sábado, 26 de noviembre de 2011

¿Realmente, este es el fin?

A menos que Alemania y el BCE no actúen, el colapso de la moneda única se aproxima

A pesar de que

- la Zona Euro se precipita hacia un choque,
- la mayoría de la gente está asumiendo que, al final,
- los líderes europeos harán lo que sea necesario para salvar a la moneda única.
Esto debido a que
- las consecuencias de una destrucción del euro son tan catastróficas, que
- ningún político sensato podría permitir que esto suceda.
Una ruptura del euro
- provocaría un estallido global, incluso peor que el de 2008-2009.
- La región financieramente más integrada del mundo podría

ser azotada por
- defaults ,
- colapsos de bancos y
- la imposición de controles de capital.
La Zona Euro podría
- romperse en diferentes pedazos, o
- terminar en un gran bloque al norte y un sur fragmentado
.
En medio de las recriminaciones y tratados rotos tras la caída del mayor proyecto económico de la Unión Europea,
- feroces movimientos de la moneda entre países del núcleo y los de la periferia
- casi con certeza provocarían que el mercado único se interrumpa estremecedoramente.
- La supervivencia de la propia Unión Europea estaría en duda.
Sin embargo,
- la amenaza de un desastre no siempre evita que suceda.
- Las posibilidades de que la Zona Euro se rompa se han incrementado de

manera alarmante, gracias a
- el pánico financiero y
- una perspectiva de rápido debilitamiento económico.

Mercados, manías y pánicos
Los crecientes temores de una ruptura
del euro han alimentado
- una corrida desde activos de economías más débiles,
- una estampida que ni siquiera las decididas acciones de los gobiernos han logrado atajar.
El último ejemplo es España.

A pesar de la arrasadora victoria electoral que obtuvo el Partido Popular, comprometido con la reforma y la austeridad,
- los costos de endeudamiento del país nuevamente se han disparado.
El gobierno ahora tiene que pagar por un rendimiento del 5,1% para un papel a tres meses, más del doble de lo que era hace un mes.
Los rendimientos sobre los bonos a diez años están por encima de 6,5%.
El nuevo gobierno tecnocrático de Mario Monti, en Italia, tampoco ha visto ningún alivio: los rendimientos a 10 años se mantienen muy por encima del 6%.
Los costos de endeudamiento de Bélgica y Francia van en aumento
.
Y esta semana

- fracasó una subasta de bonos del gobierno alemán.
- El pánico que envuelve a los bancos europeos no es menos alarmante.
- Su acceso a los mercados de financiamiento se ha secado, y

- el mercado interbancario está bajo una creciente presión,
conforme los bancos rehúsan a prestarse entre sí.
- Las empresas están retirando depósitos de los bancos ubicados en países periféricos.
- Esta corrida está forzando a los bancos a vender activos y limitar los préstamos
;

por lo que
- la crisis del crédito podría ser peor que aquella que afectó a
Europa después del colapso de Lehman Brothers.
Agregue
- la mayor austeridad fiscal
que se está imponiendo a lo largo de Europa, junto a
- un colapso en la confianza de las empresas y los consumidores, y
hay pocas dudas de que
- la Zona Euro verá una profunda recesión en 2012,
- con una caída en la producción que quizás podría llegar a ser de hasta el 2%.
Eso dará lugar a una espiral viciosa, en la cual
- la recesión profundiza los déficits fiscales,
- aumenta las deudas de los gobiernos y
- alimenta el rechazo popular hacia la austeridad y las reformas.
El temor
a las consecuencias incluso

- llevará a que los inversionistas aceleren su salida.
Las crisis financieras anteriores muestran que

- esta espiral descendente puede ser detenida sólo
- mediante "políticas audaces" para

- recuperar "la confianza" del mercado.
Pero las autoridades europeas

- parecen incapaces o
- no están dispuestas a ser lo suficientemente resueltas.
El cacareado apalancamiento del Fondo de Rescate que se acordó en octubre va a ninguna parte.
Los líderes de la Zona Euro se han convertido en expertos para hablar de planes a largo plazo para salvaguardar su moneda, pero

- no ofrecen casi ninguna idea para contener el incendio de hoy.
La cautelosa Canciller alemana, Angela Merkel, puede ser despiadadamente eficiente en la política: sólo mire la manera en que ella ayudó a tirar bajo la alfombra a Silvio Berlusconi. Pero
- una crisis del crédito es más difícil de manejar.
Al igual que otros líderes de países acreedores,
- ella se niega a reconocer el grado de pánico de los mercados.
- El Banco Central Europeo (BCE) rechaza la idea de actuar como prestamista de última
instancia para gobiernos asediados pero solventes.
El temor de crear un riesgo moral,
en virtud del cual

- la oferta de ayuda desincentive la presión sobre los países deudores para que impulsen
reformas,
- es aparentemente suficiente para detener todos los planes de rescate.
Eso, a pesar de que refuerza el nerviosismo de los inversionistas sobre todos los bonos de la Zona Euro, incluso de Alemania, y hace que
- un eventual colapso de la moneda sea más probable.
Esto no puede durar mucho tiempo
. Sin un cambio dramático por parte del BCE y los líderes europeos,

- la moneda única se podría romper dentro de algunas semanas.
Cualquier evento
,

- desde la caída de un gran banco
- hasta el colapso de algún gobierno ante subastas de bonos sin valor,
- podría provocar su desaparición.
En la última semana de enero, Italia debe refinanciar más de 30 mil millones de euros en bonos (unos US$ 40 mil millones).
- Si los mercados se resisten, y
- el BCE se niega a actuar,
- el tercer mayor mercado de bonos soberanos
- podría ser presionado hacia el default .

¿Se puede hacer algo para evitar el desastre?
La respuesta sigue siendo, pero

- la magnitud de las acciones que se necesitan es cada vez mayor,
- mientras el tiempo para actuar se está agotando.
- La única institución que puede brindar un alivio inmediato es el BCE.
- Como prestamista de última instancia,

- debe hacer más para salvar a los bancos,
- ofreciendo liquidez ilimitada de mayor duración contra un rango de colateral más amplio.
Incluso si el BCE rechaza esta lógica,

- una compra de bonos a gran escala,
seguramente ahora está justificada por la propia interpretación restrictiva del BCE como Banco Central prudente.
Esto se debe a que
- una política monetaria mucho más flexible es necesaria para
- evitar la recesión y la deflación en la Zona Euro.
Si el BCE ha de cumplir su mandato de estabilidad de precios, debe evitar que éstos caigan.
Eso significa
- recortar las tasas de corto plazo y
- embarcarse en la "flexibilización cuantitativa" (compra de bonos

del gobierno) a gran escala
The Economist - El Mercurio - Sgo. de Chile - 25-Nov-2011

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