martes, 31 de agosto de 2010

Un dilema tercermundista de Brasil


Los protagonistas de la campaña presidencial brasileña deberían
- abandonar la política del Tercer Mundo
- en favor del liderazgo del Tercer Estado

UN economista francés inventó el término «Tercer Mundo» en la década de 1950, parafraseando al «Tercer Estado», que bajo el Antiguo Régimen comprendía a la burguesía —por tanto no a los nobles ni al clero—.
Pero el significado involucionó; el término «Tercer Mundo» fue utilizado luego para designar a
- los países no alineados (obedientemente alineados contra Occidente) y
- las naciones pobres.
El gran dilema de Brasil, como lo demuestra la actual campaña presidencial, es
- si debe liderar al Tercer Estado internacional o
- al Tercer Mundo.
El Tercer Estado representaba a la mayoría productiva emergente en la Francia antigua. Los otros dos Estados eran las elites que gravaban al pueblo.
En Brasil, los productores y consumidores se comportan cada vez más como el significado original de «Tercer Mundo», convirtiéndose en una vasta clase media que, junto con millones de chinos e indios, constituyen la mejor esperanza para el planeta en los próximos años.
Pero la elite política brasileña está atollada en un tercermundismo signado por
- el no alineamiento hipócrita, el capitalismo de Estado,
- la ingeniería social y
- el clientelismo.
Dilma Rousseff, la ex guerrillera y ex ministra de la Casa Civil de Brasil bajo el presidente Lula, ya supera al ex gobernador de Sao Paulo, José Serra, en la carrera hacia las elecciones de octubre.
El problema no es que ella participara en actos de violencia: también lo hizo José Mujica en Uruguay, ahora un aburrido jefe de Estado.
Tampoco es un problema que deba su liderazgo enteramente a Lula.
La historia está repleta de herederos políticos que se desprendieron de sus creadores.
El problema es que
- Dilma, como Lula, es una líder de tercer mundo
- en una democracia de segunda clase
- con una economía de primer mundo.
- Las tres cosas no pueden permanecer desfasadas mucho tiempo.
Con líderes equivocados, los votantes de las naciones atrasadas pueden fácilmente apoyar a líderes tercermundistas incluso si actúan como productores y consumidores del Primer Mundo.
Los electores brasileños, responsables de una economía que está creciendo a una tasa anualizada del 9 por ciento y ha sacado a 30 millones de personas de la pobreza desde 2003, al mismo tiempo se aferran a un Partido de los Trabajadores
- ideológicamente quebrado,
- éticamente sucio e
- internacionalmente imprudente.
- La adulación de Mahmoud Ahmadinejad y Hugo Chávez,
- la búsqueda de un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU,
- el uso del Banco de Desarrollo brasileño para comprar influencia latinoamericana,
- la captura de las entidades burocráticas federales y
- el diseño de grandiosos esquemas de poder ligados al petróleo
han prevalecido,
- en la lista de prioridades políticas,
- sobre la muy urgente transformación del Estado paquidérmico.
Dilma Rousseff estaba al mando del consejo de administración de Petrobras, empresa petrolera estatal, cuando se redactó la ley que le otorgará un monopolio de las reservas petrolíferas de la Cuenca de Santos.
La empresa, que recibe dinero del Gobierno y financiación complementaria del Banco de Desarrollo estatal, no cuenta con los 300.000 millones de dólares necesarios para explotar las reservas.
Se está contemplando una nueva deuda que de una forma u otra esquilmará a los contribuyentes.
Para no hablar de la tecnología y los conocimientos especializados de los que Petrobras, empresa bien manejada, carece, tratándose de petróleo atrapado bajo gruesas capas de sal en lo profundo del mar, a cientos de millas de la costa.
Hay otras ilusiones de grandeza estatal, algunas vinculadas a la organización de la Copa del Mundo de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016. Entre ellas, el tren bala de 20.000 millones dólares que unirá a Sao Paulo con Río de Janeiro.
Un rasgo común de los políticos tercermundistas es que
- creen que existen atajos políticos para alcanzar el Primer Mundo.
Un par de épocas, en América Latina, estuvieron signadas por dicha superstición.
Se llamaba «positivismo» en el umbral del siglo XX.
Se convirtió en «desarrollismo» a mediados de ese siglo.
El resultado fue poco entusiasmante...
Los dirigentes brasileños arrastran un viejo complejo «anti-estadounidense».
La obsesión les hace hacer cosas sólo porque parecen opuestas al capitalismo.
Algunos expertos —como lo sugirió un evento reciente organizado por el Brazil Institute en el Centro Woodrow Wilson en Washington— aseguran que se remonta a cuando Brasil vio defraudadas sus expectativas de reciprocidad estadounidense por su participación en la Segunda Guerra Mundial.
Tal vez. Sin embargo, el período en el que Brasil fue más respetado —comienzos del siglo 20— fue cuando, bajo la visión del Barón de Río Bravo, José María da Silva Paranhos, se sentía tan seguro de sí mismo que no veía humillación alguna en abrazar el liderazgo de Occidente.
Recordar esto podría ayudar a los protagonistas de la campaña presidencial brasileña a
- abandonar la política del Tercer Mundo
- en favor del liderazgo del Tercer Estado.
ÁLVARO VARGAS LLOSA - "El País" - Madrid - 31-Ago-2010


