miércoles, 2 de febrero de 2011

Egipto

Los orígenes económicos de la revuelta egipcia
El movimiento masivo que engulle a Egipto expone un hecho que se ha estado escondiendo a simple vista:
- En una década durante la cual China sacó a más gente de la pobreza a un ritmo más
rápido que nunca en la historia humana,
- En un período de tiempo en el que la reforma económica se ha impuesto en todo el mundo
desde Brasil a Indonesia,
- Egipto se ha quedado fuera de la fiesta.
Una década atrás, IBM emitió una serie de comerciales sobre su alcance global.
Uno incluía un pescador que navegaba por el Nilo y usaba una red inalámbrica.

Era una imagen tentadora, y completamente ficticia.
Pocos países se han integrado menos a la economía global.
El país se ubica en el puesto 137 en el ranking mundial de ingresos per capita (apenas detrás de Tonga y delante de Kiribati), con una población dentro de las 20 mayores.
Y mientras el crecimiento del PIB en los últimos años ha sido respetable, con un promedio de 4% a 5% en 2009 (cuando todos los países tuvieron problemas), incluso eso lo ubica como mucho en la mitad de la tabla en un período en el cual los países más competitivos y dinámicos han salido adelante.
Egipto es famoso desde hace tiempo por su ineficiencia crónica.
Sin embargo Hosni Mubarak fue bendecido con casi
- US$ 2.000 millones anuales en ayuda de Estados Unidos, otros
- US$ 5.000 millones de tarifas del Canal de Suez, y
- US$10.000 millones en turismo
,
así que "pudo comprar" a una parte considerable de los 80 millones de egipcios.
En épocas modernas, Egipto ha sido un rayo de esperanza en el mundo árabe, con un movimiento independentista liderado por Gamel Adbel Nasser que se sublevó contra lo que quedaba del imperio británico en 1952.
Ese rayo fue mantenido vivo por el sucesor de Nasser, Anwar Sadat, quien es recordado en Occidente principalmente por

- sus osadas propuestas a Israel y
- el tratado de paz en 1981 que llevó a su asesinato.
Pero el legado más duradero de Sadat para Egipto podría haber sido
- su breve intento de liberalizar la economía (la Infitah) y abrir el país al mundo.
Mientras el presidente Mubarak alabó superficialmente esa apertura económica, durante gran parte de las tres décadas siguientes la economía de Egipto quedó encerrada en un sistema que
- sofocó la actividad y la innovación económica al igual que la expresión política.
En los últimos años, Mubarak pareció darse cuenta de que la total ausencia de reformas económicas no era sostenible.

Observó cómo China salía adelante sin flexibilizar el control del estado sobre la vida política.
Hizo propuestas a bloques comerciales regionales. De hecho, unos días antes de que se desataran las protestas, Mubarak fue el anfitrión de la segunda Cumbre Árabe Económica, de Desarrollo y Social en el balneario de Sharm al-Shaikh, donde llamó a un incremento en la integración económica, la infraestructura regional de transporte y el comercio entre los árabes.
Pero en el pasado, los cambios prometidos excedieron por mucho los cambios realizados, y había pocos motivos para pensar que esta vez sería distinto.
Mubarak resistió llamados a apertura política con la advertencia de que
- el fundamentalismo islámico arrasaría la tierra del Nilo.
- El mundo aceptó el razonamiento de Mubarak.
Washington
se concentró en la amenaza del radicalismo islámico y
- eligió darle un espaldarazo de forma gentil a Mubarak
- en lugar de arriesgarse a que lo que él había advertido que sucedería
- si había elecciones abiertas y se permitía la expresión
.
En tanto, China ignoró la dialéctica en Occidente, que
- colocaba la apertura política por encima de los imperativos sociales, y
- se adentró en un experimento de desarrollo económico hipercargado sin cambio político.
- Su éxito fenomenal hasta la fecha es imposible de refutar,
- de la misma forma como su curso futuro es imposible de predecir
.
Pero Egipto logró abstenerse de tomar ambos caminos, y su lección es simple:
- se puede tener una reforma económica, o se puede tener una reforma política.
- No se puede no tener ninguna.
Lo que le permite a China tener éxito por ahora (y a Brasil, la India e Indonesia, entre muchos otros países) es que
- sus ciudadanos creen que tienen cierto control sobre sus vidas materiales y
- una posibilidad de hacer realidad sus sueños y ambiciones.
- Tienen un lugar de expresión de sus pasiones que no está determinado por ellos, y
- un creciente grado de libertad económica.
Los jóvenes en Egipto
—dos tercios de la población tiene menos de 30 años—
- creen que no tienen futuro, y
- de muchas formas tienen razón.
Bajo el gobierno de Mubarak,
- su comida y su vivienda están subsidiados y
- les dan empleos o los dejan en el vacío del desempleo,
- sin morirse de hambre pero,
- sin ninguna esperanza de nada más que años de lo mismo.
Estas realidades solas no causan una revolución. Muchos países son pobres y tranquilos.
Pero
- Egipto ha tenido todas las marcas de una situación potencialmente explosiva.
- El futuro podría traer algo peor, con regímenes radicales o caos.
Pero para millones de personas que llegaron a la conclusión de que
- sus sueños de una vida mejor nunca llegarían a concentrarse,
- nada podría ser peor que el presente.
Zachary Karabell - The Wall Street Journal - NYC - 2-Feb-2011


La agonía de una autocracia
El octavo día de la revuelta popular egipcia contra Hosni Mubarak tampoco ha significado el final de la autocracia.

