El temor regresa a los mercados
- Los gobiernos fueron la solución para la crisis económica.
- Ahora ellos son el problema.
- La situación no es igual a la vivida con Lehman Brothers, pero
- los mercados financieros están más inquietos hoy que en cualquier otro momento
- desde que se afianzó la recuperación global hace casi un año.
- El índice MSCI de acciones globales ha bajado más del 15% desde mediados de abril.
- La tasa de interés de los préstamos interbancarios a tres meses está en su mayor punto en 10 meses.
¿Qué hay detrás de este nerviosismo?
Una preocupación es
- la salud fundamental de la economía mundial.
- Está aumentando el temor a que la recuperación global dé un traspié
- a medida que se propague la crisis de deuda de Europa,
- estalle la burbuja inmobiliaria de China y
- desaparezca el rebote estadounidense que impulsó el estímulo.
Las otras preocupaciones tienen que ver con las políticas de gobierno.
- El reacondicionamiento de la regulación financiera de Estados Unidos y Alemania,
- los políticos están cambiando las reglas en formas impredecibles.
- Y la escala de deudas soberanas ha dejado a los gobiernos con menos espacio
- para combatir una nueva contracción económica;
- en realidad, muchos de ellos se han visto forzados a ser austeros.
El peligro es que estos temores se robustezcan mutuamente en un regreso pernicioso de la dinámica de 2008-09.
En ese entonces,
- la acción coordinada de los gobiernos a gran escala evitó que la crisis financiera global se convirtiera en una depresión.
Ahora, gracias a la incompetencia e impotencia,
- los gobiernos tal vez lleguen a ser el problema que tire para abajo a la economía mundial.
No al pánico
Eso está lejos de ser inevitable.
Los temores con respecto a la fragilidad de la recuperación global son exagerados.
Liderada por las grandes economías emergentes, la producción mundial probablemente crezca a un índice anual de más del 5%, mucho más rápido que lo que esperaba una mayoría de videntes.
Estados Unidos no parece al borde de una segunda recesión.
A pesar de sus fuertes deudas, los consumidores estadounidenses han vuelto a las tiendas.
Su confianza está aumentando a medida que la economía está produciendo empleos, aunque no los suficientes.
Las perspectivas de crecimiento parecen más sombrías en Europa.
Sin embargo, incluso ahí la probable consecuencia inmediata de la crisis de la zona del euro es
- el desfallecimiento de una recuperación ya débil,
- más bien que un repentino receso económico.
Las economías derrochadoras de la región lucharán por más tiempo mientras la austeridad contribuye.
Pero
- la confianza decreciente será mitigada por
- el impulso que reciben las exportaciones gracias a la caída del euro.
Observe sólo esas probables perspectivas a corto plazo y es difícil ver por qué los mercados financieros están de repente en tal estado de inquietud.
La razón es que
- han aumentado los riesgos de un resultado muchísimo peor, y
- ésos se deben principalmente a los gobiernos.
El rol de los gobiernos
El lugar con la política más tambaleante es Europa.
Para que el euro sobreviva,
- los europeos tienen que estar preparados no sólo para un ajuste fiscal doloroso
- sino también para una reforma estructural profunda.
Los gobiernos despilfarradores, en su mayoría en el sur de Europa, deben ser más prudentes.
Las economías no competitivas tienen que reorganizar sus mercados laborales y de productos.
Los países que están manejando un superávit de cuenta corriente, principalmente en el norte, tienen que ayudar, evitando un apretón de cinturón excesivo.
Y el Banco Central Europeo
- debería contrarrestar la austeridad fiscal con una política monetaria más suelta.
Reducir los sueldos reales en España sería más fácil si la inflación de la Zona del Euro fuera más alta.
Desafortunadamente, el gobierno de Alemania parece estar sacando exactamente las conclusiones opuestas, al prometer que va a sentar un ejemplo con recortes severos cuando debería estar ayudando a estimular el crecimiento.
La preocupación es que
- bajo la presión alemana el BCE tenga la misma tendencia mal encaminada hacia la dureza,
- condenando al área del euro a años de estancamiento.
Los gobiernos que están fuera de la Zona del Euro también están en peligro de sacar las conclusiones equivocadas, especialmente en
- los tipos de cambio y
- la política fiscal.
Para gran parte del mundo industrializado, no obstante,
- las consecuencias más importantes de la confusión de Europa serán fiscales.
Los gobiernos deben navegar
- entre imponer una austeridad prematura y
- permitir que su hacienda pública se deteriore.
En Estados Unidos, de un modo paradójico, la crisis griega
- ha quitado, quizás, la presión para una reducción del déficit,
- al disminuir el rendimiento de los bonos.
El déficit presupuestario estructural de Estados Unidos pronto va a ser más grande que el de cualquier otro miembro de la OCDE, y el país necesita urgentemente un plan para hacerle frente.
Pero por ahora, el rendimiento más bajo de los bonos y un dólar más firme son el camino a través del cual el gasto subirá.
Gracias
- al crecimiento de su población y
- al rol del dólar como moneda global,
- Estados Unidos tiene más espacio fiscal que cualquier otro país con gran déficit.
- Ha tenido razón en utilizarlo.
El mundo está nervioso por una buena razón.
- Aunque los fundamentos son razonablemente buenos
- el juicio de los políticos es a menudo irracionalmente malo.
Exactamente, ahora
- eso es lo que presenta el riesgo mayor para la economía mundial.
The Economist - "El Mercurio" - Sgo. de Chile - 29-May-2010
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