El liberal, la progre y la prostituta


¿Hay que legalizar la práctica de las trabajadoras del sexo?
Los datos señalan que eso contribuiría a que se violaran más derechos básicos de un mayor número de mujeres.
Más eficaz resulta criminalizar al cliente.


La derecha más liberal y la izquierda más progresista están de acuerdo en una misma reforma.
- Hay que legalizar la prostitución.
- Para el liberal (hay muchas voces liberales, pero, por su estatura intelectual, recomiendo a Sala-i-Martín en La Vanguardia, 17-9-09), el Estado no puede prohibir el intercambio voluntario de servicios entre adultos a cambio de dinero.
- Para la progresista (ídem, Imma Mayol, EL PAÍS, 25-9-09), el Estado debe garantizar a las "trabajadoras del sexo" la salvaguarda de sus derechos.
Para ambos, la regularización, al hacer aflorar una economía sumergida, reduciría
- tanto el tráfico ilegal de personas
- como los abusos y las condiciones de explotación en las que viven muchas prostitutas.
Y, de paso,
- podríamos recaudar impuestos, que nos viene muy bien en tiempos de crisis.
- ¿Algo que objetar a esta conjunción de las mejores virtudes del mercado libre y del Estado regulador-protector?
Me temo que sí.
La dificultad de obtener datos sobre un negocio tan oscuro como la prostitución es la perfecta justificación para que tanto el liberal como la progresista den rienda suelta a sus teorías sin tener que ofrecer evidencia empírica.
- Para el liberal, la bondad del mercado libre hará que mafiosos esclavistas se conviertan de un día a otro en respetables empresarios del sexo y puedan "contratar a las trabajadoras en origen y pagarles el viaje de ida y vuelta, eliminando así el negocio del traficante" (Sala-i-Martín).
- Para la progresista, la bondad del Estado actuará "promoviendo la existencia de espacios autogestionados, sin amos, que despojen al proxeneta de su funcionalidad" (Imma Mayol).
Pero los datos disponibles señalan que
- tanto la legalización de la prostitución (propuesta por liberales y progres)
- como la situación actual de relativa alegalidad (y defendida de facto por PSOE y PP)
- producen resultados peores que una tercera alternativa con pocos padrinos en nuestro país: la criminalización del cliente.
Y es que tenemos evidencia cada vez más sólida de que
- actuar sobre la demanda de la prostitución (es decir, castigando al cliente)
- en lugar de sobre la oferta (es decir, regulando la prostitución, como proponen liberales y progresistas)
- tiene efectos positivos.
Liberales y progresistas asumen que existe una demanda varonil elevada y relativamente fija de servicios sexuales. Dicha demanda sería el resultado de diferencias entre hombres y mujeres, ya sean de índole biológica (para los liberales) o cultural (para los progresistas).
Por ello, prohibir la demanda solo conduciría a un desplazamiento de la prostitución de la calle o del burdel a lugares más siniestros.
Pero la experiencia de otros países desafía estas asunciones simplistas sobre la naturaleza varonil, pues
- la demanda -oh, sorpresa- cae en picado cuando se penaliza la compra de sexo.
Por ejemplo, pocos años después de la puesta en marcha, en 1999, de una política de penalización al cliente en Suecia, se calcula que - el número de prostitutas se había reducido entre un 30% y un 50%, y
- el de clientes entre un 75% y un 80%.
La caída de la demanda en países prohibicionistas como Suecia ahoga a la oferta, especialmente la que proviene del negocio más sucio que prolifera en el mundo globalizado actual:
- el tráfico de mujeres (y niñas) con fines sexuales,
que representa, de acuerdo con Naciones Unidas, un 87% de los cuatro millones de seres humanos que son explotados como esclavos anualmente.
Así, mientras los traficantes de esclavas sexuales logran introducir anualmente
- entre 400 y 600 víctimas en Suecia,
para saciar los apetitos sexuales de aquellos ciudadanos que son capaces de arriesgarse a una pena por comprar sexo,
- en las vecinas Finlandia o Dinamarca,
con la mitad de la población, pero con leyes más permisivas hacia la prostitución, las mafias podrían estar infiltrando
- hasta 15.000 víctimas al año.
Empujados por la elocuencia de estos datos, los políticos nórdicos, sobre todo finlandeses y noruegos, están optando por la "vía sueca", empezando a criminalizar la compra de sexo.