Centenares de miles de egipcios se manifestaron ayer en El Cairo y otras ciudades para reclamar su renuncia. Pero el presidente prolongó anoche su agonía política: no se presentará a la reelección, como le ha pedido Barack Obama, en los comicios previstos para septiembre, pero tampoco dimite y pretende participar en una "transición pacífica".
Está por ver si la decisión, que pretende ser salomónica, es aceptada por la calle.
La permanencia de Mubarak en el sillón presidencial no se debe, sin embargo, a su resistencia.
La razón es que
- las partes implicadas, tanto internas como externas,
- lo mantienen artificialmente en vida política
- porque la situación es extraordinariamente compleja.
Los dirigentes occidentales han tomado partido por la calle árabe, aunque sin pedir públicamente la caída de Mubarak.
Y a los occidentales se les ha sumado significativamente el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, un islamista moderado, que ha afirmado que Mubarak no debe desoír lo que dicen los egipcios. Hay excepciones, como la de los dirigentes saudíes que, en una clara prueba de su desconexión del mundo real, han llegado a calificar a los manifestantes egipcios de infiltrados, y eso que se cuentan por centenares de miles.
Y otra excepción es Israel, donde sus dirigentes, tanto el primer ministro, Beniamin Netanyahu, como el presidente, Shimon Peres, han expresado su apoyo a Mubarak.
Los israelíes tienen razones para temer la caída del autócrata egipcio.
Egipto fue el primer país árabe que firmó la paz con Israel. Y Mubarak, en los treinta años que ha permanecido en el poder, ha respetado escrupulosamente el tratado.
La cuestión es
- por qué si más de medio mundo pide que Egipto pase la página de la autocracia,
- aún permanece en el poder el autócrata.
La explicación puede parecer sencilla dentro de la complejidad de la situación:
- la razón es que nadie sabe a ciencia cierta
- hacia dónde conduce la calle árabe en sus manifestaciones.
Las razones de la revuelta egipcia son las mismas que las que explicaron el levantamiento popular en Túnez.
- No es una revuelta de carácter religioso,
- es una revuelta social por la pobreza, el desempleo, la ausencia de libertad y
- el horizonte sin futuro que tienen los jóvenes.

Pero
- es el islamismo, con su fuerte implantación en la sociedad egipcia,
- lo que frena los ímpetus de quienes, tanto dentro como fuera,
- querrían que el cambio se acelerara.
La oposición democrática, liberal y reformista está diezmada
.
Mubarak la aplastó para que, de esta manera,
- el islamismo fuera la única alternativa a su régimen.
Así,
- Mubarak se aseguraba la ayuda de los gobiernos occidentales.
La continuidad de Mubarak se explica, pues, por
- la ausencia de un claro liderazgo.
Los Hermanos Musulmanes han tenido un papel secundario
en la revuelta, pero la han apoyado y ahora
- consideran la posibilidad de formar parte de un gobierno de transición.
Y en este contexto, el ejército sigue siendo el actor clave.
El estallido popular que recorre el mundo árabe ya se ha cobrado su primera víctima política en Jordania.
El rey Abdalah II disolvió ayer el Gobierno jordano y nombró a un nuevo primer ministro.
El monarca ha cumplido así una de las demandas de los manifestantes, que, inspirados por tunecinos y egipcios, piden la caída del muro autocrático árabe.

Egipto aún esperará.
Editorial - La Vanguardia - Barcelona - 2-Feb-2011


Egipto, mañana
- ¿Son los derrocados o los que están a punto de serlo
- los más criminales y corruptos,
- o sólo los más débiles?
Quizá los Hermanos Musulmanes den menos importancia a la yihad, pero no renunciarán a ella
.

