domingo, 10 de junio de 2012

Recuerdos del 1 a 1 y lecciones de economía


Una de las principales razones de la caída de la Convertibilidad, que gobernó las relaciones económicas de nuestro país durante los años ‘90, fue sin duda alguna el atraso cambiario.


La fantasía hizo que por un lado miles de argentinos viajaran al
exterior con el 1 a 1 y comprobaran en primera persona que
- los precios en “el primer mundo” eran similares a los de Buenos
  Aires, pero por otro lado, por la misma razón
- los productos importados de Brasil y Asia eran tan baratos en
  nuestro país que
- la industria realmente no podía competir,
a punto tal que, según los propios datos del Indec,
- de representar casi el 19,8% del PBI en 1993
- el sector industrial se redujo al 17,2% en el año 2001.
Este proceso de desindustrialización, sumado a
- la apertura indiscriminada del comercio exterior,
- el cambio tecnológico y
- el proceso de privatizaciones hizo que
- el desempleo explotara y llegara, entre los jóvenes de 15 a 24 años
- al 32,6% para 1996.

Después del 1 a 1
Con la salida de la Convertibilidad, el dólar primero pegó un fuerte
salto (conocido en economía como overshooting o sobre reacción) y
llegó a cotizar a $3,90 por unidad en junio del 2002, pero lo cierto
es que luego fue cediendo para acomodarse en torno a los $2,80 en
el último trimestre del 2003.
El resultado de la devaluación, además de licuar las deudas de
muchas empresas gracias al mecanismo de pesificación asimétrica
implementado por Duhalde, fue
- una caída de los salarios medidos en dólares y
- un abaratamiento de los productos argentinos computados en esa
  moneda,
- lo que incrementó notablemente la competitividad de nuestra
  industria y
- logró que llegara a representar el 24,04% del PBI para el 2003.
Para que el lector se dé una idea, un argentino que (según datos del
CEDLAS, basados en las EPH del Indec)
- ganaba 4,5 dólares por hora de trabajo en 1998,
- para 2003 solo percibía el equivalente a 1,71 billetes
  norteamericanos, de modo que
- la devaluación significó una caída en el poder de compra de los
  salarios (en dólares) del 61%
La otra cara de la misma moneda fue
- el fuerte encarecimiento de todos los productos importados, que al
  tener que
- pagarse a un dólar de $2,80, obviamente resultaban mucho menos
  accesibles que
- cuando el dólar salía 1 peso.
Así, las importaciones que, siempre según Indec, eran de
- 20.320 millones de dólares en 2001, se desplomaron a
- 8.990 millones en 2002 y
- 13.851 millones en 2003.

Imposible importar
Puesto en otras palabras, para el 2003
- la mayor parte de lo que consumían los argentinos era producido
   localmente, porque
- resultaba prohibitivamente caro importar.
Tan es así que
- la producción de la industria manufacturera local era más del
  doble (2,18) que
- el total de las importaciones, que en su mayoría también son bienes
  manufacturados.
Ahora bien, la realidad indica que
- desde 2003 a la fecha los precios de nuestra economía crecieron
  exponencialmente.
La inflación (medida por el Indec hasta 2007 y por la Dirección
Estadísticas de Santa Fe, en adelante) fue de
- 193% desde noviembre de ese año hasta el mismo mes del 2011.
Los salarios industriales por hora de trabajo, comparando la
Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del cuarto trimestre del
2003, con la del 2011,
- crecieron 453% en ese período.
El dólar por su parte
- subió solo un 64,2% en el mismo lapso y
no se necesita ser Premio Nobel de economía para darse cuenta de
que
- hasta un alfajor Jorgito sale más caro que 1 dólar en nuestro país.
Incluso una hamburguesa con queso de McDonald’s que salía
- 0,99 dólares en el 1 a 1, hoy sale
- 10 pesos, o 2,22 dólares,
haciendo que en nuestro país las hamburguesas salgan incluso
- más caras que en Estados Unidos y Europa.

Sueldos y dólares
Expresados en dólares, entonces, los salarios industriales argentinos
a noviembre del 2011 eran
- 266% más altos que exactamente 8 años atrás.
- Nunca en los últimos 30 años estuvieron tan altos.
Nótese que no pongo en discusión el derecho de los trabajadores a
recibir una remuneración justa, sino que sólo indico que
- la industria argentina resulta carísima y poco competitiva con el
  dólar a 4,50.
Las consecuencias de un dólar artificialmente barato ya las vivimos
en los ‘90 y se repiten ahora.
La industria que
- en 2003 era el 24% del PBI,
- en 2011 representó solo el 20,8% y continúa achicándose.
En castellano;
- asistimos a un proceso desindustrializador fenomenal.
Recuerden que les contaba que
- en 2003 la industria argentina produjo más del doble que los
  bienes importados, en cambio
- en 2011 produjo casi lo mismo (sólo un 10% más o un 27% si no se
  cuentan los combustibles).
Piensen que en 1998, pleno auge de la Convertibilidad, nuestra
industria producía
- un 70% más que los bienes importados.
Si por entonces se hablaba de des industrialización y de un modelo
que importaba la mayoría de las manufacturas que consumía la
población, pues ahora
- el problema se ha agravado considerablemente.
La corrida contra el dólar oficial
- no es por lo tanto producto de
- un “trastorno obsesivo compulsivo” de la población
- ni el resultado de un “cáncer cultural”,
- sino la manifestación de una realidad:
- a la gente le gusta comprar cosas baratas, y
- el dólar a 4,50 es una ganga.
Martín Tetaz -  El Día - La Plata - 11-Jun-2012

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