lunes, 20 de febrero de 2012

España: Intimidades de su crisis

La cara oculta del paro
Economía sumergida, inmigración y servicios sociales atenúan el impacto

El dato es escalofriante. En el cuarto trimestre del 2011 España alcanzó la cifra de
- 5.273.600 parados.
Esto es más que la población de Noruega o Irlanda. Y la pregunta inmediata es:
1- ¿Por qué el paro aumenta en España tan por encima del resto de Europa?
Y muy especialmente:
2- ¿Cómo es posible que la alarma social no sea más elevada?
La primera respuesta de los economistas lleva a los datos estadísticos.

La Encuesta de Población Activa (EPA) es
- un muestreo estándar a escala europea que no se basa en los datos de las oficinas de empleo sino en el número de personas de más de 16 años que durante la semana de referencia han estado sin trabajo, disponibles para trabajar y buscando activamente empleo.
Si se compara con los parados del INEM, que eran 4.420.462 a finales del 2011, se observa una diferencia de
- 850.000 personas:
- son ciudadanos que dicen buscar empleo pero no se han inscrito a las listas de desempleo.
Josep Oliver, economista y profesor de la UAB, considera que

- el temor a Hacienda y
- la confusión sobre la población activa o inactiva (estudiantes, amas de casas, prejubilados)
- magnifica las cifras.
De hecho,
- otros cálculos indirectos a través del IVA o el consumo
- induce a pensar en cifras inferiores.
El factor más relevante es

- la economía sumergida.
"Se puede calcular en
- un 20% la economía que no aflora y
- eso supone en la práctica más de
- 1.000.000 de puestos de trabajo", dice Oliver.
Por eso, está convencido que una de las iniciativas del nuevo Gobierno será
- la lucha contra esa economía sumergida, y
- un primer paso son los nuevos contratos para los trabajos domésticos, incluso de horas,
- que permitirá que salgan a la luz numerosos puestos de trabajo ocultos.
David Garrofé, secretario general de la patronal Cecot, recuerda que
- "en momentos de máximo crecimiento había en España
- 2.000.000 de parados que hay que descontar".
Según Garrofé,
- "el paro real son ese millón o millón y medio de parados de la construcción y
- sectores cercanos y esa amalgama de afectados de distintos sectores, entre los cuales
hay gente joven muy preparada".
Hay un acuerdo general de que hay inscritos en las oficinas de desempleo que no buscan trabajo, ni se apuntan a cursos de formación que no deberían estar.

Pero también hay jóvenes desengañados que prescinden de las oficinas de empleo.
Y ahí el problema es dramático. Como lo es en algunos sectores de la clase media a la que hasta ahora no había afectado la crisis.
Antoni Balmón, alcalde de Cornellà, ironiza cuando se le pregunta:

- "¿Economía sumergida?
- Bendita sea si sirve para aguantar el clima social".
Balmón explica los datos de su municipio. El paro oficial es del 17%, pero en septiembre del 2007, antes de la crisis, ya existían 3.200 personas paradas, y eso que se hablaba casi de plena ocupación.

Entonces eran mayoritariamente mujeres, de más de 50 años. Ahora, cuatro años después, son más de 8.000 parados y ha cambiado la tipología: mayoritariamente son hombres, de 25 a 44 años, de la construcción y de servicios.
"Lo que sabemos seguro es que se han incorporado unos 5.000 parados más y se ha destruido un 10% de los puestos de trabajo".
Sin embargo, Balmón considera que la situación en Cornellà a finales de los 70, con la mayoría de empresas en quiebra, o en el 93, después de los Juegos Olímpicos, con 14.000 parados, era mucho peor. "La gran diferencia es que

- ahora tenemos más cojín,
- un mejor sistema de servicios sociales,
- más red de apoyo y
- más equipamientos".
Y otro factor:
- las áreas industriales se han diversificado,
- se han atomizado las empresas y
- han resistido mejor la crisis.
Por el contrario, áreas del interior o de la costa están más afectadas. "Y otro elemento clave, en Cornellà entre - el 30 y el 40% de los parados son inmigrantes".
Para quienes llegaron hace pocos años y en situaciones muy frágiles, la capacidad de resistencia es mayor y su voz se oye menos. Algunos, han emprendido el viaje de regreso, sigilosamente.
Otro dato se refiere a

