sábado, 10 de octubre de 2009

La causa del Premio Nobel de Obama

El avance del desame fortalecerá a la Energía Nuclear.

Uno de los mayores obstáculos para el desarrollo nuclear, desde 1945 -cuando se arrojaron dos explosivos devastadores sobre la población civil dos grandes ciudades japonesas- ha sido la posible "doble" utilización de esta tecnología.
Pese a que la energía nuclear y sus aplicaciones para la salud e industria representan un extraordinario avance para el progreso de las naciones, el acceso a esta tecnología se vio restringido por el temor al uso bélico de estos conocimientos y productos.
En 1968 se firmó el Tratado de No Proliferación (TNP) por el que permitió a sólo 5 Estados la posesión de armas nucleares: los Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, la Unión Soviética, sustituida en la actualidad por Rusia, y la República Popular de China.
La condición especial de estos cinco países, llamados Estados Nuclearmente Armados (NWS o Nuclear Weapons States) se definió a partir de que eran los únicos países que habían detonado un ensayo nuclear hasta 1967. Ellos son también los cinco miembros permanentes de Consejo de Seguridad de la ONU.
Esta prohibición de acceso a la tecnología, en lugar de resultar un freno efectivo para el armamentismo se convirtió en un estímulo para que muchas naciones se enfrascaran en el desarrollo nuclear secretamente, abriendo la compuerta -precisamente- de la proliferación de armas nucleares.
Así surgieron nuevas naciones poseedoras de armas atómicas declaradas como la India, Pakistán, y Corea del Norte y no declaradas como Israel. Hay que considerar que también Sudáfrica tuvo seis armas nucleares pero que las desmanteló a principios de los años ´90, antes de la entrega del gobierno a Mandela.
Hay otros tres países en los que existían numerosas armas atómicas y que fueron desmanteladas. Se trata de países que formaban parte de la U.R.R.S., Bielorrusia, Ucrania y Kazajistán.
Hay otros países que, dado su nivel de dominio de esta tecnología, están en condiciones de equiparse de armas nucleares como Alemania, Canadá, España, Italia, Japón, Lituania, Noruega, y Países Bajos.
Otro grupo de naciones tuvieron o tienen programas nucleares con posibilidades de derivarse a la fabricación de armamentos nucleares: Argentina, Australia, Brasil, Egipto, Libia, Polonia, Rumania, Corea del Sur, Suecia, Suiza y Taiwán.
Hay dos casos más en que los esfuerzos por desarrollar armas nucleares se abortaron, pero no como consecuencia del respeto al TNP sino por situaciones de guerra (la desmembrada Yugoslavia y el ocupado Irak). Resta resolver qué pasará con las intenciones del desafiante Irán.
Esta realidad muestra el estrepitoso fracaso del TNP y de su intención de limitar a sólo cinco el número de estados nuclearmente armados. El propio Presidente de los EE.UU., Obama reconoció esta situación cuando señaló que "ahora nos enfrentamos a una proliferación de alcance y complejidad que exigen nuevas estrategias y enfoques".
Sin embargo, hubo un "efecto secundario" al resultar un freno para el desarrollo de la energía nuclear con fines pacíficos, lo que indirectamente favoreció la utilización indiscriminada de hidrocarburos y carbón para abastecerse de electricidad, con las consecuencias climáticas por todos conocidas.
El 24 de septiembre pasado, el Consejo de Seguridad dio un paso decisivo para modificar esta situación y establecer una ley internacional más igualitaria cuando aprobó por unanimidad la resolución 1887 sobre desarme nuclear, proyecto aún impreciso, que sin embargo avanza en la buena dirección, la supresión escalonada de todas las armas atómicas.
Al mismo tiempo, la resolución prohíbe los ensayos y aumenta la disuasión para que las naciones que tienen programas nucleares civiles no los desvíen para el uso militar.
El Consejo pidió a las 192 naciones representadas en la ONU que ratifiquen el tratado que prohíbe los ensayos nucleares, algo que hasta ahora sólo han hecho 181 países. Ni EE UU ni Israel, Egipto, Pakistán, India, Corea del Norte e Irán lo han hecho aún.
El texto reconoce el derecho de las naciones a desarrollar energía nuclear de uso civil, la responsabilidad de los países que poseen un programa militar atómico a buscar el desarme, y obliga a los que no los tienen a no obtenerlos.
La energía nuclear, liberada de los onerosos "secretismos" a los que son adictos muchos de los integrantes de las estructuras nucleares, podrá asumir su rol como energía no emisora de los gases de invernadero que aumentan el calentamiento global.A partir de la revisión del TNP, en 2010,los países que aspiren a incorporar usinas nucleares no tendrán obstáculos para disponer de combustible para sus reactores civiles. Podrán obtenerlo del Grupo de Proveedores Nucleares, del OIEA o de reservas controladas por éste organismo.
Ciertamente, también esta forma de provisión de combustible generará nuevas dependencias y vulnerabilidades, posiblemente de signo inverso al actual.
Los principales proveedores de tecnología de centrales nucleares, que cuentan con una industria capacitada, ya se están preparando para el nuevo escenario y también para la reducción de costos que significará la ampliación de la escala de la demanda y la posibilidad de fabricación "en serie" de componentes y equipo nuclear.
Con la implementación de esta resolución se habrá desatado una nueva "carrera" nuclear, esta vez no para amenazar sino para abastecer de energía a un mundo convulsionado.
- ¿Quiénes podrán participar del gran mercado atómico?
- ¿Qué pasará con los que no logren acceder? y
- con los que, como Argentina, habiendo accedido en el pasado, ya se han quedado fuera?
Carlos José Aga - "Portal Energético Internacional" - Martínez - 10-Oct-2009

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