La penalización de los clientes en Noruega ha sido aprovechada además por los economistas Jakobsson y Kotsadam para estudiar lo más científicamente posible los efectos de una política pública.
Es decir,
- mirando qué pasa antes y después de la reforma y,
- al mismo tiempo, comparando con otros países en los que no ha habido ningún cambio legislativo durante ese periodo.
Los resultados son inequívocos:
- la demanda de prostitución en Noruega ha caído de forma significativa desde la criminalización del cliente.
En un análisis de 30 países, estos mismos autores señalan que
- allí donde hay un mayor reconocimiento legal de la prostitución también existe un mayor tráfico de esclavas sexuales.
O sea,
- exactamente lo contrario de lo que predicen el liberal y la progresista.
Las razones son obvias.
- Donde la compra de sexo es ilegal, los costes en los que incurren las mafias esclavistas de mujeres para garantizar a los clientes que no serán descubiertos y penalizados se vuelven demasiado altos.
En conversaciones interceptadas por la policía, los propios traficantes, que no dejan de ser hombres de negocios, admiten que
- no vale la pena trabajar en los países prohibicionistas.
- Es más sencillo operar en lugares como Holanda, Alemania o España, donde, ya sea de forma legal o alegal, todo
el que quiere comprar sexo lo puede hacer en un instante, de forma sencilla y sin riesgo a ser castigado.
Los estudios también apuntan a que
- cuando la prostitución se regula como una actividad económica más,
- los abusos sobre las libertades individuales de las prostitutas no decrecen,
como pretenden hacernos creer liberales y progresistas,
- sino que aumentan.
Con la regularización de la prostitución, los traficantes de seres humanos, experimentados en tergiversar la voluntad de jóvenes y de niñas, encuentran una fachada legal perfecta con la que cubrir sus actividades delictivas.
Por una parte, no les cuesta "convencer" a muchas víctimas potenciales, mediante las manipulaciones físicas y psicológicas más perversas, para que se registren como trabajadoras del sexo.
Por otra parte,
- ¿Alguien espera que el crimen organizado empiece a pagar impuestos y declare sus actividades más lucrativas, como
- la prostitución de menores o
- los depravados tratamientos hormonales a los que son sometidos muchas prostitutas?
Encontramos ejemplos de legalizaciones de la prostitución con resultados perversos en todo el mundo, desde Alemania a Australia, pasando por Nevada en Estados Unidos.
Una consecuencia frecuente de regularizar la compra de sexo es que,
- mientras el número de burdeles legales crece,
- los negocios ilegales -por ejemplo, con prostitutas menores de edad- se multiplican.
El liberal suele comparar a las "operarias del amor" que ejercen su profesión libremente con otros trabajos regularizados que no se hacen por el amor al arte sino por dinero, como lavar urinarios.
El problema es que el intercambio sexual se da, por su propia naturaleza, en un contexto de intimidad y clandestinidad, en el que algunos elementos del "contrato" quedan a la discreción de una de las partes, con consecuencias potencialmente devastadoras para la otra.
Volvamos a los datos.
Un estudio en 9 países encontró que
- del 60% al 75% de las mujeres que ejercen la prostitución han sido violadas,
- del 70% al 95% físicamente agredidas y
- un 68% presentan síndromes de estrés postraumático similares a los de los veteranos de guerra
bajo tratamiento psiquiátrico.
Si alguien nos mostrara que
- alguna profesión reconocida produce secuelas físicas, mentales y emocionales solo remotamente similares,
- solicitaríamos la inmediata ilegalización de la misma.
Por todo ello, hay motivos para pensar que
- legalizar la actividad de las "trabajadoras del sexo" (el proletario término preferido por la progresista) o
- el "outsourcing sexual" (el anglicismo usado por el liberal) contribuiría a que
- se violaran más derechos básicos de un mayor número de mujeres.
Siguiendo criterios serios para evaluar políticas públicas, la única medida que parece efectiva para
- combatir el tráfico y
- la esclavitud con fines sexuales es
- criminalizar la compra de sexo.
Ya es hora de que esta medida se estudie seriamente en España.