- la distribución territorial.
El mapa que dibuja la EPA es rotundo:
- 4 provincias andaluzas superan el 30% de paro, mientras que
- las del País Vasco y Navarra están entre el 8 y el 14%.
- El sur y el litoral, castigados por la burbuja inmobiliaria, acaparan el efecto crisis.
Un estudio de Caja España señala que
- 11 de las 15 localidades con más paro son de Cádiz.
- La provincia tiene 191.510 parados,
- una situación difícilmente sostenible si no fuese por
- la economía sumergida, que según varias fuentes representa
- el 35%.
Playá - Víctor Bejarano - La Vanguardia - Barcelona - 19-Feb-2012


Mediterraneo, el flanco débil del euro
La eurozona ha quedado fracturada en dos grandes zonas,
- los problemáticos países del sur y
- los ricos del norte

Entraron en la Unión Europea (entonces la llamaban Comunidad Económica Europea) en la década de los ochenta,

- sólo unos años después de haber abandonado regímenes dictatoriales que
- habían modelado profundamente sus economías,
- cerrándolas al exterior y
- potenciando sectores industriales obsoletos que
- fueron pulverizados en los primeros compases de la globalización.
Fueron detectadas con rapidez por los economistas anglosajones –siempre hostiles a la creación de la Europa del euro– conceptuados como
- el flanco débil de la construcción económica europea.
- Les bautizaron con el acrónimo PIGS.

- Son Grecia, Portugal y España, a los que cabe añadir Italia.
País fundador de la Europa que iniciaba el camino hacia la unidad económica, en 1951, Italia está hoy aquejada del mismo mal que las otras tres economías mencionadas:
- una pérdida acelerada de competitividad tras
- años de inflación, crédito fácil y endeudamiento, privado y público.
Los cuatro países comparten hoy la percepción de

- haber perdido la oportunidad que se les brindó con el ingreso en el euro y
- sufren ahora los efectos de decisiones erróneas tomadas al calor de masivas entradas
de liquidez bajo la forma de crédito.
- Cada uno con matices.
España
- Utilizó esa liquidez para crear una burbuja inmobiliaria y de la construcción
- que ha acabado por dañar de forma irreversible su sistema financiero, con
- 176.000 millones de créditos de cobro dudoso
Italia
- perdió la capacidad para caminar al mismo ritmo de la liberalización y la desregulación
que el resto de socios europeos,
- aquejada por la corrupción, que atenaza a buena parte del país y
- de la que Silvio Berlusconi ha sido un gran exponente.
Portugal
- erró en su salida al exterior, metida de lleno en una década de recesión ya antes del
estallido de la crisis financiera en el 2007.
Grecia
- finalmente, no ha sabido utilizar la cantidad ingente de recursos procedentes de la Unión
- para modernizar un Estado que todavía hoy respira el aroma de
- el clientelismo y la burocracia de la vieja administración otomana.
Las economías mediterráneas constituyen ahora el flanco débil de la Unión Europea, y Grecia,

- el eslabón que puede llevar, para un sector creciente de economistas,
- a la destrucción de la moneda única.
"Grecia fue la que abrió los ojos a los mercados –dice Joaquim Muns–. La entrada en el euro puso al alcance de esos países una moneda potente, les situó en primera división.
Pero ya se vio entonces que aquello era una arma de doble filo.
- Los países perdían competitividad frente al exterior, pero
- eso explotó con la crisis de la deuda griega.
Fue entonces cuando los mercados se percataron de que
- esos países se habían endeudado más allá de lo razonable.
- Y empezaron a restringir el crédito".
Joaquim Muns, que fue director ejecutivo del FMI y del Banco Mundial, ha sido un estrecho conocedor del proyecto europeo desde sus inicios. Por eso ahora sus reflexiones tienen el sabor agridulce del que asiste a un desenlace inesperado de un proyecto como el de la moneda única.

- "Ha sido una oportunidad perdida para todos estos países.
- Pero ahora no tenemos más remedio que seguir adelante.
No tengo dudas de que si se trabaja de forma seria en la próxima década, y se aplican las reformas necesarias, la convergencia con los países del centro y el norte de Europa es posible. Pero
- el proyecto europeo ha quedado tocado.
- Ha desaparecido la igualdad aparente de los inicios y
- se ha sustituido por un directorio a dos, Alemania y Francia, con
- un pequeño núcleo de países que se refugian tras ellos y
- los países del Sur intentando hacerse oír...
- Nunca había visto un escepticismo tan grande entre la ciudadanía, y
- nunca había visto países agriamente enfrentados entre sí, como está ocurriendo ahora...".
[en las ultimas semanas, la prensa griega ha elevado el tono contra Alemania, recurriendo de forma creciente a su pasado nazi como método de crítica a su liderazgo al frente de la Unión Europea].
Fue en las primeras semanas del 2010 cuando los mercados empezaron a hacer notar que la deuda griega rondaba el 100% del producto interior bruto (PIB).

