Entre 2003 y 2011 pasaron a integrar ese núcleo 48,7 millones de personas
Ednalda Rivero da Silva recibía asistencia del gobierno para mantener a sus dos hijos, de 14 y 4 años de edad, mientras se ganaba la vida como vendedora ambulante de cosméticos en Ceilandia, una ciudad de clase obrera cerca de la capital.
Con la ayuda oficial de 134 reales (US$ 73) mensuales, Rivero da Silva pudo costear los estudios de sus hijos luego de separarse de su segundo marido.
Aunque el monto de la asistencia era pequeño, en una comunidad de bajos ingresos bastaba para
- garantizar la alimentación básica del mes y
- le permitió a esta mujer de 31 años formarse como técnica de enfermería mientras
sus hijos iban a la escuela.
Al recibir el título, Rivero da Silva obtuvo empleo en un hospital y renunció a la ayuda que recibía de Beca Familia, el principal programa de asistencia social del gobierno brasileño, que transfiere dinero a familias necesitadas con la condición de que sus hijos estudien.
Como asistente de enfermería, Silva gana un sueldo básico de 2.200 reales por mes (US$ 1.200), más una buena cantidad de horas extras, y pudo comprarse a crédito un auto con el cual recorre los 50 kilómetros de distancia hasta el hospital donde trabaja.
También entró a estudiar pedagogía en una universidad privada y piensa en inversiones.
"Quiero comprar una casa, pero antes tengo que terminar de pagar el carro", comentó.
Al igual que Silva,
- millones de brasileños salieron en los últimos años de la pobreza y
- engrosaron las filas de la clase media, un segmento que
- ha crecido desde el 2004 y ayudó a crear un sólido mercado interno en Brasil,
- que permite al país resistir los peores impactos de la crisis global.
Un estudio de la Fundación Getulio Vargas, basado en estadísticas oficiales, señaló que
- 48,7 millones de personas elevaron sus ingresos y
- pasaron a las clases media y alta
- entre 2003 y comienzos de 2011.
Dentro de ese total,
- 13,3 millones tuvieron esa movilidad social en los 21 meses acumulados a mayo de 2011,
- es decir, en momentos que Brasil lidiaba con los efectos de la crisis.
- "El impacto de esa movilidad sobre la economía es grande.
- La nueva clase media crece de manera consistente;
- incluso durante la crisis continuó creciendo",
dijo el investigador Mauricio Neri, autor del estudio de la Fundación Getulio Vargas.
- "Esa clase media mantuvo las ruedas de la economía girando en la crisis".
Sectores de la sociedad que tradicionalmente vivían con lo básico comenzaron a
- tener acceso a crédito y a comprar cosas como televisores y refrigeradores.
- Los viajes en avión dentro y fuera de Brasil pasaron a formar parte de sus planes
vacacionales.
Datos de la Secretaría de Asuntos Estratégicos del gobierno
- reflejan un cambio en la distribución social de la población brasileña,
- donde históricamente los pobres han sido la mitad del total.
En 2003,
- la clase baja era el 49% de la población,
- con 40% de clase media y
- 11% de alta.
Para 2009, el cuadro había cambiado:
- la clase baja cayó a 34%,
- la clase media subió a 52% y
- la alta a 14%.
En este cuadro se considera
- clase baja,una familia con ingresos de hasta US$ 136 mensuales por persona.
- La clase media abarca a los hogares con ingresos entre US$ 640 y US$ 2.700.
Para Neri,
- el factor esencial en la movilidad social brasileña es la educación:
- la población tiene cada vez más acceso a la enseñanza básica y superior y eso redunda
en mayores ingresos para los trabajadores.
Empero, el investigador dijo que, a pesar de los progresos, el retrato de la educación brasileña es negativo. "El nivel de la educación en cantidad y calidad en Brasil es muy bajo.
La población de más de 25 años tiene un promedio de 7,27 años de estudios completos, un nivel muy pobre, idéntico al de Zimbabue", expresó Neri con datos de Unesco.
No obstante, señaló que ese cuadro está en proceso de cambio.
Mientras en 1990,
- el 16% de los niños de 7 a 14 años de edad estaban fuera de la escuela,
para el 2000 eran
- 4% y
en 2009
- cayó a menos de 2%.
"Los niños comenzaron a ir más a la escuela y llegaron al mercado de trabajo con más educación; eso permite aumentar los ingresos en la base de la pirámide social", destacó.
Paulo Januzzi, secretario de evaluación y gestión del Ministerio de Desarrollo Social, coincidió con el papel de la educación en la movilización social, pero recordó que
- el dinamismo económico iniciado en el país en 2004, aunado a
- los programas sociales de distribución de ingresos fueron clave.
"La economía se recupera en los años 2000 por factores internacionales, como el crecimiento en China pero también por un cambio de orientación en la política pública.
El salario mínimo pasó a tener aumentos reales anuales y se ampliaron los programas de transferencia de ingreso.
Todo eso pasa a crear una masa de consumo en que los segmentos de menor calificación se incorporan al mercado laboral con mejores salarios, lo que impacta el tope de la pirámide", dijo Januzzi.
La valorización real del salario mínimo, adoptada como política del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, permitió que los sectores menos favorecidos vieran sus ingresos crecer 55% arriba de la inflación entre 2004 y 2010.
Paralelamente, se generaron 15 millones de empleos formales, permitiendo que por primera vez Brasil tuviera más trabajadores formales que informales, según datos del Ministerio de Trabajo.
El estudio de la Fundación Getulio Vargas destacó un factor de disminución de la desigualdad en Brasil: entre 2000 y 2010,
- los ingresos de la mitad de la población que gana menos subieron un 68%, mientras que
- los del 10% más rico de la población aumentaron un 10% en ese período.
"Ese contingente que llegó a ampliar la clase media vino para quedarse", vaticinó Januzzi.
Rivero da Silva es un ejemplo. Ella descarta volver un día a pedir asistencia pública para pagar sus cuentas.
Brasilia - El País - Montevideo - 27-Nov-2011
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