jueves, 17 de mayo de 2012

La carrera griega

No es una buena idea para que Grecia deje el euro.

Pero es tiempo de prepararse para su partida

"GREXIT" es un término feo para lo que pronto puede convertirse
en una realidad aún más fea:

- la salida de Grecia de la zona euro.
Como la furia en Atenas se enfrenta a la frustración con la
obstinación griega en el resto de la Unión Europea,
- la economía más problemática de la UE
- podría salir de la moneda única en cuestión de semanas.
- Si los bancos griegos sufren una corrida masiva,
- ya que los depositantes retiran euros por miedo a
- ser convertidos a la fuerza en dracmas nuevos,
- el destino de Grecia podría ser resuelta incluso antes.
Los políticos en ascenso de Grecia, sobre todo Alexis Tsipras, líder
del partido radical de izquierda Syriza, quieren
- repudiar la oferta de rescate de Grecia con sus acreedores
  europeos y el FMI.
Los acreedores, en particular Alemania, se mantiene firme, con razón,
dejando en claro que
- no van a ser objeto de chantaje en varias ocasiones con la
  reescritura de los rescates.
En caso de nuevas elecciones el 17 de junio a los objetores de tener
una mayoría, como sugieren las encuestas, y
- si reniega Grecia del acuerdo de rescate , entonces
- el mundo va a cortar el suministro de los fondos de rescate.
- Es difícil ver a Grecia luego permanecer en el euro.
Ya hay un tufillo de la inevitabilidad de un resultado, una vez
considerado imposible.
Los banqueros centrales ya discuten abiertamente la posibilidad de
que Grecia puede abandonar.
A medida que los lapsos de lo imposible en lo inevitable, un creciente
coro es
- el argumento de que es incluso deseable.
Los defensores de una salida de Grecia, dicen que se beneficiarían
con una moneda más barata, y con la política de forjar una unión más
estrecha fiscal y financiera entre los miembros restantes de la zona
euro y sería más fácil sin un país que nunca debería haberse unido en
el primer lugar.
Pero es un error pretender que una salida griega es un resultado fácil
o deseable.
Antes de que sea demasiado tarde,
- los políticos griegos deben ser honestos
- acerca de lo que implica una salida.
- Y los políticos europeos deben actuar de forma mucho más audaz
- para proteger al resto de la zona euro en el caso de que ocurra
   lo peor.
Eirexit, Porxit, Spaxit y Ixit
Comenzando con los griegos,
- la mayoría de ellos quieren deshacerse de
- las políticas de austeridad odiados  las que culpan de su
  situación.
El Sr. Tsipras y sus colegas
- están alimentando la creencia de que
- Grecia pueda de alguna manera evitar la austeridad y
- aún así mantenerse en el euro.
De hecho,
- los griegos no se puede evitar la austeridad,
- ya sea en la zona euro o fuera de ella.
Es cierto que
- Grecia puede sobrevivir en el euro sólo con
- un ajuste a la baja agotador de salarios y precios,
- lo que exige dolorosos recortes presupuestarios y
- reformas estructurales.
Sin embargo,
- la medicina que requeriría Grecia es aún más fuerte
- si deja al euro.
- Separados de los fondos extranjeros, el país se verían
  obligados a
- la austeridad fiscal más restrictiva aún.
Se necesitaría
- una política monetaria disciplinada y
- audaces reformas estructurales para
- mantener las ganancias de su moneda más barata y
- evitar la hiperinflación.
