jueves, 4 de agosto de 2011

¿Está acabado Obama?

Estúpida. Patética. Ridícula. Frustrante. Infantil. Vergonzosa.
Estos son algunos de los términos más usados por los estadounidenses cuando el Pew Center les pidió sus impresiones respecto a la negociación sobre el techo de la deuda de EE UU.

No importaba la clase social, el origen geográfico, la edad o la filiación política.

Desde simpatizantes del Tea Party en Kansas hasta profesores izquierdistas de Berkeley y desde banqueros de Wall Street a desempleados en Detroit, todos coinciden:
- el espectáculo fue lamentable y todos los protagonistas han salido perdiendo.
Algunos más que otros. Pero de eso hablaremos después.
Un 75% de quienes se identificaron como republicanos en la encuesta del Pew Center expresan
- una pésima opinión del proceso y de su resultado.
Lo mismo piensan

- el 72% de los demócratas y
- el 72% de los independientes sondeados. Sorprendentemente,
- los más críticos (el 83%) son quienes se identifican como simpatizantes del Tea Party.
Eso es sorprendente porque es obvio que el acuerdo final refleja

- mucho más las posiciones iniciales del Tea Party que
- aquellas de los demócratas, la Casa Blanca o los republicanos moderados.
Este resultado confirma que,
- fuera de una victoria absoluta, nada habría satisfecho por completo a los miembros del

Tea Party.
El hecho de que no estén satisfechos confirma que los miembros del Tea Party

- no se habrían conformado con nada que no fuera una victoria absoluta.
Michelle Bachmann
, una de sus dirigentes más visibles, ha dicho claramente que

- el acuerdo alcanzado en el último minuto no es satisfactorio, y que
- la amenaza de la suspensión de pagos de la mayor economía del mundo no la llevaría
a cambiar de opinión.
- El Tea Party practica la extorsión política en su forma más consumada.
Sus líderes
y congresistas

- tienen una bomba, "su veto" y
- están listos para hacerla estallar si sus exigencias no son aceptadas.
No son muchos
, pero
- su estridente radicalismo, su disciplina y

- su disposición a arrojarse a la hoguera para lograr sus propósitos les da
- un poder mayor que el que justifican sus números.
El acuerdo alcanzado
- no estimulará el crecimiento,
- ni estabilizará la economía,
- ni corregirá la creciente disparidad en la distribución del ingreso que ha caracterizado

la economía estadounidense en años recientes,
- ni creará las inversiones públicas que la superpotencia tanto necesita para modernizar

y expandir sus infraestructuras.
Los recortes de gasto público acordados
- no han sido diseñados por neurocirujanos,
- sino por carniceros.
Los recortes
- no son estratégicos,
- ni están enfocados de forma inteligente,
- ni son parte de una visión más amplia sobre el futuro del país.
Son
simplemente
- un burdo instrumento para reducir al Gobierno a su mínima expresión o incluso,

para muchos, esto sería el nirvana, hacerlo desaparecer en algunas áreas.
Este enfoque

- no es nuevo ni accidental: casual:
- muchos de los extremistas del Tea Party pertenecen a la facción

"matar de hambre a la bestia",
- un grupo que cree que la única manera de limitar el papel del Gobierno, "la bestia",
- es secarle todos los ingresos.
Los analistas se han apresurado a culpar a Barack Obama de todo esto.
Indeciso. Débil. Lento de reacciones. Contemporizador. Temeroso del Tea Party. Naif. Perdedor.
Estos son algunos de los adjetivos con los que se ha descrito al presidente por parte de sus rivales e incluso por demócratas y otros en la izquierda que se han sentido traicionados por un líder que hace unos pocos años les inspiró como ningún otro en décadas.
- Muchos ya dan por hecho que Obama no será reelegido.
Esto es lo que Clive Crook, el influyente columnista del Financial Times, piensa sobre la posición de Obama ante la reelección:
- "Entre mala y desesperada".
- No estoy de acuerdo.
En política
, el periodo hasta el 6 de noviembre de 2012, día de las próximas elecciones presidenciales,
- es una eternidad.
- Puede pasar cualquier cosa.
Por ello es imprudente anticipar ahora el resultado. Pero algunas cosas están claras.
Para entonces, los dolorosos efectos de los recortes que el Tea Party ha logrado arrancar al Congreso y la Casa Blanca se estarán sintiendo ampliamente, incluso
- entre la clase media que ahora simpatiza con los ultraconservadores.
- El extremismo y la irracionalidad de las ideas que alimentaron el movimiento
- serán patentes y más difíciles de defender.
Esta tendencia
, aunque incipiente, es ya visible:
- el 42% de los estadounidenses entrevistados por el Pew Center dicen tener
- una impresión menos favorable de los republicanos en el Congreso.
- Un 30% dice lo mismo respecto a los demócratas. Y
- Un 37% tiene una peor impresión del Tea Party.
Otro hecho claro es que

- el Tea Party usará de nuevo la política de la extorsión para influir en la elección del
candidato republicano que competirá con Obama en 2012.
Para que les resulte aceptable, un candidato tendrá que decir cosas como esta:
- "A Estados Unidos le falta muy poco para dejar de ser una economía de libre mercado".
Esto dijo Mitt Romney al anunciar sus aspiraciones presidenciales.

Y puede que ni siquiera eso sea suficiente.
Y el Tea Party pedirá pronunciamientos aún más extremos de su candidato, sin importar que
- sean tan falsos como la afirmación de Romney.
- Salir reelegido no será fácil para Barack Obama.
- La gran paradoja, sin embargo, es que

- el Tea Party le ayudará mucho.
MOISÉS NAÍM - El País - Madrid - 3-Ago-2011

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