VÍCTOR LAPUENTE - Universidad de Gotemburgo - "El País" - Madrid - 31-Ago-2010

viernes, 27 de agosto de 2010

La Teoría Subjetiva del Valor en el Mercado

Antes de pasar al tema de los precios, debemos analizar algo fundamental.
- ¿Cómo se determina el valor de los bienes en el mercado?
La pregunta tiene una parte final que es básica. Dijimos “…en el mercado”.
Porque el valor es un tema muy amplio, y más en un contexto judeo-cristiano.
- Todo lo creado vale, es bueno, por estar creado por Dios;
- de allí a los valores estéticos y morales hay caminos analógicos.
- El valor moral de la acción humana no se establece en el mercado, obviamente:
- depende de un objeto, un fin y una circunstancia de la acción libre,
- dentro de una concepción de persona cuyo fin último es Dios.
Pero
- En el mercado, ¿qué es lo que determina el valor de los bienes?
- ¿Sus costos?
No, alguien puede incurrir en altísimos costos pero si los consumidores no demandan para nada el bien o servicio en cuestión, el precio es 0.
- ¿El trabajo?
Lo mismo, si no hay demanda, puede haber mucho trabajo, pero, oh desilusión, no hay precio.
- ¿Su valor moral?
Tampoco, lamentablemente hay servicios nada santos que son altamente demandados y a veces su precio es muy alto.
- ¿Su valor estético?
Tampoco, lamentablemente una entrada en un mundial de futbol puede ser más cara que un CD de música de Mozart.
- ¿Su valor técnico?
Tampoco, los primeros inventores habitualmente no obtienen nada por sus invenciones que luego, retrospectivamente, hacen millonarios a muchos.
- ¿Su escasez?

parecería que sí, por todo lo que venimos diciendo, pero
- la escasez depende, como dijimos, de la demanda,
- no de la cantidad matemática de algo.
Yo tengo libros escritos cuya cantidad de ejemplares es muy poca y les aseguro que su precio de venta es muy bajo o casi nulo.
- ¿Su utilidad?
También parecería que sí pero, igual que en el caso anterior, no significa nada en el mercado si no está relacionada con la demanda.
Para mí puede ser muy útil un ejemplar de un viejo libro sobre Anaximandro tirado en la calle pero puede suceder que, puesto a la venta, su precio sea 0.
Además, en el mercado
- no se trata de la utilidad “objetiva” de algo,
- sino lo que la persona estima que le será útil,
donde puede haber error.
Por eso decimos que
- Lo importante en el mercado es el "valor subjetivo".
Claro que los valores morales son objetivos; claro que el bonum como trascendental del ente es objetivo, pero ahora nos referimos al valor de algo en el proceso de intercambio en un mercado:
- si algo no es demandado en absoluto, no vale nada.
Lo cual vale para la oferta:

