sábado, 1 de octubre de 2011
Más sobre la Crisis Europea
En la crisis actual, el peligro es ignorar la historia económica
Existe un escenario optimista para la economía de Estados Unidos: que Europa se organice.
- El ritmo de crecimiento mundial se acelera,
- estimulando la demanda de las exportaciones estadounidenses.
Los políticos de EE.UU. se ponen de acuerdo sobre un compromiso creíble que
- le dé un impulso fiscal a la economía ahora y frene el déficit más tarde.
- El mercado de la vivienda se reactiva.
- Las empresas aliviadas empiezan a contratar, y
- los consumidores a gastar.
Pero hay al menos dos escenarios desagradables:
- uno es que Europa se convierta en el epicentro de un terremoto financiero de la escala de
la crisis de 1929 o la de Lehman Brothers de 2008.
- El otro es que Europa termine por arreglárselas, pero que EE.UU. se estanque por otros
cinco años, sumido en un crecimiento lento, alto desempleo y peleas políticas
Nadie escogería el segundo o tercer escenario de manera intencional, sin embargo,
- los gobernantes parecen más propensos a tropezar y caer en alguno de esos agujeros que
- encontrar un camino con final feliz.
- ¿Por qué?
Liaquat Ahamed ha estado reflexionando sobre esta pregunta. Gestor de fondos convertido en historiador, Ahamed es el autor de "Los señores de las finanzas", el libro sobre
- los errores cometidos por los banqueros centrales en la década de 1920.
- "¿Se debe a que la gente no sabe qué hacer, o a que hay desacuerdo sobre qué hacer?",
se pregunta o
- "¿Se debe a la política, en particular a la renuencia a pedir a algunos que paguen por
los errores de otros?".
"En los años veinte, había mucha ignorancia", sostiene, y cita
- la desastrosa lealtad al patrón oro y
- el fracaso de la Reserva Federal de entender su papel como prestamista de última instancia.
En la actual situación, Ahamed no puede decidir si
- es ignorancia o los insuperables obstáculos políticos los que impiden que los gobiernos hagan
- lo que hay que hacer.
En los años 20, dos crisis se alimentaron una a la otra:
- una bancaria en EE.UU. y
- una de deuda soberana en Europa.
- ¿Suena familiar?
En nuestro tiempo,
- EE.UU. manejó su crisis mejor de lo que lo hizo en aquel entonces.
- Sí, mucho mejor, a pesar de los errores y la crítica.
- ¿Y Europa?
Los problemas van más allá de la inevitable cesación de pagos de la deuda griega.
- "Hablamos de una fractura de tobillo cuando estamos en presencia de la falla de
un órgano vital",
bromeó la semana pasada Lawrence Summers, ex secretario del Tesoro de EE.UU.
La gran cuestión ahora es
- si la cesación de pagos de Grecia será desordenada, algo malo,u ordenada, lo más deseable, y
- si los políticos europeos pueden actuar lo suficientemente rápido como para erigir un
muro alrededor de las economías más grandes, como España e Italia.
Si no lo hacen,
- los mercados demandarán a España e Italia tasas de interés tan altas que sus economías
colapsarán, y
- lo mismo ocurrirá con los grandes bancos de Alemania y Francia que mantienen demasiada
deuda soberana europea.
- El tsunami financiero resultante llegará muy pronto a las costas de la economía estadounidense.
Ahamed ve otra lección de los años veinte.
Las pocas medidas en la dirección correctas fueron entonces demasiado pequeñas para la escala del desastre económico.
Después de 1929, la Reserva Federal abrió un poco el grifo crediticio. Y (el entonces presidente) Herbert Hoover, impulsó
- un aumento del gasto en obras públicas y un recorte del impuesto a la renta, pero fueron muy pequeños.
- "No creo que los keynesianos, o incluso los monetaristas, se hayan dado cuenta de que
- los números para hacer que sus políticas funcionen son tan grandes",
sostiene Ahamed, en relación con nuestro tiempo.
