domingo, 20 de diciembre de 2009

Estudiantes: Fue un grande


Estudiantes escribió ayer otra página de su rica historia. Una final para recordar.

Estudiantes merece una ovación de pie. Estuvo ayer a dos minutos de la gloria. Ganaba 1 a 0, con gol de Mauro Boselli, cuando faltaban apenas 120 segundos para que terminara el partido.
Barcelona lo pudo empatar y, en el alargue, la historia cambió. Primero fue un cabezazo de Pedro y luego -ya en el complemento del suplementario- un pechazo de Messi los que sellaron la consagración del equipo catalán.
Pero Estudiantes vuelve como un grande. No sólo peleó de igual a igual frente al mejor equipo del mundo. Lo hizo con hidalguía, con bravura, con entereza... Y el sueño estuvo más cerca de lo que muchos habían imaginado.Culmina así otro capítulo glorioso de la historia albirroja.
Esta final quedará para siempre en la memoria pincha. Este equipo se ha ganado un lugar eterno en el corazón de los hinchas. Lo entregó todo. Y pagó con creces el sacrificio de los más de cuatro mil hinchas que fueron a alentar a Dubai.
Y de los miles y miles y miles que empujaron, con el pecho estrujado, frente a los televisores de La Plata.Estuvo tan cerca en el tiempo -a dos minutos del final de los 90 minutos reglamentarios- y tan próximo en el resultado -ganando 1 a 0 tras el magnífico gol de Boselli- que lo hecho ayer por Estudiantes tal vez no pueda medirse en su real magnitud.
Porque haber llegado a esa instancia frente al equipo que domina en su sentido más amplio el espectro futbolístico mundial, que tiene en su plantel a una verdadera selección internacional, que cotiza en el mercado futbolero en varias decenas de millones de dólares y que es considerado la máxima potencia futbolística del planeta, es un legítimo orgullo para todo Estudiantes, por supuesto, pero también para el fútbol argentino.
Los propios enviados catalanes, acostumbrados a ver cómo el Barça pulveriza a sus rivales, no salían ayer de su asombro y lo comentaban en sus medios. "Ningún equipo del mundo se la ha puesto al Barcelona tan difícil como el Estudiantes", señalaban.
Y eso se debió en primer lugar a un planteo táctico muy inteligente dispuesto por Alejandro Sabella y sus colaboradores; a una ejecución técnica inobjetable por parte de los equipistas y, fundamentalmente, a partir de una entrega conmovedora de los jugadores, que dieron, como lo habían prometido, el 120% de sus posibilidades.
Siempre se le ha reconocido a Estudiantes su mística, un concepto muchas veces difícil de explicar, pero generalmente utilizado en la victoria. Sin embargo, justo es decir que esa mística pudo aparecer también en la derrota.
Esa que lleva a dar más de lo que se tiene, a enfrentar al mejor equipo del mundo y ponerlo contra las cuerdas hasta segundos antes del último round.Y si bien es cierto que las derrotas no se festejan, también lo es que sí se reconocen. Y eso es lo que entendieron los miles de hinchas de Estudiantes que aquí en La Plata salieron a expresar su gratitud ante el conmovedor esfuerzo de un equipo que lo dio todo y aún más, y los miles que allá en Abu Dhabi hicieron flamear hasta lo más alto el orgullo de sentirse Pincha.
Una multitud albirroja alentó desde las tribunas de Abu Dhabi en lo que fue una postal conmovedora. Allí se mezclaban historias como la de Claudio Prieto, que dejó la carnicería de 60 entre 8 y 9 para llegar hasta allí, o la de Claudio Ponce, que vendió su moto para poder estar en Dubai, entre tantas otras que EL DIA ha reflejado en estas últimas jornadas.
Y otra multitud, aquí en La Plata, salió a desafiar la lluvia para mostrar sus banderas, para colmar la avenida 7 y obligar al corte de calle 50, para gritar su agradecimiento hacia ese equipo de gladiadores que dejó bien alto en el mundo el nombre de Estudiantes de La Plata.
Porque Estudiantes estuvo a dos minutos de la máxima gloria deportiva que el mundo le reconoce a los clubes de fútbol, esa misma que supo conocer en 1968 con otros héroes tan ejemplares como estos de hoy.
Porque lo que sucedió ayer en los Emiratos Arabes fue tan importante como aquella proeza de Manchester.
En definitiva, lo que se vivió en estos días fue mucho más que un hito deportivo.
La Plata ha asistido
- a un fenómeno de pasión,
- a un entramado de lealtades, sacrificios y aventuras
que trasladó hasta los lejanos Emiratos Arabes a una multitud con la camiseta albirroja.
Un fenómeno que, además, movilizó una inversión platense de más de 20 millones de dólares.
Ahora Estudiantes volverá con gloria, a pesar de que se le escapó la copa mundial por unos pocos segundos. Y su gente ya está preparando una movilización de bienvenida, cuando todavía está fresca en el recuerdo aquella multitudinaria recepción cuando este mismo equipo volvió de Brasil como campeón de América.
La delegación albirroja llegará en la medianoche de hoy, y hasta las autoridades del aeropuerto internacional de Ezeiza han dispuesto operativos especiales para contener a lo que se espera será una multitud.
Ese equipo que lo dejó todo bien se lo merece.
Porque las derrotas, si se dan en el marco y en el trámite de lo sucedido ayer en la final del Mundial de Clubes, también engrandecen.
Comentario - "El Día" - La Plata - 20-Dic-2009

