo consumamos un tercio de la producción?
O son genios anónimos, con conocimientos profundísimos en todos los temas, que ninguna persona normal podría poseer, o son muy audaces.
Como no es normal que haya gente con tanto conocimiento individual, desde hace muchos siglos fueron surgiendo procedimientos diversos para ponerse de acuerdo.
La ciencia tiene sus criterios de verdad, la Justicia los suyos. En política, surgieron los Parlamentos. Cuando se necesitan impuestos, el Congreso escucha a los entendidos, de distintos sectores, se intercambian opiniones y exponen datos.
Luego de todo ese debate, los diputados y senadores dictan leyes impositivas, para regir en el futuro, nunca con efecto retroactivo. Cuando no se dan los preceptos consensuados, la Justicia dictamina que el impuesto es discriminatorio, indebido, en definitiva, inconstitucional.
El poder ejecutivo tiene la misión de hacer cumplir las leyes y favorecer el rumbo general de las actividades. Para eso fue elegido. Con esa misión debe designar a sus funcionarios.
Pero los últimos gobiernos agregaron otras funciones. Como contener los precios de determinados bienes, fundamentalmente
- las tarifas de los servicios públicos,
- los combustibles y
- algunos alimentos exportables,
que pueden dominar mejor.
Los precios de los demás bienes no son controlados tan celosamente, como atestiguan los consumidores.
Contener determinados precios, sin importar los costos y repercusiones, suele ser muy costoso para el país. Los funcionarios no han sido exitosos como empresarios.
Y no están capacitados para dirigir empresas o sectores económicos desde el gobierno. Simplemente, les faltan conocimientos. Además, ¿quiénes se llevan los beneficios o pagan los costos de sus determinaciones?
La bonanza de los EE.UU. Canadá, Europa Occidental, Japón, Australia, el paulatino éxito de la transformación china, en amplio contraste frente a la caída del imperio soviético y al fracaso de las economías autoritarias, confirman de forma contundente lo desaconsejable de la intromisión de los funcionarios en la intimidad de las empresas, impartiendo instrucciones que entorpecen los esfuerzos productivos del conjunto.
Quizás los funcionarios satisfagan sus ansias de poder o sus frustraciones en el campo empresarial. Pero la población sufre esas trabas a las actividades productivas.
Las actuales
- tensiones energéticas,
- el conflicto con el campo, con todos los costos que imponen a la ciudadanía, ahora y en el futuro,
son una resultante de esos intentos de regular lo que no conocen.
La consecuencia es que todos pagamos el pato, mientras ellos juegan a empresarios y expertos.
Ningún país avanzado pretende controlar la inflación
- castigando a los productores y empresarios
- ni pone tributos tan gravosos a las exportaciones,
- ni el poder ejecutivo tiene facultades para subir impuestos.
La humanidad se desarrolló de forma asimétrica, en el planeta. Unos pocos países son ricos y la mayoría pobre.
Precisamente, la humanidad consigue generar los mayores ingresos donde la calidad institucional protege los derechos y capacidades individuales, donde la gente tiene expectativas de desempeñarse en libertad, respetando los consensos para desarrollar las creatividades personales con la mayor plenitud, sin interferencias innecesarias de funcionarios o de violadores.
En cambio, donde las interferencias son palpables, donde el estado o grupos particulares traban las
actividades individuales, donde reina la violencia, los países son pobres.
No se trata de que los productores se impongan al gobierno. Se trata de cumplir con lo más demostrado de la economía y las ciencias sociales: el conocimiento es riqueza, pero el conocimiento no es patrimonio de un partido político, de una secta o grupo.
El conocimiento está repartido de forma diferente entre todas las personas. Cada individuo sabe algo que no conoce el resto y puede tener valor. Por eso, solamente con la competencia y la libertad económica se desarrollan los conocimientos valiosos y los países.
Pero, la competencia y la libertad se nutren de una ideología que la favorezca, que reconozca sus ventajas, y de un estado dedicado a proteger los derechos individuales.
No existe sociedad avanzada que no esté apoyada en un estado concentrado en la protección de los derechos individuales de toda la población, sin discriminaciones.
Esto no es novedad. Nuestros próceres lo sabían y nos dieron el más sagrado de los pactos.
La Constitución Nacional, por la que juran los funcionarios, aunque no la conozcan.
Dr. Enrique Blasco Garma - CIIMA-ESEADE - Buenos Aires - 29-May-2008
jueves, 29 de mayo de 2008
"Tormenta perfecta": Hambruna mundial de millones de pobres hasta 2017
La continuada subida de los alimentos hasta 2017 causará la hambruna de millones de pobres.
La OCDE y la FAO auguran repuntes de hasta el 80% en los productos básicos en diez años y proponen replantear el uso de biocarburantes y recurrir a productos modificados genéticamente.
La constante subida del precio de los alimentos por la "tormenta perfecta" que ha generado en los mercados internacionales la suma de
- la carestía del petróleo,
- el recurso a los biocarburantes y
- el crecimiento de la demanda de los países emergentes
preocupa a los principales organismos internacionales como la ONU, la OCDE o el Banco Mundial, que hoy han dado la señal de alarma sobre un fenómeno que amenaza con llevar a la hambruna a millones de personas en todo el mundo.
Desde París, la Organización de Países para del Desarrollo Económico (OCDE) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) han presentado hoy un informe en el que aseguran que los alimentos seguirán elevados durante la próxima década, aunque los actuales récords no perduren. Así, calculan que productos básicos como los cereales o el arroz podrían subir entre un 60 o un 80% en este periodo, niveles sustancialmente superiores a los que han prevalecido durante los pasados diez años.
Además, ambas instituciones han querido llamar la atención sobre el hecho de que si bien todos los países se están viendo afectados por esta tendencia, es en las regiones pobres donde más efecto tiene ya que su población destina aproximadamente la mitad de sus recursos, que en algunos casos no supera el dólar, a la alimentación.
Por tanto, advierten, un encarecimiento de los productos básicos en estas naciones tiene un mayor impacto que en los desarrollados porque son muchos los hogares que por su escaso margen de maniobra ya no pueden hacer frente al aumento de los costes, lo que "abocará a más gente a la malnutrición". Ante esas proyecciones de "una mayor vulnerabilidad" alimentaria en los países menos avanzados, ambas instituciones apuestan para ellos por "desarrollar sus capacidades de aprovisionamiento interior" con su agricultura.
"Se impone un aumento de la ayuda humanitaria para reducir las incidencias negativas de los altos niveles de precios sobre los más desfavorecidos", algo que hay que hacer -subrayan- sin medidas que tengan un impacto de distorsión de los mercados.
Concretamente, la media de precios nominales de los alimentos entre 2008 y 2017 establece un incremento de los mismos del
- 20% para la carne de vacuno y porcino con respecto a los niveles de entre 1998 y 2007.
- La subida es del 30% en el caso del azúcar blanca,
- del 40% al 60% para trigo, maiz y leche en polvo,
- del 60% para mantequilla y productos oleaginosos, y
- del 80% para aceites vegetales.
En este sentido, detrás de ese salto se calcula que el consumo será del 50% durante esos diez años para los cultivos oleaginosos, sobre todo para usos alimentarios, pero también para la producción de biocarbuantes, que se ha disparado y seguirá la misma senda.
Por ello, el informe sugiere que debido
- a la ajustada situación de la oferta y la demanda, que aumenta la sensibilidad de este mercado a cualquier mínimo cambio en cualquiera de sus factores,
- sería necesario recurrir a cultivos modificados genéticamente e
- insinúa que es necesario un replanteamiento de los programas de producción de biodiesel
- por el daño que están ejerciendo en el suministro de cereales destinados a la alimentación del ganado y al consumo en general.
Las dos organizaciones señalan que los biocarburantes explican "en gran parte el aumento de los precios de los productos agrícolas" y que la evolución futura de estas producciones dependerán de si se mantiene elevado el barril de petróleo y las subvenciones públicas.
Concretamente, si la cantidad de etanol se triplicó entre 2000 y 2007, hasta 2017 el informe calcula que se duplicará para alcanzar 125.000 millones de litros, mientras que la de biodiesel progresará a un ritmo todavía superior, después de haberse multiplicado por 11 entre esos mismos años hasta cerca de 11.000 millones de litros.
Al hilo de estas previsiones, los autores del informe estiman que, dado el bajo volumen de reservas y los altos precios incitarán a los agricultores a dedicar más tierras a los cereales, en particular con la demanda creciente sobre todo del sureste asiático, Nigeria, Egipto o Arabia Saudí.
Además de a los biocarburantes, el informe sostiene que las causas de estas subidas de precios obedecen
- a un empeoramiento de las cosechas, notablemente en países como Australia,
- a los cambios en la dieta de la población de los países emergentes,
- a los flujos de inversión en los mercados de cotización de materias primas y
- a los elevados precios del crudo, que impulsan al alza los gastos de producción.
Opinión - "La País" - Madrid - 29-May-2008
La OCDE y la FAO auguran repuntes de hasta el 80% en los productos básicos en diez años y proponen replantear el uso de biocarburantes y recurrir a productos modificados genéticamente.
La constante subida del precio de los alimentos por la "tormenta perfecta" que ha generado en los mercados internacionales la suma de
- la carestía del petróleo,
- el recurso a los biocarburantes y
- el crecimiento de la demanda de los países emergentes
preocupa a los principales organismos internacionales como la ONU, la OCDE o el Banco Mundial, que hoy han dado la señal de alarma sobre un fenómeno que amenaza con llevar a la hambruna a millones de personas en todo el mundo.
Desde París, la Organización de Países para del Desarrollo Económico (OCDE) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) han presentado hoy un informe en el que aseguran que los alimentos seguirán elevados durante la próxima década, aunque los actuales récords no perduren. Así, calculan que productos básicos como los cereales o el arroz podrían subir entre un 60 o un 80% en este periodo, niveles sustancialmente superiores a los que han prevalecido durante los pasados diez años.
Además, ambas instituciones han querido llamar la atención sobre el hecho de que si bien todos los países se están viendo afectados por esta tendencia, es en las regiones pobres donde más efecto tiene ya que su población destina aproximadamente la mitad de sus recursos, que en algunos casos no supera el dólar, a la alimentación.
Por tanto, advierten, un encarecimiento de los productos básicos en estas naciones tiene un mayor impacto que en los desarrollados porque son muchos los hogares que por su escaso margen de maniobra ya no pueden hacer frente al aumento de los costes, lo que "abocará a más gente a la malnutrición". Ante esas proyecciones de "una mayor vulnerabilidad" alimentaria en los países menos avanzados, ambas instituciones apuestan para ellos por "desarrollar sus capacidades de aprovisionamiento interior" con su agricultura.
"Se impone un aumento de la ayuda humanitaria para reducir las incidencias negativas de los altos niveles de precios sobre los más desfavorecidos", algo que hay que hacer -subrayan- sin medidas que tengan un impacto de distorsión de los mercados.
Concretamente, la media de precios nominales de los alimentos entre 2008 y 2017 establece un incremento de los mismos del
- 20% para la carne de vacuno y porcino con respecto a los niveles de entre 1998 y 2007.
- La subida es del 30% en el caso del azúcar blanca,
- del 40% al 60% para trigo, maiz y leche en polvo,
- del 60% para mantequilla y productos oleaginosos, y
- del 80% para aceites vegetales.
En este sentido, detrás de ese salto se calcula que el consumo será del 50% durante esos diez años para los cultivos oleaginosos, sobre todo para usos alimentarios, pero también para la producción de biocarbuantes, que se ha disparado y seguirá la misma senda.
Por ello, el informe sugiere que debido
- a la ajustada situación de la oferta y la demanda, que aumenta la sensibilidad de este mercado a cualquier mínimo cambio en cualquiera de sus factores,
- sería necesario recurrir a cultivos modificados genéticamente e
- insinúa que es necesario un replanteamiento de los programas de producción de biodiesel
- por el daño que están ejerciendo en el suministro de cereales destinados a la alimentación del ganado y al consumo en general.
Las dos organizaciones señalan que los biocarburantes explican "en gran parte el aumento de los precios de los productos agrícolas" y que la evolución futura de estas producciones dependerán de si se mantiene elevado el barril de petróleo y las subvenciones públicas.
Concretamente, si la cantidad de etanol se triplicó entre 2000 y 2007, hasta 2017 el informe calcula que se duplicará para alcanzar 125.000 millones de litros, mientras que la de biodiesel progresará a un ritmo todavía superior, después de haberse multiplicado por 11 entre esos mismos años hasta cerca de 11.000 millones de litros.
Al hilo de estas previsiones, los autores del informe estiman que, dado el bajo volumen de reservas y los altos precios incitarán a los agricultores a dedicar más tierras a los cereales, en particular con la demanda creciente sobre todo del sureste asiático, Nigeria, Egipto o Arabia Saudí.
Además de a los biocarburantes, el informe sostiene que las causas de estas subidas de precios obedecen
- a un empeoramiento de las cosechas, notablemente en países como Australia,
- a los cambios en la dieta de la población de los países emergentes,
- a los flujos de inversión en los mercados de cotización de materias primas y
- a los elevados precios del crudo, que impulsan al alza los gastos de producción.
Opinión - "La País" - Madrid - 29-May-2008
'Mileuristas' y 'mediocristas'
Por año de nacimiento me toca ser mileurista, así que me conviene pensar en esta época.
Socialmente, el mileurismo significa el fin de la clase media.
Hijos de personas que se han criado en el difuso espectro de la medianía se encuentran frente a una sociedad en la que la dispersión y la especialización profesional han creado compartimentos estancos en los que resulta difícil prosperar.
Esta especie de sociedad estamental posmoderna tiene un fundamento meramente práctico:
- los nuevos profesionales (especialmente universitarios) se han educado para vivir y
- trabajar en las grandes ciudades.
- En estos territorios, sin embargo, el suelo es demasiado caro y los sueldos son demasiado bajos.
- El ahorro, pieza clave del concepto clase media, se disuelve, y
- empieza la alarma cuando personas en edad de procrear se encuentran con que no hay manera de sostenerlo.
Los mileuristas, condenados a la esterilidad en la ciudad, deben salir de ésta.
Un fenómeno favorable sería la potenciación de los servicios que atraen a los jóvenes a las grandes capitales en ciudades más pequeñas y asequibles. Madrid en las provincias.
Pero el problema también está en el mileurista:
- una especie de abulia e impotencia,
- una exasperante lentitud en el planteamiento de las preguntas vitales.
Así que la medianía condujo a la mediocridad...
JUAN SOTO IVARS - "El País" - Madrid -29-May-2008
Socialmente, el mileurismo significa el fin de la clase media.
Hijos de personas que se han criado en el difuso espectro de la medianía se encuentran frente a una sociedad en la que la dispersión y la especialización profesional han creado compartimentos estancos en los que resulta difícil prosperar.
Esta especie de sociedad estamental posmoderna tiene un fundamento meramente práctico:
- los nuevos profesionales (especialmente universitarios) se han educado para vivir y
- trabajar en las grandes ciudades.
- En estos territorios, sin embargo, el suelo es demasiado caro y los sueldos son demasiado bajos.
- El ahorro, pieza clave del concepto clase media, se disuelve, y
- empieza la alarma cuando personas en edad de procrear se encuentran con que no hay manera de sostenerlo.
Los mileuristas, condenados a la esterilidad en la ciudad, deben salir de ésta.
Un fenómeno favorable sería la potenciación de los servicios que atraen a los jóvenes a las grandes capitales en ciudades más pequeñas y asequibles. Madrid en las provincias.
Pero el problema también está en el mileurista:
- una especie de abulia e impotencia,
- una exasperante lentitud en el planteamiento de las preguntas vitales.
Así que la medianía condujo a la mediocridad...
JUAN SOTO IVARS - "El País" - Madrid -29-May-2008
Petróleo y estupidez
La estupidez es el único recurso del que los hombres pueden disponer de forma ilimitada. Se ve cada día, lo mismo en cosas pequeñas e intrascendentes que en asuntos de gran calado.
El último ejemplo, de carácter universal, de estulticia humana llevada hasta las últimas consecuencias lo encontramos en el petróleo.
El precio del barril de crudo se ha disparado en los últimos meses y
- no porque escasee o
- porque el consumo haya aumentado debido a la incorporación de India y China a la economía moderna.
Eso sería comprensible y respondería a la ley de la oferta y la demanda.
El culpable, en gran medida, de la disparatada espiral alcista en la que se ha embarcado ahora el petróleo es el sistema de fijación de sus precios, inventado, curiosamente, por los propios países consumidores, y en el que poco importan
- los costes de extracción,
- transporte o
- mano de obra.
Hace tiempo que los mercados de materias primas de Londres y Nueva York dejaron de ser el soporte de las producciones futuras, y pasaron a convertirse en dos gigantescos casinos en los que los grandes fondos de inversión apuestan al rojo o al negro el dinero que han salvado de las debacles del sector inmobiliario y del dólar.
Algunos expertos dicen que un 60% del precio actual del petróleo -y estaríamos hablando de más de 70 dólares por barril- responde a factores meramente financieros.
Los especuladores, ya se sabe, son como las hormigas gigantes de la última película de Indiana Jones. De una en una resultan inofensivas, pero todas juntas pueden comerse a cuatro agentes del KBG, o paralizar durante tres años el crecimiento de las principales economías del planeta.
La OPEP fue creada en 1960 con el propósito de defender los intereses de los países productores por encima de cualquier otra consideración. En aquel tiempo, sin embargo, ni el más optimista de sus fundadores habría podido imaginar que serían los propios países consumidores los que se encargarían de subir artificialmente los precios del crudo.
Cosas del capitalismo salvaje. O quizá, simplemente, de la estupidez humana.
FERNANDO CORTÉS - "ABC" - Madrid - 29-May-2008
El último ejemplo, de carácter universal, de estulticia humana llevada hasta las últimas consecuencias lo encontramos en el petróleo.
El precio del barril de crudo se ha disparado en los últimos meses y
- no porque escasee o
- porque el consumo haya aumentado debido a la incorporación de India y China a la economía moderna.
Eso sería comprensible y respondería a la ley de la oferta y la demanda.
El culpable, en gran medida, de la disparatada espiral alcista en la que se ha embarcado ahora el petróleo es el sistema de fijación de sus precios, inventado, curiosamente, por los propios países consumidores, y en el que poco importan
- los costes de extracción,
- transporte o
- mano de obra.
Hace tiempo que los mercados de materias primas de Londres y Nueva York dejaron de ser el soporte de las producciones futuras, y pasaron a convertirse en dos gigantescos casinos en los que los grandes fondos de inversión apuestan al rojo o al negro el dinero que han salvado de las debacles del sector inmobiliario y del dólar.
Algunos expertos dicen que un 60% del precio actual del petróleo -y estaríamos hablando de más de 70 dólares por barril- responde a factores meramente financieros.
Los especuladores, ya se sabe, son como las hormigas gigantes de la última película de Indiana Jones. De una en una resultan inofensivas, pero todas juntas pueden comerse a cuatro agentes del KBG, o paralizar durante tres años el crecimiento de las principales economías del planeta.
