España no es sexy
Las cifras que manejan los economistas sitúan
- la fuga de capital de las empresas extranjeras que se van del país
- en la redonda y espantosa cifra de 20.000 millones de euros.
Este dato no es, sin duda, tan estridente como otros que manejamos en estos tiempos revueltos, y para muestra el terrible botón del 20% de paro, pero conforma el termómetro del problema. España no inspira confianza.
"Ya no es sexy invertir aquí", me decía ayer mismo un exitoso empresario.
Y los motivos son tan abundantes como persistente es
- el desconcierto de la gente y
- la incertidumbre de los agentes económicos.
¿Por culpa de la profunda crisis estructural que contamina nuestra actividad económica?
Evidentemente, pero no sólo, y es en el pero donde radica la falta de responsabilidad de aquellos que deberían inspirar confianza. Porque
- si la crisis asusta,
- la incapacidad de los agentes implicados en plantear soluciones eficaces aumenta el miedo hasta el pánico.
- ¿Se van las empresas extranjeras porque España está en crisis,
- o se van porque la tripulación del barco a la deriva no tiene ni idea de cómo evitar los acantilados?
- ¿Cae la bolsa por propia caída libre,
- o cae porque la imagen que dan unos y otros es tan patética, que asusta al más valiente?
Por supuesto lo que ocurre es complejo y no existen magos con varitas mágicas que conviertan los trapos en palomas. Pero precisamente porque estamos en un momento tan delicado, es más clamorosa la insistencia en repetir, uno tras otro, todos los errores del manual del náufrago. Mal, muy mal.
Mal en lo político,
- a lado y lado del espectro,
- a lado y lado de la retórica vacía,
- a lado y lado de la pelea soez, inaceptable en los tiempos de la urgencia.
- ¿Puede alguien entender que los dos líderes, Zapatero y Rajoy, se hayan permitido el lujo de estar más de un año sin reunirse?
- ¿A qué dedican el tiempo libre? ¿A tirarse los trastos, mientras el país se hunde?
- Y ahora que se ven, ¿serán capaces de tener la mínima altura de miras para observar el mundo más allá de su nariz?
- ¿Dejarán de pensar en sus cuitas y sus miserias, para empezar a pensar en el país?
- ¿Tendremos acciones, más allá de las palabras?
Y no se trata de unidad artificial, ni de limar las lógicas diferencias. Se trata, señores, de responsabilidad.
Porque la política no es la batalla de la simpleza, sino, por encima de todo, la gestión de la complejidad.
Y si la política no inspira confianza, ¿la inspiran los agentes sociales?
Viendo el espectáculo del Primero de Mayo, con sindicatos que gritaban sus lemas como si fueran un frontón ciego y sordo a la situación, más cercano a las proclamas del siglo XIX que al XXI, el desánimo se consolida.
En esta tesitura,
- la huida de empresas extranjeras no deriva de la situación económica,
- sino de la desconfianza hacia los comandantes de la nave.
- Y si se pierde la confianza, no queda nada.
Pilar Rahola - "La Vanguardia" - Barcelona - 6-May-2010
De la teoría a la práctica
¿Quién tiene la culpa de la crisis:
- Grecia, que creyó que todo el monte era orégano,
- o Alemania, que se reafirma?
La teoría y la práctica europeas eran mucho más fáciles hace 60 años que ahora.
Los dirigentes de entonces tenían claro cuál era el objetivo común: evitar una guerra franco-alemana.
Y el europeo
- era joven,
- estaba acogotado,
- era blanco como la nieve y
- ya no era el centro del mundo.
Por eso necesitaba el proyecto europeo.
Ahora, el europeo asiste a la representación de una tragedia griega que es una grave crisis comunitaria.
La Unión Europea
- Es una experiencia sin precedentes que pretende superar al Estado nacional como organización política.
- Es la antítesis de Rusia, partidaria de que el continente vuelva a un mundo basado en el Estado.
- El Kremlin ve la renuncia europea a determinadas soberanías estatales como un caníbal mira a un vegetariano, según ha escrito un analista ruso.
- Pero la Unión Europea no sólo tiene problemas con el exterior.Michel Rocard, ex primer ministro francés, acaba de enterrar a la Europa política a propósito de la crisis griega. Es la enésima vez que lo hace, pero eso no impide que haya que escucharle.
Rocard ha vuelto a escribir la necrológica porque dice que Europa, sin poder político, no ha apagado a tiempo el fuego griego.
En efecto, Europa hizo promesas pero con reticencias, empezando por Alemania, y los mercados fueron a lo suyo.
