Por qué duran tanto las crisis: Nadie quiere pagar la cuenta
Ya han pasado dos años desde que las llamas aparecieron por primera vez en Grecia, y sin embargo el fuego aún no ha sido apagado. Ahora se ha propagado a Italia.
Han pasado cinco años desde que reventó la burbuja inmobiliaria de Estados Unidos.
El sector de la vivienda sigue siendo una de las principales razones por las que la economía del país tiene un desempeño tan débil.
En ambos continentes, ya no quedan dudas sobre
- la severidad de la amenaza o
- la urgencia con la que se necesitan mejores políticas.
Aun así,
- los jugadores parecen completamente incapaces de actuar.
Según el FMI, los titulares de hipotecas y otras deudas en EE.UU.
- perdieron US$2,7 billones en la fase estadounidense de la crisis global.
- ¿Qué les está llevando tanto tiempo?
- Decidir quién tendrá que pagar la cuenta.
- "En todas las crisis, se deben repartir las pérdidas entre
- deudores, acreedores y contribuyentes",
explica Anna Gelpern, profesora de derecho de la Universidad Americana y ex funcionaria del Tesoro de EE.UU. "Es un concepto sorprendentemente simple, y completamente irreconciliable".
- "Por definición, es un problema político", agrega.
"Incluso si surgiera la idea de una distribución óptima, si no es vendible políticamente, no puede concretarse".
Esta vez, la escala es intimidatoria.
El Fondo Monetario Internacional estima que los tenedores de hipotecas en EE.UU. y otras deudas
- perdieron US$2,7 billones (millones de millones) en la fase estadounidense de la crisis global,
- parte de cuya suma ya fue trasladada a los contribuyentes.
Las viviendas del país valen casi US$7 billones menos que hace cinco años, una caída de 25%.
Se han hecho toda clase de intentos por reducir los pagos mensuales de hipotecas para algunos, por refinanciar créditos con intereses altos, por asegurarse de que los embargos se llevan a cabo correctamente, por recapitalizar bancos para que puedan absorber pérdidas, y demás.
- El gran paso que no se dio: reducir el principal sobre las hipotecas.
- El gran obstáculo:
- ¿quién paga los platos rotos?
- ¿Los bancos?
- ¿Los inversionistas hipotecarios?
- ¿Los contribuyentes?
En Europa,
- los retrasos para admitir que Grecia pidió prestado demasiado
- convirtieron lo que hubiera sido un problema difícil pero manejable en una calamidad.
Un gran motivo para el retraso:
- decidir quién pagaría la cuenta.
- ¿Los contribuyentes alemanes?
- ¿Los accionistas de bancos franceses?
- ¿Los tenedores de bonos extranjeros?
Cuando un prestatario —un banco, una empresa, un país— tiene problemas, la reacción inicial es decir, bueno, tienen el dinero, sólo que están cortos de efectivo. A menudo eso es verdad.
Así que el prestamista le da un respiro al prestatario, la empresa empeña sus cuentas por cobrar, o el "acreedor de último recurso", el banco central, otorga préstamos de emergencia porque está seguro de que le devolverán el dinero.
El problema,
- se dice, es de "liquidez" (lo que significa que nadie perderá dinero al final)
- en lugar de decir "solvencia" (lo que significa que alguien perderá dinero).
- La tentación de extender esa lógica más allá de la razón es grande.
Admitir que, por ejemplo,
- algunos gobiernos europeos no pagarán 100 centavos por cada dólar, o que
- algunos préstamos hipotecarios no valen lo que dicen los libros contables,
- obligaría a los prestamistas a asumir pérdidas.
- Si éstas son grandes, la solvencia de los bancos está en duda.
En Francia,
los mercados no están tan escépticos ante la capacidad del gobierno de pagar sus cuentas y cumplir con las obligaciones de intereses, sino que se preocupan más por un potencialmente costoso rescate gubernamental de los bancos que tienen mucha deuda de gobiernos extranjeros.
Entonces, los bancos y los inversionistas igualmente prestan, a menudo a tasas de interés que reflejan el riesgo de que no cobren.
- Si todo sale bien, ganan mucho dinero.
- De lo contrario, y hay mucho dinero en juego,
- los contribuyentes pagan las cuentas.