La OPEP fue creada en 1960 con el propósito de defender los intereses de los países productores por encima de cualquier otra consideración. En aquel tiempo, sin embargo, ni el más optimista de sus fundadores habría podido imaginar que serían los propios países consumidores los que se encargarían de subir artificialmente los precios del crudo.
Cosas del capitalismo salvaje. O quizá, simplemente, de la estupidez humana.
FERNANDO CORTÉS - "ABC" - Madrid - 29-May-2008
Regreso al futuro
Una de las cosas que resulta hoy más inevitablemente anticuada de Mayo 68 -lo estamos constatando en este mes rememorativo- es su lenguaje político.
Cuando volvemos a escuchar las jaculatorias marxistas aliñadas con maoísmo y destinadas a explicar la real transformación social que estaba ocurriendo, sentimos la misma incómoda extrañeza que ante las divagaciones teológicas del gran Isaac Newton sobre el tiempo o el espacio como "sensorio de Dios".
Hay veces en la historia que la colectividad es capaz de decirlo casi todo pero incapaz de cambiar casi nada; en otras, logra cambiar pero no sabe decir.
El 68 padeció en gran medida esa segunda carencia (claro que peor están los "utopistas" que padecen todavía ambas).
Sobran motivos para celebrar la abolición mayoritaria de la esclerotizada jerga del materialismo dialéctico, pero les acompaña un punto de inquietud: porque a partir del paso a la reserva (cuando no directamente al museo de los horrores) de aquella lengua de palo, los proyectos políticos no hablan mejor sino que se han quedado mudos.
Funcionan unos pocos estereotipos que todo el mundo conviene en que es mejor no analizar con demasiado ahínco:
- democracia,
- derechos humanos,
- desarrollo,
- modernización,
- globalización...,
pero el discurso propiamente político, el que propone formas sociales nuevas racional y razonablemente deseables (que sirve para distinguir a unos partidos de otros) pasa por un trance de apagón y anemia.
Aún peor, cuando asoma es de inmediato derogado por la sospecha: se le considera horresco referens nada menos que "ideológico". Y no hay nada que los políticos actuales quieran sacudirse con mayor ahínco que la ideología. Principios, muy bien; atención al cliente, es decir al votante, cuanta haga falta: pero ideología, nunca jamás. Es cosa que mancha: ¡nene, caca!
En Italia acaba de aparecer un librito de menos de 90 páginas que, a contra corriente, expresa nostalgia por la vocación ideológica perdida: La tenaglia (Laterza, 2008). Lo firma Natalino Irti, catedrático de Teoría del Derecho de la Universidad La Sapienza de Roma. La tesis del profesor Irti, expuesta con noble contundencia panfletaria, es que las ideologías -con sus excesos y dogmatismos- eran modelos de filosofía política en acción y con vocación práctica de transformar o al menos orientar la convivencia futura de la sociedad.
Su desaparición (su proscripción, diríamos más bien) ha dejado el campo político libre al puro y simple pragmatismo, con su lenguaje del día a día que olvida sin escrúpulo los lazos del hoy con el ayer y sobre todo con el mañana. "El lenguaje político -afirma Irti- se hace él mismopragmático y meramente diario:
- declaraciones,
- entrevistas,
- desmentidos,
- arrepentimientos,
- abandonos,
- regresos.
Ninguna dirección, ningún hacia dónde que vincule en el tiempo la voluntad y sea explicado y propuesto a los electores".
Borradas las ideologías, que siempre tenían conciencia histórica, el pragmatismo sólo recuerda del pasado lo que en cada momento conviene y sobre todo no se compromete a diseñar ningún perfil de futuro.
Cuando llegue mañana, ya veremos cómo nos las arreglamos... Perdido así su horizonte de proyectos, la política se encuentra atrapada por la tenaza que da título al ensayo de Irti: entre economía y religión, es decir, entre tecnocracia y clerocracia.
Sólo la Bolsa y la Iglesia se atreven a brindar certezas incontrovertibles, que abruman con sus exigencias a los gobernantes relativistas mientras se ofrecen como única referencia fundada a los ciudadanos.
El triste sino del pragmatismo posmoderno es que ha difuminado la verdad pero no se ha librado de los dogmas...
No hace falta compartir de cabo a rabo la argumentación del profesor Irti para reconocer que apunta de manera provocativa a una cuestión importante y muy real. Ese pragmatismo desarbolado, sin auténtica propuesta razonada de futuro, lo padecemos hoy en España tanto en la gestión del gobierno como en la oposición.
Consideremos por ejemplo el actual rifirrafe en el PP: su causa principal es sin duda haber perdido las elecciones o, mejor dicho, no haberlas ganado (¿acaso alguien duda de que una crisis de liderazgo parecida se estaría dando ahora en el PSOE si hubiera sido derrotado Zapatero?), pero lo que aflora también es la ausencia de solidez ideológica.
Cuando un partido sin ideología sustancial, meramente pragmático, pierde unos comicios... inmediatamente entra en crisis. Sólo el poder puede remediar el vacío de auténtico proyecto ideológico, pero no se puede estar sin lo uno ni lo otro.
De modo que se asume sin más que donde bajan los votos habrá que revisar las ideas porque la idea principal es ganar votos y sólo ésa: de modo que adiós, querida María San Gil. Fuera de eso, el supuesto debate se reduce a querellas nominalistas sobre la voz "liberalismo", que ahora algunos manejan de modo acríticamente positivo tal como otros suelen asestar al contrario la voz "fascismo" de forma negativa no menos acrítica: a todos los efectos, liberal es lo que yo soy, como para los de enfrente fascismo es lo que son los demás, sin mayores explicaciones.
Pero en España, la "tenaza" que aprisiona a los pragmáticos tiene una uña más que la de Irti:
el nacionalismo. Y bajo su apretón los socialistas han mostrado y demuestran una inconsistencia preocupante. Proclaman constantemente su respeto a la Constitución y eso está muy bien: pero la Constitución (que desde luego puede y creo que debe modificarse en algunos aspectos) no es un proyecto político, sino el marco a que deben atenerse todos.
Dentro de ella caben los excelentes, los regulares y también los peores. Lo cual resulta evidente en ciertos asuntos de importancia para el futuro, como el estatuto educativo y cívico de la lengua castellana. Que existen cada vez más dificultades para cursar estudios en castellano en varias autonomías puede parecer justo y benéfico, como le resulta al profesor Albert Branchadell (vid. Una política lingüística de Estado, EL PAÍS, 16-mayo-08), o mal, como me parece a mí, pero en ningún caso puede simplemente negarse atribuyéndolo a neurosis del PP como hacen los caraduras, algún senador del PSOE... y en cierto modo el propio presidente Zapatero en su respuesta a Rosa Díez en la sesión de investidura.
Ya es hora de no limitarse a esconder la cabeza bajo el ala o ponerse grandilocuente sobre el tema, sino que es preciso un proyecto definido (incluso aunque requiera una revisión constitucional) para que no se desbarate uno de los elementos fundamentales de la unidad política del país.
Y lo mismo respecto a la respuesta que cabe dar ante el radicalismo del nacionalismo vasco. Afortunadamente la actitud del Gobierno frente al entorno político del nacionalismo ha variado radicalmente (no dejan de ser graciosos los esfuerzos de los cuentistas progubernamentales, más papistas que Su Santidad, tratando de convencernos aún de que la culpa de lo que se hizo mal en la legislatura pasada la tuvo el obstruccionismo del PP) pero falta quizá explicitar una consideración de conjunto sobre el después de ETA.
Veamos: durante siglos, la Iglesia persiguió a los librepensadores e impuso a sangre y fuego normas y dogmas; esta intransigencia se vio forzada a remitir no cuando todo el mundo se hizo auténticamente católico sino cuando disminuyó el peso social de la religión que pasó a convertirse, de obligación de todos, en devoción privada de unos cuantos.
Y la dictadura comunista cesó en muchos países no gracias a que todo el mundo se hiciera buen comunista sino a que la mayoría dejó de serlo.
Pues bien, hay que dejar claro que el final del terrorismo y de la imposición nacionalista debe culminar en menos nacionalismo, no en más y más obligatorio que antes.
Sería bueno que en lugar de seguir prometiendo a los nacionalistas más autogobierno y más construcción de nacionalidad, aunque sea dentro de la Constitución, se les empezara a indicar -a ellos y sobre todo al resto de los ciudadanos- esa elemental verdad futura.
FERNANDO SAVATER - "El País" - Madrid -28-May-2008
Cuando volvemos a escuchar las jaculatorias marxistas aliñadas con maoísmo y destinadas a explicar la real transformación social que estaba ocurriendo, sentimos la misma incómoda extrañeza que ante las divagaciones teológicas del gran Isaac Newton sobre el tiempo o el espacio como "sensorio de Dios".
Hay veces en la historia que la colectividad es capaz de decirlo casi todo pero incapaz de cambiar casi nada; en otras, logra cambiar pero no sabe decir.
El 68 padeció en gran medida esa segunda carencia (claro que peor están los "utopistas" que padecen todavía ambas).
Sobran motivos para celebrar la abolición mayoritaria de la esclerotizada jerga del materialismo dialéctico, pero les acompaña un punto de inquietud: porque a partir del paso a la reserva (cuando no directamente al museo de los horrores) de aquella lengua de palo, los proyectos políticos no hablan mejor sino que se han quedado mudos.
Funcionan unos pocos estereotipos que todo el mundo conviene en que es mejor no analizar con demasiado ahínco:
- democracia,
- derechos humanos,
- desarrollo,
- modernización,
- globalización...,
pero el discurso propiamente político, el que propone formas sociales nuevas racional y razonablemente deseables (que sirve para distinguir a unos partidos de otros) pasa por un trance de apagón y anemia.
Aún peor, cuando asoma es de inmediato derogado por la sospecha: se le considera horresco referens nada menos que "ideológico". Y no hay nada que los políticos actuales quieran sacudirse con mayor ahínco que la ideología. Principios, muy bien; atención al cliente, es decir al votante, cuanta haga falta: pero ideología, nunca jamás. Es cosa que mancha: ¡nene, caca!
En Italia acaba de aparecer un librito de menos de 90 páginas que, a contra corriente, expresa nostalgia por la vocación ideológica perdida: La tenaglia (Laterza, 2008). Lo firma Natalino Irti, catedrático de Teoría del Derecho de la Universidad La Sapienza de Roma. La tesis del profesor Irti, expuesta con noble contundencia panfletaria, es que las ideologías -con sus excesos y dogmatismos- eran modelos de filosofía política en acción y con vocación práctica de transformar o al menos orientar la convivencia futura de la sociedad.
Su desaparición (su proscripción, diríamos más bien) ha dejado el campo político libre al puro y simple pragmatismo, con su lenguaje del día a día que olvida sin escrúpulo los lazos del hoy con el ayer y sobre todo con el mañana. "El lenguaje político -afirma Irti- se hace él mismopragmático y meramente diario:
- declaraciones,
- entrevistas,
- desmentidos,
- arrepentimientos,
- abandonos,
- regresos.
Ninguna dirección, ningún hacia dónde que vincule en el tiempo la voluntad y sea explicado y propuesto a los electores".
Borradas las ideologías, que siempre tenían conciencia histórica, el pragmatismo sólo recuerda del pasado lo que en cada momento conviene y sobre todo no se compromete a diseñar ningún perfil de futuro.
Cuando llegue mañana, ya veremos cómo nos las arreglamos... Perdido así su horizonte de proyectos, la política se encuentra atrapada por la tenaza que da título al ensayo de Irti: entre economía y religión, es decir, entre tecnocracia y clerocracia.
Sólo la Bolsa y la Iglesia se atreven a brindar certezas incontrovertibles, que abruman con sus exigencias a los gobernantes relativistas mientras se ofrecen como única referencia fundada a los ciudadanos.
El triste sino del pragmatismo posmoderno es que ha difuminado la verdad pero no se ha librado de los dogmas...
No hace falta compartir de cabo a rabo la argumentación del profesor Irti para reconocer que apunta de manera provocativa a una cuestión importante y muy real. Ese pragmatismo desarbolado, sin auténtica propuesta razonada de futuro, lo padecemos hoy en España tanto en la gestión del gobierno como en la oposición.
Consideremos por ejemplo el actual rifirrafe en el PP: su causa principal es sin duda haber perdido las elecciones o, mejor dicho, no haberlas ganado (¿acaso alguien duda de que una crisis de liderazgo parecida se estaría dando ahora en el PSOE si hubiera sido derrotado Zapatero?), pero lo que aflora también es la ausencia de solidez ideológica.
Cuando un partido sin ideología sustancial, meramente pragmático, pierde unos comicios... inmediatamente entra en crisis. Sólo el poder puede remediar el vacío de auténtico proyecto ideológico, pero no se puede estar sin lo uno ni lo otro.
De modo que se asume sin más que donde bajan los votos habrá que revisar las ideas porque la idea principal es ganar votos y sólo ésa: de modo que adiós, querida María San Gil. Fuera de eso, el supuesto debate se reduce a querellas nominalistas sobre la voz "liberalismo", que ahora algunos manejan de modo acríticamente positivo tal como otros suelen asestar al contrario la voz "fascismo" de forma negativa no menos acrítica: a todos los efectos, liberal es lo que yo soy, como para los de enfrente fascismo es lo que son los demás, sin mayores explicaciones.
Pero en España, la "tenaza" que aprisiona a los pragmáticos tiene una uña más que la de Irti:
el nacionalismo. Y bajo su apretón los socialistas han mostrado y demuestran una inconsistencia preocupante. Proclaman constantemente su respeto a la Constitución y eso está muy bien: pero la Constitución (que desde luego puede y creo que debe modificarse en algunos aspectos) no es un proyecto político, sino el marco a que deben atenerse todos.
Dentro de ella caben los excelentes, los regulares y también los peores. Lo cual resulta evidente en ciertos asuntos de importancia para el futuro, como el estatuto educativo y cívico de la lengua castellana. Que existen cada vez más dificultades para cursar estudios en castellano en varias autonomías puede parecer justo y benéfico, como le resulta al profesor Albert Branchadell (vid. Una política lingüística de Estado, EL PAÍS, 16-mayo-08), o mal, como me parece a mí, pero en ningún caso puede simplemente negarse atribuyéndolo a neurosis del PP como hacen los caraduras, algún senador del PSOE... y en cierto modo el propio presidente Zapatero en su respuesta a Rosa Díez en la sesión de investidura.
Ya es hora de no limitarse a esconder la cabeza bajo el ala o ponerse grandilocuente sobre el tema, sino que es preciso un proyecto definido (incluso aunque requiera una revisión constitucional) para que no se desbarate uno de los elementos fundamentales de la unidad política del país.
Y lo mismo respecto a la respuesta que cabe dar ante el radicalismo del nacionalismo vasco. Afortunadamente la actitud del Gobierno frente al entorno político del nacionalismo ha variado radicalmente (no dejan de ser graciosos los esfuerzos de los cuentistas progubernamentales, más papistas que Su Santidad, tratando de convencernos aún de que la culpa de lo que se hizo mal en la legislatura pasada la tuvo el obstruccionismo del PP) pero falta quizá explicitar una consideración de conjunto sobre el después de ETA.
Veamos: durante siglos, la Iglesia persiguió a los librepensadores e impuso a sangre y fuego normas y dogmas; esta intransigencia se vio forzada a remitir no cuando todo el mundo se hizo auténticamente católico sino cuando disminuyó el peso social de la religión que pasó a convertirse, de obligación de todos, en devoción privada de unos cuantos.
Y la dictadura comunista cesó en muchos países no gracias a que todo el mundo se hiciera buen comunista sino a que la mayoría dejó de serlo.
Pues bien, hay que dejar claro que el final del terrorismo y de la imposición nacionalista debe culminar en menos nacionalismo, no en más y más obligatorio que antes.
Sería bueno que en lugar de seguir prometiendo a los nacionalistas más autogobierno y más construcción de nacionalidad, aunque sea dentro de la Constitución, se les empezara a indicar -a ellos y sobre todo al resto de los ciudadanos- esa elemental verdad futura.
FERNANDO SAVATER - "El País" - Madrid -28-May-2008
miércoles, 28 de mayo de 2008
Cinco países se disputan el Ártico
Los Estados limítrofes negocian el reparto del Polo, rico en petróleo y vital para las comunicaciones.
Cinco países iniciaron ayer conversaciones para repartirse el Ártico, una de las últimas zonas de la Tierra que aún no tiene como dueño a ningún Estado y que se calcula que alberga bajo el hielo una cuarta parte de las reservas mundiales de petróleo.
Dinamarca, anfitriona de la cumbre, quiere que Estados Unidos, Noruega, Canadá y Rusia acaten las reglas de juego establecidas por Naciones Unidas en 1982 para llevar a cabo un eventual reparto. "Esta reunión es el principio de un proceso que puede durar años", afirma en una entrevista telefónica Lars Kullerud, presidente de la Universidad del Ártico, una red internacional de universidades con sede en esa región.
Están en juego 1,2 millones de kilómetros cuadrados de fondo marino que han ganado atractivo para algunos gracias al cambio climático. El deshielo facilita un mayor acceso a las bolsas de hidrocarburos y abre nuevas rutas marítimas, que permiten un ahorro de hasta 8.600 kilómetros en un viaje entre Tokio y Hamburgo.
Los cinco países limítrofes quieren asegurarse cuanto antes una parte del pastel y sus ministros presentarán sus demandas durante la cumbre de tres días que ayer empezó en Ilulissat, una pequeña ciudad de Groenlandia que tiene el mayor glaciar del mundo.
Las bases para un acuerdo están sentadas. "Se trata de un paso importante, porque las partes se sientan en la misma mesa para reconocer que existe un desacuerdo, para cooperar en algunos ámbitos y, quizá, empezar a encontrar una solución al problema de la soberanía", dice Pablo Pareja, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pompeu Fabra y autor de un estudio sobre el Ártico. "El Ártico es un espacio todavía no asignado. Tradicionalmente ha sido considerado alta mar", añade.
La región ártica, en la que viven sobre un enorme casquete de hielo entre dos y cuatro millones de personas, se ha convertido en los últimos años en objeto de disputa. El derecho internacional, plasmado en la Convención sobre el Derecho del Mar de Naciones Unidas, establece que los países con salida al mar tienen derecho a extender su zona de soberanía hasta 200 millas naúticas (370 kilómetros) desde la costa. Pero este límite se puede ampliar si un país demuestra que su plataforma continental, que es el lecho marino anexo al continente, va más allá de esa distancia.
Esta salvedad abrió las puertas a las reclamaciones. Para probar que sus demandas están fundamentadas, varios países han organizado expediciones cartográficas para reivindicar el mayor territorio posible. El momento más tenso se produjo el año pasado, cuando un equipo ruso en submarino plantó una bandera del país en el fondo marino.