- alguien ofrece algo por la demanda subjetiva que tiene por aquello que va a recibir
en el intercambio.
“Subjetivo” no implica aquí algo denigrativo, sino “personal”
en un sentido sencillo del término:
- valorar algo en el mercado es optar entre una cosa y otra, y
- ese acto de opción es personal en tanto son las personas las que eligen.
- A eso llamamos valor subjetivo en el mercado.
Claro que podemos estar en desacuerdo con esas valoraciones; podemos decir que las personas “deberían” elegir más ciertas cosas y no otras, pero ello no explica el valor de los bienes en el mercado.
- El valor en el mercado tiene que ver con lo que las personas subjetivamente eligen para comprar y vender, y
la escasez y la utilidad también tienen que ver con ello:
- en el mercado es escaso lo que las personas consideran escaso y útil lo que consideran (subjetivamente) útil.
Claro, para ello no hay que votar como un una reunión de consorcio (gracias a Dios J), sino que
- Los precios que se van formando en el mercado van indicando esas valoraciones subjetivas.
La teoría subjetiva del valor es algo muy humilde pero permite resolver problemas importantes.
Para la teoría de los precios es sencillamente fundamental, y no hay economía, como actividad o como ciencia, sin precios.
Por lo demás, nos muestra que las personas actúan en el mercado subjetivamente, esto es desde sus decisiones personales, en las cuales hay un gran margen para la falibilidad, el error y la incertidumbre.
Pero, además, permite enfocar con más comodidad los problemas morales al haberlos distinguido del valor subjetivo.
Casi todas las veces que hablamos de lo que las cosas valen en el mercado mezclamos nuestras evaluaciones morales, que pueden ser perfectamente objetivas y verdaderas (objetividad no es igual a verdad pero esa es otra cuestión) con la sencilla cuestión de que las opciones libres de las personas determina el valor en los intercambios del mercado.
Si no vemos esto último no entendemos cómo funciona la economía.
- Si un futbolista tiene un salario mayor que un filósofo,
- eso es porque las personas en general demandan más ver partidos de futbol que clases de filosofía.
Podemos quejarnos de que sea así, o podemos exhortar desde el púlpito que las opciones y preferencias sean mejores, pero
- los valores en el mercado dependen de preferencias subjetivas y no está mal que sea así.
Claro, a veces podemos optar por algo malo sub rationi boni (bajo razón de bien) pero para ese problema está la Gracia de Dios.
-
El mercado, como dijimos, es más humilde y sencillo.
- No hay que endiosarlo,

- contrariamente a lo que algunos cristianos han hecho con
- la socialización de los medios de producción.

Gabriel J. Zanotti - Instituto Acton Argentina - Ago-2010

USA: "Doble caída" y Desocupación


La recuperación económica en EE.UU. se sentirá como recesión
Nuevamente las cosas se están volviendo atemorizantes.