"Las partes que tienen pérdidas contractuales intentan pasar esas pérdidas a otros, especialmente a los contribuyentes", afirma Edward Kane, economista de Boston College.
- "Estas crisis tienden a prolongarse mientras haya una posibilidad de
- trasladar las pérdidas a los contribuyentes".
Entonces
- primero está la negación,
- luego los retrasos y
- por último, el disimulo.
- Esto tiene costos. Los préstamos bancarios son uno.
"Los bancos no están ansiosos de otorgar crédito, porque no saben cuánto capital tienen, y les resulta difícil levantar dinero, porque los inversionistas no están seguros de su condición financiera", sostiene John Makin, del American Enterprise Institute.
- Los contribuyentes van a pagar algunos platos rotos.
- ¿Cuánto?
- Hasta que no se decida eso,
- la crisis continuará.
David Wessel - The Wall Street Journal - NYC - 12-Nov-2011
Otro día, otra razón para comprar dólares
La única dirección es hacia arriba.
Es decir, para el dólar, a medida que los temores de una nueva crisis mundial se diseminan a través de los mercados financieros.
A diferencia de su predecesora en 2008,
- esta crisis está provocada por la zona euro debido a que
- los líderes europeos no logran resolver
- los problemas de deuda de los miembros periféricos.
Por primera vez,
- la confianza de los inversionistas en el proceso europeo en general parece estar colapsando
- y, a medida que crece la amenaza de una cesación de pagos de deuda soberana,
- los riesgos de una nueva ronda de contagio financiero aumentan de manera abrupta.
La evidencia del problema no solo está en
- el pronunciado aumento de los costos de financiación de los principales miembros de la
zona euro como Italia, Francia, España e incluso Bélgica,
- sino en el retiro generalizado de fondos desde las acciones mundiales, así como de
los mercados de las naciones emergentes, los que hasta ahora habían demostrado
ser bastante populares.
Da la impresión de que
- se está eliminando el riesgo en un grado mayor del que se había observado en
los últimos tiempos.
Por ejemplo, en Japón, nuevos datos del mercado de valores publicados el jueves mostraron
- un flujo de ingresos neto de 2,8 billones de yenes.
Según Morgan Stanley, esto fue producto de
- cuentas japonesas que vendían bonos extranjeros y colocaban los fondos nuevamente
en los mercados de dinero en yenes.
El banco sugiere que las tenencias de las aseguradoras de vida japonesas en la eurozona podrían también estar ahora bajo amenaza dado que las autoridades financieras de Japón han comenzado a vigilar su exposición.
Las monedas de los mercados emergentes, los cuales por mucho tiempo han ofrecido al menos cierto respiro a las turbulencias que presentaban los países más desarrollados,
- también han caído bajo la presión de venta.
- Las pérdidas se observan desde Europa del este hasta América del Sur,
debido a que los inversionistas que en algún momento estuvieron contentos con tomar riesgo en inversiones más exóticas han comenzado a ponerse nerviosos.
Pero,
- no son solo los temores sobre la zona euro
- los que están convulsionando a los mercados financieros.
Aunque los recientes datos económicos de Estados Unidos han sido positivos,
- las perspectivas para el crecimiento mundial
- siguen siendo extremadamente inciertas.
En el último día más, no solo Japón reportó una abrupta caída en los pedidos de maquinaria, después de que mostraran señales de una mejoría, sino que
- China reportó una desaceleración en el crecimiento
- de las exportaciones a una tasa anual del 15,9%.
Nada de esto sugiere que
- esté en camino una recuperación seria en
- la demanda de consumo mundial, y
- no habrá mucho que ayude a evitar la recesión que
- está comenzando a cernirse sobre la eurozona.
En contraposición, cifras publicadas a comienzos de esta semana mostraron
- una sorpresiva caída en los inventarios mayoristas durante el mes pasado,
- lo que contribuye a las expectativas de que, después de meses de debilidad,
- el crecimiento en Estados Unidos tal vez se esté acelerando
- a un ritmo incluso más rápido del esperado.
Debido a la ausencia de buenas noticias en todas partes, hay razones para esperar que
- el índice del dólar, el cual ya ha subido cerca del 2% esta semana,
- continúe ascendiendo por ahora.
Nicholas Hastings - The Wall Street Journal - NYC - 12-Nov-2011
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