Pido considerar,
Que esta Cámara salude la formación de un Gobierno que representa la resolución unida e inflexible de la Nación de proseguir la guerra contra Alemania hasta un final victorioso.
El pasado viernes por la tarde, recibí el encargo de Su Majestad de constituir una nueva Administración. Es evidente el deseo y la voluntad del Parlamento y de la Nación de que ésta sea concebida sobre las bases más amplias posibles y que incluya a todos los partidos, tanto aquellos que apoyaron al último Gobierno como también a los partidos de la Oposición.
He completado la parte más importante de esta tarea. Se ha formado un Gabinete de Guerra con cinco miembros, representando, con los Liberales de la Oposición, la unidad de la nación. Los tres líderes de los partidos han aceptado servir tanto en el Gabinete de Guerra como en altos cargos. Los tres Servicios de Combate han sido designados. Era necesario que esto se hiciera en un solo día, teniendo en cuenta la extrema urgencia y el rigor de los acontecimientos.
Una serie de otros puestos, puestos clave, se cubrieron ayer, y entregaré una lista adiciona a Su Majestad esta noche. Espero completar el nombramiento de los Ministros principales mañana. El nombramiento de los otros Ministros habitualmente toma un poco más, pero confío en que, cuando el Parlamento se reúna de nuevo, esta parte de mi tarea esté terminada y que la Administración esté completa en todos sus aspectos.
Consideré que era de público interés sugerir que esta Cámara fuera convocada hoy. Su presidente estuvo de acuerdo y dio los pasos necesarios, de acuerdo con los poderes que por decisión del Parlamento se le han conferido. Al final de la sesión de hoy, se propondrá un aplazamiento de las sesiones hasta el martes 21 de mayo, con, por supuesto, la posibilidad de reunirse antes si fuera necesario.
Los asuntos que serán considerados durante esta semana serán notificados a los Miembros del Parlamento lo antes posible.
Ahora invito a la Cámara, mediante la Moción interpuesta en mi nombre, a que otorgue su aprobación a las decisiones ya adoptadas y declare su confianza en el nuevo Gobierno.
Constituir una Administración de esta escala y complejidad ya es una tarea muy seria en sí misma, pero debe recordarse que estamos en la fase preliminar de una de las grandes batallas de la historia, que estamos actuando en muchos otros puntos en Noruega y en Holanda, que tenemos que estar listos en el Mediterráneo, que la batalla aérea es contínua y que muchos preparativos, tales como los que han sido indicados por mi honorable Amigo, deben hacerse aquí y en el exterior. Espero que cualquiera de mis amigos y colegas, o ex colegas, que hayan sido afectados por la reestructuración política, se hagan cargo, y comprendan totalmente, la falta de ceremonial con la que ha sido necesario actuar.
Diré a esta Cámara, tal como le dije a aquellos que se han unido a este Gobierno:
"No tengo nada que ofrecer, sino sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor".
Tenemos ante nosotros una prueba de la naturaleza más penosa.
Tenemos ante nosotros muchos, muchos largos meses de lucha y de sufrimiento.
Me preguntáis: ¿cuál es vuestra política?
Os lo diré:
- Hacer la guerra por mar, tierra y aire con toda nuestra potencia y con toda la fuerza que Dios nos pueda dar;
- Hacer la guerra contra una tiranía monstruosa, nunca superada en el oscuro y triste catálogo del crimen humano.
- Esa es nuestra política.
Preguntaréis: ¿cuál es nuestro objetivo?
Puedo responderos con una palabra:
- victoria, victoria a toda costa,
- victoria a pesar del terror,
- victoria por largo y duro que sea el camino,
- porque sin victoria no hay supervivencia.
Que quede claro:
- no habrá supervivencia para el Imperio Británico,
- no habrá supervivencia para todo lo que el Imperio Británico ha defendido,
- no habrá supervivencia para el estímulo y el impulso de todas las generaciones,
- para que la humanidad avance hacia sus metas.
Pero asumo mi tarea con ánimo y esperanza. Estoy seguro de que nuestra causa no se malogrará entre los hombres.
En este momento me siento capacitado para reclamar la ayuda de todos y por eso digo:
- "Venid, pues, y avancemos juntos con nuestras fuerzas unidas".