- ¿De quién es la culpa:
- de Grecia, que creyó que todo el monte era orégano, o
- de Alemania, que deja caer que habría que sacar del euro a los que no cumplan? De la crisis se deben extraer, entre otras, dos lecciones.
- Primero, que los políticos griegos han inventado un modelo en el que abundan
- la desigualdad social,
- el endeudamiento excesivo,
- un sistema educativo que tiene mucho que aprender y
- la corrupción.
Grecia ha estado gobernada durante más de 30 años por dos familias:
- los Karamanlis, conservadores, y
- los Papandreu, socialistas.
Y si Grecia saltó en 1981 desde los Balcanes hasta la Unión Europea, ya está empeñada en lo contrario.
Para Transparency International, un índice de corrupción, Grecia ocupa el puesto 71, por detrás de Croacia y Montenegro, y está empatada con los dos últimos socios comunitarios: Rumanía y Bulgaria, a los que les faltaba mucho para ingresar.- La segunda lección es alemana. La canciller Angela Merkel dice tener motivos para apretar las clavijas a Grecia.
El 9 de mayo, su Gobierno, ahora débil, puede perder en las elecciones de Renania del Norte-Westfalia la mayoría que tiene en la Cámara Alta. Pero esto, que es importante, no lo explica todo.
La actitud de Merkel tiene que ver con la creciente reafirmación de Alemania.
- Los alemanes dicen que están cansados de pagar a sus socios europeos, pero
- saben que sus lavadoras siempre se venderán mejor con la bandera europea que con la nacional,
- por lo que seguirán siendo comunitarios.
Pero, 60 años después, añaden que
- una cosa es la teoría comunitaria y otra, como ocurre en Grecia,
- la práctica.
Xavier Batalla - "La Vanguardia" - Barcelona - 6-5-2010
Grecia puede autodestruirse en su búsqueda de justicia
Los griegos inventaron la democracia y la tragedia.
Ahora ésta última está empezando a amenazar a la primera.
Los manifestantes en las calles de Atenas están furiosos por tener que asumir unas durísimas medidas de austeridad para arreglar años de unas políticas económicas que han puesto al país al borde del abismo.
Pero una vez que las protestas se han vuelto violentas, los griegos deben urgentemente desconectar el botón de autodestrucción si
- el país quiere sobrevivir a su mayor crisis moderna,
- el euro quiere seguir siendo una moneda de referencia mundial y
- el resto de Europa evitar el contagio.
Las muertes de tres personas el miércoles --incluyendo a una embarazada asfixiada después de que los manifestantes incendiaran un banco en el centro de Atenas-- pueden rebajar los ánimos de las muchedumbres por las medidas acordadas para recibir el rescate de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional.
Pero cualquier sentimiento de calma parece improbable porque, sobre todo, los griegos quieren justicia. Y no la van a tener.
"Hay una indignación absoluta contra el sistema político", dice un ministro del Gobierno griego.
"La gente se siente engañada y nos acusan, a los políticos, del dramático estado de la economía. No estarán satisfechos hasta que vean a algún político entre rejas".
Los 300 diputados en el parlamento griego tienen inmunidad, y no hay indicios de que vayan a levantar esa protección.
"Si se levanta la inmunidad parlamentaria, habrá cientos o miles de demandas", añade el ministro.
- "¿Cómo puede funcionar un gobierno en un entorno como este?
- ¿Cómo podrá aprobar la legislación necesaria para enfrentarse a la crisis económica? Será el final".
Tal fue la rabia desatada el miércoles que los grupos de manifestantes intentaron una y otra vez asaltar el propio parlamento, clamando por quemar el templo neoclásico de la democracia que preside la céntrica plaza de la Constitución.
Unas manzanas más allá, jóvenes anarquistas prendían a gusto tiendas, bancos y coches aparcados.
Como se ha visto en las últimas semanas,
- la recesión griega se ha convertido en una emergencia económica para Europa que amenaza con provocar una crisis mundial de deuda soberana.
Pero en el epicentro de todo hay una tragedia humana, que continúa avanzando de forma imprevisible. Hay más manifestaciones programadas para el jueves y en las próximas semanas.
La elite política griega puede hacer poco más que suplicar.
"Nuestro país ha llegado al borde de la destrucción", dijo el presidente Karolos Papoulias.
"Es responsabilidad de todos nosotros no dar el próximo paso hacia el abismo".
Costas Paris - "The Wall Street Journal" - NYC - 6-May-2010
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