La resolución al conflicto puede durar años, entre 10 y 15, según el Gobierno danés. Estados Unidos no ha ratificado todavía el tratado de la ONU (se firmó en 1982 y entró en vigor en 1994) y, hasta que no lo haga, el litigio no se cerrará. "Una vez adoptado el tratado, hay 10 años de plazo para plantear reivindicaciones y, aunque Washington lo firme en breve, como parece probable, todavía tendrá esa década para protestar", explica Lars Kullerud.
"Todo el mundo está esperando a Estados Unidos", concluye el presidente de la Universidad del Ártico. Uno de los objetivos de la reunión de Ilulissat es que todos se comprometan a respetar dicho tratado.
En un mundo que explota al máximo sus recursos naturales, el Ártico es una de las pocas zonas que permanecen vírgenes. Un 25% de las reservas desconocidas de petróleo y gas están bajo estas aguas. Excavar para llegar hasta el crudo no ha estado hasta ahora al alcance de las petroleras, pero el cambio climático ha hecho más fina la capa de hielo, mientras la tecnología ha mejorado mucho. La operación puede ser, pese a todo, muy cara, pero con el barril de brent a 130 dólares extraer crudo del Ártico puede resultar rentable.
El oro negro no es la única ventaja de ser propietario de una porción de esta zona. "Con el deshielo se puede abrir una vía de navegación permanente por el norte y tener acceso a una vía como ésta es clave para países como Estados Unidos, que ahora tienen que llegar al otro lado del mundo a través del estrecho de Malaka (en Asia), el cabo de Agujas (en Suráfrica) y el cabo de Hornos (en América Latina)".
Hay dos pasos, el del noreste (no navegable), y el del noroeste, que se abrió durante unos meses por primera vez en 2007. Los investigadores calculan que los barcos podrán utilizar este último paso todo el año a partir de 2050 por el cambio climático.
Las ONG han pedido que los países limítrofes lleguen a un acuerdo que dé garantías medioambientales al Ártico, una propuesta con la que coinciden algunos países que están fuera de la disputa, como Francia y España.
C. GALINDO - Ilulissat - "El País" - Madrid - 28-May-2008
Cinco países iniciaron ayer conversaciones para repartirse el Ártico, una de las últimas zonas de la Tierra que aún no tiene como dueño a ningún Estado y que se calcula que alberga bajo el hielo una cuarta parte de las reservas mundiales de petróleo.
Dinamarca, anfitriona de la cumbre, quiere que Estados Unidos, Noruega, Canadá y Rusia acaten las reglas de juego establecidas por Naciones Unidas en 1982 para llevar a cabo un eventual reparto. "Esta reunión es el principio de un proceso que puede durar años", afirma en una entrevista telefónica Lars Kullerud, presidente de la Universidad del Ártico, una red internacional de universidades con sede en esa región.
Están en juego 1,2 millones de kilómetros cuadrados de fondo marino que han ganado atractivo para algunos gracias al cambio climático. El deshielo facilita un mayor acceso a las bolsas de hidrocarburos y abre nuevas rutas marítimas, que permiten un ahorro de hasta 8.600 kilómetros en un viaje entre Tokio y Hamburgo.
Los cinco países limítrofes quieren asegurarse cuanto antes una parte del pastel y sus ministros presentarán sus demandas durante la cumbre de tres días que ayer empezó en Ilulissat, una pequeña ciudad de Groenlandia que tiene el mayor glaciar del mundo.
Las bases para un acuerdo están sentadas. "Se trata de un paso importante, porque las partes se sientan en la misma mesa para reconocer que existe un desacuerdo, para cooperar en algunos ámbitos y, quizá, empezar a encontrar una solución al problema de la soberanía", dice Pablo Pareja, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pompeu Fabra y autor de un estudio sobre el Ártico. "El Ártico es un espacio todavía no asignado. Tradicionalmente ha sido considerado alta mar", añade.
La región ártica, en la que viven sobre un enorme casquete de hielo entre dos y cuatro millones de personas, se ha convertido en los últimos años en objeto de disputa. El derecho internacional, plasmado en la Convención sobre el Derecho del Mar de Naciones Unidas, establece que los países con salida al mar tienen derecho a extender su zona de soberanía hasta 200 millas naúticas (370 kilómetros) desde la costa. Pero este límite se puede ampliar si un país demuestra que su plataforma continental, que es el lecho marino anexo al continente, va más allá de esa distancia.
Esta salvedad abrió las puertas a las reclamaciones. Para probar que sus demandas están fundamentadas, varios países han organizado expediciones cartográficas para reivindicar el mayor territorio posible. El momento más tenso se produjo el año pasado, cuando un equipo ruso en submarino plantó una bandera del país en el fondo marino.
La resolución al conflicto puede durar años, entre 10 y 15, según el Gobierno danés. Estados Unidos no ha ratificado todavía el tratado de la ONU (se firmó en 1982 y entró en vigor en 1994) y, hasta que no lo haga, el litigio no se cerrará. "Una vez adoptado el tratado, hay 10 años de plazo para plantear reivindicaciones y, aunque Washington lo firme en breve, como parece probable, todavía tendrá esa década para protestar", explica Lars Kullerud.
"Todo el mundo está esperando a Estados Unidos", concluye el presidente de la Universidad del Ártico. Uno de los objetivos de la reunión de Ilulissat es que todos se comprometan a respetar dicho tratado.
En un mundo que explota al máximo sus recursos naturales, el Ártico es una de las pocas zonas que permanecen vírgenes. Un 25% de las reservas desconocidas de petróleo y gas están bajo estas aguas. Excavar para llegar hasta el crudo no ha estado hasta ahora al alcance de las petroleras, pero el cambio climático ha hecho más fina la capa de hielo, mientras la tecnología ha mejorado mucho. La operación puede ser, pese a todo, muy cara, pero con el barril de brent a 130 dólares extraer crudo del Ártico puede resultar rentable.
El oro negro no es la única ventaja de ser propietario de una porción de esta zona. "Con el deshielo se puede abrir una vía de navegación permanente por el norte y tener acceso a una vía como ésta es clave para países como Estados Unidos, que ahora tienen que llegar al otro lado del mundo a través del estrecho de Malaka (en Asia), el cabo de Agujas (en Suráfrica) y el cabo de Hornos (en América Latina)".
Hay dos pasos, el del noreste (no navegable), y el del noroeste, que se abrió durante unos meses por primera vez en 2007. Los investigadores calculan que los barcos podrán utilizar este último paso todo el año a partir de 2050 por el cambio climático.
Las ONG han pedido que los países limítrofes lleguen a un acuerdo que dé garantías medioambientales al Ártico, una propuesta con la que coinciden algunos países que están fuera de la disputa, como Francia y España.
C. GALINDO - Ilulissat - "El País" - Madrid - 28-May-2008
La incierta economía mundial
Las variadas señales que cotidianamente van entregando los mercados no configuran un cuadro claro acerca del rumbo que están tomando las principales economías del mundo.
En EE.UU. algunos indicadores sectoriales presentan cifras coyunturales algo más favorables, y ello da origen a interpretaciones que sugieren una más pronta recuperación, pero el panorama global sigue confuso.
Más allá de la mayor debilidad en la demanda agregada como consecuencia del ajuste en el mercado inmobiliario, la pérdida de confianza que aún prevalece respecto del sistema financiero en general ha provocado una contracción importante en los niveles de crédito que fluyen hacia los distintos sectores de la economía.
Y las perspectivas se tornan aún más confusas cuando se considera que los precios de las materias primas continúan elevados, y que la presión alcista en los productos alimenticios está contribuyendo a incrementar los índices inflacionarios en forma bastante generalizada.
Sin perjuicio de que prevalece este ambiente de incertidumbre, comienzan a delinearse ya ciertos indicios que marcan algunos rasgos fundamentales del cuadro actual.
Al respecto, un elemento central es el estado de la economía de los Estados Unidos: hay virtual consenso en cuanto a que ese país está atravesando por una etapa recesiva, pero ello coexiste con una percepción bastante ampliada en cuanto a que la situación no seguirá deteriorándose, si bien las confianzas continúan resentidas.
El significado práctico de este análisis es que el ajuste no sería más profundo que lo ya observado, pero la recuperación sería más lenta. Este diagnóstico ha movido al FMI a proyectar un bajo crecimiento en la economía estadounidense: positivo, pero inferior al uno por ciento durante dos años consecutivos.
Con todo, el crecimiento de la economía mundial en el período 2008-2009 se anticipa no muy distinto del observado en el lapso 2000-2005, que fue levemente inferior a cuatro por ciento.
Otro factor de incertidumbre en esta coyuntura se refiere a la evolución del precio del petróleo. El actual nivel de cotización del crudo -en torno a 135 dólares por barril- excede con creces lo proyectado, y hay preocupación por el impacto que esto pudiere tener en el crecimiento de la economía mundial, recordando lo sucedido en otros períodos de precios elevados.
Sin embargo, siendo plenamente entendible la preocupación por este tema, conviene destacar la particularidad del cuadro actual: a diferencia de lo acontecido en décadas anteriores -cuando el incremento en el precio del petróleo respondió a una contracción en su oferta, derivada de las restricciones a la producción impuestas por la OPEP-, en esta oportunidad la principal causa de la tendencia alcista radica en fenómenos asociados a una mayor demanda.
Si al efecto de una vigorosa expansión mundial se agrega una percepción de desconfianza frente a los productos financieros más tradicionales, que mueve a los inversionistas a refugiarse directamente en materias primas, y esto se complementa con una significativa depreciación del dólar en los mercados internacionales, la tendencia del precio del petróleo no resulta sorprendente.
Con todo, las implicancias de este peculiar fenómeno se ven atenuadas al considerar que el mundo es hoy mucho menos dependiente del petróleo que en décadas pasadas -la eficiencia en su utilización ha aumentado considerablemente-, y que, no habiendo restricciones artificiales de oferta, el precio de largo plazo debería tender hacia un nivel compatible con el costo marginal de producción, que es menos de la mitad del precio actual.
Editorial - "El Mercurio" - Santiago de Chile - 28-May -2008
En EE.UU. algunos indicadores sectoriales presentan cifras coyunturales algo más favorables, y ello da origen a interpretaciones que sugieren una más pronta recuperación, pero el panorama global sigue confuso.
Más allá de la mayor debilidad en la demanda agregada como consecuencia del ajuste en el mercado inmobiliario, la pérdida de confianza que aún prevalece respecto del sistema financiero en general ha provocado una contracción importante en los niveles de crédito que fluyen hacia los distintos sectores de la economía.
Y las perspectivas se tornan aún más confusas cuando se considera que los precios de las materias primas continúan elevados, y que la presión alcista en los productos alimenticios está contribuyendo a incrementar los índices inflacionarios en forma bastante generalizada.
Sin perjuicio de que prevalece este ambiente de incertidumbre, comienzan a delinearse ya ciertos indicios que marcan algunos rasgos fundamentales del cuadro actual.
Al respecto, un elemento central es el estado de la economía de los Estados Unidos: hay virtual consenso en cuanto a que ese país está atravesando por una etapa recesiva, pero ello coexiste con una percepción bastante ampliada en cuanto a que la situación no seguirá deteriorándose, si bien las confianzas continúan resentidas.
El significado práctico de este análisis es que el ajuste no sería más profundo que lo ya observado, pero la recuperación sería más lenta. Este diagnóstico ha movido al FMI a proyectar un bajo crecimiento en la economía estadounidense: positivo, pero inferior al uno por ciento durante dos años consecutivos.
Con todo, el crecimiento de la economía mundial en el período 2008-2009 se anticipa no muy distinto del observado en el lapso 2000-2005, que fue levemente inferior a cuatro por ciento.
Otro factor de incertidumbre en esta coyuntura se refiere a la evolución del precio del petróleo. El actual nivel de cotización del crudo -en torno a 135 dólares por barril- excede con creces lo proyectado, y hay preocupación por el impacto que esto pudiere tener en el crecimiento de la economía mundial, recordando lo sucedido en otros períodos de precios elevados.
Sin embargo, siendo plenamente entendible la preocupación por este tema, conviene destacar la particularidad del cuadro actual: a diferencia de lo acontecido en décadas anteriores -cuando el incremento en el precio del petróleo respondió a una contracción en su oferta, derivada de las restricciones a la producción impuestas por la OPEP-, en esta oportunidad la principal causa de la tendencia alcista radica en fenómenos asociados a una mayor demanda.
Si al efecto de una vigorosa expansión mundial se agrega una percepción de desconfianza frente a los productos financieros más tradicionales, que mueve a los inversionistas a refugiarse directamente en materias primas, y esto se complementa con una significativa depreciación del dólar en los mercados internacionales, la tendencia del precio del petróleo no resulta sorprendente.
Con todo, las implicancias de este peculiar fenómeno se ven atenuadas al considerar que el mundo es hoy mucho menos dependiente del petróleo que en décadas pasadas -la eficiencia en su utilización ha aumentado considerablemente-, y que, no habiendo restricciones artificiales de oferta, el precio de largo plazo debería tender hacia un nivel compatible con el costo marginal de producción, que es menos de la mitad del precio actual.
Editorial - "El Mercurio" - Santiago de Chile - 28-May -2008
martes, 27 de mayo de 2008
Sobre imaginación moral.
Tengo para mí -dice el sabio Critilo- que gran parte de nuestras dificultades para una convivencia armoniosa dependen de una imaginación deficiente o defectuosa. Casi podría decirse a veces, de una falta de imaginación.
Hago notar al maestro que una afirmación como ésa, entre el vulgo iletrado, podría provocar perplejidad. Además, fuera de contexto podría insinuar que la moral es simple asunto de racionalidad y principios.
El filósofo Hans Georg Gadamer, a quien Critilo tuvo el privilegio de escuchar, dijo más de una vez que la ética (la reflexión sobre la moral) empieza allí donde el Otro se me presenta como yo mismo.
La ética, agregaba, sólo existe en
- la comunicación,
- el diálogo y
- la libertad de elegir.
Cuando no hay interlocutores , por ejemplo,
- hablando de las generaciones futuras o
- éstos son indignos de la condición humana (como lo fueron los indios para el padre Sepúlveda, al disputar con Las Casas) o
- incapaces de comunicación (como fetos y embriones),
la única salvaguarda de la ética razonable y razonada es la imaginación. Gracias a ella
- se entiende lo que es diferente,
- se anticipa el diálogo imaginario y
- se respeta en los demás nuestra propia dignidad.
Lo que necesitamos, por ende, es educar la imaginación moral.
Editorial - "El Mercurio" - Santiago de Chile - 27-May-2008
Tengo para mí -dice el sabio Critilo- que gran parte de nuestras dificultades para una convivencia armoniosa dependen de una imaginación deficiente o defectuosa. Casi podría decirse a veces, de una falta de imaginación.
Hago notar al maestro que una afirmación como ésa, entre el vulgo iletrado, podría provocar perplejidad. Además, fuera de contexto podría insinuar que la moral es simple asunto de racionalidad y principios.
El filósofo Hans Georg Gadamer, a quien Critilo tuvo el privilegio de escuchar, dijo más de una vez que la ética (la reflexión sobre la moral) empieza allí donde el Otro se me presenta como yo mismo.
La ética, agregaba, sólo existe en
- la comunicación,
- el diálogo y
- la libertad de elegir.
Cuando no hay interlocutores , por ejemplo,
- hablando de las generaciones futuras o
- éstos son indignos de la condición humana (como lo fueron los indios para el padre Sepúlveda, al disputar con Las Casas) o
- incapaces de comunicación (como fetos y embriones),
la única salvaguarda de la ética razonable y razonada es la imaginación. Gracias a ella
- se entiende lo que es diferente,
- se anticipa el diálogo imaginario y
- se respeta en los demás nuestra propia dignidad.
Lo que necesitamos, por ende, es educar la imaginación moral.
Editorial - "El Mercurio" - Santiago de Chile - 27-May-2008
Otro choque petrolero
El vertiginoso encarecimiento del petróleo es una de las peores noticias que puede afligir a la economía mundial en un periodo de vacilante prosperidad; y en particular a la economía española, dependiente hasta en un 70% de su consumo energético de las importaciones de crudo.
En apenas dos meses, el precio del barril de brent ha pasado del entorno de los 100 dólares a los 130 dólares, cuando las previsiones de crecimiento español se hicieron con un precio medio de 70 dólares por barril.
El efecto inmediato es que la factura energética del país se ha duplicado y los consumidores pagan precios récord por el litro de combustible. La combinación de bajo crecimiento con elevados precios de la energía remite a las crisis de la década de los setenta.
Las causas de este choque de precios son
- las perturbaciones en la oferta de crudo por tensiones geopolíticas,
- la subida del consumo en progresión geométrica en países emergentes y
- una tensión especulativa que dispara los precios en función de la temida escasez.
La política económica mundial se enfrenta a un problema difícil
La inflación no puede combatirse con éxito con unos precios energéticos desbocados y los bancos centrales no pueden favorecer la recuperación económica mediante bajadas de tipos.
No hay soluciones milagrosas. La única receta es
- moderar el crecimiento del consumo,
- aumentar la eficiencia energética y
- diversificar las fuentes.
Éste es otro aviso más para que las economías avanzadas pongan en marcha ambiciosos planes de ahorro energético. Algo que hasta ahora no están haciendo.
Editorial - "El País" - Madrid - 27-May-2008
En apenas dos meses, el precio del barril de brent ha pasado del entorno de los 100 dólares a los 130 dólares, cuando las previsiones de crecimiento español se hicieron con un precio medio de 70 dólares por barril.
El efecto inmediato es que la factura energética del país se ha duplicado y los consumidores pagan precios récord por el litro de combustible. La combinación de bajo crecimiento con elevados precios de la energía remite a las crisis de la década de los setenta.
Las causas de este choque de precios son
- las perturbaciones en la oferta de crudo por tensiones geopolíticas,
- la subida del consumo en progresión geométrica en países emergentes y
- una tensión especulativa que dispara los precios en función de la temida escasez.
La política económica mundial se enfrenta a un problema difícil
La inflación no puede combatirse con éxito con unos precios energéticos desbocados y los bancos centrales no pueden favorecer la recuperación económica mediante bajadas de tipos.
No hay soluciones milagrosas. La única receta es
- moderar el crecimiento del consumo,
- aumentar la eficiencia energética y
- diversificar las fuentes.
Éste es otro aviso más para que las economías avanzadas pongan en marcha ambiciosos planes de ahorro energético. Algo que hasta ahora no están haciendo.
Editorial - "El País" - Madrid - 27-May-2008
lunes, 26 de mayo de 2008
Final del "cuento": 5 "Recomendaciones" para ser un verdadero País
Ideas para dejar de ser pobre: El camino del desarrollo pasa tanto por medidas liberales como de izquierdas.
"El crecimiento sostenido no es un milagro. Al revés de lo que ocurre con los milagros, el crecimiento fuerte y sostenido de la economía puede ser explicado y, confiamos, repetido".
Ésa es la conclusión a la que ha llegado tras dos años de trabajo la Comisión sobre el Desarrollo y el Crecimiento, impulsada por el Banco Mundial. Esta vez no se trata del trabajo de un puñado de académicos refugiados en la teoría, ni de un grupo de tecnócratas empeñados en imponer el maná del liberalismo económico.
