Dos años de entrevistas a israelíes de la calle, personas anónimas y que no suelen salir en los medios de comunicación, dan como resultado
- un experimento sociológico plasmado en el libro de la periodista Ana Carbajosa,
- «Las tribus de Israel».
En él se desgranan los entresijos de una sociedad mucho más compleja de lo que aparenta y en la que caben diferentes tribus como
- los «haredim»,
- los judíos ultraortodoxos,
- los judíos de procedencia árabe, rusa e incluso etíope;
- los árabes israelíes,
- los palestinos ciudadanos de Israel y
- los israelíes de izquierdas que se manifiestan contra la ocupación.
Uno de los grupos que más llamó la atención a la autora, los ultraortodoxos, que suponen en la actualidad el 11% de los 7,5 millones habitantes de Israel y se calcula que en 2020 pasen a representar el 17% debido a su alta tasa de natalidad.
- «Cada vez son más porque tiene tantos hijos como les pida Dios y
- hay familias que tienen hasta 16 vástagos».
- Los modos de vida de esta «tribu» preocupa a los dirigentes israelíes.
De hecho, Israel puede atravesar por graves problemas en el futuro debido a
- la merma de la calidad de la educación,
según admitió el gobernador del Banco de Israel, Stanley Fisher, en una entrevista con medios españoles el pasado noviembre.
Así, el sistema educativo se divide en cuatro ramas diferentes, según puntualiza Carbajosa.
Los ultraortodoxos
- están exentos de realizar el servicio militar obligatorio para todos los habitantes,
- no trabajan porque se dedican a estudiar la Torá y por lo tanto,
- tampoco contribuyen mediante el pago impuestos.
La razón de que el Estado conceda tantos «privilegios» al sector religioso de la población reside, según explica Ana Carbajosa, en que
- «Ben Gurion lo permitió en 1948 porque eran solo un centenar« y
en que
- debido al sistema electoral israelí «están sobrerrepresentados en el Parlamento».
El efecto contagio de los hábitos capitalistas no es posible que se produzca en los ultraortodoxos porque - llevan una «vida hermética» y apartada de la sociedad,
según explica la autora de «Las tribus de Israel».
En el libro se describen costumbres totalmente opuestas al estilo de vida occidental.
No ven la televisión, se casan entre ellos, siguen a rajatabla la dieta «Kosher» y las mujeres casadas tiene que llevar peluca, entre otras muchas peculiaridades.
La otra tribu, de las varias que se describen en el libro, que impresionó a Ana Carbajosa es la de
los judíos mizrajíes,
es decir, aquellos que proceden de países árabes y que están muy discriminados frente a aquellos de procedencia europea o askenazíes.
- «Entre finales de la década de 1940 y principios de la de 1960,
- unos 800.000 judíos árabes emigraron a Israel desde infinidad de países árabes,
- entre ellos Egipto, Yemen, Irak, Marruecos, Argelia y Afganistán»,
según un párrafo de «Las tribus de Israel».
A través de personajes de carne y hueso como Albert Suissa, Avital Benezra o Rafi, Carbajosa escenifica
- la discriminación a la que se ven sometidos los judíos orientales en Israel
frente a los de origen europeo.
Los mizrajíes tienen más dificultades para
- encontrar trabajo,
- alquilar una vivienda e incluso
- relacionarse con el sexo opuesto askenazí.
Lo que está claro, según explica la autora en el libro, es
- «la distinta interpretación que unos y otros israelíes hacen de la religión les confina a vivir en mundos separados y con frecuencia enfrentados».
Ya por teléfono, y preguntada por la posibilidad que tiene Israel de
- alcanzar la paz con sus vecinos los palestinos,
la respuesta no es nada esperanzadora:
- «Alcanzar la paz es difícil para Israel por su división interna y la falta de liderazgo»,
afirma Carbajosa tras investigar durante dos años sobre Israel y sus gentes.
Teresa Sánchez Vicente - ABC - Madrid - 13-Jul-2011
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