sábado, 17 de octubre de 2009

Brasil, juegos de malabares

Tecnócratas y partidos políticos.
Con el retorno del desarrollo se produce una serie distinta de problemas.
Éstos incluyen la ambición política de Henrique Meirelles, presidente del B. Central.


En una mayoría de países, la búsqueda persistente de un objetivo inflacionario no es una ayuda al perseguir un alto cargo a través de elecciones. Pero al parecer Brasil puede ser diferente.
El 29 de septiembre, Henrique Meirelles, presidente del Banco Central, anunció que iba a entrar al Partido del Movimiento Democrático Brasileño, una coalición de poderosas figuras regionales que es la agrupación política más grande del país.
En las elecciones generales en octubre próximo se espera que él postule a gobernador de su estado natal de Goiás, aunque tal vez postule al Senado o incluso a la vicepresidencia.
Meirelles, ex ejecutivo de BankBoston, había sido elegido para un escaño en el Congreso en representación de un partido de oposición antes de que el Presidente Luiz Inácio Lula da Silva lo escogiera para dirigir el Banco Central en 2002 con el fin de satisfacer a los inversionistas que un Presidente de izquierda no retrocedería ante el rigor monetario. Meirelles rápidamente subió las tasas de interés a niveles dolorosos para detener la inflación y afirmar los mercados financieros. Es una señal de los tiempos que esto no destruyera sus ambiciones políticas.
El encanto se ha asentado hace poco sobre los hombros de todos aquellos a cargo de las políticas económicas en Brasil.
- La inversión directa extranjera en el país ha crecido, mientras se ha encogido en todo el mundo.
- Ahora se están creando tantos empleos como estaba sucediendo antes de que la economía se hundiera en el último trimestre de 2008.
- A diferencia de otras bajas de actividad económica del pasado, la posición fiscal del gobierno era lo suficientemente firme como para poder aumentar el gasto.
En forma similar,
- el Banco Central acostumbraba subir las tasas de interés para evitar que el capital saliera del país: esta vez las bajó. Debido en parte a estas políticas, la recesión de Brasil ha sido breve.
- Es probable que la economía haya regresado a un índice de crecimiento anualizado del 5% aproximadamente en el tercer trimestre.
Este firme rebote está llegando acompañado de dilemas distintos de los que se están debatiendo en Europa, Norteamérica o China.
- El real se ha fortalecido frente al dólar.
- El déficit de cuenta corriente de Brasil se está ampliando otra vez y es probable que lo siga haciendo.
- Los exportadores e industriales se quejan amargamente del real firme.
- El gobierno se muestra comprensivo y el Ministerio de Hacienda ha insinuado que hará algo para ayudarlos.
Es poco probable que haya controles totales de capital, aunque se habla de un fondo de riqueza soberana que podría apoyarse en la apreciación de la moneda. Pero para los votantes podría ser difícil de entender el porqué el gobierno estaba ahorrando más bien que gastando.
Los administradores de tal fondo también podrían llegar a las manos con el Banco Central, donde la práctica ha sido intervenir en los mercados de divisas para evitar los vaivenes violentos en el valor de la moneda.
Un real firme tiene varios beneficios.
- Contribuye a mantener baja la inflación e
- impulsa las importaciones de bienes de capital.
Pero
- las presiones de los productores tienden a ser más resonantes que los consumidores.
Un déficit de cuenta corriente creciente financiado por capital extranjero también es una fuente de preocupación para aquellos a cargo de las políticas en Brasil. Ellos aprendieron cómo tales disposiciones pudieron producir resultados no deseados mucho antes que los inversionistas escaparan de Asia en 1997, propagando la agitación y obligando a Brasil con el tiempo a abandonar la estabilización de su tipo de cambio.
Desde los sobresaltos del petróleo de la década del 70 hasta el incumplimiento de Argentina en 2002, Brasil ha sido víctima repetidas veces de tales vaivenes en el modo de pensar.
Cuando los inversionistas extranjeros retiran su dinero, el Central sube rápidamente las tasas de interés para desanimarlos y luego viene la recesión.
Algunos economistas sostienen que la forma de evitar que esto suceda nuevamente podría ser
- estimular el tipo correcto de dinero extranjero con inversiones en fábricas que no se puedan sacar a la primera señal de problemas y
- desanimar el tipo erróneo, del capital especulativo a corto plazo.
Pero en la práctica
- es difícil hacer esta distinción e
- incluso más difícil legislar al respecto.
Finalmente, está el problema de las tasas de interés.
Aunque la tasa de referencia del Banco Central de 8,75% ha bajado a un nivel récord, sigue siendo alta de acuerdo con los estándares de otros lugares.
La recuperación podría exigir que las tasas suban, ya en abril. Ahí es donde las ambiciones políticas de Meirelles empiezan a verse difíciles.
Un designado presidencial requiere de cierto aplomo para subir las tasas de interés en un año electoral. Podría ser incluso más difícil si él mismo es candidato.
Lula le ha pedido a Meirelles que se quede hasta el término del período presidencial en diciembre de 2010. Tiene hasta marzo para retirarse si quiere ser candidato.
Si lo hace, Brasil enfrenta la perspectiva de tener a tres presidentes distintos del Banco Central en un año.
Si Meirelles se va en marzo, un posible sucesor es Luciano Coutinho, quien encabeza el BNDES, el banco de desarrollo del país.
Si la oposición ganara la presidencia el próximo año, probablemente desearía nombrar a su propio hombre.
Afortunadamente, Brasil tiene ahora la estabilidad suficiente como para que tal levantamiento no sea fatal. Pero podría tener un precio.

Análisis Editorial - "El Mercurio" - Sgo. de Chile - 16-Oct-2009

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