A este resultado contribuyeron
- un escenario internacional más benigno,
- condiciones financieras internas menos restrictivas, y
- las políticas de estímulo fiscal y monetario aplicadas en 2009.
El terremoto cambió este panorama, cobrando
- cuando menos 486 vidas y
- destruyendo infraestructura productiva por 20 mil 900 millones de dólares.
Ello significó la pérdida del 3 por ciento del stock de capital del país, lo que se estima redujo su potencial productivo entre 1 y 1,5 por ciento anual.
La evidencia internacional sobre las consecuencias económicas de los desastres naturales sugiere que el efecto de corto y mediano plazo de un terremoto puede ser menos significativo que el impacto inicial, dependiendo de las características de cada país: aquellos con mayor grado de desarrollo económico y fortaleza institucional pueden reducir el daño causado por un siniestro natural.
La posición cíclica de la economía en el momento del sismo también es importante, pues en la medida en que existan holguras de capacidad en la economía, el costo tiende a ser menor.
Desde esta perspectiva, la economía chilena enfrenta los efectos del terremoto en una posición favorable,
- con fortaleza institucional,
- importantes holguras de capacidad,
- acceso expedito a financiamiento interno y externo, y
- ahorros netos en el exterior.
Eso le permitirá
- movilizar recursos significativos a las zonas devastadas en forma rápida y expedita,
- reduciendo el impacto sobre la actividad económica y el empleo.
El efecto de mediano plazo es más complejo de estimar, pero la evidencia internacional sugiere que
- La pérdida de capital físico puede ser recuperada más rápidamente que otros factores,
también dependiendo del grado de desarrollo institucional del país.
- La pérdida de vidas humanas, en cambio, puede tener efectos significativos en el largo plazo.
Dado que las pérdidas ocasionadas por el terremoto han sido
- primordialmente de capital físico, y que
- la reconstrucción tendrá un efecto positivo sobre la productividad del capital —por la vía de introducir nuevas tecnologías—,
- es razonable suponer que el terremoto no tendrá consecuencias económicas de significación en el largo plazo.
Ritmo de normalización sería más rápido que el previsto
El informe del Banco Central estima que como resultado del sismo la economía crecerá
- alrededor de 3 puntos porcentuales menos en el primer trimestre, y
- 2 puntos porcentuales menos en el segundo.
No obstante, el esfuerzo de reconstrucción público y privado dará lugar a una importante recuperación a partir del segundo semestre, que el instituto emisor estima permitirá terminar el año 2010 con un crecimiento entre 4,25 y 5,25 por ciento, ligeramente inferior al proyectado en su informe de diciembre.
Incluso es probable —como lo ha observado recientemente un experto del Banco Mundial— que en un plazo de dos a tres años el efecto neto del terremoto sobre la actividad termine resultando positivo.
Sin embargo, el terremoto tendrá otros efectos sobre la economía que es necesario tener en cuenta.
Desde luego,
Sin embargo, el terremoto tendrá otros efectos sobre la economía que es necesario tener en cuenta.
Desde luego,
- la destrucción de capacidad productiva,
- las dificultades en la producción y distribución de bienes
- tendrán efectos sobre la inflación en el corto plazo.
Esta repercusión ha sido reducida hasta ahora, por la decisión del INE de no hacer levantamiento de precios en las zonas afectadas.
Por otra parte, es previsible que la mayor demanda que generará el esfuerzo de reconstrucción público y privado reducirá las holguras de capacidad de la economía a una velocidad superior a la prevista antes del sismo.
El Banco Central estima que la mayor inversión que tendrá lugar a partir de la reconstrucción equivaldrá a cerca de un punto porcentual del PIB en 2010, efecto que se concentrará en el segundo semestre y se extenderá hacia el año 2011.
En otra arista, el terremoto ha dificultado las decisiones de gasto de familias y empresas que han sido afectadas directamente, lo que podría debilitar el impulso expansivo de la reconstrucción.
Sin embargo, es probable que estas dificultades se atenúen a medida que avance el proceso de reconstrucción, gracias a su impacto favorable sobre el empleo.
Como resultado de este nuevo escenario interno, el Banco Central proyecta que la inflación
- convergerá al 3 por ciento antes de lo previsto, y
- se ubicará en torno a 4 por ciento por algunos meses, para luego
- ir a un nivel del 3 por ciento en el curso de 2011.
Dado lo anterior, el Banco Central anticipa que
- la política monetaria seguirá un ritmo de normalización algo más rápido que el previsto por el mercado.
Esto podría transformar a Chile en el primer país de la región en iniciar el proceso de normalización de su tasa de política.
Las decisiones futuras de política monetaria, en conjunto con la forma que tome el financiamiento de la reconstrucción, tendrán consecuencias sobre los precios de los activos financieros, particularmente
- las tasas de interés de corto y mediano plazo, y
- el tipo de cambio.
Un financiamiento equilibrado del gasto en reconstrucción es la mejor forma de contribuir a minimizar estos efectos secundarios sobre los mercados financieros.
Esta repercusión ha sido reducida hasta ahora, por la decisión del INE de no hacer levantamiento de precios en las zonas afectadas.
Por otra parte, es previsible que la mayor demanda que generará el esfuerzo de reconstrucción público y privado reducirá las holguras de capacidad de la economía a una velocidad superior a la prevista antes del sismo.
El Banco Central estima que la mayor inversión que tendrá lugar a partir de la reconstrucción equivaldrá a cerca de un punto porcentual del PIB en 2010, efecto que se concentrará en el segundo semestre y se extenderá hacia el año 2011.
En otra arista, el terremoto ha dificultado las decisiones de gasto de familias y empresas que han sido afectadas directamente, lo que podría debilitar el impulso expansivo de la reconstrucción.
Sin embargo, es probable que estas dificultades se atenúen a medida que avance el proceso de reconstrucción, gracias a su impacto favorable sobre el empleo.
Como resultado de este nuevo escenario interno, el Banco Central proyecta que la inflación
- convergerá al 3 por ciento antes de lo previsto, y
- se ubicará en torno a 4 por ciento por algunos meses, para luego
- ir a un nivel del 3 por ciento en el curso de 2011.
Dado lo anterior, el Banco Central anticipa que
- la política monetaria seguirá un ritmo de normalización algo más rápido que el previsto por el mercado.
Esto podría transformar a Chile en el primer país de la región en iniciar el proceso de normalización de su tasa de política.
Las decisiones futuras de política monetaria, en conjunto con la forma que tome el financiamiento de la reconstrucción, tendrán consecuencias sobre los precios de los activos financieros, particularmente
- las tasas de interés de corto y mediano plazo, y
- el tipo de cambio.
Un financiamiento equilibrado del gasto en reconstrucción es la mejor forma de contribuir a minimizar estos efectos secundarios sobre los mercados financieros.
Editorial - "El Mercurio" - Sgo. de Chile - 17-Abr-2010
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