lunes, 8 de diciembre de 2008

Los peligros del incrementalismo

Las acciones más atrevidas deben venir del fisco. Se necesitan remedios osados para resucitar de un golpe a la economía mundial.

Al ver la amenaza a las funciones vitales de la economía mundial, aquellos a cargo de las políticas han estado trabajando horas extra.
- Las tasas de interés se han reducido considerablemente.
- La de Estados Unidos llegó al 1%;
- la de Gran Bretaña está en su nivel más bajo en 50 años; y
- esta semana, el banco central de China recortó en 108 puntos base su principal tasa de política.
Se ha rescatado a muchas instituciones financieras: el rescate del una vez poderoso Citigroup es simplemente lo impensable más reciente que sucedió.
A pesar de todo esto, el paciente no ha respondido. Esto es en parte porque algunos remedios tradicionales, tales como
- una política monetaria más suelta, se debilitan en una crisis crediticia.
- Igualmente es porque los médicos han sido desatinados.

- Además, gran parte de la política ha sido demasiado tímida.
- Detener la declinación de la economía mundial exigirá algo bastante más osado que cualquier cosa que se haya visto hasta ahora en esta crisis.


El juicio y el Citi
Eso significa redoblar los esfuerzos existentes en cada una de las tres áreas tradicionales de política:
- reforzar bancos;
- proporcionar un mayor estímulo fiscal; y
- reducir las tasas de interés.
Igualmente implica utilizar instrumentos para nada ortodoxos, tales como
- interferir directamente en los mercados crediticios a través de la compra de activos; un camino donde la Reserva Federal de Estados Unidos ha mostrado más creatividad. En realidad, ese "alivio cuantitativo" es un presagio para la opción que se puede intentar in extremis:
- una reflación de la economía a través de la emisión de moneda para financiar los déficits presupuestarios. Eso expone a
- una inflación, que es el veneno económico; pero, en los países sumamente endeudados, es menos devastadora que la deflación.

Afortunadamente, el mundo no está en esa etapa todavía. Pero está cada vez más cerca.
Una persona que parece entender la necesidad de actuar a una mayor escala es Barack Obama. En sus diversas conferencias de prensa esta semana, el Presidente electo expuso la naturaleza del desafío mejor que varios líderes.
- Esto era una "crisis global", manifestó, que ameritaba una "respuesta global".

- La economía estaba "atrapada en un círculo vicioso" y necesitaba un gran "golpe" para aliviar el flujo de crédito y amortiguar la caída en la demanda privada.

Él tiene razón
El punto de partida para varios de aquellos a cargo de las políticas sigue siendo bajar las tasas de interés. Los Bancos Centrales en algunas economías ricas, en particular Gran Bretaña y la zona del euro, todavía tienen espacio para reducir las tasas; aunque es notable cómo incluso los recortes bastante dramáticos no están funcionando como lo hicieron en el pasado.
El colapso del Citi mostró los peligros de dejar que enormes cantidades de activos tóxicos supuraran en los estados de cuenta de los bancos.

Introducir capital es esencial, pero tal vez no sea suficiente
La historia de crisis bancarias manejadas con éxito, tal como la de Suecia a principios de la década de 1990, indica que los gobiernos también tienen que extirpar los activos malos de los estados de cuenta de los bancos.
Sería bueno informar que el acuerdo del Citi proporcionó un nuevo modelo. No fue así realmente. El rescate es opaco; sin embargo, otro rescate ad hoc más bien que parte de un plan sistemático; y es demasiado bueno con la administración, consejo y accionistas del banco.
De acuerdo, el rescate pone una barrera y limita las pérdidas del Citi a un cúmulo de los peores créditos. Pero probablemente hubiera sido mejor separar sus activos más tóxicos y dejarlos aparte en un "banco malo".

Lo no ortodoxo
Un sistema bancario más estable con el tiempo tendrá el dinero en movimiento, pero mientras tanto hay otras formas. Intervenir directamente en los mercados crediticios tiene mucho sentido en Estados Unidos, el que depende más que otros países del financiamiento no bancario y donde es difícil reducir más las tasas de interés oficiales.
Aquí es donde la Fed ha sido inventiva: emitir moneda para comprar todas las formas de activos.
En octubre declaró que compraría papeles comerciales a corto plazo. Esta semana dio a conocer dos nuevos esquemas:
- un plan de US$ 600 mil millones para reducir las tasas hipotecarias mediante la compra de valores hipotecarios con garantía del gobierno y de la deuda de los gigantes hipotecarios con patrocinio estatal de Estados Unidos; y
- un esquema de US$ 200 mil millones para comprar la deuda respaldada por los préstamos de tarjeta de crédito, automotrices, de la pequeña empresa y estudiantiles.
Este enfoque se podría ampliar a otros mercados que han cerrado. Por ejemplo, hay poco crédito fresco para las empresas en bancarrota.
Si el gobierno puede proporcionar ese efectivo, podría evitar que la próxima ola de quiebras se convierta en una de liquidaciones corporativas.
La parte mayor del "golpe" de Obama tiene que ser fiscal. Cuando la demanda privada se debilite en forma muy dramática, el sector público tiene que estimular el gasto, y así constituir valientemente una diferencia.
En Estados Unidos, aunque Obama se ha negado a entregar una cifra, entre los líderes demócratas se habla de un impulso fiscal por un valor de US$ 500 mil millones a US$ 700 mil millones, o del 3% al 5% del PIB.
Evidentemente, no todos los países pueden financiar precisamente la misma dosis de estímulo fiscal. Aquellos dependientes del capital extranjero caprichoso tienen menos espacio para emprender una acción que aquellos países con grandes cantidades de ahorro interno.
Pero un incrementalismo cauto, irónicamente, corre el riesgo de dejar que el mundo caiga incluso más bajo que la espiral deflacionaria.
Es el momento de seguir el ejemplo de Obama
y resucitar con un golpe al paciente.
The Economist - "El Mercurio" - Santiago de Chile - 8-Dic-2008

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