domingo, 17 de noviembre de 2013

La orden más difícil de cumplir


Ninguna ley ha supuesto un mayor abuso de- los derechos de la mujer y
- el derecho a la intimidad de la persona que
- la política del hijo único para controlar el crecimiento de la población 

  en China

En la historia de la República Popular 

- no ha habido una orden más difícil de cumplir que 
- la que ha obligado a cientos de millones de familias a tener un solo hijo.
Ninguna ley ha supuesto 

- un mayor abuso de los derechos de la mujer y 
- del derecho a la intimidad de la persona que 
- esa política impuesta en 1979 en aras de 
- controlar el crecimiento de la población.
Entonces, el 80% de los 1.000 millones de habitantes de China eran campesinos, por cuyas venas corrían las enseñanzas de Confucio, que 

- basan el orden social en el orden familiar.
Para ellos era inconcebible que 

- les prohibiesen su principio más básico: 
- tener hijos para 
  - asegurar su vejez y 
  - el futuro de la patria.

En la ciudad, donde está menos enraizada la costumbre de que las hijas al casarse pasen a integrarse en la familia del marido y prácticamente rompan los lazos con la propia, las dificultades económicas facilitaron el trago amargo que supuso aceptar un solo hijo, pero 

- en el campo se necesitaron medidas coercitivas extraordinarias.
El celo de las encargadas de la planificación familiar llegó a extremos tales como 

-  revisar de manera ocular si las mujeres tenían la menstruación en las fechas que 
   les correspondían, 
- practicarles reconocimientos vaginales para comprobar que no estaban embarazadas o 
- forzarlas a abortar.

El Gobierno autorizó un segundo embarazo a las campesinas que dieran a luz una niña en el primero.
Millones de mujeres vivieron con pánico su gestación ante 

- la posibilidad de que volvieran a tener una hija. 
Muchas se escondieron o huyeron hasta que nació el bebé y pudieron regresar con el varón en los brazos u ocultando a la niña para poder embarazarse otra vez.
- Si Mao Zedong reconoció a las mujeres la mitad del cielo que les correspondía, 

- la política del hijo único encerró a millones de chinas en el infierno y 
- otras muchas nunca nacieron.
- El feticidio femenino se multiplicó hasta el punto de que 

- desde finales del pasado siglo están prohibidas las ecografías para conocer el sexo, y 
- más de un médico que se enriqueció violando esta norma y practicando abortos clandestinos 
  de niñas fue condenado a la pena capital.
Pese a ello, hoy hay en China 

- 25 millones de solteros que nunca podrán encontrar esposa.
La política del hijo único también somete a las mujeres a una enorme presión y tiene una incidencia negativa en la integración de estas en la sociedad. 

Sufren en especial las profesionales y trabajadoras urbanas por la enorme competitividad de la educación en las ciudades, lo que lleva a muchas a renunciar total o parcialmente a su trabajo para dedicarse a reforzar las tareas escolares de su pequeño emperador o emperatriz.
Esto, según la Federación de Mujeres de China, es una de las causas de 

- el “significativo retroceso en los índices de igualdad de la mujer” 
que en los últimos años enfrenta el país.
Además, este control contra natura ha sumido la sociedad china en 

- un profundo desconcierto que se ha llevado por delante muchos de sus valores. 
Ahora muchos padres contemplan horrorizados el futuro ante la realidad de que a su único descendiente no le interesa tener el vástago o los vástagos que el Gobierno le autoriza
Georgina Higueras - El País - Madrid - 16-Nov-2013

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