El estímulo de Obama parecía enorme, al igual que el alivio cuantitativo de la Reserva Federal —imprimir dinero para comprar bonos—, pero
- en retrospectiva tal vez no eran lo suficientemente grandes.
David Wessel - The Wall Street Journal - NYC - 29-Sep-2011
Para evitar una tragedia griega, hay que tomar al toro por los cuernos
En su influyente libro de 1910, "La gran ilusión", el escritor Norman Angell sostenía que
- los países eran tan interdependientes financiera y económicamente, que
- la guerra perjudicaría tanto al vencedor como al derrotado.
Bajo estas circunstancias, afirmó,
- ningún país sería lo suficientemente tonto como para comenzar una guerra.
- Su análisis sobre la catástrofe económica de la guerra resultó ser correcto;
- su conclusión sobre la toma de decisiones en el gobierno estaba trágicamente errada.
Cuatro años más tarde, los países de Europa emprenderían un conflicto horrendo.
Las advertencias sobre
- las consecuencias económicas de una salida griega de la zona euro —que
- podría seguir a una cesación de pagos de su deuda, pero
- no es una consecuencia inevitable de tal suceso— sugiere
- un desenlace que autoridades racionales tratarían de evitar.
Sería
- "un desastre financiero y económico no sólo para Grecia,
- sino también para los 16 estados que siguen en la zona euro",
sostuvo Willem Buiter, economista jefe de Citigroup, en una nota de investigación este mes.
Desataría
- "corridas bancarias en todos los países considerados remotamente en riesgo de salir de
la zona euro".
Los inversionistas y prestamistas de estos países, en efecto,
- se declararían en huelga.
- El impacto se sentiría en todo el mundo.
Otros economistas estiman que
- los costos del retiro para una economía débil podrían exceder 25% del Producto Interno Bruto
en el primer año.
- El precio de la salida incluso para economías sólidas también sería enorme.
Pero si salir del euro, al menos durante un momento de pánico financiero, parece sumamente indeseable,
- ¿Es evitable?
Los gobiernos de la zona euro ya
- se han metido involuntariamente en cada vez peores enredos, que
- han aumentado los riesgos para la moneda.
Se considera que
- la perspectiva de una cesación de pagos griega aumenta las posibilidades de otras,
lo cual se considera que
- a su vez amenaza a los bancos que poseen miles de millones de dólares en bonos del gobierno.
- La factura de reconstruir bancos pesa sobre los hombros de gobiernos que ya están
endeudados.
Si la confianza sigue desvaneciéndose,
- una corrida sobre un país y sus bancos
- podría llevar a un país a retirarse de la zona euro.
Los expertos financieros sostienen que
- aún hay soluciones disponibles para contener ese pánico.
- Involucran grandes sumas de dinero.
Las soluciones más convincentes se centran en dos pilares:
- la fortaleza financiera de Alemania, por mucho la economía más sólida en la zona euro —
más que nunca ahora que
- Francia y sus grandes bancos han sido afectados por la crisis— y
- el Banco Central Europeo.
Aquí yace el problema.
- No hay, con la excepción del BCE, ninguna organización en la zona euro paralela a las
instituciones que harían frente a una crisis de este tipo en un país.
- Tampoco existe un gobierno central que lo haga posible.
La Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la Unión Europea, tiene poco poder independiente porque a la mayoría de los grandes estados miembro les gusta que sea así.
El Consejo Europeo, la suma de los 27 gobiernos, no puede actuar sin el acuerdo de la mayoría.
El Parlamento Europeo es, bueno, el Parlamento Europeo.
Incluso cuando actúan, son lentos.
El presidente de la Comisión, José Manuel Barroso, señaló esta semana que
- las democracias europeas funcionan colectivamente más despacio que los mercados financieros.
Alemania, una de las claves para resolver la crisis, es un país soberano, cuyo líder encabeza un país donde
- la gente objeta cada vez más a pagar las cuentas de lo que consideran el despilfarro de otros.