Tras observarse cierta mejora en las cifras durante la primavera e inicios del verano, las noticias recientes describen una economía que crece menos del 2%.
Aunque desde un punto de vista técnico
- no se trata de una recesión de doble caída,
- la recuperación podría ser tan débil que se sentirá como una nueva desaceleración.
Eso se debe a que
- un crecimiento inferior al 2% en el producto interno bruto
- no revertirá ninguno de los lastres que frenan a la economía y
- pondrá en riesgo el soporte principal para el crecimiento reciente: los gastos de capital.
En una economía del 2%,
- los buscadores de empleo no encontrarán mucho trabajo y
- los trabajadores no obtendrán grandes aumentos de sueldo.
- Los mercados financieros permanecerán en terreno endeble,
- las autoridades enfrentarán obstáculos y
- los políticos despotricarán sobre todo esto.
Sin duda, esas tendencias suenan familiares.
El cambio consiste en que las cifras económicas divulgadas el miércoles sugieren que
- el panorama sombrío está limitando los gastos de las empresas en equipos comerciales.
- Los pedidos nuevos de bienes de capital no relacionados a la defensa,
excluyendo los aviones, cayeron un 8,0% en julio, borrando las alzas de los dos meses previos.
Si los nuevos pedidos vuelven a descender en agosto, prepárese.
Los gastos de empresas en equipos han liderado el crecimiento durante esta recuperación, al contribuir más al crecimiento del PIB en los últimos tres trimestres que el sector de consumo.
Un nivel de gasto empresarial holgado e incluso un crecimiento del 2% parecen ser inalcanzables.
Por otra parte, los problemas en el sector de la vivienda han demostrado ser más inextricables de lo que muchos esperaban. Las ventas de viviendas nuevas siguieron los pasos de las de viviendas usadas al desplomarse en julio.
Las compras de viviendas nuevas se derrumbaron un 12,4% a una tasa anual en un mínimo récord de 276.000.
Los economistas esperaban niveles de ventas similares a los de junio, las que fueron impulsadas por el apuro de firmar un contrato de compra antes de que expirara el crédito tributario para los compradores de viviendas.
Las expectativas no se cumplieron y -lo que es peor- junio tampoco resultó no ser un gran mes para los compradores de viviendas.
El Departamento de Comercio revisó a la baja las ventas de junio a un crecimiento de sólo el 12,1%, y no del 23,6% informado originalmente.
- Tras años de asistencia del gobierno, el sector de la vivienda aún no encuentra un piso, y
- su continuo descenso remueve un sector que tradicionalmente ha impulsado el crecimiento al momento
de salir de una recesión.
Los decepcionantes datos del miércoles llevaron a Macroeconomic Advisers a reducir su estimación de crecimiento para el tercer trimestre a una tasa anual del 1,7%, frente al 2,1% del día anterior.
- La reciente ola de cifras negativas fortalece la posición de los aquellos que
- están preocupados por una recesión de doble caída.
Un golpe negativo
- podría causar una nueva contracción del producto interno bruto real. Y si bien
- la estimación de consenso descuenta ese escenario,
- los economistas están asignando cada vez más la probabilidades de una doble caída a sus proyecciones.
Los economistas de Goldman Sachs, por ejemplo, estiman que
- las probabilidades de un regreso al crecimiento negativo están entre un 25% y un 30%.
Los analistas de IHS Global Insight
- asignan una probabilidad del 25%.
Si bien un 25% es una probabilidad significativa, los analistas señalan que
- una doble caída es algo extremadamente poco habitual y, casi siempre,
- es activada por factores externos o malas decisiones de política.
"Esto parece poco probable en Estados Unidos en el ambiente actual", dicen.
Lo atemorizante es que, si bien es poco probable, no es totalmente imposible

Kathleen Madigan - "The Wall Street Journal" - NYC - 27-Ago-2010

Desocupación en Estados Unidos: Un problema más complicado
El asunto no se puede remediar sólo esperando la recuperación económica

La economía dejó de contraerse el año pasado; sin embargo, el desempleo en Estados Unidos es mayor que nunca.
La tasa de desempleo fue de 9,5% en julio y sería aún más alta si tantas personas no hubiesen dejado de buscar trabajo.
Un 45% de los desempleados han estado sin trabajo por más de seis meses, la proporción más alta desde la década del 30. Y a juzgar por la reciente alza de solicitudes de beneficios de desempleo, la situación puede ponerse peor que nunca.