Ha sido una semana maravillosa en Oriente Medio:
- un levantamiento espontáneo;
- el amanecer de una nueva época;
- el pueblo exigiendo el final de la represión, la corrupción y la tiranía;
- la victoria de la libertad, la democracia y los derechos humanos.
Hace tiempo que no llegan desde Oriente Medio noticias buenas, alentadoras o reconfortantes, y
- ¿Quién osará poner reparos a la alegría de las multitudes que se manifiestan desde
Túnez hasta Saná, desde El Cairo hasta Ammán?
- Sus esperanzas son enormes.
Muchas de las acusaciones
arrojadas contra los gobernantes, quizá todas ellas, resultan justificadas. Sin embargo, las preguntas básicas siguen en el aire.
- ¿Eran los derrocados (o los que están a punto de serlo) los peores criminales y
los más corruptos...
- o sólo los más débiles?
Hay
, en términos generales, dos enfoques en Oriente Medio ante los levantamientos populares:
- la cesión a las exigencias de la calle o
- el recurso a la fuerza abrumadora y la represión de la revuelta.
Cuando Asad, el padre del actual mandatario sirio,
- fue desafiado en Hama por los Hermanos Musulmanes en febrero de 1982,
- su policía y sus soldados mataron a unos 20.000-25.0000 insurgentes, y
- desde entonces Siria ha sido un país muy tranquilo.
Se podrían citar otros ejemplos de represión de masas en Oriente Medio y en otros lugares.
Había muy poca libertad bajo Ben Ali en Túnez y bajo Mubarak en Egipto, pero
- se asesinó a pocas personas (en el caso de que llegara a hacerse) en comparación
- con lo que ocurría bajo el régimen de Sadam Husein en Iraq,
- que nunca estuvo en peligro de ser derrocado por su propio pueblo.
Ahora bien, hay otra pregunta más inquietante:
- ¿Cómo será Oriente Medio dentro de un año, cuando haya desaparecido el entusiasmo?
Según un cínico del siglo XIX,
- una revolución es la sustitución de un régimen malo por otro todavía peor.
Descartemos semejante muestra de cinismo, lo peor no siempre tiene que suceder.
Si va a haber democracia en Oriente Medio, eso significa que
- los Hermanos Musulmanes se convertirán en una fuerza de primer orden en los nuevos gobiernos (Túnez, el país más laico, quizá constituya la única excepción).

- No sería justo negarlo.
La actual oposición
sin dirigentes puede parecer muy democrática y seductora, pero
- la política aborrece el vacío.
Antes había otras fuerzas: los nacionalistas árabes y los comunistas, por ejemplo.
Ahora ya no existen, y
- son los Hermanos Musulmanes los que pueden movilizar a las masas.
Es verdad que los islamistas suníes son, en conjunto, menos fanáticos que los chiíes.
Supongamos que los Hermanos Musulmanes se comportan de la mejor forma posible. Eso no impedirá
- que sigan defendiendo la teocracia (wilayat al faqih),
- que se opongan a la igualdad de derechos de las mujeres y las minorías,
- que propugnen la lapidación de las mujeres como forma de castigo, etcétera.

Quizá

- den menos importancia a la "yihad", pero
- no renunciarán a ella, porque es la esencia de su ideología.
Quizá acepten
compromisos temporales mientras forman parte de un gobierno nacional.
Quizá incluso cambien con el tiempo, pero no es algo que quepa dar por sentado.
- Los Hermanos Musulmanes representan a los pobres; a diferencia de
- El Baradei, que procede de una familia adinerada.
Supongamos que la oposición colabora entre sí en los difíciles meses y años que están por venir; nunca lo han hecho en el pasado, pero siempre hay una primera vez.
El problema básico es el siguiente:
- Egipto, Yemen y Jordania tienen muchas cosas en común.
- Son países paupérrimos.
- El 90% de su superficie es desierto y no puede ser cultivado.
- La industria es pequeña;
- los minerales y los demás recursos son escasos.
Sin embargo,
- la población de Egipto se ha duplicado (de 40 a 80 millones) durante la última generación, y
- Yemen tiene una de las tasas de natalidad más altas del mundo
.

Según las proyecciones estadísticas de las Naciones Unidas, superará a Rusia a lo largo de este siglo.

(Resulta muy improbable, porque la tasa de natalidad parece destinada a caer, aunque sólo sea porque casi ya no queda agua en el país).
Una de las razones a las que no se presta mucha atención de la actual agitación en Oriente Medio es que en el último año
- se han disparado los precios de alimentos básicos como el arroz, el pan o las verduras.
- No es probable que esta situación mejore a corto plazo.
Hay en el mundo árabe algunas personas y algunos países muy ricos.
Se dice que la familia egipcia Sawiri podría comprar Jordania si quisiera.
La gran predicadora de la libertad, los derechos humanos y la democracia en Oriente Medio ha sido la emisora de radio y televisión "Al Yazira".
Al Yazira es de Qatar, un país que no tiene elecciones ni partidos políticos, pero cuya renta per cápita lo sitúa entre los tres países más ricos del mundo, mucho más rico que Estados Unidos.
En el caso de que Qatar haya intentado alguna vez ayudar a los pobres de Egipto o de otros países árabes, ese hecho no ha recibido mucha publicidad.
En resumen,
- ¿Es posible gozar de libertad política, democracia y derechos humanos
- si el grueso de la población no tiene garantizada una existencia mínima?
A menos que
- esto cambie, y
- en este momento nadie sabe cómo podría cambiar,
- todos los discursos sobre reforma y democracia son palabras huecas.
- "Kalam fadi", como se dice en árabe.

Walter Laqueur - La Vanguardia - Barcelona - 3-Feb-2011

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