viernes, 20 de abril de 2012

Repsol no es España

La única manera de entender las razones que provocan el furor con que
- el gobierno español,
- los medios de comunicación y
- tantos tertulianos de toda laya defienden a Repsol
no puede ser otra que comprobar
- el amplio listado de ex autoridades del Estado, incluyendo actuales ministros,
- que han estado en su nómina,
- las miles de páginas y horas de su publicidad que financian a los medios y
- quién sabe qué otro tipo de influencias más inconfensables e inconfesadas.

Defender la españolidad de Repsol es algo demasiado forzado y olvidar que los que ahora lo hacen con tanto ímpetu fueron, en su gran mayoría, los que promovieron y llevaron a cabo la privatización de empresas que entonces sí que eran efectivamente españolas, no solo porque la totalidad o la inmensa mayoría de su capital era español, lo que quizá incluso sea lo de menos, sino porque la estrategia empresarial que perseguían respondía a intereses nacionales y no globales que apenas si repercuten en el progreso de España y en el bienestar de sus ciudadanos.
Desde que fue privatizada, Repsol tiene su cerebro y su alma puestos en otros lugares e intereses y
- no se puede decir que haya sido España en su conjunto quien
- se haya beneficiado de su actividad empresarial.
- Utiliza paraísos fiscales para tratar de tener aquí la menor carga fiscal posible,
- ha destruido empleo y a docenas de pequeñas y medianas empresas española
- al someterlas a condiciones de pagos draconianas a pesar de que
- cuenta con abundantes recursos financieros y liquidez suficientes.
Es por ello una perversión inaudita que
- el gobierno y ex políticos en su nómina salgan a defenderla y que
- no dijeran nada cuando Repsol actuaba de esa manera lesiva para la
economía nacional.
Y si la actuación en España de Repsol ha resultado tan escasamente beneficiosa para nuestros intereses nacionales
- su comportamiento en el exterior resulta sencillamente vergonzoso y
- justifica que los españoles “de bien y como Dios manda”, por utilizar la
expresión que tanto le gusta a Mariano Rajoy,
- hubieran condenado hace tiempo sus desmanes y tropelías, especialmente,
por cierto,
- en las tierras que en los discursos oficiales tanto alabamos considerándolas
como nuestras hermanas.
En Ecuador, Bolivia y otras latitudes
- ha provocado grandes daños medioambientales y sociales y
- vulnera constantemente los derechos humanos de pueblos enteros,
- generando una ingente deuda ecológica allí donde actúa.
Como otras multinacionales, que en realidad no tienen Patria alguna,
- Repsol ha promovido gobiernos totalitarios con los que poder llegar a
acuerdos que
- la exonerasen de pagar impuestos y cuando
- otros dignos y con vergüenza se lo han exigido
- ha puesto el grito en el cielo y recurrido a su españolidad, como ahora,
- para recabar el apoyo de gobiernos y medios de comunicación.
- ¿Dónde estaban entonces los defensores del libre mercado y
la competencia, de la justicia, la libertad y los derechos humanos?
En Argentina
, como en otros países, Repsol utiliza las respectivas filiales nacionales, como hacen todas las empresas multinacionales, para
- fijar los llamados “precios de transferencia”, artificialmente bajos,
- para hacer que aparezcan pérdidas allí donde conviene y
- beneficios en donde pueden conseguir tratamiento fiscal y
- condiciones políticas más favorables.
Y en lugar de
- orientar la explotación de los recursos nacionales hacia el abastecimiento
interno que
- cubra las necesidades de la población y satisfaga los respectivos intereses
nacionales,
- se utiliza como parte de una estrategia de maximización de beneficios global que,
- entre otras cosas, pasa por considerar al petróleo, y al resto de las materias
primas,
- como una commodity, es decir,
- no solo un bien orientado a la producción y el consumo sino, sobre todo,
- a su utilización como activo financiero para
- especular con él en los mercados.
- Confundir los intereses de Repsol con los de España
- es un insulto a la inteligencia de los españoles.
- Ni es española por la composición de su capital -mayoritariamente en manos
de intereses extranjeros-,
- ni por la estrategia empresarial que persigue
- ni, como he dicho, porque beneficie principal o sustancialmente a las familias
o empresas españolas.
- Más bien todo lo contrario
.
Y
- la defensa numantina que ahora quiere hacer de Repsol el gobierno resulta
verdaderamente patética y vergonzosa,
- cuando día a día se somete sin más
- a los mercados,
- a los bancos que han provocado la crisis,
- a los grandes grupos empresariales y
- al gobierno alemán que impone medidas totalmente lesivas para los intereses
españoles.
¡Eso sí que merecería
- una respuesta valiente y patriota por parte de nuestro gobierno y
- de los medios de comunicación!
Lo que está haciendo el gobierno es patético y se debe decir claramente:
- no está defendiendo los intereses de España y de sus ciudadanos,
como dice,
- sino de una gran empresa a la que
- España,
- el bienestar de su población o
- la situación de las empresas que verdaderamente están aquí tratando de
sacar adelante la actividad y el empleo
- sin gozar del apoyo y los privilegios de Repsol,
- le importan un rábano en el día a día de sus actuaciones
Ya está bien de tanto teatro y de tanta sumisión ante los grandes.
Lo que necesitamos en España no son precisamente repsoles que se dediquen a ganar dinero a espuertas en Argentina y otros países a base de mal explotar sus recursos, de evadir impuestos y expatriar beneficios a paraísos fiscales,
- sino un gobierno digno que se plante ante quienes de verdad
- están llevando a la ruina a la economía española.
Juan Torres López - Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla - Sevilla - 20-Abr-2012

No hay comentarios: