sábado, 5 de septiembre de 2009

La macroeconomía, los economistas y la crisis

"Esta crisis es un llamado de atención a la arrogancia profesional".
Debemos reconocer que la realidad es mucho más compleja de lo que nuestros modelos pueden indicar".
La actual crisis financiera y la recesión global, con una profundidad no vista en muchas décadas, han puesto en tela de juicio
- la labor de los macroeconomistas,
- la utilidad de sus teorías, y
- su capacidad de anticipar y manejar las crisis.
Aquí se discutirá la capacidad que tiene la economía de prevenir y manejar una crisis.

Prevención de crisis
Una cuestión pendiente es si las crisis se pueden anticipar. Se hace la pregunta de en qué estaba la profesión que fue incapaz de anticipar la severidad de los problemas actuales. Es algo tautológico decir que las crisis son impredecibles; de otra forma ellas nunca ocurrirían.
- El mundo ha estado plagado de crisis y se han hecho más frecuentes, aunque
- no más severas ni de mayor duración, en las últimas décadas.
Las crisis son muy costosas, pero también son

- el resultado de innovaciones y toma de riesgos,
- lo cual es importante para el progreso.
Obviamente hay que intentar evitarlas, en especial su propagación y amplificación, con buenas políticas económicas que permitan reducir su impacto, aunque ciertamente no se pueden evitar por completo.

En el extremo, si se quisieran evitar completamente las crisis financieras globales habría que
- aislar a la economía del exterior,
- prohibir toda toma de riesgos y
- cerrar los mercados financieros.
- Naturalmente, no es el mejor camino para el progreso
.
Haciendo una analogía con los accidentes automovilísticos, la mejor forma de evitarlos sería prohibir la existencia de los automóviles; no obstante, una prescripción más razonable es hacer autos más seguros, usar cinturón de seguridad y manejar con prudencia.
No podemos quedarnos en el hecho de que las crisis son impredecibles, y por lo tanto no hacer nada. Volviendo a la analogía del automóvil, el que no se puedan evitar los accidentes no significa que hay que permitir el manejo a cualquier velocidad y sin regulación. Por el contrario, sabemos que las crisis son particularmente graves cuando afectan al sistema financiero, y por ello debemos perfeccionar los mecanismos regulatorios para permitir la innovación financiera sin aumentar la vulnerabilidad.
Es necesario seguir buscando alertas tempranas, aunque no sea posible contar con indicadores inambiguos. Pero existen síntomas de fragilidad, muy usuales en economías emergentes.
- Elevados y persistentes déficits en la cuenta corriente,
- tipos de cambio desalineados,
- descalces de monedas en el sector financiero y corporativo,
- excesivos aumentos del precio de los activos y del crédito
,
son todos indicadores de potenciales problemas, aunque no necesariamente deben concluir en crisis.
Por ello, es necesario poner los indicadores en conjunto para detectar fragilidades.

Manejo de crisis
Algo que ya no se discute es que esta es la peor crisis financiera desde la Gran Depresión. Más aún, el shock inicial sobre la economía global no es muy distinto hoy que aquel que golpeó durante la Gran Depresión. Las notables similitudes en los primeros meses de desarrollo de la crisis fueron ciertamente alarmantes.
No obstante, la evolución posterior de la economía global ha sido muy distinta.
- Entre los años 1930 y 1932 la actividad mundial (medida a PPP) cayó en promedio 4,8%; en particular,
- Estados Unidos tuvo una caída anual promedio de 9,9%.
- En cambio, en esta crisis, y aunque habrá que esperar para ver la magnitud de la recuperación, las proyecciones para el trienio 2009-2011 indican que la economía mundial crecería en promedio 2,1%,
- mientras Estados Unidos lo haría en 0,8%.
- En los años treinta, el desempleo en los Estados Unidos llegó a 25%.
Otro aspecto muy distinto es la evolución de las economías emergentes.
- América Latina, excluido Chile, tuvo una caída promedio anual de 4,2% entre 1930 y 1932, mientras que
- en Chile, donde se sumó la crisis del salitre, llegó a un promedio anual de -17,6%.
Para el trienio 2009-2011, los pronósticos privados indican que América Latina crecería en promedio 1,2% y Chile lo haría en 2,1%. Estas son proyecciones, y por lo tanto distan de lo que será el desempeño efectivo, pero lo ya corrido de este año indica que los efectos de la crisis, aunque no despreciables, son mucho menores a los de los treinta.

Usualmente, cuando los países desarrollados han enfrentado recesiones, sus efectos tendían a ser amplificados en nuestra región. Hoy, por el contrario, el desempeño de la región es mejor que el de los países desarrollados.
La comparación anterior muestra que la economía ha aprendido las lecciones. Las economías son más sólidas, y las políticas aplicadas han ido en la dirección correcta.
En primer lugar, se abordó con decisión la tarea de estabilizar el sistema financiero, evitando su colapso.
En segundo lugar, las lecciones
- de Friedman y Schwartz sobre política monetaria y el rol de los bancos centrales como prestamistas de última instancia,
- de Keynes sobre el rol de las políticas reactivadoras y
- las de Bernanke sobre el rol del canal financiero en la transmisión de la política,
han sido centrales en las decisiones de política adoptadas desde los inicios de la crisis.

Muchas investigaciones posteriores han dado luces adicionales sobre las características de las políticas adecuadas y han sido el fundamento para las agresivas políticas monetarias y fiscales que se observan alrededor del mundo, y también debieran ilustrar como estas debieran irse retirando.
Finalmente, durante la Gran Depresión, la vigencia del patrón oro fue una importante razón para explicar su profundidad. Más aún, en 1931 Estados Unidos subió la tasa de interés para defender la paridad del dólar, agravando la crisis y presionando a la deflación.
En América Latina, producto de las lecciones de los errores del pasado, se ha entendido que
- la estabilidad macroeconómica, tanto en materia fiscal como monetaria,
- la flexibilidad cambiaria y
- un sistema financiero adecuadamente regulado
- son esenciales para mitigar los efectos de escenarios externos tan adversos como el actual.

Comentarios finales
Pensar que la teoría macroeconómica ha fracasado es una exageración. En particular, el relativo mejor desempeño de las economías emergentes, salvo algunos casos como los de Europa del Este, demuestran que algo nos ha enseñado la investigación económica. En particular, la expansividad de las políticas macroeconómicas ha buscado no repetir los errores del pasado.
Ahora es necesario analizar con más cuidado el rol de los mercados financieros,
- sus virtudes, pero de forma especial
- sus vulnerabilidades
.
Esta crisis es un llamado de atención a la arrogancia profesional. Debemos reconocer que la realidad es mucho más compleja de lo que nuestros modelos pueden indicar.

No obstante, también hay que evitar la arrogancia que proviene de la ignorancia, y que lleva a despreciar todo cuanto hemos aprendido, con todas las dudas que aún persisten, sobre los fundamentos de las buenas políticas macroeconómicas.
José de Gregorio - Presidente del Banco Central de Chile - "El Mercurio" - Sgo. de Chile - 5-Sep-2009

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