¿Por qué es tan alto el desempleo?
La opinión predominante en los legisladores es un doloroso reflejo acerca de la debilidad económica.
Los estadounidenses están sin trabajo porque
- la caída económica fue profunda y
- la recuperación ha sido deslucida.
- Una demanda más fuerte podría solucionar eventualmente el problema.
El mayor punto de discordia es si se debiese acelerar el proceso con aún más estímulos monetarios.
En la campaña por el Congreso, los republicanos mostraron
- al desempleo como una prueba de que los estímulos han fallado,
mientras los demócratas argumentan que
- mucho más debe hacerse para afianzar el crecimiento.
En su reunión anual esta semana, en Jackson Hole, la Reserva Federal está masticando sobre
- cuándo y cómo la Reserva podría tratar de impulsar al débil mercado de trabajo
- mediante la impresión de más dinero para comprar bonos gubernamentales.
Este foco en el estímulo es comprensible. La economía de Estados Unidos está aún
- operando muy por debajo de su potencial y
- hay pocas dudas sobre si el alza del desempleo es un resultado directo de esto.
Pero el desempleo es alto por otras razones también, largamente ignoradas en este debate.
Gracias a
- la escala y naturaleza de la debacle en el sector vivienda y financiero,
- el mercado laboral se ha vuelto menos eficiente en equilibrar la oferta de trabajadores versus la demanda por éstos.
Las personas cargan con hipotecas que valen más que sus propias casas y son menos capaces de moverse en busca de nuevos trabajos. Las habilidades de aquellos fuera del mercado laboral -desproporcionadamente bajas- y hombres de habilidades medias en construcción y manufactura, pueden no ser las que los empleadores necesitan ahora.
Las extensiones de los seguros de desempleo por parte del Congreso han sido necesarias, pero también han reducido los incentivos para buscar trabajo más rápidamente.
Y largos períodos de desempleo hacen que las personas sean menos empleables. Todo esto erosiona la afamada flexibilidad estadounidense.
- Si el mercado laboral estadounidense es menos eficiente,
- la tasa "estructural" o "natural" de desempleo será más alta.
El FMI calcula que puede haber subido de un 5% antes de la crisis a entre 6 y 6,75%.
Si es así, cerca de
- un tercio del alza en el desempleo de Estados Unidos es impermeable a los ciclos de los negocios y
- no puede resolverse impulsando la demanda.
Esa posibilidad sugiere que el debate sobre más estímulos es importante, pero insuficiente.
Estados Unidos necesita
- una estrategia más amplia para combatir el desempleo.

¿Pero qué debe contener exactamente?
Mucho de lo que los economistas saben acerca del desempleo estructural ha sido obtenido de la penosa historia de Europa continental, donde
- los jugosos beneficios y rígidas reglas de despido han entorpecido la eficiencia del mercado laboral.
Hacer la lista de tareas correctas es difícil, sobre todo porque una intromisión inadecuada podría hacer aún peor el desempleo.
Sin embargo, hay dos caminos que vale la pena explorar.
- El primero es un esfuerzo más decidido para ayudar a aquellos atrapados en la "equidad negativa" para repactar las hipotecas de sus casas, un área en que la administración de Obama ha sido notablemente tímida. Las terribles cifras de venta de casas en julio, entregadas esta semana, muestran lo urgente que es.
Cambios legales, como una revisión al código de quiebras que permite a los jueces reducir las deudas por hipoteca ayudaría.
- La segunda línea de ataque es repasar esquemas que sirven para reciclar a los trabajadores e impulsarlos a buscar empleo. Esto no debe implicar mayor gasto (aunque Estados Unidos gasta mucho menos que otros países ricos en este tipo de políticas "activas" para el mercado laboral).
El mayor problema es que los esquemas que existen están fragmentados y frecuentemente inefectivos.

