sábado, 23 de octubre de 2010

Jubilarse es cosa de jóvenes

La revuelta estudiantil francesa contra el retraso de la jubilación inquieta y sorprende por su «carácter reaccionario».

¿Movimiento estudiantil? ¿En Francia?
No hay uno: hay muchos, blancos, negros, musulmanes, asiáticos, sindicalistas, arcaicos, subversivos, pacíficos, violentos.
La ausencia de un «liderazgo» definido da a ese arco iris de movimientos un carácter incontrolable, que inquieta al Gobierno y a la clase política, porque puede diluirse en cuestión de días o puede propagar un incendio en alguno de los 700 suburbios registrados como peligrosos.

Jóvenes «viejos»
En Francia hay unos 4 millones de estudiantes de bachillerato y universitarios. Entre un 8 y un 20 por ciento están afiliados a alguno de los veinte sindicatos y organizadores que han creado un colectivo que llama «La jubilación, una cuestión de jóvenes». Estudiantes que todavía no tienen veinte 20, no han terminado los estudios y no saben cuando podrán trabajar, estiman que la jubilación ya es un problema para ellos.
Luc Ferry, ex ministro de Educación, el filósofo más popular de Francia, estima que
- esa reivindicación es propia de «un movimiento juvenil profundamente reaccionario...
desde hace siglos, los jóvenes
- defendían la revolución, la utopía; ahora
- defienden la jubilación a los 60 años...
- defensa que yo considero profundamente arcaica».
Se trata de una novedad radical en la historia de los movimientos estudiantiles, adolescentes de 15 y 16 años, unidos a jóvenes y menos jóvenes que rozan la treintena y siguen estudiando.

La izquierda sin competencia
Entre la veintena de organizaciones juveniles, sindicales, hay dos que destacan de manera significativa, la UNEF (Unión Nacional de Estudiantes de Francia, tradicionalmente socialista) y la Unión nacional de estudiantes de bachillerato (UNL, izquierda independiente). La UNEF está presidida por
- Jean-Baptiste-Prévot, 26 años, hijo de funcionarios, estudiante de Administraciones Públicas.
No ha trabajado nunca. Y espera seguir estudiando cuando menos hasta los 28, tras cursar un penúltimo máster sobre Revolución Francesa.
Mientras tanto, está convencido de que su futuro no está en el mundo del trabajo, sino en la acción sindical o en la política: ya sostiene excelentes relaciones con el ala izquierda del PS.
La UNL está presidida por
- Victor Colombani, 16 años, hijo de periodistas, estudiante de bachillerato en el más selecto de los institutos de Francia, el Henri IV parisino. A su edad, ya tiene tres años de experiencia sindical. Espera cursar una carrera científica.
Pero, de momento, está consagrado a la acción sindical.

Es uno de los creadores del slogan "la vida comienza a los 60 años".

Estrategias dispares
Siendo importantes, la UNEF y la UNL no pueden aspirar a federar el movimiento «La jubilación, una cuestión de jóvenes», que nadie sabe si seguirá creciendo o desaparecerá después de las vacaciones de otoño.
La UNEF intenta extender el conflicto a las universidades. La UNL intenta liderar el bloqueo de institutos. Pero hay otros grupúsculos. En Francia hay un poco más de 4.300 institutos. 300 ó 350 bloqueados.
La gran mayoría de las organizaciones estudiantiles son hostiles a cualquier manipulación política. Cada sindicato resuelve el problema a su manera. La UNEF nunca oculta su simpatía por el PS y acepta los servicios de orden del PCF.
La UNL simpatiza globalmente con las izquierdas, de la socialdemocracia al trostkismo, pasando por el ecologismo radical, el comunismo libertario o grupúsculos anarquistas y anarco sindicalistas.

La pequeña galaxia del gueto urbano
Sin embargo, es difícil canalizar y controlar las decisiones de las asambleas en cada instituto. Y cada instituto en huelga decide a su manera participar en tal o cual manifestación. Ese movimiento asambleario está dividido, a su vez, en distintas familias étnicas y religiosas.
En las manifestaciones contra la jubilación a los 60 años han irrumpido de manera espectacular
- adolescentes franceses negros, musulmanes, asiáticos.
En la periferia de esos movimientos étnicos, culturales y religiosos,
- bandas de adolescentes violentos se suman a las manifestaciones, provocando los incidentes más espectaculares.

Distintos pero unidos en la calle
En las manifestaciones del 1 de mayo, la gran novedad fue
- la irrupción espectacular de jóvenes musulmanas, con velo, en los desfiles del Nuevo

Partido Anticapitalista (NPA, trostkista).
En las manifestaciones estudiantiles de la última semana, la gran novedad es
- la presencia de jóvenes musulmanas, con velo, en la cabeza de varios cortejos.
En la periferia de París y las grandes ciudades,
- los adolescentes franceses de raza negra son muy mayoritarios en todos los institutos.
Para ellos, como para los franceses hijos de inmigrantes asiáticos (vietnamitas, huidos del paraíso comunista, hijos de los «boat people» de los años 70),
- la participación activa en las manifestaciones es una cuestión de «identidad»:
- los adolescentes negros franceses aspiran a integrarse con los adolescentes blancos uniéndose a ellos en la calle.

La sombra del invierno de 2005
La inmensa mayoría de los estudiantes blancos, negros, musulmanes o asiáticos, son pacíficos. Pero la protesta contra la jubilación a los 60 años ha revelado otro proceso:
- la irrupción muy temprana de adolescentes nacidos en los suburbios, violentos, que se mezclan con los manifestantes,
- con la esperanza de precipitar oscuras batallas campales.
El Gobierno y las elites políticas contemplan con callado pavor

- "esa nube" de movimientos paralelos.
Nadie ha olvidado los disturbios del invierno del 2005, cuando fue necesario declarar el el toque de queda militar para apagar el incendio que se propagó en toda Francia, tras la muerte de dos adolescentes en un suburbio parisino.

J. P. QUIÑONERO - "ABC" - Madrid - 23-10-2010

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