La medida se realiza en un momento en que los bancos centrales del mundo responden a
- la debilidad de la recuperación económica y
- los temores de que una tasa de inflación que ya es baja pueda seguir cayendo.
El Banco de Japón, que ya adoptó lo que bautizó como
- "una política de tasa de interés virtualmente en cero",
- destinará 5 billones de yenes (US$60.000 millones) a la adquisición de
- bonos del gobierno,
- pagarés de empresas,
- fondos de inversión en bienes raíces y
- fondos de renta variable.
"Si un banco central intenta conseguir el mayor impacto con su política monetaria, no hay otra opción que ingresar de lleno en ese mundo", reconoció Masaaki Shirakawa, gobernador del Banco de Japón.
En los últimos días, los bancos centrales de varias economías desarrolladas
- han enviado enérgicas señales de que preparan un nuevo rescate de la economía global y
- de que están decididos a reducir el riesgo de una deflación global.
Las medidas se producen cuando
- la política fiscal está estancada o
- retrocede en medio del alto endeudamiento de los gobiernos.
Los mercados bursátiles globales saludaron las medidas.
El Promedio Bursátil Nikkei subió 1,5%, su mayor alza en cerca de tres semanas, mientras que el Promedio Industrial Dow Jones avanzó 1,8% para quedar en 10.944,72 puntos, su cierre más alto desde el 3 de mayo.
Las maniobras de los bancos centrales se producen en medio de una casi fijación en los tipos de cambio.
Casi todas las economías más importantes buscan en algún grado
- contener el alza de sus monedas o
- incluso depreciarlas para fomentar las exportaciones, y
- el estímulo que pueden proveer los bancos centrales tiende a devaluar la divisa.
La decisión del Banco de Japón se interpretó, en parte, como un intento por controlar el aumento del yen y, de este modo, responder a presiones políticas internas. La moneda japonesa acumula un alza de 12% en lo que va del año.
Una relajación coordinada de la política monetaria en las principales economías del mundo
- podría impedir que una divisa en particular obtuviera una ventaja.
No obstante,
- la posibilidad de una segunda ronda de flexibilidad monetaria ha contribuido al aumento del precio del oro,
que el martes subió 1,79% y se ubicó en US$1.338,9 la onza.
Las medidas, asimismo, ejercen
- una indeseada presión alcista sobre las monedas de los países emergentes,
- muchos de los cuales registran robustas tasas de crecimiento.
Brasil acaba de elevar a 4% el impuesto sobre la inversión extranjera de corto plazo en renta fija en un intento por desacelerar el ingresos de capitales al país.
China, en tanto, soportó renovadas críticas, esta vez desde Europa, por negarse a revaluar el yuan.
En EE.UU., la Fed envió señales de que el programa de compra de bonos de US$1,7 billones (millones de millones) que terminó en marzo probablemente se reanude, tal vez durante la reunión programada para el 2 y 3 de noviembre.
- "La tasa de desempleo es demasiado alta;
- la inflación es más baja que lo que me parece amerita la estabilidad de precios",
sostuvo Charles Evans, presidente del Banco de la Reserva Federal de Chicago, durante una entrevista en la que hizo eco de los comentarios del presidente de la Fed, Ben Bernanke, y del presidente de la Fed de Nueva York, William Dudley.
- "Si fuéramos a realizar más compras de activos a gran escala, como bonos del Tesoro,
- eso tendría un efecto beneficioso", indicó.
En Australia, una de las economías que se ha beneficiado del auge de las materias primas, el banco central sorprendió a los mercados el martes al mantener la tasa de interés de referencia en 4,5%, aunque el gobernador de la entidad, Glenn Stevens, advirtió que habrá que subir tasas más adelante.
El Banco de Inglaterra, a su vez, suspendió en febrero su programa de compra de bonos, pero dejó la puerta abierta para retomarlo en caso de que la economía se deteriore.
Las minutas de la reunión de septiembre del Comité de Política Monetaria revelaron que algunos funcionarios se inclinan por reanudar las compras. "Sigue habiendo una brecha significativa entre lo que podría estar produciendo la economía con pleno empleo y lo que produce actualmente. De esta forma, las autoridades no deberían contentarse con un crecimiento débil por temores de inflación injustificados", afirmó hace poco Adam Posen, uno de los miembros del comité.