Se trata de un heterodoxo grupo de 21 miembros, de los que 15 proceden de países en desarrollo.
Muchos son políticos, altos funcionarios -como los actuales gobernadores de los banco centrales de Indonesia y la República Popular China-, profesores o ejecutivos de países como India, Brasil, Reino Unido, Chile, Singapur, Suecia, Perú, Suráfrica, Egipto, Estados Unidos o México, o representantes de instituciones internacionales. No faltan dos premios Nobel en Economía: Michael Spence y Robert Solow.
En lugar de dedicarse a teorizar sobre recetas para el crecimiento, han estudiado con detalle los únicos 13 países del planeta que entre 1950 y la actualidad han estado al menos 25 años consecutivos creciendo a una media anual del 7%:
- Botsuana,
- Brasil,
- China,
- Hong Kong,
- Indonesia,
- Japón,
- Corea del Sur,
- Malasia,
- Malta,
- Omán,
- Singapur,
- Taiwan y
- Tailandia,
a los que podrían sumarse India y Vietnam, que llevan 15 años consecutivos de fuerte crecimiento.
Juntos forman un curioso conglomerado de países grandes y pequeños, democráticos y autoritarios, todavía en fuerte crecimiento o ya no tanto, y llamativamente repartidos por todo el planeta: dominan los asiáticos, pero los hay también de América Latina, Europa, África y Oriente Próximo.
El resultado final del ejercicio es una también heterodoxa mezcla de recomendaciones absolutamente liberales pero también profundamente de izquierdas.
- El mercado,
- la movilidad laboral,
- la globalización económica
son esenciales para lograr el crecimiento, pero también es esencial que
- ese crecimiento sea inclusivo,
- la extensión de la educación,
- acabar con la desigualdad de géneros,
- la seguridad económica,
- el buen gobierno...
El análisis del éxito de ese grupo de países concluye que todos ellos tienen cinco puntos en común:
1- Han explotado plenamente la apertura de la economía mundial,
2- Han mantenido estabilidad macroeconómica,
3- Tienen altas tasas de ahorro e inversión,
4- Dejan a los mercados la asignación de los recursos y
5- Tienen gobiernos comprometidos, creíbles y capaces.
La democracia no parece ser un requisito imprescindible, pero
- la población ha de tener confianza en que las políticas que implementa el Gobierno le son favorables y
- el inversor ha de tener confianza en la estabilidad jurídica.
"El informe sobre el crecimiento ha acabado de una vez con la equivocada noción de que se puede liberar de la pobreza sin necesidad de crecimiento económico", afirmó Michael Spence en la presentación del informe en Londres, en paralelo a otras presentaciones en Dacca y Nueva York.
"El crecimiento no es un objetivo en sí mismo. El crecimiento es importante porque es esencial para conseguir las cosas que preocupan a la gente:
- reducción de la pobreza,
- empleo productivo,
- educación,
- sanidad y
- la oportunidad de ser creativo",
explicó.
Spence puso especial énfasis en subrayar la necesidad de que las economías de los países en desarrollo engarcen con la economía global para entrar en la senda del crecimiento. "Mucha gente cree que antes de entrar en la economía global hay que crear una economía nacional fuerte, pero ésos no son procesos sucesivos sino que se han de abordar de manera paralela", insistió.
Según los autores del informe, "las estrategias que se basan exclusivamente en la demanda interna acaban alcanzando su límite". "El mercado interno es habitualmente demasiado pequeño para sostener el crecimiento a largo plazo y no otorga a la economía la misma libertad para especializarse en aquello que produce mejor".
El estancamiento de Brasil en los años ochenta se explica sobre todo en el repliegue nacionalista con que los gobiernos de la época afrontaron los choques petrolíferos de los años setenta.
La apertura a la economía global es calificada como "la característica compartida más importante y lección central de este informe". Los países de alto crecimiento se benefician de dos formas:
- por un lado, importan ideas, tecnología y conocimiento del resto del mundo;
- por otro, explotan la demanda global, que genera un mercado grande y elástico para sus bienes.
"Por decirlo de forma sencilla, importan lo que el resto del mundo conoce y exportan lo que el resto del mundo necesita". -
WALTER OPPENHEIMER - "El País" - Madrid - 26-May-2008
"El crecimiento sostenido no es un milagro. Al revés de lo que ocurre con los milagros, el crecimiento fuerte y sostenido de la economía puede ser explicado y, confiamos, repetido".
Ésa es la conclusión a la que ha llegado tras dos años de trabajo la Comisión sobre el Desarrollo y el Crecimiento, impulsada por el Banco Mundial. Esta vez no se trata del trabajo de un puñado de académicos refugiados en la teoría, ni de un grupo de tecnócratas empeñados en imponer el maná del liberalismo económico.
Se trata de un heterodoxo grupo de 21 miembros, de los que 15 proceden de países en desarrollo.
Muchos son políticos, altos funcionarios -como los actuales gobernadores de los banco centrales de Indonesia y la República Popular China-, profesores o ejecutivos de países como India, Brasil, Reino Unido, Chile, Singapur, Suecia, Perú, Suráfrica, Egipto, Estados Unidos o México, o representantes de instituciones internacionales. No faltan dos premios Nobel en Economía: Michael Spence y Robert Solow.
En lugar de dedicarse a teorizar sobre recetas para el crecimiento, han estudiado con detalle los únicos 13 países del planeta que entre 1950 y la actualidad han estado al menos 25 años consecutivos creciendo a una media anual del 7%:
- Botsuana,
- Brasil,
- China,
- Hong Kong,
- Indonesia,
- Japón,
- Corea del Sur,
- Malasia,
- Malta,
- Omán,
- Singapur,
- Taiwan y
- Tailandia,
a los que podrían sumarse India y Vietnam, que llevan 15 años consecutivos de fuerte crecimiento.
Juntos forman un curioso conglomerado de países grandes y pequeños, democráticos y autoritarios, todavía en fuerte crecimiento o ya no tanto, y llamativamente repartidos por todo el planeta: dominan los asiáticos, pero los hay también de América Latina, Europa, África y Oriente Próximo.
El resultado final del ejercicio es una también heterodoxa mezcla de recomendaciones absolutamente liberales pero también profundamente de izquierdas.
- El mercado,
- la movilidad laboral,
- la globalización económica
son esenciales para lograr el crecimiento, pero también es esencial que
- ese crecimiento sea inclusivo,
- la extensión de la educación,
- acabar con la desigualdad de géneros,
- la seguridad económica,
- el buen gobierno...
El análisis del éxito de ese grupo de países concluye que todos ellos tienen cinco puntos en común:
1- Han explotado plenamente la apertura de la economía mundial,
2- Han mantenido estabilidad macroeconómica,
3- Tienen altas tasas de ahorro e inversión,
4- Dejan a los mercados la asignación de los recursos y
5- Tienen gobiernos comprometidos, creíbles y capaces.
La democracia no parece ser un requisito imprescindible, pero
- la población ha de tener confianza en que las políticas que implementa el Gobierno le son favorables y
- el inversor ha de tener confianza en la estabilidad jurídica.
"El informe sobre el crecimiento ha acabado de una vez con la equivocada noción de que se puede liberar de la pobreza sin necesidad de crecimiento económico", afirmó Michael Spence en la presentación del informe en Londres, en paralelo a otras presentaciones en Dacca y Nueva York.
"El crecimiento no es un objetivo en sí mismo. El crecimiento es importante porque es esencial para conseguir las cosas que preocupan a la gente:
- reducción de la pobreza,
- empleo productivo,
- educación,
- sanidad y
- la oportunidad de ser creativo",
explicó.
Spence puso especial énfasis en subrayar la necesidad de que las economías de los países en desarrollo engarcen con la economía global para entrar en la senda del crecimiento. "Mucha gente cree que antes de entrar en la economía global hay que crear una economía nacional fuerte, pero ésos no son procesos sucesivos sino que se han de abordar de manera paralela", insistió.
Según los autores del informe, "las estrategias que se basan exclusivamente en la demanda interna acaban alcanzando su límite". "El mercado interno es habitualmente demasiado pequeño para sostener el crecimiento a largo plazo y no otorga a la economía la misma libertad para especializarse en aquello que produce mejor".
El estancamiento de Brasil en los años ochenta se explica sobre todo en el repliegue nacionalista con que los gobiernos de la época afrontaron los choques petrolíferos de los años setenta.
La apertura a la economía global es calificada como "la característica compartida más importante y lección central de este informe". Los países de alto crecimiento se benefician de dos formas:
- por un lado, importan ideas, tecnología y conocimiento del resto del mundo;
- por otro, explotan la demanda global, que genera un mercado grande y elástico para sus bienes.
"Por decirlo de forma sencilla, importan lo que el resto del mundo conoce y exportan lo que el resto del mundo necesita". -
WALTER OPPENHEIMER - "El País" - Madrid - 26-May-2008
Advierten riesgos de la bioenergía
Biocombustibles de "segunda generación".
Expertos alertan que cultivos como la jatropha pueden convertirse en malezas.
Desde que el año pasado, el uso de cultivos alimenticios como el maíz o la palma para hacer biocombustibles elevara los precios de los alimentos, inversionistas y políticos comenzaron a promocionar la denominada "segunda generación" de biocombustibles, como un nuevo paso en cuanto a energía ecológica.
La ventaja estaría en que al ser hecha de cultivos como cañas y pastizales silvestres, podría ofrecer combustibles sin usurpar comida de la mesa de las personas. Pero ahora biólogos y botánicos advierten que estos cultivos también pueden generar consecuencias inesperadas bastante serias. La mayoría son lo que los científicos etiquetan como especies invasivas, o sea malezas, y afirman que tienen un extraordinario potencial para escapar de las plantaciones, alcanzar las granjas adyacentes y terrenos silvestres, creando una catástrofe económica y ambiental.
En una reciente reunión de la ONU en Bonn, Alemania, científicos del Programa Global de Especies Invasivas, Nature Conservancy y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza advirtieron que dichos cultivos deberían ser estudiados más concienzudamente antes de ser cultivadas en nuevas áreas.
Controlar la diseminación de tales plantas podría ser difícil, dicen los expertos, produciendo "más pérdidas que ganancias monetarias"."Los biocombustibles siempre tienen urgencia", señala Geoffrey Howard, un experto en especies invasivas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. "Las plantaciones son iniciadas por inversionistas ansiosos por generar biocombustibles en un par de años y, cómo se puede imaginar, no quieren evaluaciones de riesgos".
La industria de los biocombustibles dice que el riesgo de que tales cultivos se transformen en problemas de maleza está sobreestimado."Hay pocas plantas que son maleza, punto", afirma Willy de Greef, secretario general de EuropaBio, un grupo industrial.
Tanto la Unión Europea como Estados Unidos usan estrategias de biocombustibles como métodos para reducir las emisiones de carbono. La UE tiene el objetivo de que el sistema de transporte comunitario use 10% de biocombustibles en 2020. Por lo tanto, los políticos esperan ansiosamente el perfeccionamiento de la segunda generación de biocombustibles.
Se estima que el daño de las especies invasivas le cuesta al mundo US$ 1,4 billón anual.
La jatropha, el más apreciado cultivo de la segunda generación de biocombustibles, es ampliamente cultivado en África del Este. Sin embargo, fue prohibida en dos provincias australianas por ser una especie invasiva. Si este cultivo venenoso alcanza tierras de cultivo o pastizales, puede ser desastroso para la cadena alimentaria local, dicen los expertos.
THE NEW YORK TIMES - "El Mercurio" - Santiago de Chile - 26-May-2008
Expertos alertan que cultivos como la jatropha pueden convertirse en malezas.
Desde que el año pasado, el uso de cultivos alimenticios como el maíz o la palma para hacer biocombustibles elevara los precios de los alimentos, inversionistas y políticos comenzaron a promocionar la denominada "segunda generación" de biocombustibles, como un nuevo paso en cuanto a energía ecológica.
La ventaja estaría en que al ser hecha de cultivos como cañas y pastizales silvestres, podría ofrecer combustibles sin usurpar comida de la mesa de las personas. Pero ahora biólogos y botánicos advierten que estos cultivos también pueden generar consecuencias inesperadas bastante serias. La mayoría son lo que los científicos etiquetan como especies invasivas, o sea malezas, y afirman que tienen un extraordinario potencial para escapar de las plantaciones, alcanzar las granjas adyacentes y terrenos silvestres, creando una catástrofe económica y ambiental.
En una reciente reunión de la ONU en Bonn, Alemania, científicos del Programa Global de Especies Invasivas, Nature Conservancy y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza advirtieron que dichos cultivos deberían ser estudiados más concienzudamente antes de ser cultivadas en nuevas áreas.
Controlar la diseminación de tales plantas podría ser difícil, dicen los expertos, produciendo "más pérdidas que ganancias monetarias"."Los biocombustibles siempre tienen urgencia", señala Geoffrey Howard, un experto en especies invasivas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. "Las plantaciones son iniciadas por inversionistas ansiosos por generar biocombustibles en un par de años y, cómo se puede imaginar, no quieren evaluaciones de riesgos".
La industria de los biocombustibles dice que el riesgo de que tales cultivos se transformen en problemas de maleza está sobreestimado."Hay pocas plantas que son maleza, punto", afirma Willy de Greef, secretario general de EuropaBio, un grupo industrial.
Tanto la Unión Europea como Estados Unidos usan estrategias de biocombustibles como métodos para reducir las emisiones de carbono. La UE tiene el objetivo de que el sistema de transporte comunitario use 10% de biocombustibles en 2020. Por lo tanto, los políticos esperan ansiosamente el perfeccionamiento de la segunda generación de biocombustibles.
Se estima que el daño de las especies invasivas le cuesta al mundo US$ 1,4 billón anual.
La jatropha, el más apreciado cultivo de la segunda generación de biocombustibles, es ampliamente cultivado en África del Este. Sin embargo, fue prohibida en dos provincias australianas por ser una especie invasiva. Si este cultivo venenoso alcanza tierras de cultivo o pastizales, puede ser desastroso para la cadena alimentaria local, dicen los expertos.
THE NEW YORK TIMES - "El Mercurio" - Santiago de Chile - 26-May-2008
sábado, 24 de mayo de 2008
El odio a la pobreza
La xenofobia, es decir el odio -o el miedo- al extranjero es un sentimiento tan antiguo como el mundo.
A veces suele confundirse con el odio racial, pero no es exactamente la misma cosa. Estos días, por ejemplo, asistimos a dos manifestaciones especialmente violentas de ese sentimiento de odio.
Uno se ha producido en Italia, un viejo país europeo, cuna de una gloriosa civilización que ha trascendido su influencia desde la antigüedad hasta hoy.
Y el otro, en Sudáfrica, un joven estado que nació de forma turbulenta a partir de la evolución de un régimen racista dirigido por una minoría de raza blanca en contra de una mayoría de raza negra.
Podría suponerse que tanto un país como el otro habrían sacado alguna enseñanza positiva de su propia historia, pero no ha sido así.
En Italia, el gobierno del renacido Berlusconi (una coalición de la derecha con ribetes neofascistas) prometió durante la campaña electoral mano dura contra la inmigración ilegal que pasaría a ser considerada como delito. No le dio ni tiempo a aprobar la reforma en el parlamento porque en Nápoles (ciudad donde por cierto también había prometido despachar asuntos oficiales tres días a la semana) una turba perfectamente organizada atacó y destruyó varios campamentos de gitanos de origen rumano. No hay pruebas, pero se sospecha, en voz alta, que el ataque fue planificado por la Camorra.
Esta organización mafiosa controla, entre otros negocios, los vertederos donde se vuelca la basura procedente del norte rico e industrial, y ha fomentado una huelga de los servicios de recogida que tiene a la comarca napolitana al borde del caos y en situación de emergencia sanitaria. Algún malicioso podría deducir que hay un pacto bajo cuerda entre la Camorra y Berlusconi en el que estaría contemplado que la organización mafiosa le apretase las clavijas a los inmigrantes ilegales y ahogase en basura la ciudad para después brindarle al presidente del gobierno una fulminante y espectacular operación de limpieza como salida a la crisis. Y todo ello a cambio de subvenciones a sus servicios de recogida de basuras y a las constructoras que edificaran en los terrenos antes ocupados por los gitanos. En cualquier caso demasiadas casualidades.
El brote xenófobo de Sudáfrica, en cambio, presenta un desarrollo distinto. Allí bandas de ciudadanos sudafricanos de raza negra asesinaron a 24 inmigrantes negros y obligaron a varios miles más a refugiarse en comisarías, iglesias y centros oficiales para evitar el mismo destino. Unos huían de la miseria y el hambre de sus países y otros les achacaban el aumento del paro y de la delincuencia.
El premio Nobel Desmond Tutu lanzó un dramático llamamiento para que parase la matanza entre hermanos y recordó que en los años terribles del régimen racista los países vecinos habían acogido a los surafricanos fugitivos.
La xenofobia, muchas veces, más que un sentimiento de odio al extranjero o a lo desconocido es una expresión de odio a la pobreza.
A no caer en ella, a no mancharse con ella. Y los que más cerca están de ella, más la odian.
José Manuel Ponte - "Faro de Vigo" - 24-May-2008
A veces suele confundirse con el odio racial, pero no es exactamente la misma cosa. Estos días, por ejemplo, asistimos a dos manifestaciones especialmente violentas de ese sentimiento de odio.
Uno se ha producido en Italia, un viejo país europeo, cuna de una gloriosa civilización que ha trascendido su influencia desde la antigüedad hasta hoy.
Y el otro, en Sudáfrica, un joven estado que nació de forma turbulenta a partir de la evolución de un régimen racista dirigido por una minoría de raza blanca en contra de una mayoría de raza negra.
Podría suponerse que tanto un país como el otro habrían sacado alguna enseñanza positiva de su propia historia, pero no ha sido así.
En Italia, el gobierno del renacido Berlusconi (una coalición de la derecha con ribetes neofascistas) prometió durante la campaña electoral mano dura contra la inmigración ilegal que pasaría a ser considerada como delito. No le dio ni tiempo a aprobar la reforma en el parlamento porque en Nápoles (ciudad donde por cierto también había prometido despachar asuntos oficiales tres días a la semana) una turba perfectamente organizada atacó y destruyó varios campamentos de gitanos de origen rumano. No hay pruebas, pero se sospecha, en voz alta, que el ataque fue planificado por la Camorra.
Esta organización mafiosa controla, entre otros negocios, los vertederos donde se vuelca la basura procedente del norte rico e industrial, y ha fomentado una huelga de los servicios de recogida que tiene a la comarca napolitana al borde del caos y en situación de emergencia sanitaria. Algún malicioso podría deducir que hay un pacto bajo cuerda entre la Camorra y Berlusconi en el que estaría contemplado que la organización mafiosa le apretase las clavijas a los inmigrantes ilegales y ahogase en basura la ciudad para después brindarle al presidente del gobierno una fulminante y espectacular operación de limpieza como salida a la crisis. Y todo ello a cambio de subvenciones a sus servicios de recogida de basuras y a las constructoras que edificaran en los terrenos antes ocupados por los gitanos. En cualquier caso demasiadas casualidades.
El brote xenófobo de Sudáfrica, en cambio, presenta un desarrollo distinto. Allí bandas de ciudadanos sudafricanos de raza negra asesinaron a 24 inmigrantes negros y obligaron a varios miles más a refugiarse en comisarías, iglesias y centros oficiales para evitar el mismo destino. Unos huían de la miseria y el hambre de sus países y otros les achacaban el aumento del paro y de la delincuencia.
El premio Nobel Desmond Tutu lanzó un dramático llamamiento para que parase la matanza entre hermanos y recordó que en los años terribles del régimen racista los países vecinos habían acogido a los surafricanos fugitivos.
La xenofobia, muchas veces, más que un sentimiento de odio al extranjero o a lo desconocido es una expresión de odio a la pobreza.
A no caer en ella, a no mancharse con ella. Y los que más cerca están de ella, más la odian.
José Manuel Ponte - "Faro de Vigo" - 24-May-2008
viernes, 23 de mayo de 2008
No hay que "enfriar" la Economía
Existe un debate áspero entre los partidarios de enfriar la economía, para contener la inflación, y los que sostienen que todavía los ingresos son bajos y hay demasiados pobres esperando mejorar su situación.
La Presidente Cristina Fernández de Kirchner entiende que los enfriamientos fueron desfavorables para el país.
Es evidente que el crecimiento del PBI ha sido muy fuerte, desde 2002. Pero si comparamos el desempeño de varios países de nuestra América, en los últimos 10 años, lo nuestro no es demasiado favorable.
A precios constantes, el PBI por argentino creció 1,48% por año, mejor que Venezuela, Colombia y Brasil, pero debajo de Chile, Perú y México.
En cambio, en dólares constantes, los argentinos perdimos ingresos a un ritmo del 4,78% anual, la mayor caída de todos, en amplio contraste con el crecimiento de Venezuela, México y Chile.
La razón de las abruptas discrepancias entre una y otra medición es que el PBI a precios constantes sólo toma en cuenta los cambios de volúmenes físicos. En cambio, el cómputo a dólares constantes incorpora
- los cambios de precios relativos,
- la relación precios externos a internos y
- refleja mejor el interés de los inversores
La Presidente Cristina Fernández de Kirchner entiende que los enfriamientos fueron desfavorables para el país.
Es evidente que el crecimiento del PBI ha sido muy fuerte, desde 2002. Pero si comparamos el desempeño de varios países de nuestra América, en los últimos 10 años, lo nuestro no es demasiado favorable.
A precios constantes, el PBI por argentino creció 1,48% por año, mejor que Venezuela, Colombia y Brasil, pero debajo de Chile, Perú y México.
En cambio, en dólares constantes, los argentinos perdimos ingresos a un ritmo del 4,78% anual, la mayor caída de todos, en amplio contraste con el crecimiento de Venezuela, México y Chile.
La razón de las abruptas discrepancias entre una y otra medición es que el PBI a precios constantes sólo toma en cuenta los cambios de volúmenes físicos. En cambio, el cómputo a dólares constantes incorpora
- los cambios de precios relativos,
- la relación precios externos a internos y
- refleja mejor el interés de los inversores
Crecimiento por habitante: Tasas anuales
Pesos Dólares
Constantes
Argentina 1.48% -4.78%
Brasil 1.16% -0.64%
Chile 2.49% 2.49%
Colombia 1.11% -0.54%
México 2.09% 4.84%
Perú 2.20% 1.60%
Venezuela 0.74% 5.44%
Constantes
Argentina 1.48% -4.78%
Brasil 1.16% -0.64%
Chile 2.49% 2.49%
Colombia 1.11% -0.54%
México 2.09% 4.84%
Perú 2.20% 1.60%
Venezuela 0.74% 5.44%
Fuente: FMI-WEO
La Presidente Cristina Fernández de Kirchner tiene razón. No hay que enfriar la economía pues los argentinos nos hemos rezagado respecto del resto del mundo y de nuestros hermanos de América.
La Presidente Cristina Fernández de Kirchner tiene razón. No hay que enfriar la economía pues los argentinos nos hemos rezagado respecto del resto del mundo y de nuestros hermanos de América.
Nuestra falla, nuestra desventaja comparativa, ha sido un debilitamiento de las instituciones que incentivan al trabajo, pues hacen confiable a la gente y nutren el crédito.
En esta coyuntura, enfriar la economía no resulta oportuno. Desde hace demasiado tiempo muchos argentinos desesperan por mejorar sus condiciones de vida. El camino es
En esta coyuntura, enfriar la economía no resulta oportuno. Desde hace demasiado tiempo muchos argentinos desesperan por mejorar sus condiciones de vida. El camino es
- superar los conflictos, incluso los que llevan al planteo del título,
- encontrando ventajas recíprocas en el desarrollo de nuevos conocimientos y
- superar los cuellos de botella que traban las actividades productivas.
Es un grave error suponer que los recursos están dados y no pueden expandirse. Que, en la medida que se dediquen a una finalidad, no habrá para las otras.
Es un grave error suponer que los recursos están dados y no pueden expandirse. Que, en la medida que se dediquen a una finalidad, no habrá para las otras.
La realidad es que la producción está limitada
- por la escasez de conocimientos aplicados,
- por los obstáculos que el sistema social y productivo impone a las iniciativas individuales.
Donde hay más libertad y seguridad, las iniciativas avanzan, ocupando a más gente porque genera más valor.
Los distintos desempeños de las naciones - los ingresos asimétricos de los países y su gente - demuestran que los que consiguen aplicar más conocimientos atraen más recursos y producen más.
Las naciones son tan avanzadas como
Los distintos desempeños de las naciones - los ingresos asimétricos de los países y su gente - demuestran que los que consiguen aplicar más conocimientos atraen más recursos y producen más.
Las naciones son tan avanzadas como
- desarrollen sociedades del conocimiento,
- donde cada individuo logra aplicar sus habilidades y
- engrandecerlas en paz y libertad.
De esa manera, agregan valor. Porque los distintos agentes productivos se esfuerzan y trabajan hasta tanto confíen que las expectativas, promesas y contratos se cumplirán.
En contraste, las naciones rezagadas
- suelen entorpecer las iniciativas,
- traban las capacidades individuales,
- nutriendo la inseguridad, tanto física como jurídica.
Para evitar enfriar la economía debemos reforzar las instituciones que hacen más firmes las expectativas y contratos. En ese caso, podríamos confiar más, hacer más negocios y desarrollar actividades más productivas de manera más intensa, aumentando el ingreso de todos simultáneamente.
Para evitar enfriar la economía debemos reforzar las instituciones que hacen más firmes las expectativas y contratos. En ese caso, podríamos confiar más, hacer más negocios y desarrollar actividades más productivas de manera más intensa, aumentando el ingreso de todos simultáneamente.
Sin enfriamiento, los aparentes excesos de demanda se nivelarían una vez que funcionasen plenamente los mecanismos de la actividad privada, con el soporte de un estado fuerte en el sostenimiento de los derechos individuales e instituciones garantes, que atraiga y fomente la producción e inversión en el país.
No hace falta inventar nada, pues otras naciones son exitosas justamente por haber desarrollado instituciones eficaces y podemos copiar o adoptar sus mejores procedimientos.
Dr. Enrique Blasco Garma - CIIMA - ESEADE - Buenos Aires - 23-May-2008
No hace falta inventar nada, pues otras naciones son exitosas justamente por haber desarrollado instituciones eficaces y podemos copiar o adoptar sus mejores procedimientos.
Los precios de los alimentos continúan altos a pesar del aumento de producción
La amenaza del hambre puede agravarse en algunos paises pobres.
Los precios elevados de los alimentos han afectado en particular a muchos países en donde la población vulnerable dedica una parte importante de sus ingresos en la alimentación, según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) publicado hoy.
El último informe Perspectivas Alimentarias señala que el coste total de las importaciones de alimentos de los Países de bajos ingresos y con déficit de alimentos (PBIDA) puede alcanzar los 169 000 millones de dólares EE.UU. en 2008, un 40 por ciento más que en 2007.
La FAO califica al constante incremento del gasto en importaciones de alimentos de los grupos de países vulnerables de “situación preocupante”, y afirma que para finales de 2008 el gasto anual en alimentos importados podría suponer cuatro veces más que en 2000.
Según Perspectivas Alimentarias, los precios internacionales de la mayoría de los productos básicos agrícolas han empezado a disminuir, pero es poco probable que vuelvan a los bajos niveles de años precedentes. El índice de precios de los alimentos de la FAO se ha mantenido estable desde febrero de 2008, pero la media de los cuatro primeros meses de este año es aún un 53 % mayor comparada con el mismo periodo del año anterior.
“La comida ha dejado de ser el producto barato de antaño. Los precios al alza de los alimentos están destinados a empeorar el nivel actual inaceptable de carencia de alimentos de 854 millones de personas”, afirmó Hafez Ghanem, Subdirector General de la FAO.
“Estamos enfrentándonos al riesgo –advirtió- de que el número de personas que pasan hambre aumente en muchos más millones.”
A pesar de unas perspectivas favorables para la producción mundial, se prevé que la esperada disminución en el precio de numerosos productos básicos agrícolas durante la nueva temporada 2008/09 sea limitada, debido a la necesidad de reponer las reservas y al aumento de su utilización.
Debido a este incremento del uso, se necesita más de una buena temporada para reponer las reservas y reducir la volatilidad de los precios.La última previsión de la FAO para la producción mundial de cereales en 2008 apunta a un récord en la producción, que incluyendo al arroz elaborado, alcanza los 2.192 millones de toneladas, un 3,8 por ciento más que en 2007.
Entre los principales cereales, se espera que el ajustado suministro de trigo experimenté una gran mejoría dadas las previsiones de mejores cosechas para 2008. A pesar de estos niveles récord de producción en diversos cultivos, es probable que la volatilidad de los precios sea constante durante la temporada.
Los Jefes de Estado y de Gobierno abordarán
- el problema de los elevados precios de los alimentos,
- los desafíos del cambio climático,
- la bioenergía y
- la seguridad alimentaria
en la próxima cumbre de junio en Roma (3-5 de junio de 2008).
Otros productos básicos: Aceites y semillas oleaginosas
El aumento de los precios internacionales de las semillas oleaginosas y sus productos derivados se ha acelerado en 2007/08, alcanzándose nuevos niveles récord en marzo de 2008. Debido a la coincidencia de crecimiento adicional de la demanda con un reducido incremento del suministro de aceites y un descenso en el abastecimiento de harina, los mercados mundiales se han retraído de forma considerable.
Las primeras previsiones para la temporada 2008/09 apuntan a una notable recuperación en la producción mundial de semillas oleaginosas, de forma que la producción resultante de aceite y harina debería ser suficiente para satisfacer la demanda mundial.
Azúcar
Gracias a unas condiciones de crecimiento generalmente favorables se ha alcanzado un récord en la producción mundial de azúcar en 2007/08 y, aunque se espera que el consumo mundial de azúcar aumente a un ritmo constante, no será suficiente para absorber el segundo excedente mundial consecutivo de suministro que se prevé. Se espera que los precios internacionales del azúcar permanezcan bajo una presión descendente.
Carne
Se espera que la producción mundial de carne aumente en 2008 a pesar del elevado precio de los piensos. El sólido crecimiento económico mantendrá el consumo firme en muchos países en desarrollo.
Lácteos
La producción mundial de leche, en respuesta al elevado precio de los productos lácteos del año pasado, deberá crecer intensamente en 2008. Sin embargo, existe incertidumbre en cuanto al camino que tomarán los mercados. Se prevé que el comercio mundial de productos lácteos disminuya nuevamente en 2008 debido fundamentalmente a la reducción de los suministros exportables. Parece que la demanda de productos importados ha vacilado por el elevado precio de los productos lácteos, debido a los importantes aumentos de la producción láctea en diversos países importadores.
Pesca
Perspectivas Alimentarias prevé que el crecimiento de la acuicultura alcance este año el hito histórico de igualar la producción esperada para la pesca de captura en 2008. Los precios de las especies silvestres de la pesca de captura están aumentando de forma notable pero se espera que el aumento del precio de las especies cultivadas sea más moderado.
La patata
La producción mundial de patata podría crecer entre el 2 y el 3 por ciento anual en la próxima década, con los países en desarrollo (especialmente en África subsahariana) los principales impulsores de este crecimiento. En China, el mayor productor mundial de patatas, las autoridades estudian propuestas para convertir la patata en uno de los principales cultivos del país, mientras que India está evaluando planes para doblar la producción de patata en los próximos cinco a diez años.
John Riddle - Oficina de Prensa FAO - Roma - 22-May-2008
Los precios elevados de los alimentos han afectado en particular a muchos países en donde la población vulnerable dedica una parte importante de sus ingresos en la alimentación, según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) publicado hoy.
El último informe Perspectivas Alimentarias señala que el coste total de las importaciones de alimentos de los Países de bajos ingresos y con déficit de alimentos (PBIDA) puede alcanzar los 169 000 millones de dólares EE.UU. en 2008, un 40 por ciento más que en 2007.
La FAO califica al constante incremento del gasto en importaciones de alimentos de los grupos de países vulnerables de “situación preocupante”, y afirma que para finales de 2008 el gasto anual en alimentos importados podría suponer cuatro veces más que en 2000.
Según Perspectivas Alimentarias, los precios internacionales de la mayoría de los productos básicos agrícolas han empezado a disminuir, pero es poco probable que vuelvan a los bajos niveles de años precedentes. El índice de precios de los alimentos de la FAO se ha mantenido estable desde febrero de 2008, pero la media de los cuatro primeros meses de este año es aún un 53 % mayor comparada con el mismo periodo del año anterior.
“La comida ha dejado de ser el producto barato de antaño. Los precios al alza de los alimentos están destinados a empeorar el nivel actual inaceptable de carencia de alimentos de 854 millones de personas”, afirmó Hafez Ghanem, Subdirector General de la FAO.
“Estamos enfrentándonos al riesgo –advirtió- de que el número de personas que pasan hambre aumente en muchos más millones.”
A pesar de unas perspectivas favorables para la producción mundial, se prevé que la esperada disminución en el precio de numerosos productos básicos agrícolas durante la nueva temporada 2008/09 sea limitada, debido a la necesidad de reponer las reservas y al aumento de su utilización.
Debido a este incremento del uso, se necesita más de una buena temporada para reponer las reservas y reducir la volatilidad de los precios.La última previsión de la FAO para la producción mundial de cereales en 2008 apunta a un récord en la producción, que incluyendo al arroz elaborado, alcanza los 2.192 millones de toneladas, un 3,8 por ciento más que en 2007.
Entre los principales cereales, se espera que el ajustado suministro de trigo experimenté una gran mejoría dadas las previsiones de mejores cosechas para 2008. A pesar de estos niveles récord de producción en diversos cultivos, es probable que la volatilidad de los precios sea constante durante la temporada.
Los Jefes de Estado y de Gobierno abordarán
- el problema de los elevados precios de los alimentos,
- los desafíos del cambio climático,
- la bioenergía y
- la seguridad alimentaria
en la próxima cumbre de junio en Roma (3-5 de junio de 2008).
Otros productos básicos: Aceites y semillas oleaginosas
El aumento de los precios internacionales de las semillas oleaginosas y sus productos derivados se ha acelerado en 2007/08, alcanzándose nuevos niveles récord en marzo de 2008. Debido a la coincidencia de crecimiento adicional de la demanda con un reducido incremento del suministro de aceites y un descenso en el abastecimiento de harina, los mercados mundiales se han retraído de forma considerable.
Las primeras previsiones para la temporada 2008/09 apuntan a una notable recuperación en la producción mundial de semillas oleaginosas, de forma que la producción resultante de aceite y harina debería ser suficiente para satisfacer la demanda mundial.
Azúcar
Gracias a unas condiciones de crecimiento generalmente favorables se ha alcanzado un récord en la producción mundial de azúcar en 2007/08 y, aunque se espera que el consumo mundial de azúcar aumente a un ritmo constante, no será suficiente para absorber el segundo excedente mundial consecutivo de suministro que se prevé. Se espera que los precios internacionales del azúcar permanezcan bajo una presión descendente.
Carne
Se espera que la producción mundial de carne aumente en 2008 a pesar del elevado precio de los piensos. El sólido crecimiento económico mantendrá el consumo firme en muchos países en desarrollo.
Lácteos
La producción mundial de leche, en respuesta al elevado precio de los productos lácteos del año pasado, deberá crecer intensamente en 2008. Sin embargo, existe incertidumbre en cuanto al camino que tomarán los mercados. Se prevé que el comercio mundial de productos lácteos disminuya nuevamente en 2008 debido fundamentalmente a la reducción de los suministros exportables. Parece que la demanda de productos importados ha vacilado por el elevado precio de los productos lácteos, debido a los importantes aumentos de la producción láctea en diversos países importadores.
Pesca
Perspectivas Alimentarias prevé que el crecimiento de la acuicultura alcance este año el hito histórico de igualar la producción esperada para la pesca de captura en 2008. Los precios de las especies silvestres de la pesca de captura están aumentando de forma notable pero se espera que el aumento del precio de las especies cultivadas sea más moderado.
La patata
La producción mundial de patata podría crecer entre el 2 y el 3 por ciento anual en la próxima década, con los países en desarrollo (especialmente en África subsahariana) los principales impulsores de este crecimiento. En China, el mayor productor mundial de patatas, las autoridades estudian propuestas para convertir la patata en uno de los principales cultivos del país, mientras que India está evaluando planes para doblar la producción de patata en los próximos cinco a diez años.
John Riddle - Oficina de Prensa FAO - Roma - 22-May-2008
La inflación está de vuelta
Economía global: Los aumentos de precios de dos dígitos están a punto de hacer sufrir a dos tercios de la población del mundo
Con "un asesino en serie" económico suelto, de una forma u otra la política monetaria tendrá que ajustarse y los tipos de cambio subir.
Ronald Reagan una vez manifestó que la inflación era
- "tan violenta como un asaltante,
- tan aterradora como un delincuente armado y
- tan mortal como un asesino a sueldo".
Hasta hace poco, las autoridades del Banco Central pensaban que este matón había sido encarcelado de por vida. Gracias a sólidas políticas monetarias, la inflación en todo el mundo se había mantenido en niveles bajos en los últimos años. Pero el asaltante nuevamente anda merodeando.
Aun cuando EE.UU. esté próximo a una recesión y el crecimiento en otras economías desarrolladas se haya retardado, la inflación está aumentando.
Jean Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo, esta semana advirtió sobre los errores que se cometieron en la década de 1970, cuando la inflación se soltó con un enorme costo para el crecimiento. Sus palabras estaban dirigidas a los bancos centrales de los países ricos, pero aquellos a cargo de las políticas en las economías emergentes son los que más deberían prestar atención.
En países como China, India, Indonesia y Arabia Saudita, incluso, las estadísticas oficiales, a menudo tramposas, muestran que los precios subieron de 8 a 10% en 2007;
- en Rusia el índice supera el 14%;
- en Argentina la cifra verdadera es 23%, y
- en Venezuela, 29%.
Si mide los números correctamente, dos tercios de la población mundial sufrirían de índices de inflación de dos dígitos la próxima temporada.Tomado como un todo (y haciendo uso de cifras oficiales), el índice inflacionario promedio del mundo subió a 5,5%, su nivel más alto desde 1999.
La causa principal ha sido el alza en los precios de los alimentos y del petróleo, que superó los US$ 135 esta semana. Pero la preocupación de Trichet es que las tasas más altas podrían hacer subir las expectativas inflacionarias, lo que llevaría a mayores exigencias salariales y así desencadenar una espiral de precios y salarios como en la década de 1970.
El error de los banqueros centrales en ese entonces fue mantener la política monetaria demasiado suelta, de modo que los precios más altos del petróleo rápidamente fomentaron otros precios. Por lo tanto, es preocupante que la política monetaria global esté ahora en su nivel más suelto desde la década de 1970: la tasa de interés real promedio del mundo es negativa.
Al bajar las tasas de interés a medida que la inflación subía,
- ¿la Fed sembró las semillas de una nueva era inflacionaria?
Ese punto de vista parece difícil de demostrar en el mundo industrializado. Los índices de inflación de 3,9% en EE.UU. y del 3,3% en la zona euro son más altos de lo que desean los bancos centrales, y las expectativas inflacionarias están subiendo.
Si el crecimiento en el área del euro sigue firme, el Banco Central Europeo se debería preocupar más de la inflación. Pero hasta la fecha hay pocas señas de que los precios más altos de los alimentos y del petróleo estén impulsando a otros precios en las economías ricas. Los salarios han permanecido relativamente bajos y los índices de inflación básica (excluyendo alimentos y energía) son un poco más altos que hace un año. Además, se espera que el crecimiento esté por debajo de la tendencia en EE.UU. y Europa en 2009, y es probable que el desempleo suba, lo que ayudará a contener los aumentos salariales.
El cuadro es muy diferente en los países emergentes. Los precios están subiendo mucho más rápido, en parte porque los alimentos responden por una porción más grande de sus índices de precios al consumidor. Pero los salarios (que están subiendo en casi 30% al año en Rusia) y las tasas de inflación básica también se están acelerando.
Hay similitudes alarmantes entre las economías emergentes de hoy en día y del mundo industrializado en la década de 1970, cuando alzó el vuelo la Gran Inflación.
Muchos de aquellos a cargo de las políticas en los mercados emergentes ven el alza de la inflación como un impacto de la oferta a corto plazo, y en consecuencia, ven poca necesidad de elevar las tasas de interés. En cambio, utilizan controles de precios y subsidios para poner tope a los precios.
Las masas monetarias están aumentando casi tres veces más rápido que en el mundo desarrollado. Muchos bancos centrales aún no son totalmente independientes. Y las expectativas inflacionarias no están debidamente ancladas, aumentando el riesgo de una espiral de precios y salarios.
El aumento de la inflación, al igual que gran parte de la economía mundial en los últimos años, se puede explicar de algún modo a través de los vínculos cada vez más complejos entre las economías desarrolladas y las emergentes.
Estas últimas compartían cierta responsabilidad por la burbuja crediticia y habitacional de EE.UU. Mientras las economías asiáticas y los exportadores de petróleo del Medio Oriente manejaban grandes excedentes de cuenta corriente, ellos acumulaban reservas de divisas (principalmente en valores del Tesoro de EE.UU.) con el fin de impedir que sus monedas subieran. Eso hizo bajar el rendimiento de los bonos.
Al mismo tiempo, las importaciones baratas desde China y otros lugares contribuyeron a que los bancos centrales en las economías ricas no dejaran subir la inflación mientras mantenían las tasas de interés a corto plazo más bajas que en el pasado.
El dinero barato estimuló la burbuja de EE.UU.Ahora que estalló esta burbuja, el estímulo monetario a través de las fronteras cambió de dirección. Cuando la Fed ha bajado las tasas de interés, las economías emergentes que vinculan su moneda con el dólar se han visto forzadas a manejar una política monetaria más suelta, aun cuando sus economías se estén recalentando.
Las economías emergentes con monedas alineadas más estrechamente con el dólar, principalmente en Asia y en el Golfo, han visto las mayores alzas de precios. Los países, como México, que tienen tipos de cambio más flexibles y están más comprometidos con los objetivos inflacionarios, lo han hecho mejor.
El dinero suelto en EE.UU. y los tipos de cambio rígidos en economías emergentes son una mezcla peligrosa. Mientras más tiempo las economías emergentes sujeten sus tipos de cambio, mayor es el riesgo de que suba la inflación global. De acuerdo, la apreciación del tipo de cambio no es un remedio tan simple para las economías emergentes como dicen algunos:
- un alza en las tasas de interés y la expectativa de una mayor apreciación en el tipo de cambio podría exacerbar la inflación,
- al absorber más capital; y liberar el tipo de cambio corre el riesgo de una sobrevaloración masiva.
The Economist - "El Mercurio" - Santiago de Chile - 23-May-2008
Con "un asesino en serie" económico suelto, de una forma u otra la política monetaria tendrá que ajustarse y los tipos de cambio subir.
Ronald Reagan una vez manifestó que la inflación era
- "tan violenta como un asaltante,
- tan aterradora como un delincuente armado y
- tan mortal como un asesino a sueldo".
Hasta hace poco, las autoridades del Banco Central pensaban que este matón había sido encarcelado de por vida. Gracias a sólidas políticas monetarias, la inflación en todo el mundo se había mantenido en niveles bajos en los últimos años. Pero el asaltante nuevamente anda merodeando.
Aun cuando EE.UU. esté próximo a una recesión y el crecimiento en otras economías desarrolladas se haya retardado, la inflación está aumentando.
Jean Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo, esta semana advirtió sobre los errores que se cometieron en la década de 1970, cuando la inflación se soltó con un enorme costo para el crecimiento. Sus palabras estaban dirigidas a los bancos centrales de los países ricos, pero aquellos a cargo de las políticas en las economías emergentes son los que más deberían prestar atención.
En países como China, India, Indonesia y Arabia Saudita, incluso, las estadísticas oficiales, a menudo tramposas, muestran que los precios subieron de 8 a 10% en 2007;
- en Rusia el índice supera el 14%;
- en Argentina la cifra verdadera es 23%, y
- en Venezuela, 29%.
Si mide los números correctamente, dos tercios de la población mundial sufrirían de índices de inflación de dos dígitos la próxima temporada.Tomado como un todo (y haciendo uso de cifras oficiales), el índice inflacionario promedio del mundo subió a 5,5%, su nivel más alto desde 1999.
La causa principal ha sido el alza en los precios de los alimentos y del petróleo, que superó los US$ 135 esta semana. Pero la preocupación de Trichet es que las tasas más altas podrían hacer subir las expectativas inflacionarias, lo que llevaría a mayores exigencias salariales y así desencadenar una espiral de precios y salarios como en la década de 1970.
El error de los banqueros centrales en ese entonces fue mantener la política monetaria demasiado suelta, de modo que los precios más altos del petróleo rápidamente fomentaron otros precios. Por lo tanto, es preocupante que la política monetaria global esté ahora en su nivel más suelto desde la década de 1970: la tasa de interés real promedio del mundo es negativa.
Al bajar las tasas de interés a medida que la inflación subía,
- ¿la Fed sembró las semillas de una nueva era inflacionaria?
Ese punto de vista parece difícil de demostrar en el mundo industrializado. Los índices de inflación de 3,9% en EE.UU. y del 3,3% en la zona euro son más altos de lo que desean los bancos centrales, y las expectativas inflacionarias están subiendo.
Si el crecimiento en el área del euro sigue firme, el Banco Central Europeo se debería preocupar más de la inflación. Pero hasta la fecha hay pocas señas de que los precios más altos de los alimentos y del petróleo estén impulsando a otros precios en las economías ricas. Los salarios han permanecido relativamente bajos y los índices de inflación básica (excluyendo alimentos y energía) son un poco más altos que hace un año. Además, se espera que el crecimiento esté por debajo de la tendencia en EE.UU. y Europa en 2009, y es probable que el desempleo suba, lo que ayudará a contener los aumentos salariales.
El cuadro es muy diferente en los países emergentes. Los precios están subiendo mucho más rápido, en parte porque los alimentos responden por una porción más grande de sus índices de precios al consumidor. Pero los salarios (que están subiendo en casi 30% al año en Rusia) y las tasas de inflación básica también se están acelerando.
Hay similitudes alarmantes entre las economías emergentes de hoy en día y del mundo industrializado en la década de 1970, cuando alzó el vuelo la Gran Inflación.
Muchos de aquellos a cargo de las políticas en los mercados emergentes ven el alza de la inflación como un impacto de la oferta a corto plazo, y en consecuencia, ven poca necesidad de elevar las tasas de interés. En cambio, utilizan controles de precios y subsidios para poner tope a los precios.
Las masas monetarias están aumentando casi tres veces más rápido que en el mundo desarrollado. Muchos bancos centrales aún no son totalmente independientes. Y las expectativas inflacionarias no están debidamente ancladas, aumentando el riesgo de una espiral de precios y salarios.
El aumento de la inflación, al igual que gran parte de la economía mundial en los últimos años, se puede explicar de algún modo a través de los vínculos cada vez más complejos entre las economías desarrolladas y las emergentes.
Estas últimas compartían cierta responsabilidad por la burbuja crediticia y habitacional de EE.UU. Mientras las economías asiáticas y los exportadores de petróleo del Medio Oriente manejaban grandes excedentes de cuenta corriente, ellos acumulaban reservas de divisas (principalmente en valores del Tesoro de EE.UU.) con el fin de impedir que sus monedas subieran. Eso hizo bajar el rendimiento de los bonos.
Al mismo tiempo, las importaciones baratas desde China y otros lugares contribuyeron a que los bancos centrales en las economías ricas no dejaran subir la inflación mientras mantenían las tasas de interés a corto plazo más bajas que en el pasado.
El dinero barato estimuló la burbuja de EE.UU.Ahora que estalló esta burbuja, el estímulo monetario a través de las fronteras cambió de dirección. Cuando la Fed ha bajado las tasas de interés, las economías emergentes que vinculan su moneda con el dólar se han visto forzadas a manejar una política monetaria más suelta, aun cuando sus economías se estén recalentando.
Las economías emergentes con monedas alineadas más estrechamente con el dólar, principalmente en Asia y en el Golfo, han visto las mayores alzas de precios. Los países, como México, que tienen tipos de cambio más flexibles y están más comprometidos con los objetivos inflacionarios, lo han hecho mejor.
El dinero suelto en EE.UU. y los tipos de cambio rígidos en economías emergentes son una mezcla peligrosa. Mientras más tiempo las economías emergentes sujeten sus tipos de cambio, mayor es el riesgo de que suba la inflación global. De acuerdo, la apreciación del tipo de cambio no es un remedio tan simple para las economías emergentes como dicen algunos:
- un alza en las tasas de interés y la expectativa de una mayor apreciación en el tipo de cambio podría exacerbar la inflación,
- al absorber más capital; y liberar el tipo de cambio corre el riesgo de una sobrevaloración masiva.
The Economist - "El Mercurio" - Santiago de Chile - 23-May-2008
miércoles, 21 de mayo de 2008
"Vicios privados, beneficios públicos"
Los sueldos de los altos ejecutivos.
La descripción más descarnada de los principios que guían al capitalismo pertenece al filósofo y moralista Bernard de Mandeville, un médico holandés que vivió y escribió en la Inglaterra del siglo XVIII.
En "La fábula de las abejas", obra publicada en 1714 con el subtítulo de "Vicios privados, beneficios públicos", sostiene que la búsqueda egoísta del bienestar del individuo (vicios privados) favorece normalmente el bien del Estado (beneficios públicos).
Para este autor, "aquellas pasiones de las cuales todos decimos avergonzarnos son precisamente las que constituyen el soporte de una sociedad próspera".
Según Mandeville, lo que más le gusta al hombre que vive en sociedad es que los demás hablen de él. De esta manera existe una inclinación natural al lujo.
Los individuos que buscan su propio interés y placer, viviendo lujosamente, hacen circular el dinero y de esta manera la sociedad progresa y florece.
Por el contrario, si todo el mundo fuese austero, si los seres humanos no buscasen el lujo y el confort, no sería necesaria la acumulación y el capitalismo perdería uno de sus incentivos fundamentales.
Gastar el dinero en lujos beneficia a los pobres, dice Mandeville, porque la demanda proveniente del lujo favorece el desarrollo de las industrias y el empleo.
Las ideas de Mandeville no parecen haber calado hondo entre los actuales dirigentes europeos. El Eurogrupo, que reúne a los ministros de Economía de la zona euro, ha tomado la decisión de iniciar una investigación a efectos de determinar en qué medida los sueldos de los altos ejecutivos han contribuido al agravamiento de la crisis financiera internacional.
Existen indicios de que la remuneración de los directivos basada en los beneficios a corto plazo puede haber contribuido a la adopción de riesgos financieros desproporcionados. Según las opiniones de los expertos, "la pregunta que hay que formularse es si la obtención de beneficios coyunturales, logrados en ocasiones a costa de despidos masivos, son causantes de los desequilibrios financieros actuales".
La vinculación que actualmente existe entre diversas formas de remuneración de los altos ejecutivos (bonos, stock options, contratos blindados, etc.) y los rendimientos a corto plazo puede propiciar la adopción de estrategias financieras que se revelan arriesgadas en el largo plazo.
La crítica a los elevados sueldos de los ejecutivos ya se había formulado en el seno del Eurogrupo el año pasado, pero por razones éticas y morales. Según su presidente, el primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, existe una contradicción entre las llamadas a la moderación salarial que se hacen permanentemente a los trabajadores y los aumentos escandalosos de las remuneraciones de los altos ejecutivos.
La Eurocámara también había criticado los sueldos de los altos ejecutivos "que tienden a crecer de manera desproporcionada con los salarios ordinarios, lo que desmotiva el apoyo a una política salarial responsable".
Quien también ha intervenido en el debate es la canciller de Alemania, Angela Merkel, al criticar acerbamente los elevados sueldos de los ejecutivos en el sector automovilístico. Tomando como ejemplo el caso del máximo directivo de la firma Porsche, Wendelin Wiedeking -quien obtuvo en el 2007 un total de 60 millones de euros- para Merkel, la Unión Europea no debe adoptar el sistema de remuneración del sector automovilístico de Estados Unidos.
Allí los ejecutivos ganan mil veces más que los empleados, frente al de Japón, donde los directivos perciben sólo 20 veces más que los trabajadores.
En el espectacular ranking de sueldos mundiales en el sector automotriz, aparece en segundo lugar, detrás de Wiedeking,
- el presidente de Ford Motor, Alan Mullaly, con 28,18 millones de dólares, seguido
- del CEO (Chief Executive Officer) de la General Motors, Rick Wagoner, con 9,3 millones de dólares.
En el sector financiero, el presidente del BBVA, Francisco González, tuvo la delicadeza de admitir -en la Junta de Accionistas celebrada en España- que su retribución total del 2006 (casi 20 millones de euros incluido el sueldo anual, el bonus trienal y la aportación al plan de pensiones) era "éticamente discutible".
Es imposible saber si Bernard de Mandeville hubiera mantenido sus opiniones a la luz de los fuertes contrastes remuneratorios que ofrece del capitalismo globalizado del siglo XXI.
En cualquier caso, con independencia de la fundada sospecha de que los vicios privados están detrás de la actual crisis financiera mundial que afecta al espacio público, hay una cuestión ética insoslayable, como reconoce González.
Por más vueltas que le demos, no hay argumento moral ni utilitario que pueda legitimar diferencias de ingresos que nos retrotraen a la época de los faraones egipcios.
Aleardo F. Laría - "La Capital" - Mar del Plata - 21-May-2008
La descripción más descarnada de los principios que guían al capitalismo pertenece al filósofo y moralista Bernard de Mandeville, un médico holandés que vivió y escribió en la Inglaterra del siglo XVIII.
En "La fábula de las abejas", obra publicada en 1714 con el subtítulo de "Vicios privados, beneficios públicos", sostiene que la búsqueda egoísta del bienestar del individuo (vicios privados) favorece normalmente el bien del Estado (beneficios públicos).
Para este autor, "aquellas pasiones de las cuales todos decimos avergonzarnos son precisamente las que constituyen el soporte de una sociedad próspera".
Según Mandeville, lo que más le gusta al hombre que vive en sociedad es que los demás hablen de él. De esta manera existe una inclinación natural al lujo.
Los individuos que buscan su propio interés y placer, viviendo lujosamente, hacen circular el dinero y de esta manera la sociedad progresa y florece.
Por el contrario, si todo el mundo fuese austero, si los seres humanos no buscasen el lujo y el confort, no sería necesaria la acumulación y el capitalismo perdería uno de sus incentivos fundamentales.
Gastar el dinero en lujos beneficia a los pobres, dice Mandeville, porque la demanda proveniente del lujo favorece el desarrollo de las industrias y el empleo.
Las ideas de Mandeville no parecen haber calado hondo entre los actuales dirigentes europeos. El Eurogrupo, que reúne a los ministros de Economía de la zona euro, ha tomado la decisión de iniciar una investigación a efectos de determinar en qué medida los sueldos de los altos ejecutivos han contribuido al agravamiento de la crisis financiera internacional.
Existen indicios de que la remuneración de los directivos basada en los beneficios a corto plazo puede haber contribuido a la adopción de riesgos financieros desproporcionados. Según las opiniones de los expertos, "la pregunta que hay que formularse es si la obtención de beneficios coyunturales, logrados en ocasiones a costa de despidos masivos, son causantes de los desequilibrios financieros actuales".
La vinculación que actualmente existe entre diversas formas de remuneración de los altos ejecutivos (bonos, stock options, contratos blindados, etc.) y los rendimientos a corto plazo puede propiciar la adopción de estrategias financieras que se revelan arriesgadas en el largo plazo.
La crítica a los elevados sueldos de los ejecutivos ya se había formulado en el seno del Eurogrupo el año pasado, pero por razones éticas y morales. Según su presidente, el primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, existe una contradicción entre las llamadas a la moderación salarial que se hacen permanentemente a los trabajadores y los aumentos escandalosos de las remuneraciones de los altos ejecutivos.
La Eurocámara también había criticado los sueldos de los altos ejecutivos "que tienden a crecer de manera desproporcionada con los salarios ordinarios, lo que desmotiva el apoyo a una política salarial responsable".
