miércoles, 8 de junio de 2011

El horizonte Humala



- Si Fujimori es la espada de la derecha más ultramontana,
- Humala es la pared de la izquierda más troglodita.

A pesar de ser una bella tierra andina, estos días Perú ha parecido un inhóspito territorio situado entre Guatemala y Guatepeor.
A un lado del ring estaba Keiko Fujimori, la hija de un presidente corrupto cuyos excesos violentos, tipificados como crímenes contra la humanidad, han acabado con sus huesos en la cárcel.
Su hija no está exenta de polémica,
- desde su manifiesta incapacidad parlamentaria y su tendencia a hacer novillos
- hasta sus estudios presumiblemente pagados con dinero público,
- acabando con el perfil de sus propuestas.
Su partido,
- pensado por y para el culto personal a Alberto Fujimori,
- es básicamente un frente de derechas sin otra ideología que la propia del Tea Party,
al estilo andino.
Pero
- si Keiko es la espada de la derecha más ultramontana,
- Humala es la pared de la izquierda más troglodita,
tanto que su amor por el chavismo lo convierte en otro líder más de lo que el amigo Horacio Vázquez Rial tipificó como
- “la izquierda reaccionaria”.
Por supuesto estos días ha presentado una cara más amable, ha domesticado su lengua y no ha dejado caer las perlas intolerantes de otros tiempos.
Pero sin duda Humala representa
- una ampliación del peor fenómeno que hoy por hoy sacude Latinoamérica,
- el de un populismo de corte pseudorrevolucionario que
- usa un lenguaje del pueblo para
- consolidar estructuras autárquicas de poder.
Aprendices de Chávez
, pequeños clones del sátrapa venezolano.
El problema es que lejos de superar esta repetición de los discursos revolucionarios de los sesenta,
- muchos países de la zona están involucionando hacia esas posiciones,
hoy amparadas por el enorme poder económico y el más enorme delirio ideológico de Hugo Chávez.
- Como una mancha de aceite,
- como un virus letal,
- como lo que es, un fenómeno regresivo y peligroso,
- que sólo puede aportar
- más desestabilización a la zona,
- más pobreza y
- más oligarquías enriquecidas con los bolsillos tan llenos como vacías están sus estridentes propuestas.
Si Chávez es el ejemplo de todos estos, el ejemplo sirve:
- lenta destrucción del Estado de derecho
- auspiciado por un auténtico golpe contra la democracia
- usando los resortes de la democracia;
- empobrecimiento brutal de los ciudadanos;
- aumento de la inestabilidad,
- con apoyos a las FARC, teócratas iraníes y toda la parafernalia totalitaria al uso;
y, finalmente,
- desprecio profundo por los valores de la libertad.
El peligro de que
- algunos líderes argentinos aumenten su “chavinismo” dialéctico completa la alarma.
Por supuesto no todos los países siguen esa deriva diabólica, y hay izquierdas y derechas mucho más razonables y serias que las aquí descritas.
Pero Perú aumenta la preocupación,
- primero porque es un gran país y
- segundo porque este doblete de líderes no ha permitido muchas esperanzas.
De Guatemala a Guatepeor… Ha ganado el Guatepeor.
El sátrapa venezolano ríe feliz viendo cómo crece su delirante imperio…
Pilar Rahola - La Vanguardia - Barcelona - 7-Jun-2011

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