domingo, 21 de marzo de 2010

Ni tirios ni troyanos

El martes pasado, el Presidente Mujica reunió a los mandos militares y habló largo tendido.
Como sucedió el 1° de marzo, su alocución fue inobjetable y acertada: apostó
- a la unidad del pueblo uruguayo bajo la vieja consigna de "ni vencidos ni vencedores",
- a la reinserción de las fuerzas armadas en la sociedad,
- a dejar de lado las mochilas del pasado y

destacó
- la existencia de una postergación en lo económico,
- de magros salarios, que llevan a que los soldados rasos (la tropa) navegue en la pobreza,
- o directamente en la indigencia, podríamos agregar.
Ya no los trató de "milicos" como había hecho durante la campaña electoral, sino que los llamó por lo que son: soldados.

Es un buen comienzo. Desde el regreso a la democracia el conglomerado político del señor Presidente se caracterizó por una fuerte hostilidad hacia las fuerzas armadas. Aún hoy -25 años después- muchos mantienen inalterable esa agresividad que, más que revanchismo, parece una manifestación de sed de venganza infinita.
Mujica lo reconoció
con ejemplos que ha dado el mundo de sociedades desgarradas por duros enfrentamientos y también cuando admitió que "inevitablemente me van a pegar tirios y troyanos: lo descuento, porque
- he tomado la decisión de caminar con todos.
- No quiero que los de hoy se antagonicen por el ayer" (…)
-"No queremos que los soldados de hoy -reiteró- carguen con la historia como un fardo.
- Sí, acaso, como una lección".
Vayamos por partes. Somos conscientes de que a 20 días de haber asumido, poco más que palabras e intenciones pueden esperarse de un Presidente.
Los hechos vendrán en instancias posteriores, sobre todo a partir del Presupuesto Nacional. Y la gran señal para los soldados, para la tropa, de que el espíritu de unidad nacional es, verdaderamente, con todos los uruguayos, debe empezar por
- salarios justos, acordes con la dignidad de una institución
- que tiene sus orígenes en la gesta artiguista y es el Ejército de la Patria.
Un informe reciente del Comando General del Ejército puso de manifiesto que los planes sociales del gobierno (de Vázquez) no tuvieron incidencia en la situación de la tropa, cuya pobreza e indigencia incluso trepó en 2009, cuando para el resto de la población bajó.
Las cifras son impactantes;
- el 61% de los soldados está por debajo de la línea de pobreza y
- un 4% por debajo de la línea de indigencia.
El "Gasto Social" uruguayo auxilia al que no trabaja
; pero a aquél que lo hace, aunque su paga sea escandalosamente insuficiente, lo deja librado a la mano de Dios.
Es un asistencialismo liso y llano (estilo Chávez y Kirchner) que no soluciona el problema de fondo -falta
- de educación o
- de cultura de trabajo-
sino que lo estimula: la gente se acostumbra a recibir sin que se le exija nada.
Como los soldados no son desocupados, el "Gasto Social" (plan de Emergencia, plan de Equidad) los omite y
- los transforma en el paradigma de la explotación del hombre por el Estado
,
explotación que el Pit-Cnt o COFE ignoran olímpicamente o, tal vez, aplauden.
- La "justicia social" no los incluye ni a ellos ni a sus familias.
Tal vez porque para ellos, los soldados constituyen lo que alguna vez hemos llamado los "parias uruguayos",
- aquellos que "realizan actividades impuras o viles" para la sociedad.

No importa que sean
- garantes de la seguridad del Estado,
- patrullen y cuiden las fronteras.
- También lo hacen con las cárceles y
- están en la primera línea de combate -no importa cuantas horas- en todos los casos de emergencia (incendios, inundaciones, sequías) o catástrofes.
- ¿Por qué ingresan, entonces, al Ejército si saben de las condiciones y sus oprobiosas perspectivas?
Habrá
- algunos que lo hacen por vocación,
- otros porque es la única alternativa, pero
- todos por algo que se conoce como "dignidad":
- se resisten a vivir de la "caridad pública",
- eligen trabajar y ganarse su salario por más magro que sea.
Y tienen
- la entereza de hacerlo y convivir con la rígida disciplina militar.
- Que no es para cualquiera.
Adelante, pues, señor Presidente, compartimos totalmente su preocupación y su deseo de que la justicia social alcance a todos, sobre todo
-
a los que trabajan y buscan ganarse su sustento a fuerza de sacrificio y sudor.
- En este caso no seremos tirios o troyanos.
- Directamente lo apoyaremos.
Editorial - "El País" - Montevideo - 20-Mar-2010

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