lunes, 28 de diciembre de 2009

Mujeres actuales

Nuestra época se caracteriza por
- la ausencia de referencias estables y
- la incertidumbre.
Esto afecta también a las identificaciones en el campo de la feminidad.


Los norteamericanos, que hacen estadísticas de todo, han comprobado la enorme mutación por la que ha atravesado la mujer estadounidense en las últimas décadas.
No podemos extrapolar directamente estos datos, pero, en general, se comprueba que las mujeres actuales son
- más poderosas,
- menos dependientes y
- representan una mayoría de la fuerza laboral.
En las sociedades occidentales, la mayoría de las personas que piden el divorcio son mujeres y actualmente, como ha analizado el sociólogo francés Alain Touraine, ya no lo hacen tanto pensando en lo sufrido como en buscar una vida más satisfactoria.
Esta mutación, que las hace
- sentirse menos en desigualdad respecto de los hombres,
- las enfrenta también a la competencia y rivalidad tradicionalmente masculinas y
- aboca a muchas a un destino de frustración e insatisfacción.
El modelo de mujer
propuesto por el discurso contemporáneo dominante se corresponde con
- una mujer multifacética, que le da a todo, y que,
- en algunas de sus versiones, se sitúa en el posfeminismo.

Este nuevo modelo de mujer superpoderosa tiene varias caras.
- Como madre es hiperpedagógica, a menudo angustiada por el correcto desarrollo de sus hijos, y que incluso puede tener a su pareja como alumno predilecto, porque este estilo de mujer-madre se traslada a las relaciones de pareja donde cada vez más los hombres establecen relaciones marcadas por la dependencia infantil.
- Como mujer debe,
- conservar su hermosura independientemente de su edad,
- enseñarle al hombre como hacerla gozar,
- ser polivalente y
- no enamorarse.
Pero esta posición inhibe el deseo masculino, lo que lleva a la queja femenina actual de que «no quedan hombres».
El modelo de pareja actual se basa en hablar de lo que no funciona, a petición de la mujer, con el propósito de que él admita sus fallos y de que cambie.
Ese «tenemos que hablarlo» pasa a ser un imperativo mortificante en las parejas de hoy.
El hombre, en vez de declarar su amor, lo suplica y se aboca a la feminización. Por eso apreciamos fenómenos emergentes como
- el declive de la virilidad o
- el fenómeno metro-sexual.
Curiosamente, el hombre se feminiza en la medida en que para la mujer adquiere cada vez más el lugar del Yo ideal.

Por eso es frecuente escuchar frases del tipo: «Si ellos lo hacen, ¿por qué nosotras no?».
La mujer autónoma
, sometida al imperativo de no enamorarse, busca compensar con la maternidad, cada vez más bajo el modo de la adopción en solitario, las dificultades con el amor.
El aumento de las dificultades para hacer pareja conduce a la promoción de la madre, acrecienta la necesidad del niño como objeto de amor.
Resulta paradójico:
- La independencia de la mujer ha conducido a reforzar su posición de madre que, curiosamente, era uno de los destinos fundamentales que tradicionalmente se le adjudicaban a la feminidad.

Manuel Fernádez Blanco - "La Voz de Galicia" - Sgo. de Compostela - 28-Dic-2009

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