- La disciplina y la reforma no son conceptos familiares en la
  política griega.
Por otra parte,
- una salida caótica griega devastaría la vida política del país,
ya que Grecia se correría el riesgo de
- expulsión del mercado único y
- tal vez incluso la propia UE.
Para una muestra de lo que podría producirse sólo tiene que mirar el
creciente poder de los extremistas, como el partido neo-nazi
Alba Dorada.
Si los votantes griegos merecen una mayor honestidad acerca de la
Grexit, también lo merecen el resto de la zona euro.
Grecia puede ser una economía pequeña, pero
- una salida griega del euro,
- en medio de la provocación y la bravuconería,
- no sería un evento pequeño.
Lo más obvio es, de salida y el incumplimiento posterior de
sus privados, así como
- la deuda oficial costaría a
  - los bancos europeos,
  - las empresas y
  - los contribuyentes
- un montón de dinero .
Y eso es sin contar
- el peligro de un contagio general en la debilidad de las economías
  de la zona euro.
No existe un mecanismo formal para abandonar la moneda única.
Como los depositantes y tenedores de bonos a través del factor de la
zona euro en el aumento del riesgo de que sus activos también podrían
ser víctimas de una ruptura, otros países están bajo presión.
El hoy tan cacareado "firewall" no es casi lo suficientemente fuerte.
La gente se esfuerza para evitar el desastre.
Sin embargo,
- la posibilidad de un error de cálculo político y el pánico
  financiero
- significa que lo peor aún podría suceder, puede incluso llegar
  pronto.
- Los depósitos están huyendo de los bancos griegos a un ritmo
  acelerado.
Si el pánico financiero fuerza una salida griega antes de la votación,
sería destruir la credibilidad de las promesas que los bancos a través
de la zona euro están a salvo.
Como la economía griega se contrae en el euro, los argumentos
económicos se convertirán en un delicado equilibrio, porque
- el capital ha huido y
- la carga de la deuda adquiriría mayor relevancia.
Como la política de Grecia está en bancarrota,
- el canto de sirena del populismo puede crecer irresistible.
Estos peligros requiere medidas urgentes.
En primer lugar, para evitar una corrida masiva,
- el Banco Central Europeo debe estar listo para
- inundar los bancos griegos con una liquidez de fondos de
- las pérdidas a los contribuyentes europeos si Grecia no terminan
  por abandonar.
Y en segundo lugar, para evitar
- una salida griega seguida por una pérdida de confianza en cascada
  en otras economías de la periferia,
- la zona del euro deben someterse a una aceleración mucho más rápida
  hacia la integración fiscal y financiera que la mayoría de los políticos
  europeos admiten.
A fin de salvaguardar los bancos en Portugal o en España a partir de
carreras,
- los responsables políticos europeos tendrán que establecer
- algún tipo de seguro de depósito de euros a escala.
Y para tranquilizar a los inversores en los mercados de deuda
soberana, no tendrá que haber un progreso mucho más rápido a alguna
forma de mutualización de la deuda entre los miembros de la moneda
única.
Los europeos deberían haber comenzado a trabajar en estas cosas
durante la tregua en la crisis de principios de este año.
Alemania resistió a eso. Ahora bien, estos cambios deben hacerse en
un apuro.

Un voto a la roca base de la democracia
La elección griega es en efecto un referéndum sobre si el país se
quedará en el euro. No es del todo sin esperanza.
Una nueva coalición griega que se comprometió a adherirse al acuerdo
de rescate que, de hecho, ganar un poco de ayuda del resto de Europa.
Al mismo tiempo, con la promesa de un respaldo bancario común y
alguna forma de eurobonos, el euro se haría en su última salida a mirar
como si pudiera sobrevivir y los peligros de contagio se podrían evitar.
La re-ingeniería financiera de Europa es un requisito previo para que
el euro pueda sobrevivir.
Grecia es la presentación de ese momento de la verdad.
Y sin embargo, los políticos, sobre todo en Alemania, aún tienen que
aceptar la lógica, y explicar a los votantes.
La perspectiva de una salida griega significa que deben empezar a
hacerlo y rápido.
The Economist - London - 17-May-2012

El camino de Grecia para salir del euro
está lleno de imponderables
Volver a contar con una moneda nacional después de usar el euro y
delegar el manejo del dinero al Banco Central Europeo durante más de
una década

- dejaría a Grecia en un territorio financiero, legal y político
  completamente desconocido.
Otros países
- han caído en cesación de pagos,
- devaluado sus divisas y
- abandonado uniones monetarias más amplias, pero
- ninguno ha hecho todo al mismo tiempo y, desde luego,
- mucho menos una economía tan integrada a los mercados financieros
  globales.
Grecia tendría que
- reconfigurar su sistema monetario y
- reconstruir su economía después de lo que
- probablemente sería una brusca devaluación que
- habría asestado un duro golpe a la confianza de la población,
- socavado el sistema financiero y
- provocado el impago de las deudas con los acreedores extranjeros.
Las consecuencias de una salida de Grecia de la zona euro serían
- tan turbulentas para el resto de Europa que
- las autoridades han sido reacias a siquiera especular sobre cómo
  funcionaría.
Y si bien hablar del abandono del euro ha dejado de ser un tema tabú
en los últimos meses,
- un regreso a la dracma probablemente sería caótico y
- muchos pasos tendrían que improvisarse prácticamente de la noche a
  la mañana.
Durante el primer año y medio de la crisis, las autoridades solían
eludir las preguntas sobre una potencial salida de Grecia del euro con
una respuesta simple:
- es imposible bajo las leyes de la Unión Europea.
- No hay ninguna disposición en los tratados de la Unión Europea para
- salir de la zona euro sin renunciar también
- al bloque económico más amplio compuesto por 27 países.
Una salida de la UE también significaría
- el fin de miles de millones de euros en subsidios agrícolas y de
  desarrollo, así como
- acceso fácil a grandes mercados internos,
- una amenaza que recalcó la ministra austríaca de Finanzas, Maria
  Fekter.
- "Es imposible dejar la zona euro;
- sólo se puede salir de la Unión Europea",
dijo durante una reunión con sus contrapartes en Bruselas.
"Después de eso,
- Grecia tendría que solicitar su readmisión y
- tendríamos que mantener conversaciones de admisión y
- evaluar detenidamente si Grecia realmente cumple con los requisitos
de adhesión".
Los comentarios reflejan
- la frustración cada vez mayor de algunos países europeos con Grecia,
  pero
- también la idea de que si se traza una hoja de ruta clara de salida,
- otros gobiernos podrían animarse a seguir el ejemplo.
"Demasiada claridad sobre las preguntas que suscita una salida griega
 sería contraproducente", advierte Mujtaba Rahman, analista de
Eurasia Group.
- "Si se diseñara un camino demasiado fácil,
- alentaría a otras economías atribuladas a
- contemplar un destino similar en el mediano o largo plazo".
Por otro lado, dificultar las cosas podría
- intensificar la presión sobre la economía griega y
- agravar los problemas económicos de otros miembros de la UE.
"Al resto de los países le conviene
- garantizar que esto no sea absolutamente espantoso",
dice Roger Bootle, director ejecutivo de Capital Economics, que ha
escrito un informe de 150 páginas sobre los detalles prácticos de una
salida griega del euro.
Varios expertos sugieren algunas maneras de salvar la falta de una
cláusula de salida del euro bajo el derecho comunitario.
La zona euro, por ejemplo, podría citar un incumplimiento fundamental
de los criterios básicos del euro como los niveles de deuda y convertir
a Grecia en "un estado miembro con una derogación", explica
Alexander Turk, profesor de derecho en el King's College de Londres.
Eso agruparía a Grecia con países como Suecia, que legalmente están
obligados a adoptar el euro pero cancelaron el proceso al no cumplir
deliberadamente esos requisitos.
"Si es políticamente oportuno, entonces los abogados encontrarán una
manera para hacer que esto sea posible", dice Turk.

Grecia tendría que mantener en secreto su decisión de abandonar la
unión monetaria el mayor tiempo posible para evitar que más dinero
salga del país.
Pedir nuevos billetes de dracmas podría demorar varios meses y la
noticia podría filtrarse, lo que animaría a los griegos a aumentar sus
retiros de euros de los bancos, acelerando el cronograma de la salida.
Bootle sugiere cerrar la brecha de ese período haciendo pagos
electrónicos y utilizando euros para las transacciones en efectivo.
Igualmente, Grecia podría imprimir rápidamente vales equivalentes a
dinero, señala Guntram Wolf, subdirector de Bruegel, un centro de
estudios en Bruselas.
La transición de una moneda a otra podría hacerse a lo largo de un fin
de semana largo, durante el cual los bancos y cajeros automáticos
permanecerían cerrados y se implementarían otros controles de
capital.
Al mismo tiempo, las cuentas bancarias serían convertidas de euros a
las "nuevas dracmas" y la deuda soberana y otros contratos
cambiarían a la nueva divisa
Gabriel Steinhauser - The Wall Street Journal - NYC - 17-May-20121

Después de la austeridad
La reunión anual del Fondo Monetario Internacional dejó claro

este año que Europa y la comunidad internacional continúan sin
timón en función de la política económica.

Los líderes financieros, desde los ministros de Economía y Finanzas
hasta los líderes de instituciones financieras privadas, repitieron el
mantra actual: los países en crisis deben
- poner en orden sus asuntos,
- reducir sus déficits y deudas públicas,
- adoptar reformas estructurales y
- promover el crecimiento.
La confianza, reiteraron numerosas veces,
- debe ser restaurada.

