jueves, 13 de mayo de 2010

Crisis del euro: La banca juega... y gana

Banco Central Europeo - Frankfurt

Por cada euro (1) que
- el Gobierno del Estado debe al extranjero,
- las empresas deben 1,5 y
- los bancos deben 3
pese a acaparar éstos
- el negocio de los mercados especulativos,
- las ayudas públicas y
- ser quienes se benefician del "carry trade".
¿Quién debe hacer frente a la situación?


A finales de 2009 España le debía al extranjero
- 2 billones de euros,
- medio billón más que cuando estalló la crisis financiera internacional en verano de 2007, y
- casi 2 billones más de los que debía cuando se sustituyó la peseta por el euro.

- La deuda pública en manos de extranjeros asciende a 300.000 millones de euros,
- la mayor parte deuda de largo plazo,
- la de las empresas a 475.000 millones, también concentrada en el largo plazo.
Por su parte
- la deuda de los bancos asciende a 800.000 mil millones y más de la mitad es a corto plazo.
Es decir, por cada euro que el gobierno le debe al extranjero, las empresas deben aproximadamente un euro y medio, y los bancos, 3 euros. Nada que ver con la situación de Grecia, donde
- la deuda pública representa el 53% de la deuda internacional,
- mientras en España sólo supone el 17%.
Por su parte, los acreedores, al igual que los deudores, se reparten de forma muy desigual.
- Los fondos de pensiones tienen aproximadamente 60.000 millones de euros de deuda española, pública y privada;
- los fondos de inversión disponen de unos 130.000 millones de activos de deuda española,
- las compañías de seguros, algo menos de 200.000 millones.
- El resto de la deuda está básicamente en manos de los bancos.
- Los bancos realizan más de la mitad de las transacciones en los mercados de productos financieros derivados, y
- los fondos de cobertura -a los que se suele señalar como los especuladores por antonomasia- no llegan a la tercera parte de las transacciones.
Son, pues, los bancos los que acaparan la mayor parte del negocio en los mercados especulativos internacionales de productos derivados, que en el momento del inicio de la crisis financiera (verano de 2007) alcanzaban un valor de más de 350 billones de euro y dos años después superaban los 400 billones.
Al parecer, la crisis financiera no sólo no ha ralentizado las transacciones en estos mercados, sino que las ha multiplicado de forma frenética.
Habría que recordar que
- Son los bancos quienes, al calor de la profunda reducción de las tasas de interés al incorporarnos a la eurozona, decidieron incrementar el volumen de crédito y financiar una burbuja especulativa de precios inmobiliarios.
- Son los bancos los que dejaron de financiar a las empresas y a las familias cuando se les cerró el grifo de la financiación internacional en 2007.
- Los bancos han recibido el mayor paquete de ayudas públicas, 26.000 millones de euros en 2009, mediante el Fondo de Adquisición de Activos Financieros y Fondo de Reestructuración y Ordenación Bancaria,
- más que la suma de las ayudas fiscales a empresas que alcanzaron los 14.000 millones, y
- a la creación de empleo que alcanzó los 11.000 millones.
- Son los bancos los que se benefician del "carry trade", esto es, de obtener dinero al 1% del banco central y utilizarlo para comprar deuda pública al 4% ó 5%. Contra lo que se está diciendo estos días, el Banco central Europeo no va a comprar directamente deuda pública, sino que va a aceptar que los bancos le entreguen deuda pública como garantía para seguir otorgándoles liquidez… para que sigan comprando deuda pública.
Ante esta situación, cabe preguntarse con razón cómo es que los mercados -es decir, fundamentalmente los bancos- tienen tanto poder como para convencer a tirios y troyanos, esto es a políticos y periodistas, de que el problema de las economías europeas está en
- el nivel del déficit fiscal y
- en los costes salariales.
Varios factores inciden en esta influencia del capital financiero sobre los estados europeos.
- En primer lugar, la Unión económica y monetaria está diseñada en función de los intereses de Alemania.
Los criterios de estabilidad hacen referencia a
- el déficit fiscal,
- el nivel de endeudamiento,
- la inflación y
- las tasas de interés.
Se trata de mantener bajo presión estas variables porque son las que le convienen a un país que tiene las exportaciones como principal fuente de crecimiento.
Con un excedente de exportaciones enorme, se entiende que Alemania se olvidara de tomar en consideración los desequilibrios comerciales entre aquellos a los que tienen que atender los países de la moneda común. Sobre todo porque es gracias a los déficits de otros (España, Italia, Francia, Portugal, Eslovenia y Grecia) que Alemania puede colocar cerca de casa y en su propia moneda los excedentes acumulados.
