"Cuando se otorga poder a las personas, básicamente comienzan a actuar como idiotas", dice Dacher Keltner de la U. de California.
Cuando Mark Hurd renunció el 6 de agosto a la presidencia de Hewlett-Packard por
- violación de las normas éticas de la empresa,
mucha gente se mostró sorprendida.
Después de todo, Hurd parecía un ejecutivo muy eficaz y de moral estricta.Pero la gente no debería sorprenderse.
- Desde escándalos de prostitución
- hasta acusaciones de corrupción
en los que se ven involucrados ejecutivos y atletas profesionales, parece que los titulares siempre hablan de los traspiés de las personas en una posición de poder.
Y no se trata de simples anécdotas: varias encuestas revelan que
- la mayoría de los comportamientos maleducados e improcedentes viene de la gente
con más autoridad.
Los psicólogos lo llaman "la paradoja del poder".
- Los mismos rasgos que ayudaron a las personas a acumular control
- desaparecen una vez que suben al poder.
- En lugar de ser educados, honestos y extrovertidos,
- se vuelven impulsivos, imprudentes y groseros.
En algunos casos, estos nuevos hábitos pueden ayudar a un líder a tomar decisiones que serán rentables, independientemente de su popularidad.
Un estudio reciente encontró que
- los presidentes ejecutivos muy seguros de sí mismos
- eran más inclinados a perseguir la innovación y a llevar a sus compañías
por caminos tecnológicos nuevos.
Sin embargo,
- si estos instintos no se mantienen bajo control, pueden llevar a un descalabro total.
Hace unos años, Dacher Keltner, un psicólogo de la Universidad de California en Berkeley, comenzó a entrevistar a estudiantes de primer año en una residencia estudiantil dentro del campus.
Keltner les dio pizza gratis y una encuesta, en la que les pedía que escribieran sus impresiones iniciales de cada estudiante de la residencia.
Al final del año escolar, Keltner volvió con el mismo sondeo y más pizza gratis.
Según la encuesta, los estudiantes en la parte superior de la jerarquía social -los más "poderosos" y respetados- también eran los más considerados y extrovertidos, con las puntuaciones más altas en las mediciones de simpatía y extroversión.
En otras palabras, los tipos más agradables quedaban en los primeros lugares.
Otros estudios han mostrado resultados similares en fuerzas armadas, empresas y política.
Estos estudios contradicen el cliché del poder de que la única forma de ascender a lo más alto es
- teniendo un comportamiento egoísta y moralmente dudoso.
En El Príncipe, un tratado sobre el arte de la política, Nicolás Maquiavelo indicaba que
- la compasión se entrometía en el camino al prestigio.
- Si un líder tiene que elegir entre ser temido o ser amado, Maquiavelo insistía en que
- debería elegir siempre el temor.
- El amor está sobrevalorado.
Otro estudio llevado a cabo por Keltner y Cameron Anderson, un profesor de la Escuela de Negocios Haas, de Berkeley, midió las tendencias "maquiavélicas", tales como la disposición a propagar rumores maliciosos, entre miembros de una fraternidad femenina.
El resultado fue que las jóvenes maquiavélicas fueron identificadas y separadas del grupo.
A nadie le caían bien y, como resultado, nunca se hicieron poderosas.
Hay algo positivo en estos estudios.
Es tranquilizador pensar que
- la mejor manera de acumular poder es haciendo a otros lo que le gustaría que
le hicieran a uno. Pero
- ¿Qué ocurre cuando esa gente agradable llega al poder?
Si bien un poco de compasión podría ayudarnos a subir la escalera social,
- una vez arriba acabamos convirtiéndonos en una bestia totalmente diferente.
"Es un efecto increíblemente consistente", apunta Keltner.
- "Cuando se otorga poder a las personas, básicamente empiezan a actuar
como idiotas.
- Coquetean de manera inapropiada, bromean de forma hostil, y se convierten
en personas totalmente impulsivas".
Keltner compara la sensación de poder con un daño cerebral, indicando que
- la gente con mucha autoridad tiende a comportarse como los pacientes con el lóbulo órbito frontal dañado,
un área del cerebro que es crucial para la compasión y la toma de decisiones.
- ¿Por qué el poder lleva a la gente a coquetear con los practicantes, a solicitar sobornos y a falsificar documentos financieros?
Según los psicólogos, uno de los principales problemas con la autoridad es que
- nos hace menos receptivos a las inquietudes y emociones de los demás.
Varios estudios muestran que la gente en posición de poder suele
- usar más estereotipos y generalizaciones a la hora de juzgar a otras personas.
Veamos un reciente estudio dirigido por Adam Galinsky, psicólogo de la Universidad Northwestern. Galinsky y varios colegas comenzaron pidiendo a los participantes que describieran una experiencia en la que
- tuvieron mucho poder o
- una ocasión en la que se sintieron indefensos.
Luego, les pidieron que dibujaran la letra E en sus frentes.
Aquellos con sentimientos de poder fueron mucho más propensos a escribir la letra al revés, al menos cuando la veía otra persona. Galinksy afirma que
- este efecto lo causa la miopía del poder,
- que hace más difícil imaginar un mundo desde la perspectiva de otra persona. Aunque
la gente casi siempre
- sabe diferenciar entre lo que es correcto y lo que no,
- su posición de poder le facilita eludir la racionalización de los lapsos éticos.
Los mismos procesos de pensamiento defectuoso activados por la autoridad también distorsionan nuestra capacidad de evaluar información y tomar decisiones complejas.
Keltner sostiene que
- el mejor tratamiento es la transparencia y
- que los peores abusos de poder pueden ser prevenidos cuando la gente sabe que
está siendo monitoreada.
Esto sugiere que
- la existencia de una junta directiva activa
- puede disuadir a ejecutivos de cometer infracciones.
Pero las personas en posición de poder
- suelen sobreestimar sus virtudes morales,
- lo que los lleva a reprimir a quienes los vigilan.
- El resultado final es a menudo la forma más peligrosa de poder.
Jonah Lehrer - "El Mercurio" - Sgo. de Chile - 25-Ago-2010
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