viernes, 10 de diciembre de 2010

El mundo partido en tres

El escenario de la economía mundial.
Estados Unidos, la Eurozona y el mundo emergente están avanzando en diferentes direcciones
.

Este año ha sido sorprendentemente bueno para la economía mundial.
- La producción global ha subido cerca de 5%, muy por sobre su tasa de tendencia y mucho más de lo que se proyectaba hace 12 meses.
- Muchos de los peligros que amenazaban a los mercados financieros no se han concretado.
- La economía china no ha sufrido un aterrizaje forzoso.
- La desaceleración de Estados Unidos no desembocó en una recesión.
Y aunque
- los problemas de las economías periféricas de la Zona Euro han probado ser reales,
- la Zona Euro como un todo ha crecido a una tasa decente para un continente envejecido,
gracias a la garra de Alemania, la economía desarrollada de más rápido crecimiento en 2010.
La pregunta ahora es
- Si 2011 seguirá el mismo patrón.
Muchas personas piensan que sí.
- La confianza de los consumidores y las empresas está subiendo;
- la producción manufacturera se está acelerando, y
- los mercados financieros están boyantes.
El índice MSCI de acciones globales ha subido 20% desde comienzos de julio. A comienzos de este año los inversionistas estaban muy pesimistas. Ahora su despreocupada confianza parece fuera de lugar.
Para simplificar un poco,
- el comportamiento de la economía mundial en 2011 depende de lo que ocurra en tres lugares:
- las grandes economías emergentes,
- la Zona Euro y
- Estados Unidos (sí, Japón aún es una economía de gran tamaño, pero es poco probable

que dé más sorpresas).
Estos tres grandes
- están yendo en direcciones muy diferentes,
- con perspectivas de crecimiento muy distintas y
- elecciones de políticas muy contradictorias.

Alza, peligro y ajuste
Comencemos por
- Los grandes mercados emergentes,
por lejos los mayores aportantes al crecimiento global este año.

Desde Shenzhen a Sao Paulo, estas economías han estado en el tapete.
La capacidad ociosa se ha agotado. Allí donde puede, el capital foráneo está floreciendo.
- Las preocupaciones aisladas sobre las burbujas de activos
- han sido reemplazadas por los temores de un sobrecalentamiento más amplio.
China es el primer ejemplo pero de ninguna manera está solo. Con las tiendas brasileñas repletas, la inflación ha aumentado sobre el 5% y las importaciones en noviembre fueron 44% más altas que en el año anterior.
- El dinero fácil suele ser el problema.
Aunque el desplome de 2009 es un recuerdo lejano,
- las condiciones monetarias son todavía extremadamente laxas,
gracias, en muchos lugares,
- a los esfuerzos para mantener tipos de cambio competitivos (China, lidera a este respecto).
- Esta combinación no es sostenible.
Para
- detener la aceleración de los precios, la mayoría de las economías emergentes
- necesitarán ajustar sus políticas monetarias el próximo año.
- Si lo hacen en exceso, su crecimiento podría caer fuertemente.
- Si lo hacen tímidamente, atraerán inflación más alta y un mayor ajuste más tarde.
En cualquier caso, las posibilidades de
- un shock macroeconómico proveniente del mundo emergente se están incrementado aceleradamente.
La Zona Euro es otra fuente de evidente estrés, esta vez tanto financiera como macroeconómicamente.
En el corto plazo el crecimiento seguramente se desacelerará, ojalá que sólo producto de los recortes de los gastos de gobierno.
En los países más relevantes, especialmente Alemania, esta consolidación fiscal es voluntaria, incluso masoquista.
Las aproblemadas economías en la periferia, como Irlanda, Portugal y Grecia, tienen menos alternativas y un futuro sombrío.
La evidencia empírica sugiere que
- los países bajo una sola moneda es poco probable que puedan mejorar su competitividad rápidamente
- por la vía de ajustar salarios y precios.
Peor aún,
- las consecuencias financieras de un cambio hacia un mundo donde
- un país de la Zona Euro puede entrar en colapso recién se están haciendo claras.

No sólo
- porque muchos gobiernos deben mucho dinero,
- sino que el modelo completo del sistema bancario europeo,
- el cual está basado en la integración a lo largo de las fronteras, puede necesitar ser revisado
.
Estas dificultades pondrán a prueba a los responsables de las políticas públicas.
- Los líderes políticos de la Eurozona, desgraciadamente, son un grupo irritable y disperso.
- Un lío aún mayor parece probable en 2011.
La economía de Estados Unidos también cambiará. Pero, a diferencia de Europa,
- el mix de la política macroeconómica norteamericana se ha apartado decisivamente de

la austeridad.
El acuerdo de recorte de impuestos alcanzado el 7 de diciembre por Barack Obama y los congresistas republicanos fue superior a lo esperado. No sólo extendió por dos años más los recortes que ya estaban expirando, sino que añadió otro 2% del PIB en nuevos beneficios tributarios.
Si se suma esto a la continua compra de bonos de la Reserva Federal,
- Estados Unidos está inyectándose otra dosis de esteroides de estímulo precisamente cuando
- Europa está entrando a rehabilitación.
El resultado es que
- esto podría hacer que Estados Unidos crezca hasta 4% el próximo año.
La cifra está por encima de la tendencia y es suficiente para reducir el desempleo, aunque no rápidamente.
Pero los políticos estadounidenses están arriesgándose.

Necesidad de ajuste
Obama y los republicanos ni siquiera trataron de encontrar un acuerdo para una consolidación fiscal en el mediano plazo y varias porpuestas para reducir el déficit parecen estar llenándose de polvo.
Algunos inversionistas, sin duda, ven un crecimiento más rápido en el camino, pero
- un creciente número está preocupado del tamaño del agujero fiscal.
Si esas preocupaciones se consolidan,
- Estados Unidos podría enfrentar una crisis de su mercado de deuda en 2011.
La divergencia entre
- los tres grandes componentes del mundo generará riesgos para cada uno.
- La política de estímulo estadounidense y la preocupación por eventuales defaults soberanos en la Eurozona
- impulsará el flujo de capitales a las economías emergentes ,
- haciendo a los bancos centrales más reticentes a elevar las tasas de interés y controlar

la inflación.
El mundo evitó la depresión, en parte, gracias a que Europa y EE.UU. coordinaron sus políticas económicas.
Ahora ambos están obsesionados con sus problemas internos y
- han adoptado estrategias completamente opuestas para lidiar con ellos.
Pero por supuesto, esto no tiene que terminar de esta manera. Ahora que ha puesto el dinero en el tapete,
- Obama y el Congreso podrían avanzar en un plan de mediano plazo para reducir el déficit.
- Los líderes europeos podrían alcanzar un acuerdo para consolidar la moneda única y al sector financiero de la región.
Pero no apuesten a eso.
- Una economía mundial más dividida podría hacer de 2011 un año de shocks perjudiciales.

The Economist - "El Mercurio" - Sgo. de Chile - 10-Dic-2010

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