Así, el déficit exterior de los países deficitarios permite rentabilizar el ahorro comercial de Alemania.
¿Quién se encarga de la operación? Los bancos alemanes. Y de paso gestionan los excedentes de los de los países vecinos de Alemania en la eurozona: Bélgica, Holanda, Finlandia y Austria.
- Por otro lado, los mercados financieros globales se diseñaron para facilitarle a Estados Unidos la liquidez requerida para financiar su colosal déficit comercial, que representa casi la mitad de déficit comercial del mundo.
¿Quién gestiona estos mercados? Además de los bancos de inversión norteamericanos y suizos (ya saben: los Morgan -los banqueros, no los bucaneros- Goldman Sachs, Lehman Brothers hasta su defunción…), los principales agentes son los grandes bancos comerciales, anglo-norteamericanos y franceses (Bank of America, Citigroup, Barklays) y por supuesto, el Deutsche Bank, acompañados de algunos socios suizos y franceses (BNP Paribas, Credit Suisse Group).
- Finalmente, el sistema de ajuste internacional sigue funcionando de forma tan errónea como cuando se diseñó en los años 40 del siglo pasado; la Unión Europea, lejos de haber innovado nada en este procedimiento, está demostrando que carece de la más mínima capacidad de escarmentar en cabeza ajena, y se apresta a aplicarle a Grecia, y a quien se ponga por delante (España, Portugal, Chipre, Rumania y los países bálticos están en la sala de espera; Italia no, porque los italianos se encargan de financiar gran parte de su deuda -adivinen qué italianos… sí, esos-) la misma medicina que el Fondo Monetario Internacional aplicó en América Latina en la década de los 80, provocando el mayor retroceso económico y social de su historia, Colón y el Descubrimiento incluidos.
La "década perdida" se la denominó entonces.
¿Quién acompañó en los 80 al FMI y quién ocupa un papel central ahora en la UE en la financiación de los países endeudados? La banca internacional.
Exigir que los gobiernos reduzcan el gasto público y reduzcan los costes salariales -es decir, aumenten los beneficios- tiene como objetivo principal dar mayores garantías a los bancos, que son los propietarios de la deuda pública, de que las deudas serán honoradas en tiempo y forma.
Sin embargo, tanto entonces como ahora cabe la posibilidad de realizar una política diferente.
- Si en lugar de considerar como desequilibrio sólo los países deficitarios se establecen mecanismos para ajustar todo desequilibrio, incluyendo los superávits excesivos de balanza de pagos, el 7,5% del PIB de superávit medio de Alemania durante los últimos 5 años se puede considerar a todas luces excesivo, la alternativa no sería reducir el gasto en educación, salud, carreteras y pensiones, recortar los salarios y empobrecer a la mayoría de la población de los países deficitarios.
- Por el contrario, requeriría una mayor inversión y gasto en los países superavitarios, que en el caso de la eurozona puede traducirse en invertir los excedentes de los países con superávit en sus propias infraestructuras, pero también en los países deficitarios.
El ajuste de éstos sería tanto menos drástico cuanto mayor fuera la mejora de los salarios de los trabajadores de los países con superávit, por cierto, los trabajadores alemanes llevan sometidos más de diez años a un estancamiento de sus remuneraciones mucho más drástico que en los países de alto déficit agregado , fiscal y exterior.
Un incremento de salarios en Alemania, Holanda, Austria y Finlandia, y el aumento del consumo que ello comportaría, facilitaría la recuperación de las exportaciones de bienes y servicios, turismo en España y otros países en situación semejante.
Pero hay dos problemas:
- a Alemania le da vértigo pensar que tiene que cambiar su modelo de crecimiento basado en las exportaciones, y por otro lado,
- la reducción masiva de los desequilibrios externos dejaría sin una buena tajada del negocio financiero a bancos y otros especuladores.
En el comunicado del 7 de mayo de los jefes de gobierno, éstos manifiestan su compromiso de defender al euro by any means necessary (y que me perdone Malcolm X).
También declaran que "trabajarán por una justa y sustancial contribución del sector financiero a los costes de las crisis".
El problema es que para hacer realidad esta contribución, el compromiso debería ser más bien
- trabajar por defender a los ciudadanos y trabajadores europeos por cualquier medio necesario
- contra la decisión del sector financiero de hacerles pagar los costes de la crisis.
Me parece que no es esa la onda.

Joaquín Arriola - Economista UPV - "DEIA" - Bilbao - 13-May-2010

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