miércoles, 6 de enero de 2010

Las mujeres y el trabajo: ¡Lo hicimos!

"Rosie the Riveter": "We Can Do It”
Pronto serán el 50% de la fuerza laboral en Estados Unidos
La revolución silenciosa del mundo industrializado: Las mujeres se están apoderando gradualmente del lugar de trabajo.


En una época en que el mundo está escaso de causas para celebrar, aquí hay una candidata dentro de los próximos meses:
- Las mujeres cruzarán el umbral del 50% y
- serán la fuerza laboral mayoritaria de Estados Unidos.
Ellas
ya constituyen
- la mayoría de graduadas universitarias en los países de la OCDE y
- la mayoría de trabajadoras profesionales en varios países ricos, entre éstos Estados Unidos
.
Son mujeres las que dirigen varias de las grandes empresas del mundo, desde PepsiCo en Estados Unidos hasta Areva en Francia.
Esta potenciación económica de la mujer es discutiblemente el cambio social más grande de nuestros tiempos. Hace sólo una generación, ellas estaban en gran medida confinadas a empleos repetitivos, humildes.
Habitualmente estaban sometidas a un sexismo casual y se esperaba que abandonaran su carrera cuando se casaran y tuvieran hijos. Hoy están dirigiendo algunas de las organizaciones que una vez las trataron como ciudadanas de segunda clase.
A millones de mujeres les han entregado más control sobre sus propias vidas. Y se ha puesto en uso más productivamente a millones de cerebros. Las sociedades que tratan de resistir esta tendencia -principalmente los países árabes, pero también Japón y algunos países del sur de Europa- pagarán un fuerte precio en la forma de talento desperdiciado y ciudadanas frustradas.
Esta revolución se ha llevado a cabo con sólo una pizca de fricción. Los hombres, en general, han recibido bien la invasión femenina en el lugar de trabajo. Sin embargo, incluso los cambios más positivos pueden ser incompletos o insatisfactorios. Este avance en particular se produce con dos espinas.
La primera es que las mujeres todavía están subrepresentadas en el liderazgo de las compañías.

Sólo el 2% de los jefes de las empresas más grandes de Estados Unidos y el 5% de sus pares en Gran Bretaña son mujeres. Igualmente reciben un sueldo muchísimo más bajo que el de los hombres en promedio.
La segunda es que el manejo del trabajo y la crianza de los hijos es difícil. Las parejas de clase media habitualmente se quejan de que tienen muy poco tiempo para sus hijos.

Pero los mayores perdedores son los pobres hijos; en especial en lugares como Estados Unidos y Gran Bretaña, que han combinado
- niveles altos de participación femenina en la fuerza laboral
- con una reticencia a gastar dinero público en el cuidado de los niños.

Mejor desempeño
Estos dos problemas están estrechamente relacionados. Muchas mujeres sienten que tienen que elegir entre sus hijos y sus carreras.

Las que tienen éxito en empresas exigentes cuando son veinteañeras disminuyen considerablemente cuando pasan los 30 y luego encuentran que es casi imposible recobrar su primer impulso.
Aquellas menos especializadas están atrapadas en empleos mal pagados con arreglos precarios para el cuidado de los hijos.
La maternidad, no el sexismo, es el problema: en Estados Unidos, las mujeres sin hijos ganan casi tanto como los hombres, pero las madres ganan significativamente menos.

Y la pobreza relativa de esas madres también perjudica a sus hijos.
La demanda por cerebros femeninos está contribuyendo a aliviar algunos de estos problemas. Aun cuando algunas de las nuevas teorías con respecto a que las mujeres afectuosas implican trabajadores inherentemente superiores son palabrerías, varias tendencias favorecen el sexo más educado, lo que incluye

- la "guerra por el talento" y
- la creciente flexibilidad del lugar de trabajo.
Las firmas legales, las consultorías y los bancos están reconsiderando sus sistemas de promoción porque están perdiendo muchas mujeres capaces.
Más del 90% de las compañías en Alemania y Suecia permiten un trabajo flexible. Y la nueva tecnología está facilitando el rediseño laboral de un modo que sea favorable para la familia.
Sin duda, la mujer ha tenido un mejor desempeño durante la última década que el hombre.

En la Unión Europea ellas han ocupado 6 millones de los 8 millones de nuevos empleos que se han creado desde 2000.
En Estados Unidos, tres de cada cuatro personas despedidas desde que empezó la recesión han sido hombres.

Y es probable que continúe el desplazamiento hacia las mujeres: en 2011 habrá 2,6 millones más de estudiantes universitarios mujeres que hombres en Estados Unidos.

La mano del Estado
Todo esto implica principalmente que hay que dejar que el mercado haga su trabajo. Eso no ha impedido que haya peticiones en favor de una intervención fuerte del Estado al modo escandinavo.

Noruega ha utilizado amenazas de cuotas con un efecto dramático. Alrededor del 40% de los legisladores ahí es mujer. Todos los países escandinavos proporcionan abundantes salas-cunas financiadas por el Estado.
Tienen los niveles más altos de empleo femenino en el mundo y muchísimo menos de los problemas sociales que plagan Gran Bretaña y Estados Unidos.

Seguramente, dicen, hay una forma de acelerar la revolución, ¿y mejorar las vidas duras de muchas mujeres trabajadoras y sus hijos?
Si eso significa una intervención masiva, en la forma de programas y beneficios generales para los padres, la respuesta es no.

Para empezar, promover a las personas sobre la base de su sexo no es liberal y es injusto y estigmatiza a sus beneficiarios. Y hay problemas prácticos.
Los extensos períodos de pre y postnatal pueden hacer que las empresas desistan de contratar mujeres, lo cual contribuye a explicar por qué
- la mayoría de mujeres suecas trabaja en el sector público y
- Suecia tiene una proporción más baja de mujeres en gerencia que Estados Unidos.
The Economist - "El Mercurio" - Sgo. de Chile - 6-Ene-2010

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