viernes, 21 de enero de 2011

Esperpento

En Manga, cientos de personas tomaron unas 4 hectáreas con la intención de fraccionar y construir viviendas.

Podríamos pasar por alto la noticia. Total, uno anda lejos y de vacaciones.
Total, bueno es lo que termina bien -como proclamó Shakespeare- y el episodio concluyó en paz.
Pero por más que los ocupantes hayan desistido al filo del plazo fijado,
- esto que pasó no da para encogerse de hombros.
Todos vimos las imágenes de adultos y niños asentados con mucho menos que lo básico; y para todos -absolutamente para todos-
- la carencia, la pobreza y el autoabandono son temas que nos golpean la conciencia y
- reclaman siembra urgente.
Pero todos también sabemos que
- el camino para resolver las carencias no es la invasión, ni el despojo, ni la resistencia

a la autoridad.
Por eso, todos celebramos que esta ocupación haya terminado en paz, con el retiro de los invasores y la liberación de los detenidos cuando iba a interrogarlos el Juez Dr. Ricardo Míguez.
Y todos hemos de ver con buenos ojos que el prometido diálogo con el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente resulte fecundo,
- no sólo para estos reclamantes sino también para
- los muchos más que sufren las mismas carencias y no invaden predios ni violan
la paz pública.
Pero cualquiera sea el final, debe quedar en pie, vigente y firme,
- la condena que merecen estos procedimientos,
por ser
- abiertamente violatorios de las reglas básicas del Derecho y
- por ignorar que el Uruguay, en sucesivas etapas de su historia,
- generó decenas de miles de viviendas propias por los caminos del orden y la legalidad, y
- no por el túnel encharcado de la incitación a delinquir.
Desde que el antiguo Banco Hipotecario -el de la Plaza de la Constitución, en el edificio donde hoy está ATYR- hizo los primeros grupos de viviendas bajo gobiernos batllistas y los continuaron los gobiernos blancos, pasando por el Plan Nacional del gobierno de Pacheco Areco y llegando al Mevir de Alberto Gallinal Heber y a los esfuerzos de los períodos frenteamplistas, son legión las familias que ascendieron a la vivienda propia por vías estrictamente legales.
Con esos antecedentes -seamos claros: de todos los partidos-
- resulta contra natura reclamar vivienda por pueblada.
- ¿Espontánea? ¡Impensable!
- ¿Puede alguien imaginar que se reúnan 270 personas a reclamar
- lo que ni es suyo ni se les debe,
- sin que nadie las haya engatusado primero con el cuento del tío de
- la guerra de clases y la promesa liviana de una impunidad cierta?
Desde los años ideológicos del último tercio del siglo XIX,
- el Uruguay se constituyó en laboratorio político; y no paró más.
En ese laboratorio,
- vivió triunfos y encabezó a América,
- sufrió asedios, quiebras y guerra entre hermanos, pero
- a la salida tuvo siempre una impronta de razonabilidad y grandeza,
- impuesta por un sentimiento supremo de
- igualdad ante la ley y respeto a sus imperativos básicos.
Frente al intento no nos callemos, pues, porque haya abortado.
Jurídica y humanamente fue un "esperpento".

Editorial - El País - Montevideo - 21-1-2011

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