La erupción espontánea de ira por 
parte de miles de jóvenes manifestantes en Turquía y Brasil durante el 
último mes fue algo desconcertante para los observadores extranjeros. 
Hasta hace muy 
poco, ambos países eran considerados ejemplos brillantes de 
progreso en los mercados emergentes, lugares de rápido crecimiento 
donde una creciente clase media podía aspirar a un futuro más promisorio. 
Entonces, 
- ¿Por 
qué tanta angustia? 
- ¿Por 
qué los beneficiarios de esta clase media emergente de repente 
  se 
sublevaron? 
- ¿Y 
qué significa para la continuidad del crecimiento mundial? 
No hay respuestas 
fáciles, pero un buen punto para empezar es la intersección 
entre 4 vías: 
- 
la desigualdad económica, 
- 
los privilegios políticos, 
- 
la inflación y 
- 
la desaceleración del crecimiento mundial. 
Hasta ahora, 
- la 
globalización ha hecho un trabajo aceptable 
- de beneficiar a todos 
en los mercados emergentes.
A nivel mundial, 
- la 
pobreza ha caído y 
- la 
mortalidad infantil, la alfabetización y el bienestar 
han mejorado. 
Pero los avances 
se han producido de manera muy desigual dentro y entre los 
países. 
Y mientras 
- la 
capacidad de hacer dinero se ha incrementado entre aquellos en 
posiciones 
  de poder, también lo ha 
hecho 
- la 
corrupción y el enriquecimiento a través de distorsiones 
del mercado 
  creadas por el 
gobierno.
Esta desigualdad 
no sólo se vuelve más notoria a medida que avanza el crecimiento, sino que 
- la 
historia demuestra que una clase media más educada y 
- más 
activa políticamente, con el tiempo, 
- incrementará sus expectativas y 
exigirá cambios. 
Según esos 
parámetros, 
- Brasil estaba maduro para una agitación. 
Aunque 
- los 
niveles de desempleo se ubican en un mínimo récord, 
- su 
coeficiente Gini —indicador desigualdad— se ubica en 54, 
- uno de 
los más altos del mundo. 
No es sorprendente, entonces, que un 
gráfico diseñado por Eurasia Group haya mostrado que 
- las 
principales preocupaciones entre los votantes brasileños encuestados 
  pasaron 
de ser 
- la 
"ausencia de empleo" en 2005 a 
- temas de "calidad de vida" 
—
- 
relacionados con salud, transporte, crimen y educación— en 2013. 
En tanto, 
Turquía y Brasil tienen 
- una 
tasa de inflación anual incómodamente alta, de 6,5%. 
Y el efecto se 
siente aún más en los sectores sensibles como viviendas y 
alimentos de las grandes ciudades. 
- Los 
alquileres en Río de Janeiro y São Paulo en ciertos momentos 
- se 
han aproximado a los de Nueva York; 
Estambul se ubica entre las 
ciudades más caras del mundo emergente, 
por encima de Shanghai, Beijing y 
Mumbai, según un índice de costo de vida elaborado por el sitio de 
servicios a emigrantes Expatistan.com. 
Se trata de una 
receta para el descontento. 
Las divisiones 
sociales creadas por esas distorsiones tienden a desarrollarse con el tiempo, 
pero 
- la ira y el activismo generalmente llegan como una explosión, 
- desencadenados por lo que pareció ser un evento aislado, casi inocuo; 
- el aumento 
de 10 centavos estadounidenses en las tarifas de los 
  autobuses públicos en São 
Paulo, o 
- el plan de remodelación del Parque Gezi en Estambul. 
Hay que destacar 
que 
- estos eventos suelen surgir cuando la economía comienza a empeorar. 
A esto se 
suma 
- la desaceleración en China, que está deteniendo el 
crecimiento mundial, 
mientras Europa y Estados Unidos 
continúan luchando para recuperarse de sus respectivas crisis. 
El avance de los 
ingresos promedio en los mercados emergentes, un fenómeno que data de una década 
y que sólo fue interrumpido brevemente por la crisis financiera mundial, ahora 
se está estancando. 
Es 
como si la música se hubiera detenido y la clase media de los países 
emergentes se diera cuenta repentinamente que todas las sillas están 
reservadas para los ricos. 
Años atrás, la 
teoría económica solía obviar estos temas. 
- La 
desigualdad social era considerada una preocupación moral pero 
- sin 
consecuencias para el desempeño económico; 
mientras 
que 
- la corrupción, aunque repudiable, 
frecuentemente era considerada 
- un mal necesario que 
aceitaba las ruedas del comercio. 
Ahora, no 
obstante, hay toneladas de investigaciones que demuestran 
- el efecto perjudicial de ambos en el potencial de crecimiento de un 
país.
Los funcionarios 
deben resolverlo o corren el riesgo de un estancamiento económico. 
Sin embargo, 
hacerlo no es tarea fácil. 
Como destaca el economista de Harvard 
Edward Glaeser, aplacar a los iracundos 
manifestantes con medidas retrógradas —como la marcha atrás en el 
aumento de las tarifas de autobuses en Brasil— a veces puede 
- tener 
un efecto adverso debido a que introduce 
- mayores 
distorsiones en el mercado, lo cual a su vez 
- lleva a mayores ineficiencias y 
desigualdades. 
- La 
verdadera solución es 
- eliminar los subsidios y tratamientos tributarios 
más favorables 
- que los 
gobiernos otorgan a las elites privilegiadas; 
es decir, 
- 
a la clase que percibe la renta, como la denominan los 
economistas. 
En 
Brasil, eso significa sacarse de encima a 
- las 
industrias favorecidas por décadas con financiamiento estatal 
subsidiado. 
En 
Turquía, los objetivos son 
- los capitalistas 
amigos que prosperaron por décadas 
- a expensas de un estado 
militarizado y los cuales, más recientemente, 
- han aprovechado las relaciones 
islámicas con 
- el gobierno de Recep Tayyip Erdogan. 
Pero, para atacar 
plenamente 
- la 
desigualdad y las barreras que ésta impone al progreso, 
- se 
requieren medidas a nivel mundial. 
- Las políticas de 
impuestos y subsidios preferenciales 
- en los países desarrollados son las culpables de
- en los países desarrollados son las culpables de
- crear mismas clases privilegiadas; 
solo hay que ver los 
exorbitantes salarios pagados por los bancos multinacionales, los bancos 
demasiado grandes para fracasar. 
Y aunque el 
presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, lo 
siga negando, hay evidencia contundente de que 
- los 
programas de "flexibilización cuantitativa" de los países ricos
- 
han impulsado burbujas inmobiliarias que 
- han marginado a las 
clases pobres y 
- de menores ingresos en lugares como São Paulo.
Debido a que 
- las 
economías maduras y cargadas de deudas del mundo desarrollado 
- enfrentan 
límites para el crecimiento futuro, 
- necesitamos el 
crecimiento de 
- los mercados emergentes más que nunca.
Resolver lo que irrita a los ciudadanos de São Paulo e Estambul
Resolver lo que irrita a los ciudadanos de São Paulo e Estambul
- debería ser una meta compartida 
por todos.
Michael Casey - The Wall Street Journal - NYC - 28-Jun-2013
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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