La epopeya de los hinchas
120 minutos de fervor y aliento: conmovedora ovación para el equipo

Fue el comentario obligado de todos los que estuvieron en el estadio. Organizadores, periodistas, espectadores. Nadie en el Bin Sayed Sport City se cansó de elogiar la movilización histórica y multitudinaria de los hinchas pincharratas que, durante todo el partido, hicieron sentir locales al equipo de toda su vida.
Más de 5.000 leones alentaron sin parar durante los 120 minutos que duró el encuentro y, tras el pitazo final del mexicano Benito Archundia, despidieron a los jugadores con una ovación conmovedora.
"Son extraordinarios", graficó un periodista español cuando vio la marea rojiblanca apostada detrás de uno de los arcos de este estadio, un verdadero coliseo del siglo XXI.
Fue tan espectacular la caravana de apoyo de los fanas pinchas que los simpatizantes del Barcelona -los auténticos y los adoptivos que consiguieron en Abu Dhabi-, se dedicaron a hacer dos cosas en la previa, durante y después del partido:
- alentar al equipo catalán y,
- acaso con algo de admiración y asombro, sacarle fotos a los seguidores del León.
Las banderas rojiblancas otra vez fueron un clásico en las dos bandejas del Bin Sayed. "Tolosa presente", "Los Hornos", "Seba", "Familia Blasco", "Gracias viejos por hacerme pincha", "Temperley es del León", "El 7 a 0 no se olvida más", "Rey de América" o "El Mondongo con el León" fueron algunos de los tantos "trapos" que los fanáticos hicieron ver en la tarde noche de ayer aquí en Abu Dhabi.
Si bien en un principio se especuló con que los hinchas albirrojos iban a poder estar todos juntos, la venta previa con distintas ubicaciones hizo que estuvieran repartidos por distintos sectores del estadio y que, de esa manera, las banderas se vieran tanto en las tribunas ubicadas detrás de los arcos como en las imponentes gradas laterales.
Desde ahí, el aliento fue ensordecedor y motivó el aplauso final de los jugadores de Estudiantes como muestra de agradecimiento a tanto apoyo.
El clásico "Estudiaaa, Estudiaaa..." se hizo escuchar ni bien arrancó el partido e incluso de manera más fuerte con el match ya consumado, cuando en el campo de juego se procedía a la premiación y entrega de medallas.
La organización hizo que los fanáticos de ambos equipos estuvieran todos juntos, por lo que el duelo de hinchadas se vivió de manera intensa pero siempre con el respeto que merecían ambas parcialidades por el espectáculo brindado desde las tribunas.
Los del Barcelona felices por el título y acompañados en el apoyo por los espectadores locales que siguieron obnubilados a la figura de Messi y los suyos.
Los del Pincha, orgullosos por una cuarta final en apenas tres años y, haciendo sentir locales al equipo en la tierra de las mil y una noches, agradecidos a los jugadores por llevar los colores de Estudiantes a la élite del fútbol mundial.
Tal vez por eso el aplauso final no sorprendió a nadie. Era lógica pura. Era un agradecimiento sincero y pasional.
FACUNDO BAÑEZ - "El Día" - La Plata - 20-Dic-2009

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