El Banco Central Europeo no ha realizado las compras de activos a gran escala, una política conocida como "alivio cuantitativo", llevadas a cabo en EE.UU., Gran Bretaña y Japón, pero ha gastado 63.500 millones de euros en la adquisición de bonos soberanos emitidos por miembros con problemas de la zona euro.
Funcionarios del BCE parecen más optimistas en público que los funcionarios de otros bancos centrales, y más concentrados en los riesgos positivos de la inflación.
La disposición de al menos algunos bancos centrales a actuar con rapidez contrasta con la renuencia de la mayoría de los gobiernos a embarcarse en otra ronda de estímulo fiscal.
El Banco de Japón soporta una presión creciente de los políticos que amenazan con limitar su independencia si no hace más para impulsar el crecimiento.
- contener el alza de sus monedas o
- incluso depreciarlas para fomentar las exportaciones, y
- el estímulo que pueden proveer los bancos centrales tiende a devaluar la divisa.
La decisión del Banco de Japón se interpretó, en parte, como un intento por controlar el aumento del yen y, de este modo, responder a presiones políticas internas. La moneda japonesa acumula un alza de 12% en lo que va del año.
Una relajación coordinada de la política monetaria en las principales economías del mundo
- podría impedir que una divisa en particular obtuviera una ventaja.
No obstante,
- la posibilidad de una segunda ronda de flexibilidad monetaria ha contribuido al aumento del precio del oro,
que el martes subió 1,79% y se ubicó en US$1.338,9 la onza.
Las medidas, asimismo, ejercen
- una indeseada presión alcista sobre las monedas de los países emergentes,
- muchos de los cuales registran robustas tasas de crecimiento.
Brasil acaba de elevar a 4% el impuesto sobre la inversión extranjera de corto plazo en renta fija en un intento por desacelerar el ingresos de capitales al país.
China, en tanto, soportó renovadas críticas, esta vez desde Europa, por negarse a revaluar el yuan.
En EE.UU., la Fed envió señales de que el programa de compra de bonos de US$1,7 billones (millones de millones) que terminó en marzo probablemente se reanude, tal vez durante la reunión programada para el 2 y 3 de noviembre.
- "La tasa de desempleo es demasiado alta;
- la inflación es más baja que lo que me parece amerita la estabilidad de precios",
sostuvo Charles Evans, presidente del Banco de la Reserva Federal de Chicago, durante una entrevista en la que hizo eco de los comentarios del presidente de la Fed, Ben Bernanke, y del presidente de la Fed de Nueva York, William Dudley.
- "Si fuéramos a realizar más compras de activos a gran escala, como bonos del Tesoro,
- eso tendría un efecto beneficioso", indicó.
En Australia, una de las economías que se ha beneficiado del auge de las materias primas, el banco central sorprendió a los mercados el martes al mantener la tasa de interés de referencia en 4,5%, aunque el gobernador de la entidad, Glenn Stevens, advirtió que habrá que subir tasas más adelante.
El Banco de Inglaterra, a su vez, suspendió en febrero su programa de compra de bonos, pero dejó la puerta abierta para retomarlo en caso de que la economía se deteriore.
Las minutas de la reunión de septiembre del Comité de Política Monetaria revelaron que algunos funcionarios se inclinan por reanudar las compras. "Sigue habiendo una brecha significativa entre lo que podría estar produciendo la economía con pleno empleo y lo que produce actualmente. De esta forma, las autoridades no deberían contentarse con un crecimiento débil por temores de inflación injustificados", afirmó hace poco Adam Posen, uno de los miembros del comité.
El Banco Central Europeo no ha realizado las compras de activos a gran escala, una política conocida como "alivio cuantitativo", llevadas a cabo en EE.UU., Gran Bretaña y Japón, pero ha gastado 63.500 millones de euros en la adquisición de bonos soberanos emitidos por miembros con problemas de la zona euro.
Funcionarios del BCE parecen más optimistas en público que los funcionarios de otros bancos centrales, y más concentrados en los riesgos positivos de la inflación.
La disposición de al menos algunos bancos centrales a actuar con rapidez contrasta con la renuencia de la mayoría de los gobiernos a embarcarse en otra ronda de estímulo fiscal.
El Banco de Japón soporta una presión creciente de los políticos que amenazan con limitar su independencia si no hace más para impulsar el crecimiento.
El organismo también ha recibido presiones para ayudar al gobierno a reducir el valor del yen.
M.Fujikawa-T.Tachikawa-D.Wessel "The Wall Street Journal" - NYC - 6-Oct-2010
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