La crisis ha revelado
- una falta de confianza entre los gobiernos y los habitantes de la zona euro.
La advertencia de "La gran ilusión" aún puede ser desmentida por hechos.
La única institución que según los economistas
- puede actuar y terminar con el pánico inmediato —aunque no brindar los arreglos a largo
plazo esenciales—
- es el BCE,
que puede
- aportar fondos ilimitados sin condiciones.
Pero
- se siente restringido para hacerlo, debido a
- temores de que sea visto como servil a los gobiernos, que sea visto como
- fuente de financiación directa de los países, y por
- los temores de inflación.
Stephen Fidler - The Wall Street Journal - NYC - 30-Sep-2011
La volatilidad del mercado podría revivir la correlación entre oro y dólar
Producto del alza del dólar y la caída del oro en los últimos días,
- la correlación inversa entre ambos -una teoría fundamental en las negociaciones de monedas-
- podría estar en vías de recuperación después de
- resultar ser una herramienta de negociaciones confiable en los volátiles mercados de
los últimos meses.
Por ahora es demasiado pronto para conocer
- si la correlación se ha realmente restablecido, pero
- la caída del oro de la semana pasada junto a un repunte del dólar
- ofreció señales del retorno de la correlación, indican algunos operadores y analistas.
Por lo general se espera que
- el oro y el dólar se muevan en direcciones opuestas,
con alzas del oro ante un dólar debilitado, y viceversa.
Esto es porque
- los precios del oro, como otros bienes básicos, están denominados en dólares y
por que
- el metal precioso es visto por muchos inversionistas como una moneda alternativa.
Muchos lo consideran un refugio de valor para protegerse de la inflación, es decir,
- cuando el valor del dólar como fuente de poder de compra cae.
- Esta relación clásica no ha sido muy clara en los últimos meses
- en medio de una extrema volatilidad del mercado, señalan los observadores.
Pero con los recientes vaivenes en ambas partes de las negociaciones, una correlación que contrapone un dólar apreciado ante un oro debilitado estaría lista para volver, señaló Phil Streible, estratega de mercado en MF Global.
- Una fuerte correlación inversa es tradicionalmente vista en un 75% negativo,
indicó Jay Govender, estratega técnico jefe para América del Norte de Barclays Capital.
- La correlación oro-dólar ha estado zigzagueando entre las áreas de
- el 50% positivo y negativo en los últimos meses,
lo que la convierte en un indicador poco confiable para las negociaciones, señaló.
Sin embargo, el lunes la correlación de 21 días del oro y el dólar alcanzó un 58% negativo, comparado con un 0% del miércoles pasado, afirmó.
"Lo que estamos viendo es que
- esta correlación inversa está empezando a afianzarse una vez más", dijo Govender.
Pero advierte a los operadores que utilicen la correlación como una guía, que
- debería volver a cerca del nivel de un 75% negativo y mantenerse ahí de manera consistente, agregó.
Los observadores de mercado también destacan que la fuerte caída del oro desde los máximos históricos registrados a principios de este mes se debe a muchos factores más allá de las alzas del dólar.
La semana pasada, los inversionistas abandonaron lo que habían sido posiciones extremadamente fuertes en el metal precioso. En vez de volcarse al oro como un activo de refugio en la reciente ola de pánico del mercado, los inversionistas liquidaron sus mayores posiciones, y las más rentables, en el metal precioso.
Además, el viernes el operador de la Comex, CME Group Inc., dijo que aumentaría en un 21% los requisitos colaterales para negociaciones en oro.
Incluso así, los estrategas esperan que la correlación negativa entre el metal precioso y el dólar vuelva al final a estar intacta, especialmente si el dólar sigue avanzando en los ansiosos mercados.
Ello podría implicar que
- el oro se fortalecería ante el euro, pero que
- permanecería a la baja ante la moneda estadounidense, señaló Streible de MF Global
Erin McCarthy - The Wall Street Journal - NYC - 29-Sep-2011
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