Que esta Cámara salude la formación de un Gobierno que representa la resolución unida e inflexible de la Nación de proseguir la guerra contra Alemania hasta un final victorioso.
El pasado viernes por la tarde, recibí el encargo de Su Majestad de constituir una nueva Administración. Es evidente el deseo y la voluntad del Parlamento y de la Nación de que ésta sea concebida sobre las bases más amplias posibles y que incluya a todos los partidos, tanto aquellos que apoyaron al último Gobierno como también a los partidos de la Oposición.
He completado la parte más importante de esta tarea. Se ha formado un Gabinete de Guerra con cinco miembros, representando, con los Liberales de la Oposición, la unidad de la nación. Los tres líderes de los partidos han aceptado servir tanto en el Gabinete de Guerra como en altos cargos. Los tres Servicios de Combate han sido designados. Era necesario que esto se hiciera en un solo día, teniendo en cuenta la extrema urgencia y el rigor de los acontecimientos.
Una serie de otros puestos, puestos clave, se cubrieron ayer, y entregaré una lista adiciona a Su Majestad esta noche. Espero completar el nombramiento de los Ministros principales mañana. El nombramiento de los otros Ministros habitualmente toma un poco más, pero confío en que, cuando el Parlamento se reúna de nuevo, esta parte de mi tarea esté terminada y que la Administración esté completa en todos sus aspectos.
Consideré que era de público interés sugerir que esta Cámara fuera convocada hoy. Su presidente estuvo de acuerdo y dio los pasos necesarios, de acuerdo con los poderes que por decisión del Parlamento se le han conferido. Al final de la sesión de hoy, se propondrá un aplazamiento de las sesiones hasta el martes 21 de mayo, con, por supuesto, la posibilidad de reunirse antes si fuera necesario.
Los asuntos que serán considerados durante esta semana serán notificados a los Miembros del Parlamento lo antes posible.
Ahora invito a la Cámara, mediante la Moción interpuesta en mi nombre, a que otorgue su aprobación a las decisiones ya adoptadas y declare su confianza en el nuevo Gobierno.
Constituir una Administración de esta escala y complejidad ya es una tarea muy seria en sí misma, pero debe recordarse que estamos en la fase preliminar de una de las grandes batallas de la historia, que estamos actuando en muchos otros puntos en Noruega y en Holanda, que tenemos que estar listos en el Mediterráneo, que la batalla aérea es contínua y que muchos preparativos, tales como los que han sido indicados por mi honorable Amigo, deben hacerse aquí y en el exterior. Espero que cualquiera de mis amigos y colegas, o ex colegas, que hayan sido afectados por la reestructuración política, se hagan cargo, y comprendan totalmente, la falta de ceremonial con la que ha sido necesario actuar.
Diré a esta Cámara, tal como le dije a aquellos que se han unido a este Gobierno:
"No tengo nada que ofrecer, sino sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor".
Tenemos ante nosotros una prueba de la naturaleza más penosa.
Tenemos ante nosotros muchos, muchos largos meses de lucha y de sufrimiento.
Me preguntáis: ¿cuál es vuestra política?
Os lo diré:
- Hacer la guerra por mar, tierra y aire con toda nuestra potencia y con toda la fuerza que Dios nos pueda dar;
- Hacer la guerra contra una tiranía monstruosa, nunca superada en el oscuro y triste catálogo del crimen humano.
- Esa es nuestra política.
Preguntaréis: ¿cuál es nuestro objetivo?
Puedo responderos con una palabra:
- victoria, victoria a toda costa,
- victoria a pesar del terror,
- victoria por largo y duro que sea el camino,
- porque sin victoria no hay supervivencia.
Que quede claro:
- no habrá supervivencia para el Imperio Británico,
- no habrá supervivencia para todo lo que el Imperio Británico ha defendido,
- no habrá supervivencia para el estímulo y el impulso de todas las generaciones,
- para que la humanidad avance hacia sus metas.
Pero asumo mi tarea con ánimo y esperanza. Estoy seguro de que nuestra causa no se malogrará entre los hombres.
En este momento me siento capacitado para reclamar la ayuda de todos y por eso digo:
- "Venid, pues, y avancemos juntos con nuestras fuerzas unidas".
Editorial - "El Mundo" - Madrid - 13-May-2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario