viernes, 20 de noviembre de 2009

Una medalla para Chacón

UNO de los muchos daños colaterales que conlleva la peripecia del «Alakrana» es la inducción al menosprecio de nuestras Fuerzas Armadas en general y de la Marina en particular.

Las muchas mentiras y las medias verdades con las que nos han informado los miembros del Gobierno implicados en el caso, especialmente la ministra de Defensa, invitan a pensar que
- los oficiales y tripulantes de las dos fragatas españolas desplazadas al Índico son gente de menor cualificación y
- escasa destreza en el oficio.
Nada más lejos de la verdad.
España disfruta hoy
, a pesar de los complejos que inspiran la política gubernamental, de un Ejército con jefes, oficiales y suboficiales como nunca, desde los Tercios de Flandes, los habíamos tenido.
- Son comparables con los mejores del mundo y
- superiores en formación y entrega a sus equivalentes civiles en la estructura organizativa del Estado.
Es más que discutible que, frente a un conflicto armado, el Gobierno desplace unidades militares con la única autorización de efectuar «disparos disuasorios»; pero esa es la doctrina, tan buenista como ridícula, del zapaterismo.
De ahí que pueda parecer que las tripulaciones de los helicópteros integrantes de la dotación de la «Méndez Núñez» y de la «Canarias» fueran torpes o indecisas a la hora de perseguir a los piratas en fuga.
Dada la condición irreverente que establecen nuestras costumbres nacionales, al hilo del suceso abundaron ayer las burlas audiovisuales contra la Armada.
Los complejos antimilitares que se arrastran desde el franquismo
-¿nunca terminaremos de amortizar la dictadura?- unidos al pacifismo de salón que marca la moda vigente, muy en la línea de las «Historias de la puta mili» que Ivá dibujaba en El Jueves, se desbordaron las críticas infundadas y malsonantes contra la nobilísima profesión militar.
El mérito principal de ese reverdecimiento antimilitar
en nuestra sociedad corresponde a Carme Chacón.
En la medida en que, como parece, uno de los objetivos del zapaterismo sea la destrucción de los valores tradicionales de la vida española, Carmen Chacón se merece una medalla.
Si de mí dependiera le concedería por su actitud en el caso «Alakrana» la del Mérito Nabal.
¿Qué naval se escribe con uve?
Solo en los casos relativos a la navegación y a los barcos.
La titular de Defensa, tan estrambótica e imprecisa, tan singular y marisabidilla, es un caso especial y hortofrutícola.(naba)
M. MARTÍN FERRAND - "ABC" - Madrid - 20-Nov-2009

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