Quien también ha intervenido en el debate es la canciller de Alemania, Angela Merkel, al criticar acerbamente los elevados sueldos de los ejecutivos en el sector automovilístico. Tomando como ejemplo el caso del máximo directivo de la firma Porsche, Wendelin Wiedeking -quien obtuvo en el 2007 un total de 60 millones de euros- para Merkel, la Unión Europea no debe adoptar el sistema de remuneración del sector automovilístico de Estados Unidos.
Allí los ejecutivos ganan mil veces más que los empleados, frente al de Japón, donde los directivos perciben sólo 20 veces más que los trabajadores.
En el espectacular ranking de sueldos mundiales en el sector automotriz, aparece en segundo lugar, detrás de Wiedeking,
- el presidente de Ford Motor, Alan Mullaly, con 28,18 millones de dólares, seguido
- del CEO (Chief Executive Officer) de la General Motors, Rick Wagoner, con 9,3 millones de dólares.
En el sector financiero, el presidente del BBVA, Francisco González, tuvo la delicadeza de admitir -en la Junta de Accionistas celebrada en España- que su retribución total del 2006 (casi 20 millones de euros incluido el sueldo anual, el bonus trienal y la aportación al plan de pensiones) era "éticamente discutible".
Es imposible saber si Bernard de Mandeville hubiera mantenido sus opiniones a la luz de los fuertes contrastes remuneratorios que ofrece del capitalismo globalizado del siglo XXI.
En cualquier caso, con independencia de la fundada sospecha de que los vicios privados están detrás de la actual crisis financiera mundial que afecta al espacio público, hay una cuestión ética insoslayable, como reconoce González.
Por más vueltas que le demos, no hay argumento moral ni utilitario que pueda legitimar diferencias de ingresos que nos retrotraen a la época de los faraones egipcios.
Aleardo F. Laría - "La Capital" - Mar del Plata - 21-May-2008
martes, 20 de mayo de 2008
El liberalismo auténtico
HAY -como sucede en todas las ideologías- interpretaciones y sensibilidades distintas sobre el liberalismo.
Nadie debe arrogarse ni la definición ni la representación del liberalismo auténtico. Sería ciertamente poco liberal. Una vez aceptado lo anterior, conviene aclarar algunas otras cosas porque en este mundo político, confuso y revuelto, la ideología liberal viene sufriendo manipulaciones sectarias, groseras y abusivas.
Es un hecho innegable que tanto en la forma como, en alguna medida, en el fondo, socialistas y conservadores -o en el lenguaje actual, centro derecha y centro izquierda- se han visto forzados a aceptar la superioridad intelectual y la mayor eficacia práctica de las concepciones liberales en casi todos los terrenos y de manera muy especial en el económico.
Nadie puede negar esa realidad. Lo que sí puede y debe negarse categóricamente es que la simple aceptación, tan forzada como parcial, de principios liberales, les convierta, sin ningún otro esfuerzo, en liberales. El liberalismo conservador y el socialismo liberal tienen algo -y a veces mucho- de contradicción en términos. Existe un componente antiliberal en ambas ideologías que es imposible disimular.
No tienen, en síntesis, fe en el individuo ni están dispuestas a centrar en él la acción política básica.
Son ideologías que han cumplido un papel decisivo en la historia y que lo seguirán cumpliendo porque responden todavía a tendencias y aspiraciones básicas del ser humano. Pero están viviendo momentos muy difíciles.
- El colapso del marxismo,
- la aceleración de los cambios culturales, económicos y tecnológicos,
- la progresiva dilución del concepto Nación-Estado unida a la explosión de los nacionalismos,
- el aumento de los niveles de complejidad en las sociedades avanzadas,
tienen sumidos a conservadores y socialistas en un proceso de renovación y adaptación para el que no están preparados en forma alguna. No saben ni qué hacer ni cómo empezar. Por ello han decidido ganar el mayor tiempo posible aferrándose al liberalismo en lo que les conviene y en todo lo demás al pragmatismo y al oportunismo más absolutos, aún cuando ellos les conduzca -sobran ejemplos- a posiciones radicalmente contrarias a su esencia ideológica tradicional.
Sin embargo -y por más que intenten ocultarlo- sus características básicas acaban emanando de una u otra forma.
A los conservadores les sigue gustando conservar y a los socialistas, socializar. Y por ahí, ciertamente, no se va ni se llega al futuro. La historia no está siendo escrita, ni va a ser escrita a medio o largo plazo, en socialista o en conservador. La guía ideológica básica va a ser liberal.
«El liberalismo no es otra cosa -viene afirmando desde hace tiempo Ralf Dahrendörf- que una teoría política de la innovación y el cambio» y por ello es el sistema de pensamiento que mejor se adapta a una época en la que el ser humano tiene que estar decidido a liberarse (el liberalismo libera) de toda estructura que oprima los nuevos valores, la nueva cultura y las nuevas opciones que están surgiendo en esta época fascinante que va a estar dominada por desarrollos científicos y tecnológicos espectaculares.
Pero aclaremos, por de pronto, varias cosas.
- No es liberal la persona que confiesa y defiende sentimientos xenófobos o racistas como hace en estos momentos un alto porcentaje de la ciudadanía del mundo occidental;
- no es liberal la persona que pretende poseer, nada más y nada menos, que la verdad absoluta;
- no es liberal, en concreto, quien afirma que su religión además de ser verdadera, es la única verdadera y que, por ende, las demás son falsas o como poco, menos salvíficas;
- no es liberal el que defiende tradiciones o privilegios aunque sean causa importante de desigualdades;
- ni tampoco el que acepta esas desigualdades como inevitables, e incluso naturales a la condición humana;
- no es liberal el que coloca a la sociedad como un valor superior al individuo y a la igualdad como un principio que prevalece sobre el de libertad;
- no es liberal -y merece la pena aclarar bien este tema- el que mitifica y sacraliza el mercado como la panacea universal.
- El liberalismo entiende que, por regla general, el mercado es el sistema que permite una asignación más eficiente de los recursos y por ende el que mejor facilita no sólo la creación sino también la distribución de la riqueza. Pero si por cualquier razón ello no fuera así, el liberalismo ha defendido y defenderá inequívocamente la actuación del sector público y su intervención directa, con tal de que no tenga carácter permanente y el proceso pueda ser controlado en todo momento por la sociedad civil.
- El liberalismo se opone, sin la menor reserva, a toda forma de concentración de poder económico, sea público o privado, y por ello reclama una aplicación estricta de las leyes antimonopolio y de las normas que defienden una competencia leal.
- El liberalismo no tiene nada que ver con el llamado «capitalismo salvaje» ni con ningún sistema que provoque la indefensión y la opresión del ciudadano.
- El liberalismo protesta contra un mundo en el que se están acentuando las desigualdades tanto a nivel internacional como nacional, justamente porque se falsifican y se adulteran las reglas del mercado en beneficio de los más poderosos.
No hay peor ni más falso liberal, dicho sea con el mayor respeto, que aquel que limita su liberalismo al mundo económico. Se es liberal en todo no se es liberal en nada.
- El liberalismo no es simplemente ni fundamentalmente una teoría económica. Al liberalismo le importa mucho más el ser que el tener y aunque respeta profundamente el deseo de tener, la propiedad privada y el interés particular de cada ser humano, concede un valor decisivo a los planteamientos morales sin los cuales el sistema se encanalla y se derrumba, como está sucediendo con el sector financiero y el inmobiliario.
Ni uno sólo de los grandes pensadores y filósofos de liberalismo (y en especial Adam Smith y Hayek) han dejado de insistir en esta idea. No podemos olvidar, como dice Röpke, que «las cosas auténticamente decisivas son las que están más allá de la oferta y de la demanda, aquellas de las que depende el sentido, la dignidad y la plenitud interior de la existencia».
Abramos con estas y otras ideas un debate serio y bueno. Un debate culto y civilizado en el que merecería la pena investigar por qué, a pesar del triunfo ideológico, los liberales -yo soy un buen ejemplo- hemos sido tan torpes y tan incapaces en la acción política y en cómo lograr penetrar en ese mercado político dominado fuertemente por un estéril bipartidismo.
Sería un debate refrescante en el aburrido escenario actual. Ya está en marcha, lento, pero seguro, un nuevo proyecto (Centro Democrático Liberal) que tendrá que aprender mucho de los errores pasados y prepararse para una batalla que en términos objetivos parece imposible.
Debe animarles en su lucha el hecho de que Rosa Díez haya logrado ya, y además con excelencia, ese género de imposible y asimismo la decreciente credibilidad de nuestros estamentos políticos.
¡Quizá haya llegado, por fin, el momento!
ANTONIO GARRIGUES WALKER - "ABC" - Madrid - 20-May-2008
Nadie debe arrogarse ni la definición ni la representación del liberalismo auténtico. Sería ciertamente poco liberal. Una vez aceptado lo anterior, conviene aclarar algunas otras cosas porque en este mundo político, confuso y revuelto, la ideología liberal viene sufriendo manipulaciones sectarias, groseras y abusivas.
Es un hecho innegable que tanto en la forma como, en alguna medida, en el fondo, socialistas y conservadores -o en el lenguaje actual, centro derecha y centro izquierda- se han visto forzados a aceptar la superioridad intelectual y la mayor eficacia práctica de las concepciones liberales en casi todos los terrenos y de manera muy especial en el económico.
Nadie puede negar esa realidad. Lo que sí puede y debe negarse categóricamente es que la simple aceptación, tan forzada como parcial, de principios liberales, les convierta, sin ningún otro esfuerzo, en liberales. El liberalismo conservador y el socialismo liberal tienen algo -y a veces mucho- de contradicción en términos. Existe un componente antiliberal en ambas ideologías que es imposible disimular.
No tienen, en síntesis, fe en el individuo ni están dispuestas a centrar en él la acción política básica.
Son ideologías que han cumplido un papel decisivo en la historia y que lo seguirán cumpliendo porque responden todavía a tendencias y aspiraciones básicas del ser humano. Pero están viviendo momentos muy difíciles.
- El colapso del marxismo,
- la aceleración de los cambios culturales, económicos y tecnológicos,
- la progresiva dilución del concepto Nación-Estado unida a la explosión de los nacionalismos,
- el aumento de los niveles de complejidad en las sociedades avanzadas,
tienen sumidos a conservadores y socialistas en un proceso de renovación y adaptación para el que no están preparados en forma alguna. No saben ni qué hacer ni cómo empezar. Por ello han decidido ganar el mayor tiempo posible aferrándose al liberalismo en lo que les conviene y en todo lo demás al pragmatismo y al oportunismo más absolutos, aún cuando ellos les conduzca -sobran ejemplos- a posiciones radicalmente contrarias a su esencia ideológica tradicional.
Sin embargo -y por más que intenten ocultarlo- sus características básicas acaban emanando de una u otra forma.
A los conservadores les sigue gustando conservar y a los socialistas, socializar. Y por ahí, ciertamente, no se va ni se llega al futuro. La historia no está siendo escrita, ni va a ser escrita a medio o largo plazo, en socialista o en conservador. La guía ideológica básica va a ser liberal.
«El liberalismo no es otra cosa -viene afirmando desde hace tiempo Ralf Dahrendörf- que una teoría política de la innovación y el cambio» y por ello es el sistema de pensamiento que mejor se adapta a una época en la que el ser humano tiene que estar decidido a liberarse (el liberalismo libera) de toda estructura que oprima los nuevos valores, la nueva cultura y las nuevas opciones que están surgiendo en esta época fascinante que va a estar dominada por desarrollos científicos y tecnológicos espectaculares.
Pero aclaremos, por de pronto, varias cosas.
- No es liberal la persona que confiesa y defiende sentimientos xenófobos o racistas como hace en estos momentos un alto porcentaje de la ciudadanía del mundo occidental;
- no es liberal la persona que pretende poseer, nada más y nada menos, que la verdad absoluta;
- no es liberal, en concreto, quien afirma que su religión además de ser verdadera, es la única verdadera y que, por ende, las demás son falsas o como poco, menos salvíficas;
- no es liberal el que defiende tradiciones o privilegios aunque sean causa importante de desigualdades;
- ni tampoco el que acepta esas desigualdades como inevitables, e incluso naturales a la condición humana;
- no es liberal el que coloca a la sociedad como un valor superior al individuo y a la igualdad como un principio que prevalece sobre el de libertad;
- no es liberal -y merece la pena aclarar bien este tema- el que mitifica y sacraliza el mercado como la panacea universal.
- El liberalismo entiende que, por regla general, el mercado es el sistema que permite una asignación más eficiente de los recursos y por ende el que mejor facilita no sólo la creación sino también la distribución de la riqueza. Pero si por cualquier razón ello no fuera así, el liberalismo ha defendido y defenderá inequívocamente la actuación del sector público y su intervención directa, con tal de que no tenga carácter permanente y el proceso pueda ser controlado en todo momento por la sociedad civil.
- El liberalismo se opone, sin la menor reserva, a toda forma de concentración de poder económico, sea público o privado, y por ello reclama una aplicación estricta de las leyes antimonopolio y de las normas que defienden una competencia leal.
- El liberalismo no tiene nada que ver con el llamado «capitalismo salvaje» ni con ningún sistema que provoque la indefensión y la opresión del ciudadano.
- El liberalismo protesta contra un mundo en el que se están acentuando las desigualdades tanto a nivel internacional como nacional, justamente porque se falsifican y se adulteran las reglas del mercado en beneficio de los más poderosos.
No hay peor ni más falso liberal, dicho sea con el mayor respeto, que aquel que limita su liberalismo al mundo económico. Se es liberal en todo no se es liberal en nada.
- El liberalismo no es simplemente ni fundamentalmente una teoría económica. Al liberalismo le importa mucho más el ser que el tener y aunque respeta profundamente el deseo de tener, la propiedad privada y el interés particular de cada ser humano, concede un valor decisivo a los planteamientos morales sin los cuales el sistema se encanalla y se derrumba, como está sucediendo con el sector financiero y el inmobiliario.
Ni uno sólo de los grandes pensadores y filósofos de liberalismo (y en especial Adam Smith y Hayek) han dejado de insistir en esta idea. No podemos olvidar, como dice Röpke, que «las cosas auténticamente decisivas son las que están más allá de la oferta y de la demanda, aquellas de las que depende el sentido, la dignidad y la plenitud interior de la existencia».
Abramos con estas y otras ideas un debate serio y bueno. Un debate culto y civilizado en el que merecería la pena investigar por qué, a pesar del triunfo ideológico, los liberales -yo soy un buen ejemplo- hemos sido tan torpes y tan incapaces en la acción política y en cómo lograr penetrar en ese mercado político dominado fuertemente por un estéril bipartidismo.
Sería un debate refrescante en el aburrido escenario actual. Ya está en marcha, lento, pero seguro, un nuevo proyecto (Centro Democrático Liberal) que tendrá que aprender mucho de los errores pasados y prepararse para una batalla que en términos objetivos parece imposible.
Debe animarles en su lucha el hecho de que Rosa Díez haya logrado ya, y además con excelencia, ese género de imposible y asimismo la decreciente credibilidad de nuestros estamentos políticos.
¡Quizá haya llegado, por fin, el momento!
ANTONIO GARRIGUES WALKER - "ABC" - Madrid - 20-May-2008
China: Régimen Consumista, NO Comunista
Comunista consumista.
No hace tantos años oí a un pastor extremeño hacer gala de la supuesta «sabiduría popular» al explicar que los chinos se dividen en dos, «los japoneses y los chinos propiamente dichos».
La semana pasada oí en Canal Sur un chiste muy aclamado: «Los chinos se diferencian de los japoneses en que los japoneses llevan cámaras y los chinos rosas».
Yo creía que ya habían pasado los tiempos en los que a un amigo mío taiwanés, que vivía en España, le confundían con un japonés «porque vestía muy bien». Seguimos igual.
Al este del brumoso Ganges todo se difumina, se confunde.
Ahora abundan los paralelismos entre las gestiones del gobierno de Birmania y del de China tras el ciclón Nargis y el terremoto de Sichuán. Sin embargo las diferencias son notables. Frente al oscurantismo, cerrazón y falta de transparencia en el destino de las ayudas de los birmanos, en China hay claridad, brazos abiertos, luz y taquígrafos.
Pero incluso cuando esto se admite, surge la suspicacia: Claro, a los chinos les interesa quedar bien para que nadie boicotee los Juegos Olímpicos ...
Los recelos, las generalizaciones torticeras van más allá y se sigue llamando al de Pekín «régimen comunista».
- «La propiedad privada obtenida legalmente es inviolable» (Modificación de la Constitución china, 16 de marzo de 2007).
- La reforma del mercado iniciada en 1978 ha convertido a China en el «mayor centro mundial de acumulación de capital» (Richard Baum, profesor de la Universidad de California-Los Angeles, UCLA). - «Enriquecerse es glorioso» (Deng Xiaoping, Shenzhen 1992).
China es un régimen de partido único, pero no comunista. Más bien habría que llamarlo consumista.
Según el Earth Policy Institute de Washington, China puede desbancar en breve a EE.UU. como país más consumista. Ya lo ha hecho en carne, granos, carbón, acero ¡y hasta en hamburguesas!
A principios de mes estuve en Nanjing en el mausoleo de Sun Yat-sen. Estaba abarrotado de visitantes aunque la entrada cuesta 80 yuanes (unos 8 euros, el salario medio de un chino es de unos 150 euros).
Un miembro del Partido Comunista me lo aclaró. «Es tan caro porque los chinos pueden pagarlo». ¡Menudo comunismo!
FERNANDO PASTRANO - "ABC" - Madrid - 20-May-2008
No hace tantos años oí a un pastor extremeño hacer gala de la supuesta «sabiduría popular» al explicar que los chinos se dividen en dos, «los japoneses y los chinos propiamente dichos».
La semana pasada oí en Canal Sur un chiste muy aclamado: «Los chinos se diferencian de los japoneses en que los japoneses llevan cámaras y los chinos rosas».
Yo creía que ya habían pasado los tiempos en los que a un amigo mío taiwanés, que vivía en España, le confundían con un japonés «porque vestía muy bien». Seguimos igual.
Al este del brumoso Ganges todo se difumina, se confunde.
Ahora abundan los paralelismos entre las gestiones del gobierno de Birmania y del de China tras el ciclón Nargis y el terremoto de Sichuán. Sin embargo las diferencias son notables. Frente al oscurantismo, cerrazón y falta de transparencia en el destino de las ayudas de los birmanos, en China hay claridad, brazos abiertos, luz y taquígrafos.
Pero incluso cuando esto se admite, surge la suspicacia: Claro, a los chinos les interesa quedar bien para que nadie boicotee los Juegos Olímpicos ...
Los recelos, las generalizaciones torticeras van más allá y se sigue llamando al de Pekín «régimen comunista».
- «La propiedad privada obtenida legalmente es inviolable» (Modificación de la Constitución china, 16 de marzo de 2007).
- La reforma del mercado iniciada en 1978 ha convertido a China en el «mayor centro mundial de acumulación de capital» (Richard Baum, profesor de la Universidad de California-Los Angeles, UCLA). - «Enriquecerse es glorioso» (Deng Xiaoping, Shenzhen 1992).