Ese tipo de pontificación suena un tanto afectada cuando proviene
de quienes, al mando de
- bancos centrales,
- ministerios de Hacienda y Finanzas y
- bancos privados
- llevaron al sistema financiero mundial al borde de la ruina y
- fueron artífices del desastre actual.
Y lo que resulta aún peor, poco se explica sobre
- cómo lograr la cuadratura del círculo.
- ¿Cómo puede recuperarse la confianza mientras las economías
   en crisis caen en recesión?
- ¿Cómo puede revivirse el crecimiento cuando la austeridad
  probablemente signifique una mayor disminución de la demanda
  agregada, lo que reducirá aún más la producción y el empleo?
A estas alturas, algo tendría que resultar claro:
- los mercados no son estables por sí mismos.
- No solo generan reiteradamente desestabilizadoras burbujas
  de activos; además,
- cuando la demanda se debilita, entran en juego fuerzas que
- exacerban la caída.
El desempleo y el miedo a su propagación empujan
- los salarios,
- los ingresos y
- el consumo
- a la baja, y con ello a la demanda total.
Las menores tasas de formación de hogares —los jóvenes
estadounidenses, por ejemplo, vuelven cada vez más a vivir a casa
de sus padres—
- deprimen los precios de la vivienda,
- conduciendo a más ejecuciones hipotecarias aún.
Los Estados con esquemas de presupuesto equilibrado se ven
forzados a
- reducir el gasto a medida que caen los ingresos fiscales:
- un desestabilizador automático que Europa parece decidida a
  adoptar ciegamente.
Existen estrategias alternativas.
Algunos países, como Alemania, tienen margen para maniobras
fiscales. Aprovecharlo para invertir mejoraría el crecimiento de largo plazo, creando derrames positivos en el resto de Europa.
Un principio reconocido desde hace mucho tiempo es que
- el aumento equilibrado de los impuestos y el gasto
- estimula la economía; si el programa está bien diseñado
  (impuestos a los niveles más altos combinados con gasto en
   educación),
- el aumento en el PBI y el empleo puede ser significativo.
Europa en su conjunto no se encuentra en mala situación fiscal;
- la relación entre su deuda y el PIB se compara
- favorablemente con la de EE UU.
Si cada Estado en EE UU fuese completamente responsable de su
propio presupuesto, incluido el pago de todos los beneficios por
desempleo,
- también EE UU caería en una crisis fiscal.
La lección es obvia:
- el todo es más que la suma de sus partes.
Si Europa —en especial el Banco Central Europeo—
- pidiese prestado y otorgase créditos con lo obtenido,
- los costos de la deuda europea caerían,
- generando espacio para los tipos de gasto que
- promoverían el crecimiento y el empleo.
Ya existen instituciones en Europa, como el Banco Europeo de
Inversiones, que
- podrían ayudar a financiar las inversiones necesarias en las
  economías sedientas de liquidez.
- El BEI debería ampliar sus créditos.
Es necesaria
- una mayor disponibilidad de fondos para
- apoyar a las pequeñas y medianas empresas
- la principal fuente de empleo en todas las economías—, que
- son particularmente importantes, dado que
- la contracción bancaria las golpea especialmente fuerte.
El obstinado énfasis que pone Europa en la austeridad es resultado
- de un mal diagnóstico de sus problemas.
- Grecia gastó de más, pero
- España e Irlanda tenían superávits fiscales y
- bajos índices de deuda respecto de sus PIB.
Dar conferencias sobre prudencia fiscal no tiene sentido.
Tomarse las conferencias en serio —incluso, adoptar esquemas
presupuestarios restrictivos— puede ser contraproducente.
Sin importar si los problemas europeos son coyunturales o
estructurales —
- la zona del euro, por ejemplo, dista de ser
- una zona monetaria óptima, y
- la competencia fiscal en una zona de libre comercio y
  migración
- puede erosionar una situación viable—,
- la austeridad solo empeorará las cosas
- Las consecuencias de la fiebre europea por la austeridad
- serán de largo plazo y probablemente graves.
- Si el euro sobrevive, lo hará
- al precio de alto desempleo y enorme sufrimiento,
- particularmente en los países en crisis.
Y la propia crisis
- casi seguramente se extenderá.
Las medidas antiincendios no funcionarán si simultáneamente se tira
combustible sobre las llamas, una tarea con la que Europa parece
comprometida.
No hay ejemplos de grandes economías —y Europa es la mayor en el
mundo—
- que se hayan recuperado con austeridad.
Como resultado,
- el activo más valioso de la sociedad, su capital humano,
- está siendo desperdiciado, e incluso, destruido.
Los jóvenes a quienes se les priva de un empleo digno —el desempleo
juvenil en algunos países se acerca o sobrepasa al 50% y es
inaceptablemente elevado desde 2008— se alienan.
Cuando eventualmente encuentren empleo, lo harán con salarios
mucho menores.
Normalmente,
- la juventud es un periodo de construcción de habilidades, pero
- se ha convertido en una época durante la cual se atrofian.
Hay tantas economías vulnerables a desastres naturales —terremotos, inundaciones, tifones, huracanes, tsunamis—, que
- agregar desastres de manufactura humana
- resulta aún más trágico. Pero
- Europa lo está haciendo.
De hecho,
- la ignorancia voluntaria de las lecciones del pasado
- por sus líderes es criminal.
El dolor que sufre Europa,
- especialmente el de sus pobres y jóvenes, es innecesario.
Afortunadamente,
- existe una alternativa. Pero
- las demoras para aprovecharla serán muy costosas, y
- Europa se está quedando sin tiempo.
Joseph Stiglitz - El País - Madrid - 17-May-2012

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