El Pasok de Giorgos Papandreu, que acababa de ganar las elecciones con amplia mayoría, denunciaba que el anterior Ejecutivo había manipulado el déficit (en realidad un presumible 10,6%).
La difusión del dato provocó
- el colapso inmediato de sus mercados de financiación financiación externa y
- forzó a Grecia (apenas el 2% del PIB de la eurozona) a pedir el rescate.
Lo que ha venido después ha sido una sucesión de rescates financieros:
- Grecia (100.000 millones de euros y otros 130.000 millones cuya concesión se discute
mañana en Bruselas),
- Irlanda (85.000 millones de euros) y
- Portugal (78.000 millones).
Y como contrapartida,
- duros ajustes en los sistemas de pensiones,
- subidas de impuestos y
- recortes del sector público que
- han deprimido sus economías.
En mayo del 2010, era España la advertida, y días después Italia: o aplicaban el ajuste o pasaban por la humillación del rescate.
La presión combinada de los mercados –a través de las agencias de calificación– y de los países e instituciones comprometidas en los rescates

- han creado un escenario de ajuste que ha llevado a esas economías a la recesión
- del 7% en Grecia,
- del 2,5% en Portugal, y ligeramente por encima
- del 1% en el caso de España e Italia en el cuarto trimestre del 2011,
lo que hace dudar de
- la capacidad de esos países para salir adelante y
- cumplir con los compromisos asumidos.
"La misión del euro era

- conducir a los países europeos a una convergencia real de sus economías,
- entre un Norte que se ha revelado más austero y más escrupuloso con las cuentas públicas y
- los países del Sur –añade Muns–.
La realidad es que
- el euro no ha funcionado bien y
- puede acabar siendo un fracaso.
Mi impresión, y espero equivocarme, es que
- Grecia acabará por caer y
- Portugal lo tiene difícil, está muy tocado.
- Italia deberá hacer muchos esfuerzos, como España...
- Hoy tengo dudas sobre la viabilidad del euro.
- El euro debía servir a los países, no al revés.
- Pero eso es lo que está ocurriendo.
- Europa intenta salvar la moneda única".
Las severidad de la política de austeridad alemana –que en los últimos meses ha usurpado a la Comisión Europea el protagonismo del proceso– y la imposibilidad de devaluar su moneda –fórmula a la que todos estos países habían recurrido de forma constante hasta su entrada en el euro–

- obligan a estos países a restaurar la competitividad perdida de la forma más "dolorosa" posible.
- Lleva por nombre "devaluación interna" y
- es un proceso generalizado de reducción de costes, mayoritariamente salariales,
en las empresas.
- Esto, unido a la depresión de los respectivos mercados internos,
- fuerza a estas economías a centrar su salida de la crisis
- en las exportaciones.
- "Alemania ha utilizado la crisis del euro para

- disciplinar a los países de la zona y
- corregir lo que considera errores de partida en
- los inicios de la moneda única.
Pero no todo es culpa de la crisis de la deuda. Los efectos de la globalización también han sido importantes en determinar cómo nos encontramos.
Las deslocalizaciones de empresas ya se producían en España en los buenos tiempos de la burbuja, pero su efecto permanecía oculto por el boom inmobiliario. –cuenta Josep Oliver, catedrático de Economía Aplicada en la UAB–.
Mientras eso ocurría, en toda la década del 2000, Alemania sufría e iniciaba un proceso de ajuste interno y reducción de costes en sus empresas porque intuyó lo que se avecinaba.
Lo dijo el mismo Alan Greenspan cuando se le preguntó por la profundidad de la crisis en los Estados Unidos.
- El problema de fondo, dijo, ha sido
- la entrada en el mercado internacional de
- 1.500 millones de nuevos trabajadores. Y eso
- deprime los salarios y las condiciones de vida en los países occidentales".
Oliver es un hombre que procede de la izquierda. Desde el estallido de la crisis, sin embargo, ha sido uno de los mayores defensores de la posición alemana y de su estrategia de realineamiento europeo.

