domingo, 29 de abril de 2012

Y vos, ¿qué Klout tenés?


Corre sudor por tus manos, por todos lados. Revisás por enésima vez el tercer botón del saco, el pelo, el brillo de los zapatos, tu respuesta para las preguntas de rigor sobre tu trayectoria académica y tu pasado profesional más reciente.
Repasás la excusa que darás por haber dejado tu último empleo y tu respuesta casual cuando te pregunten cuánto te gustaría ganar. Las manos siguen transpirando.
Cuando querés acordar van 20 minutos de tu entrevista laboral y tenés la sensación de que realmente estás causando buena impresión. Se secan incluso las manos, se relaja la tensión y cuando estás esperando que te pregunten si podes empezar el lunes, el gerente dispara con total naturalidad:
-Todo muy interesante, pero... ¿Qué Klout tenés? Silencio, pavor, la mente en blanco. ¿Qué, qué? El profesional tipea las 5 letras en el navegador de su computadora, vuelve a mirar tu C.V. e introduce tu nombre en el sitio web. Unos segundos después te despacha, como si fueras 200 gramos de mortadela, ensayando una disculpa de compromiso.
-Lo siento, tenés un perfil muy bueno, pero tu Klout es sólo de 23 y necesitamos una persona socialmente influyente para el puesto...

Un caso real La historia parece extraída de un cuento de ciencia ficción pero, de hecho, según el periodista y blogger Seth Stevenson, una cosa muy parecida le sucedió recientemente al canadiense experto en marketing Sam Fiorella , y no resulta descabellado pensar que en los próximos años el uso de rankings que midan el poder de las redes sociales de los aspirantes a un puesto se generalice.
En la era de Facebook y Twitter ya no es preciso mirar el CV de un candidato ni confiar en el olfato del reclutador para detectar un talento durante la entrevista. Las empresas ahora miran las interacciones del sujeto en su vida real, por más que buena parte de ellas tengan lugar en contextos virtuales.
Klout.com
de hecho es el sitio más importante del mundo para medir el capital social de una persona, su capacidad de influir a otros, o puesto en palabras del famoso sociólogo francés Pierre Bordieu, “la totalidad de los recursos potenciales o actuales asociados a la posesión de una red duradera de relaciones más o menos institucionalizadas de conocimiento y reconocimiento mutuos”. El sitio usa un algoritmo que guarda más secretamente que la fórmula de la Coca Cola, aunque de los informes de su página web se desprende que basa la confección del puntaje Klout en las actividades de los sujetos en las redes sociales más importantes; esto es: la cantidad de contactos o seguidores que tienen, cuan populares son esos seguidores, la frecuencia con que se postea contenido o se participa de discusiones, etc.
Pero como claramente muestran las investigaciones del sociólogo Robert Putnam, la construcción de capital social no es gratuita: extender y ampliar la red de relaciones implica necesariamente el debilitamiento de cada uno de los vínculos, por lo que cada persona debe encontrar un equilibrio entre cantidad y calidad de sus nexos con otros. Klout capta esto con un “índice de amplificación” que mide cuan profundamente se influye a cada uno de los amigos o seguidores.

Con nombre y apellido
Por ejemplo, Jorge Rial, con un Klout de 81, es según el ranking que confecciona Enrique Ansaldi, el argentino mejor posicionado; un puñado de mediáticos lo separan de Cristina Kirchner que, con 79 puntos, es lógicamente la política mejor ubicada. Sus posicionamientos se deben a la enorme cantidad de seguidores; la Presidenta acaba de llegar a 1.019.005, mientras que el chimentero es seguido por 1.384.797, pero naturalmente sus niveles de amplificación son relativamente bajos porque no pueden interactuar con todos sus seguidores. Misma suerte corre Mauricio Macri, por lejos el opositor con mayor influencia en internet (72 de Klout).
Por otro lado, la politóloga María Cecilia Gigli Box y el experto en comunicación Juan Ignacio Belbis, son dos platenses que con 55 y 56 puntos respectivamente, ocupan lugares más modestos en la tabla nacional (puesto 360), pero son muy fuertes en la amplificación de los contenidos que publican por el resto de sus contactos. En esta dimensión, prácticamente duplican los 10 puntos de amplificación de Rial y los 14 de Cristina. Incluso el senador platense Javier Mor Roig, con 52 de Klout, supera a la Presidenta en amplificación, mostrando que realmente en materia de comunicación por la web, lo suyo es el ida y vuelta.
El intendente Bruera, por su parte, sólo alcanza los 48 puntos de Klout evidenciando que su fuerte está más en el trabajo barrial que en Facebook y Twitter.

Una gran herramienta
Obviamente, el índice de Klout no es el único del mercado ni está exento de críticas, pero lo cierto es que si para los políticos indica su penetración en la red, y para los profesionales su potencial laboral, para la gerencias de marketing de las principales empresas es una herramienta extraordinaria para segmentar el mercado ofreciendo regalos, promociones y descuentos especiales a personas influyentes, que presuntamente luego podrán difundir entre sus seguidores las bondades del nuevo producto.
El concepto de capital social siempre fue bastante difuso y difícil de precisar y acotar para sociólogos y economistas por igual.
Ahora que sabemos que se le puede poner un número, vos
¿Cuánto Klout tenés?
Martin Tetaz -  El Dia - La Plata - 29-Abr-2012

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