sábado, 26 de noviembre de 2011

Siglo XXI: Resurge en los mares la diplomacia de las cañoneras

Ante la necesidad de explotar nuevas reservas de gas y petróleo
El Ártico, el Mediterráneo oriental y el Mar del Sur de China se convertirán en potenciales escenarios de conflicto

Parece extraño en una era de ciberguerra y aviones no tripulados, pero
- el frente más nuevo en la rivalidad entre Estados Unidos y China es un mar tropical,
- donde el impulso por aprovechar ricas reservas de petróleo y gas
- ha desatado un conflicto parecido a la diplomacia de las cañoneras del siglo XIX.
El gobierno del Presidente Barack Obama se metió primero en las traicioneras aguas del Mar del Sur de China el año pasado, cuando la secretaria de Estado, Hillary Clinton, declaró -en una tensa reunión de los países asiáticos en Hanoi- que
- Estados Unidos se uniría a Vietnam, Filipinas y otras naciones para resistir los esfuerzos
de Beijing por dominar el mar.
- China, de un modo predecible, se indignó ante lo que consideró una intromisión estadounidense
.
La prueba de fuerzas en el Mar del Sur de China
- augura un nuevo tipo de conflicto marítimo.
Uno que se está desplegando
- desde el Mar Mediterráneo hasta el Océano Ártico,
- donde las potencias económicas ávidas de combustible, las riquezas energéticas submarinas
recientemente accesibles, e incluso los cambios en el clima terrestre,
- están conspirando para crear una nueva contienda del siglo XXI.
China no está sola
en sus ambiciones marítimas.
Turquía tuvo un conflicto con Chipre e intensificó las tensiones con Grecia e Israel por los yacimientos de gas natural que se encuentran en las profundidades del Mediterráneo Oriental.
Y varias potencias -entre ellas, Rusia, Canadá y Estados Unidos- están circundando impacientemente el Ártico, donde el hielo polar que se derrite

- está abriendo nuevas rutas marítimas y
- la posibilidad tentadora de extensos depósitos de petróleo y gas en las profundidades.
"Lo que sustenta todo esto es el reconocimiento de que
- una proporción cada vez mayor de los recursos petroleros se encuentran costa afuera",
señala Daniel Yergin, experto en energía y autor del libro
- "The Quest: Energy, security, and the remaking of the modern world".
"Cuando se tienen recursos energéticos en tierra -precisa Yergin-, uno sabe dónde están las cosas. Pero cuando están costa afuera, las cosas pueden ponerse más sombrías".
29 millones de barriles de crudo al día -un tercio de la producción global- ahora provienen de yacimientos costa afuera, explica Yergin, una proporción que subirá firmemente.
Se estima que el Mar del Sur de China tiene
- 61.000 millones de barriles de petróleo -de crudo y de gas-, más
- 54.000 millones que aún no se descubren,

mientras que se proyecta que el Ártico tenga
- 238.000 millones de barriles, y
posiblemente el doble de eso en fuentes que no se han descubierto.
A medida que los países se apresuran a levantar instalaciones de perforación y envían naves de exploración petrolera para revisar completamente el lecho marino,
- las reclamaciones marítimas incompatibles están contribuyendo a fomentar
- una carrera armamentista naval.

Flotas más poderosas
No es coincidencia que los países con las armadas de más rápido crecimiento sean aquellos con intereses en estas zonas de riquezas energéticas.
Por ejemplo, China pasó de dos destructores de la época soviética en 1990 a 13 destructores modernos en 2010, de acuerdo al Instituto Internacional de Estudios Estratégicos en Londres.

Y en su impulso por alcanzar una armada que opere en aguas profundas, también reconstruyó un antiguo portaaviones soviético.
Malasia y Vietnam ya están fortaleciendo sus armadas con fragatas y submarinos.
India, que quiere asegurar el acceso al Extremo Oriente, está aumentando también.
Y la Armada israelí está insistiendo en más naves para hacer frente a los buques de guerra turcos que circundan las instalaciones de perforación israelíes.
"Los países quieren asegurar que tienen la capacidad para desarrollar recursos y garantizar la protección de sus rutas comerciales", indica David L. Goldwyn, un ex enviado especial para asuntos de energía internacional del Departamento de Estado de EE.UU. Una idea que cada vez se volverá más y más importante en las próximas décadas.

Antigua estrategia
Estados Unidos ha utilizado "la diplomacia de las cañoneras" en Asia al menos desde 1853, cuando el comodoro Matthew C. Perry llevó su flota a la bahía de Tokio e intimidó a Japón a que se abriera al comercio extranjero.
En ese sentido, el gobierno de Barack Obama ha sido un activo practicante de ella.
Por ejemplo, a fines del año pasado, envió el portaaviones George Washington al Mar Amarillo para que realizara ejercicios conjuntos con Corea del Sur, lo que constituyó un mensaje tanto para Corea del Norte como para su principal aliado en la región: China.
Mark Landar - El Mercurio - Sgo. de Chile - 25-Nov-2011

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