China es un régimen de partido único, pero no comunista. Más bien habría que llamarlo consumista.
Según el Earth Policy Institute de Washington, China puede desbancar en breve a EE.UU. como país más consumista. Ya lo ha hecho en carne, granos, carbón, acero ¡y hasta en hamburguesas!
A principios de mes estuve en Nanjing en el mausoleo de Sun Yat-sen. Estaba abarrotado de visitantes aunque la entrada cuesta 80 yuanes (unos 8 euros, el salario medio de un chino es de unos 150 euros).
Un miembro del Partido Comunista me lo aclaró. «Es tan caro porque los chinos pueden pagarlo». ¡Menudo comunismo!
FERNANDO PASTRANO - "ABC" - Madrid - 20-May-2008
La crisis de las retenciones y la rebelión bostoniana del té
En 1760, luego de la Guerra de los Siete Años, la deuda externa del Imperio Británico se había ampliado de 6 a 18 libras por habitante, que pagaba por impuestos al año 25 chelines. Pero para quien vivía en las colonias, la deuda del imperio era de 18 chelines y pagaba de impuestos por año 6 peniques.
La diferencia en el pago de impuestos era de casi 50 veces menos para el que vivía en Boston que para aquel que lo hacía en Londres y cualquier semejanza con el año 2001 en la Argentina no es un error.
Ante la distorsión, en 1764, la Corona realizó una reforma tributaria para obtener más ingresos de las colonias, aplicando impuestos aduaneros que los británicos evadían, pero que los de Norteamérica directamente no pagaban. La reforma bajó la tasa, pero también exigió su efectiva aplicación, en especial en las colonias, lo que causó gran irritación y malestar.
En 1776, se creó el denominado Impuesto de Sellos que generó una enérgica reacción, al extremo que fue declarado ilegal en algunos tribunales de las colonias americanas. Como consecuencia, el impuesto fue derogado.
Luego, la Corona volvió a insistir y creó para las colonias un impuesto especial al vidrio, al plomo, a la pintura y al té y tuvo como respuesta los acuerdos de no importación por parte de los comerciantes y el boicot a productos británicos cuya aplicación se centralizaba en el puerto y en la ciudad de Boston, la que se transformó en el centro de la resistencia. Allí, ocurrieron la matanza de 1770 y las revueltas contra las autoridades aduaneras locales.
El 16 de diciembre de 1773, llegaron al puerto de Boston tres buques cargados de té, el "Darmouth", el "Eleanor" y el "Beaver", y allí los comerciantes, disfrazados de indios, tiraron la carga total al río. Lo que continuó es conocido por todos, ya que desembocó en el 4 de julio de 1776.
La crisis de 2001 encontró a la Argentina sin sistema tributario y sólo con un conjunto de leyes reformadas continuamente para recaudar más. Aplicándolas, a través del tiempo, se provocó una reacción fiscal similar a la del imperio británico, pues a partir de 2002 se comenzó a recaudar con una intensidad como nunca antes, lo que ha continuado hasta la fecha.
Desde ese momento, las leyes de impuestos se han modificado solamente para aumentarlos, salvo luego de la primer rebelión fiscal de la historia argentina que pasó inadvertida aunque terminó con un muerto, el suboficial Jorge Sayago, en el pueblo de Las Heras, provincia de Santa Cruz.
Esa vez, la revuelta no fue por el té sino por las retenciones por el impuesto a las Ganancias a los empleados de Repsol, para lo que se morigeró luego la tablita creada por José Luis Machinea, en tiempos de Fernando de la Rúa.Asimismo, en ese período se aumentaron
- los impuestos municipales, provinciales y nacionales,
- se duplicaron las sanciones ya sea por no pago o por la no presentación de declaraciones juradas.
Para tener real dimensión de lo ocurrido, el promedio de denuncias penales por evasión fue de tres por día.
- Hay que tomar en cuenta que el grueso del superávit fiscal se forma con el aporte del impuesto al cheque y las retenciones y que por eso son indispensables a los fines de recaudar para, entre otros destinos, pagar la deuda.
- El otro aspecto es que los ingresos por esos tributos no se coparticipan sino que van a la Nación, como aquellos otros iban al Imperio.
Existen en los hechos más semejanzas que diferencias entre las presiones impositivas de la preindependencia de los Estados Unidos y la actualidad argentina, aunque sean situaciones incomparables.
El volcar al agua el cargamento de té, como aquí ocurrió con el paro agropecuario y su apoyo ciudadano ante el aumento de las retenciones, hacen recordar lo expuesto por un pacifista en la época de la Colonia, John Adams quien dijo:
"El pueblo nunca debería levantarse sin hacer algo memorable, algo notable que llame la atención. Esta destrucción del cargamento del té es tan audaz, tan atrevida, tan firme, intrépida e inflexible que no puedo sino considerarla un hito histórico".
Sumamente actual la historia, pese a tener más de 230 años
Jorge E. Haddad - "La Capital" - Mar del Plata - 20-May-2008
La diferencia en el pago de impuestos era de casi 50 veces menos para el que vivía en Boston que para aquel que lo hacía en Londres y cualquier semejanza con el año 2001 en la Argentina no es un error.
Ante la distorsión, en 1764, la Corona realizó una reforma tributaria para obtener más ingresos de las colonias, aplicando impuestos aduaneros que los británicos evadían, pero que los de Norteamérica directamente no pagaban. La reforma bajó la tasa, pero también exigió su efectiva aplicación, en especial en las colonias, lo que causó gran irritación y malestar.
En 1776, se creó el denominado Impuesto de Sellos que generó una enérgica reacción, al extremo que fue declarado ilegal en algunos tribunales de las colonias americanas. Como consecuencia, el impuesto fue derogado.
Luego, la Corona volvió a insistir y creó para las colonias un impuesto especial al vidrio, al plomo, a la pintura y al té y tuvo como respuesta los acuerdos de no importación por parte de los comerciantes y el boicot a productos británicos cuya aplicación se centralizaba en el puerto y en la ciudad de Boston, la que se transformó en el centro de la resistencia. Allí, ocurrieron la matanza de 1770 y las revueltas contra las autoridades aduaneras locales.
El 16 de diciembre de 1773, llegaron al puerto de Boston tres buques cargados de té, el "Darmouth", el "Eleanor" y el "Beaver", y allí los comerciantes, disfrazados de indios, tiraron la carga total al río. Lo que continuó es conocido por todos, ya que desembocó en el 4 de julio de 1776.
La crisis de 2001 encontró a la Argentina sin sistema tributario y sólo con un conjunto de leyes reformadas continuamente para recaudar más. Aplicándolas, a través del tiempo, se provocó una reacción fiscal similar a la del imperio británico, pues a partir de 2002 se comenzó a recaudar con una intensidad como nunca antes, lo que ha continuado hasta la fecha.
Desde ese momento, las leyes de impuestos se han modificado solamente para aumentarlos, salvo luego de la primer rebelión fiscal de la historia argentina que pasó inadvertida aunque terminó con un muerto, el suboficial Jorge Sayago, en el pueblo de Las Heras, provincia de Santa Cruz.
Esa vez, la revuelta no fue por el té sino por las retenciones por el impuesto a las Ganancias a los empleados de Repsol, para lo que se morigeró luego la tablita creada por José Luis Machinea, en tiempos de Fernando de la Rúa.Asimismo, en ese período se aumentaron
- los impuestos municipales, provinciales y nacionales,
- se duplicaron las sanciones ya sea por no pago o por la no presentación de declaraciones juradas.
Para tener real dimensión de lo ocurrido, el promedio de denuncias penales por evasión fue de tres por día.
- Hay que tomar en cuenta que el grueso del superávit fiscal se forma con el aporte del impuesto al cheque y las retenciones y que por eso son indispensables a los fines de recaudar para, entre otros destinos, pagar la deuda.
- El otro aspecto es que los ingresos por esos tributos no se coparticipan sino que van a la Nación, como aquellos otros iban al Imperio.
Existen en los hechos más semejanzas que diferencias entre las presiones impositivas de la preindependencia de los Estados Unidos y la actualidad argentina, aunque sean situaciones incomparables.
El volcar al agua el cargamento de té, como aquí ocurrió con el paro agropecuario y su apoyo ciudadano ante el aumento de las retenciones, hacen recordar lo expuesto por un pacifista en la época de la Colonia, John Adams quien dijo:
"El pueblo nunca debería levantarse sin hacer algo memorable, algo notable que llame la atención. Esta destrucción del cargamento del té es tan audaz, tan atrevida, tan firme, intrépida e inflexible que no puedo sino considerarla un hito histórico".
Sumamente actual la historia, pese a tener más de 230 años
Jorge E. Haddad - "La Capital" - Mar del Plata - 20-May-2008
Regular la globalización
En los últimos meses, la prensa mundial -así como significativos economistas y empresarios occidentales- han empezado a expresar en artículos, entrevistas y libros su preocupación, cuando no su alarma, ante las múltiples crisis que están azotando el mundo y no sólo en Occidente. También en los llamados países emergentes.
Estas múltiples crisis tienen su epicentro en Estados Unidos, que si ha sido hasta ahora la superpotencia hegemónica del mundo, empieza a dar señales de poder perder tal condición:
- crisis financiera, con las perturbaciones bursátiles;
- crisis monetaria, dada la inimaginable caída del dólar, moneda de referencia mundial que no deja de perder valor en relación con el euro y con el yuan;
- crisis económica, que dio comienzo con la burbuja inmobiliaria y sus efectos en los créditos en los Estados Unidos (hipotecas subprime);
- crisis social, con el creciente desempleo, el aumento en vertical del coste de vida y el malestar de amplias capas de la población, que está extendiéndose a la Unión Europea;
- crisis energética, que afecta a todos los países, excepto a los grandes productores, con el petróleo rozando los 120 dólares por barril;
- crisis alimenticia, con la escasez y la subida repentina del precio de los alimentos esenciales (cereales, carne, leche, huevos, arroz, etcétera), que anuncia para los países más pobres una ola de hambre, incontrolable acaso;
- crisis de valores, con la desaparición de los principios éticos en las relaciones sociales y políticas; y, finalmente,
- crisis planetaria, con la destrucción de los equilibrios ecológicos básicos en la tierra y en los océanos, la disminución de la biodiversidad, la creciente desertificación, la deforestación y las alteraciones climática, provocadas por el agujero de ozono y por el efecto invernadero.
Todas estas crisis, cada una de por sí, son de una enorme gravedad. Como es sabido, algunas llevan anunciándose bastante tiempo. Pero es ahora cuando confluyen y se interrelacionan, con efectos desastrosos, llamando a la puerta de los países más desarrollados y ricos, empezando por los Estados Unidos. Da realmente la impresión de que el coloso americano está llegando al final de un ciclo y puede perder su antigua hegemonía, con todas las perversas consecuencias que de ello se derivarían.
Se ha dicho que los países emergentes podrían escapar a las crisis que se anuncian, y China especialmente, país del que algunos comentadores llegaron a pronosticar, dada su excepcional tasa de crecimiento, que se convertiría en la potencia dominante de mediados del siglo XXI. Yo no lo creo... Entre los llamados países emergentes, tal vez pueda ser uno de los más afectados, dado el volumen de su población y el rígido sistema comunista que, a nivel político, sigue siendo dominante.
A pesar de que no se conoce bien lo que ocurre dentro de sus fronteras, se sabe que ha habido revueltas en las zonas rurales y que se da un malestar latente entre las élites culturales y científicas. Son señales ineludibles de la fragilidad del régimen... Veremos qué ocurrirá con los Juegos Olímpicos, que para algunos pueden recordar a los de Alemania en 1936...
La situación más grave, en cualquier caso, se localiza por ahora en Estados Unidos. Nadie duda, a estas alturas, de que la Administración Bush -y las guerras en Irak y en Afganistán con la desestabilización que han provocado en Oriente Medio y en el universo islámico- ha amplificado las crisis a las que se enfrenta, si es que no se halla en su origen.
El descrédito de la política americana en el mundo y la pérdida de su antigua hegemonía, a todos los niveles excepto el militar, son indiscutibles.
Con todo, la era de Bush está llegando a su fin, sin gloria alguna, con el presidente sumido en el descrédito y la impotencia. El mundo está centrado ahora en las elecciones que tendrán lugar dentro de seis meses y que serán decisivas, no sólo para Occidente sino también para el mundo entero.
¡Se siente la falta de un nuevo Franklin Delano Roosevelt! Obama, el candidato que mejor comprende la necesidad de cambios, que, necesariamente, implican una ruptura con el sistema, a pesar de la simpatía que despertó en la opinión pública mundial y del dinamismo que desencadenó entre la juventud y los intelectuales, está siendo sometido a un terrible fuego de contención que proviene, curiosamente, de sectores contradictorios entre sí de la sociedad americana, a los que les cuesta comprender que únicamente una ruptura profunda con el statu quo puede salvarlos.
El neoliberalismo, por otra parte, ha entrado en quiebra. A semejanza con cuanto ocurrió en la antigua Unión Soviética, estalló corroído por sus propias contradicciones. Y la Unión Europea está empezando a sentir los efectos de la crisis múltiple que proviene de Estados Unidos, en plena situación de impasse político y estratégico, que la hace incapaz de reaccionar.
¿Cómo podrá la señora Merkel, europeísta convencida, impulsar la construcción europea, ante ese nefasto triángulo cuyos vértices son Brown, Sarkozy y Berlusconi? Sólo un movimiento generalizado de las opiniones públicas europeas puede presionar a los gobernantes europeos con el fin de imponer la regulación de la globalización y cierta racionalidad estratégica en la economía y en la política.
Hace 40 años, por estas fechas, vivimos la revuelta estudiantil y obrera de Mayo del 68, inesperada en sus perfiles, que hizo temblar a De Gaulle y supuso un gran impulso para la emancipación de las personas. La historia nos ofrece sobresaltos, así que estimulan el progreso. No perdamos la esperanza.
MÁRIO SOARES - ex Presidente y ex Primer Ministro de Portugal - "El País" - Madrid - 20-May-2008
Estas múltiples crisis tienen su epicentro en Estados Unidos, que si ha sido hasta ahora la superpotencia hegemónica del mundo, empieza a dar señales de poder perder tal condición:
- crisis financiera, con las perturbaciones bursátiles;
- crisis monetaria, dada la inimaginable caída del dólar, moneda de referencia mundial que no deja de perder valor en relación con el euro y con el yuan;
- crisis económica, que dio comienzo con la burbuja inmobiliaria y sus efectos en los créditos en los Estados Unidos (hipotecas subprime);
- crisis social, con el creciente desempleo, el aumento en vertical del coste de vida y el malestar de amplias capas de la población, que está extendiéndose a la Unión Europea;
- crisis energética, que afecta a todos los países, excepto a los grandes productores, con el petróleo rozando los 120 dólares por barril;
- crisis alimenticia, con la escasez y la subida repentina del precio de los alimentos esenciales (cereales, carne, leche, huevos, arroz, etcétera), que anuncia para los países más pobres una ola de hambre, incontrolable acaso;
- crisis de valores, con la desaparición de los principios éticos en las relaciones sociales y políticas; y, finalmente,
- crisis planetaria, con la destrucción de los equilibrios ecológicos básicos en la tierra y en los océanos, la disminución de la biodiversidad, la creciente desertificación, la deforestación y las alteraciones climática, provocadas por el agujero de ozono y por el efecto invernadero.
Todas estas crisis, cada una de por sí, son de una enorme gravedad. Como es sabido, algunas llevan anunciándose bastante tiempo. Pero es ahora cuando confluyen y se interrelacionan, con efectos desastrosos, llamando a la puerta de los países más desarrollados y ricos, empezando por los Estados Unidos. Da realmente la impresión de que el coloso americano está llegando al final de un ciclo y puede perder su antigua hegemonía, con todas las perversas consecuencias que de ello se derivarían.
Se ha dicho que los países emergentes podrían escapar a las crisis que se anuncian, y China especialmente, país del que algunos comentadores llegaron a pronosticar, dada su excepcional tasa de crecimiento, que se convertiría en la potencia dominante de mediados del siglo XXI. Yo no lo creo... Entre los llamados países emergentes, tal vez pueda ser uno de los más afectados, dado el volumen de su población y el rígido sistema comunista que, a nivel político, sigue siendo dominante.
A pesar de que no se conoce bien lo que ocurre dentro de sus fronteras, se sabe que ha habido revueltas en las zonas rurales y que se da un malestar latente entre las élites culturales y científicas. Son señales ineludibles de la fragilidad del régimen... Veremos qué ocurrirá con los Juegos Olímpicos, que para algunos pueden recordar a los de Alemania en 1936...
La situación más grave, en cualquier caso, se localiza por ahora en Estados Unidos. Nadie duda, a estas alturas, de que la Administración Bush -y las guerras en Irak y en Afganistán con la desestabilización que han provocado en Oriente Medio y en el universo islámico- ha amplificado las crisis a las que se enfrenta, si es que no se halla en su origen.
El descrédito de la política americana en el mundo y la pérdida de su antigua hegemonía, a todos los niveles excepto el militar, son indiscutibles.
Con todo, la era de Bush está llegando a su fin, sin gloria alguna, con el presidente sumido en el descrédito y la impotencia. El mundo está centrado ahora en las elecciones que tendrán lugar dentro de seis meses y que serán decisivas, no sólo para Occidente sino también para el mundo entero.
¡Se siente la falta de un nuevo Franklin Delano Roosevelt! Obama, el candidato que mejor comprende la necesidad de cambios, que, necesariamente, implican una ruptura con el sistema, a pesar de la simpatía que despertó en la opinión pública mundial y del dinamismo que desencadenó entre la juventud y los intelectuales, está siendo sometido a un terrible fuego de contención que proviene, curiosamente, de sectores contradictorios entre sí de la sociedad americana, a los que les cuesta comprender que únicamente una ruptura profunda con el statu quo puede salvarlos.
El neoliberalismo, por otra parte, ha entrado en quiebra. A semejanza con cuanto ocurrió en la antigua Unión Soviética, estalló corroído por sus propias contradicciones. Y la Unión Europea está empezando a sentir los efectos de la crisis múltiple que proviene de Estados Unidos, en plena situación de impasse político y estratégico, que la hace incapaz de reaccionar.
¿Cómo podrá la señora Merkel, europeísta convencida, impulsar la construcción europea, ante ese nefasto triángulo cuyos vértices son Brown, Sarkozy y Berlusconi? Sólo un movimiento generalizado de las opiniones públicas europeas puede presionar a los gobernantes europeos con el fin de imponer la regulación de la globalización y cierta racionalidad estratégica en la economía y en la política.
Hace 40 años, por estas fechas, vivimos la revuelta estudiantil y obrera de Mayo del 68, inesperada en sus perfiles, que hizo temblar a De Gaulle y supuso un gran impulso para la emancipación de las personas. La historia nos ofrece sobresaltos, así que estimulan el progreso. No perdamos la esperanza.
MÁRIO SOARES - ex Presidente y ex Primer Ministro de Portugal - "El País" - Madrid - 20-May-2008
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