viernes, 12 de marzo de 2010

El síndrome de Atenas

Una rápida vista al país muestra que la economía se encuentra paralizada, salvo algunos sectores por factores estacionales.
- El campo, en plena cosecha,
- los automóviles por una fuerte demanda externa y
- la refinación de petróleo por falta de inversiones muestran niveles de actividad inusuales
.

Pero el resto de los sectores de la economía que dependen del mercado interno están mostrando
- una marcada caída en ventas y
- en producción.

Esto no es casual.
Las respuestas habría que buscarlas en las fallas de diseño de "este modelo económico", basado
- en una brutal presión fiscal que
- alejó inversiones,
- achicó los términos de la ecuación del ingreso nacional y, en particular,
- el ingreso per cápita y
- provocó la peor distribución de riqueza que se tenga memoria
.

Pero la dirigencia política --oficial y opositora--, haciendo gala de sus escasos conocimientos, da la espalda a los problemas reales de la economía que terminan impactando sobre
- el empleo y
- el bienestar de la población.
Los políticos prefieren entablar discusiones bizantinas que culminan en el mejor de los casos en un nuevo maquillaje del endeble modelo que agoniza al ritmo del despilfarro.
La polémica por las reservas
- corre el eje discursivo y
- encubre las reales fallas de la economía argentina.
La dirigencia política prefiere "aturdir a la población" con la pelea por las reservas, el presidente del Banco Central y con ello
-
busca eclipsar los problemas reales, que
- no son las reservas ni la deuda el obstáculo principal de la economía argentina.
- El problema clave es el déficit fiscal,
- la emisión monetaria,
- la inflación y
- los pasivos contingentes que está acumulando la administración Kirchner
.
Una muestra de esto son los miles de juicios que debe pagar el Estado por la falta de movilidad de los haberes previsionales y que derivará casi seguramente en un nuevo Bocon, o sea nueva deuda, haciendo del "desendeudamiento" otro producto marketinero.
Este conjunto de inconvenientes configuran las bases de una nueva crisis que deberán afrontar los argentinos en los próximos meses.
Otra muestra de la desidia de los políticos está en la pelea por el reparto del impuesto al cheque. Ningún sector político planteó la necesidad imperiosa de derogar ese gravamen derivado de la crisis de 2002. Por el contrario, ahora las burocracias provinciales, altamente ineficientes al igual que su par nacional, buscan quedarse con una parte del botín.
Es que la situación es desesperante en casi media docena de las jurisdicciones provinciales que han llegado al punto de evaluar el pago de salarios con cuasi-monedas.
- El despilfarro,
- la política de prebendas y
- las pésimas administraciones
- son las causas de la crisis por venir
.
En la actualidad, ese tributo es altamente distorsivo y castiga a aquellos contribuyentes que operan en la formalidad descolocándolos frente a una competencia cada vez mayor que opera en la clandestinidad y a la que el gobierno premia con su accionar por omisión.
La inflación es la respuesta de los agentes económicos
- a la falta de credibilidad en el modelo,
- a la fantasía de crear moneda ficticia para mantener la ilusión, con
- estadísticas falsas y contabilidad creativa,
- un derrumbe de la infraestructura,
- un grado de marginalidad y criminalidad creciente y
- alarmantes índices de deserción escolar
.
La herencia del país Kirchner será pesada y costosa.
Tal vez le insuma a la Argentina el sacrificio de dos generaciones.
En el mundo globalizado, se achican las distancias y el caso de Grecia adquiere contornos muy similares a los locales.
- Déficit fiscal,
- endeudamiento y
- falsificación estadística
- son la raíz de la crisis de la economía mediterránea
y, al cabo, se emparenta con el caso argentino.
Cuanto más se tarde en hacer un ajuste, mayor será el daño a reparar y aumentarán los riesgos de
- inflación,
- devaluación y
- default.

Se están esforzando...
Miguel Ángel Rouco - "La Capital" - Mar del Plata - 12-Mar-2010

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