domingo, 27 de septiembre de 2009

Educación y Familia: Puntos cardinales de la mujer más poderosa del mundo

Ahora que se le da una segunda oportunidad, tal vez sea posible empezar a desentrañar quién pasa por ser la mujer más poderosa del mundo. Los analistas temen no saber, cuatro años después de su llegada a la cancillería de la tercera economía del mundo, mucho más de esta doctorada en Físicas de la antigua Alemania del Este, divorciada y protestante, que heredó y apartó a Helmut Kohl. Ahora saben que volverá a gobernar.
Recorriendo Alemania hasta las últimas horas se ha visto de repente aparecer un nuevo cartel de la CDU: “Para que Merkel gobierne”
- ¿No lo ha hecho en estos cuatro años?
Aprobada por los pelos en 2005, llegó al frente de una gran coalición de CDU y SPD sobre la que apenas sólo ha dirimido y arbitrado. Hoy, con un nuevo aprobado pero poco más, ha hecho hincapié en su papel regio: quiere ser “la canciller de todos los alemanes”.
A sus 55 años, esta hija de un pastor en misión en la dura RDA entró tardíamente en política, pero con un 60% ha logrado el mayor grado de popularidad de un canciller de la RFA.
Junto a su pragmática indefinición, su biógrafo Gerd Langguth no obvia unos principios, posiblemente por su formación religiosa, universitaria y germano-oriental:
- derechos humanos, sean donde sean;
- atlantismo y desconfianza en Rusia;
- compromiso alemán con Israel y el Cercano Oriente; y
- medio ambiente y clima, que es donde Kohl le hizo empezar su carrera política.

Educación y familia
Ello habla de una mujer con una visión del mundo. Pero de puertas adentro Merkel tiene dos puntos cardinales:
- la educación y
- la familia
- como valores alemanes de ayer y del mañana.
Le preocupa el envejecimiento de la población, que hay que rejuvenecer incluso con inmigrantes. Además de prometer un “país de la educación”, a la que ha destinado un tercio del paquete de estímulo económico, una de las figuras rompedoras de su gobierno ha sido Ursula von der Leyen, que ha modernizado la política familiar de la propia CDU y de la propia Alemania.
Para quienes la siguen, el “mito Merkel” tal vez represente menos a la canciller que lo que los alemanes desean:
- simplicidad,
- coraje,
- consistencia,
- incorruptibilidad.
Seguramente no presidirá luego una multinacional, como su antecesor Schröder. Pero los críticos plantean
- si su cautela es sabiduría y
- si su "arte para despiezar" los problemas es realmente discernimiento científico, o
- si su "reluctancia" a polarizar es sólo "marear la perdiz".

La mujer más poderosa del mundo
En el exterior, donde se miran mucho los alemanes, Merkel se ha beneficiado de defender firmemente los intereses comunes y también los de Alemania. Pero sin que, tal vez como mujer, nadie lo haya tomado a mal ni turbara a nadie en casa. A poco de que "Forbes" la erigiera en mujer más poderosa del mundo, y sin impresionarse, Merkel lograba hacer pasar el Tratado de Lisboa.

Con Sarkozy y con Obama tuvo un comienzo frío, pero ambos han terminado calificándola de “valiente, leal e inteligente”.
De ellos se había ganado el denuesto de “Señora Nein”, cuando la crisis, por su negativa a intervenir como pedían Washington, Londres y París.
La economía no es su fuerte, pero siendo liberal es anti-consumista: de ahí su oposición a parchear el agujero del crédito con nuevos créditos.

Hizo una excepción para salvar algo histórico para el alemán: Opel, y sus 25.000 empleos, pero dejó caer otros casos de bancarrota.
Apegados a su modelo y certidumbres, los alemanes han demostrado ahora no tener miedo a experimentar en tiempos de zozobra, sabiendo que, si Merkel es patriota de algo, lo es sobre todo del probado modelo de economía social de mercado “Made in Germany”.

RAMIRO VILLAPADIERNA - "ABC" - Madrid - 27-Sep-2009

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