"Seguramente, Grecia acabará por abandonar el euro, y lo más probable es que Portugal también lo haga. Italia continuará, pero tendrá muchos problemas para conseguirlo.
España menos, porque ha demostrado una mayor seriedad que el resto de países.
En cualquier caso, no creo que el euro esté en cuestión.
Veo a Alemania muy implicada en su supervivencia y, al final, lo más probable es que España esté en el euro que dibuja Alemania...".
Pero mientras llega ese día, la crisis de la deuda, iniciada formalmente en los primeros meses del 2010, no sólo ha sobresaltado a las economías del sur de Europa. También ha transformado en profundidad sus sistemas políticos, cada vez menos legitimados ante sus opiniones públicas por la severidad de los ajustes. La crisis griega ha revolucionado la política griega, hasta el punto de situar a un tecnócrata al frente del Gobierno, Lucas Papadimos, y erosionar los partidos mayoritarios en aquel país.

En Italia, Mario Monti, ex comisario de la UE, ha sustituido al gobierno de Silvio Berlusconi, seguramente el mandatario que más oídos sordos hizo a las recomendaciones de Bruselas y al que algunos acusan de ser el verdadero responsable de la persistencia de la crisis cuando en el verano del 2011 se negó a aplicar el ajuste. España y Portugal han salido en principio mejor paradas: en ambos casos las citas electorales se han saldado con la caída de gobiernos de izquierda y situado en su lugar ejecutivos de derechas, más comprometidos en apariencia con los ajustes.
En cualquier caso, no será un camino fácil. Jeroen van den Bergh, catedrático de la Universidad de Amsterdam y profesor de Historia Económica en la UAB, considera que

- "la situación es excepcional, tanto que hay que abandonar algunos dogmas económicos.
- La recuperación va a ser muy lenta, entre otras cosas por los precios de la energía, que
- serán muy elevados en los próximos años.
Y después está el problema del desempleo, que en España es especialmente grave.
- Hay toda una generación de jóvenes que en las actuales circunstancias
- no encontrará trabajo hasta dentro de una década...
- eso es una locura, no es razonable, y es peligroso.
El enfoque no debe ser sólo crecer, hay que preocuparse, y mucho, por el empleo".
Oliver coincide en que "tardaremos toda una década en recuperar la capacidad que tenía la economía en el 2007", pero al mismo tiempo añade que es el único camino posible.

"España no sólo tiene problemas de competitividad. Es que
- tiene que desapalancarse, desendeudarse.
Y esto presupone que
- la demanda interna estará estancada durante años.
Suma a eso los cinco millones de parados y la retirada por un buen periodo del protagonismo del sector público y tienes por delante
- un mercado interno deprimido durante un buen tiempo.
- Hay que exportar".
- Hacer pivotar a la economía sobre las exportaciones no es algo sencillo.

Entre 1997 y el 2008, y tomando como base cien,
- el coste laboral por unidad de producto pasó
- en Alemania al 103%;
- al 135% en España y
- al 140% en Italia...
Oliver considera, sin embargo, que la economía ya ha iniciado ese camino. "Hay que ser realistas y desdramatizar las cosas. Aquí en Catalunya ese proceso ya ha comenzado. Se han reducido costes y las empresas han mejorado su productividad. Yo creo que es justo destacar las mejoras en grupos automovilísticos como Seat o Nissan... o en las plantas españolas de Citroën, como destacaba su presidente esta semana en Financial Times".
- ¿Pueden las exportaciones arrastrar una economía?

"Yo creo que mucho más de lo que se supone –comenta Oliver–. En los últimos tres años, la aportación del sector exterior al PIB catalán, por ejemplo, ha sido positiva en un contexto de caída del resto de componentes de la demanda. Si la industria es capaz de salir al exterior y ganar cuota, como lo ha hecho, hay alrededor de ella un importante núcleo de servicios que trabajan en esa dirección".
Germà Bel, catedrático de Economía Aplicada en la UB, señala que uno de los grandes problemas de las economías mediterráneas son los intereses creados.

"Creo que Italia es uno de los países más claros en este aspecto,
- un país con demasiadas rigideces, en la que
- los diferentes colectivos impiden el cambio hacia la modernización".
Bel aplica ese planteamiento a la economía española.
"En España, el problema es que
- la modernización económica se ve coartada por
- el diseño de construcción nacional.
- En el conflicto entre ideología y mercado,
- gana siempre la ideología,
- los intereses de la administración".
Esta contradicción, fácilmente perceptible en la política de infraestructuras, pero también en la reforma del sistema financiero, condiciona el despegue de la economía.
"Mientras que en este país
- pesen más los intereses territoriales que
- los relacionados con la productividad de las empresas,
- seguiremos así".
Ramón Aymerich - La Vanguardia - Barcelona - 20-Feb-2012

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