The Economist - "El Mercurio" - Sgo. de Chile - 27-Ago-2010

jueves, 26 de agosto de 2010

Los países emergentes y el derecho internacional

La prensa internacional ha seguido de cerca el tema de la posible ejecución en los próximos días de una mujer iraní.
Como muchos lo habrán leído, Sakineh Mohammadi Ashtiani fue originalmente acusada de adulterio y condenada a muerte por lapidación, siguiendo la ley islámica de la sharia en Irán; ahora solo es acusada de homicidio y enfrenta la posibilidad de ser ahorcada.
El mundo ha protestado y es poco probable que la sentencia se lleve a cabo. Sin embargo, las reacciones de unos y de otros en torno a esta aberración han resultado reveladoras, y sintomáticas.
Así, por ejemplo, de acuerdo a la información publicada por EL PAÍS hace unos días, el tema se ha convertido en el meollo coyuntural de la campaña presidencial en Brasil, donde
- la puntera Djilma Roussef ha tendido a defender a las autoridades iraníes, y
- el aspirante Jose Serra ha atacado las posturas del presidente Lula de acercamiento con Teherán.
Cuando ciertos sectores de la sociedad civil brasileña y los medios solicitaron a Lula que interviniera ante su amigo el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, Lula contestó:
-"Las personas tienen leyes. Si comenzáramos a desobedecer las leyes de esas personas para atender

los llamamientos de los presidentes en poco tiempo habría un caos.
Un presidente de la República no puede estar pegado a Internet atendiendo a todas las peticiones en relación a otro país".
Después rectificó y reconoció que "ninguna mujer debería ser apedreada por engañar a su marido", ofreció asilo a Ashtiani si el Gobierno de Irán así lo deseaba y si consideraba que la mujer "adúltera" era "incómoda".
Ahmadineyad rechazó la "generosa" oferta del brasileño.

Lula evidentemente cree que
- no todas las leyes son iguales, y
- la pena de muerte en cualquier país es reprobable aunque sea legal -sea en Estados Unidos, China, Irán o Cuba-,
- hay penas de muerte más bárbaras que otras, como "la lapidación".
Esta actitud es en el fondo idéntica a su postura ante la muerte del disidente cubano Orlando Zapata y frente a la huelga de hambre de su compatriota Guillermo Fariñas, aunque ciertamente en esta ocasión más estridente y extrema.
Pero es indicativa de "un dilema" que enfrenta el mundo hoy, y que trato de describir y analizar en un ensayo que aparece en estos días en la revista norteamericana "Foreign Affairs" sobre
- la hipotética inclusión de nuevos actores o potencias mundiales en

los centros de decisión internacionales.
En resumen, el artículo plantea que

- el ingreso de países como China, India, Sudáfrica y Brasil a clubes exclusivos como el Consejo de Seguridad de la ONU (China ya es miembro), el G-8 u otros análogos,
- podría arrojar una mayor representatividad de estos foros, pero
- no necesariamente para bien.
China, la India, Sudáfrica y Brasil no son partidarios del régimen jurídico internacional
en plena construcción desde hace varias décadas en materia de
- defensa de la democracia,
- los derechos humanos,
- la no proliferación,
- la protección del medio ambiente,
- una mayor liberalización del comercio
e incluso, en el caso de India y de China, de
- la Corte Penal Internacional.
Es innegable que los países ricos y los menos ricos que han ido construyendo este andamiaje normativo no siempre lo respetan y en ocasiones su hipocresía es insólita:
- Estados Unidos, en las cárceles de Guantánamo y Abu Ghraib; pero también
- Francia e Inglaterra en sus antiguas colonias africanas; e incluso
- Alemania en los Balcanes.
Pero
- la gran diferencia entre esas potencias antiguas y las nuevas reside
- en la fuerza de sus respectivas sociedades civiles, cuyo vigor y activismo
- ha fijado límites a los excesos de las potencias tradicionales,

- cosa que no sucede con las nuevas.
Los ejemplos del rechazo a la nueva configuración jurídica internacional abundan:
- la postura de China en Tíbet, su apoyo a la junta de Myanmar y el suministro de varios apoyos al programa atómico de Pakistán, y sobre todo su posición ante el genocidio en Darfur;
- el respaldo de India a la represión en Myanmar y a los virtuales campos de concentración de ex combatientes o simpatizantes tamiles en Sri Lanka, y ante al programa de enriquecimiento de uranio iraní;
- la indiferencia de Sudáfrica ante la represión y el fraude electoral en Zimbabue; y
- las omisiones de Brasil respecto a la defensa de los derechos humanos, la democracia y las libertades en Cuba, Venezuela y ahora, de manera flagrante, en Irán.
Otros ejemplos incluyen la manera en que han formado un frente común varios de ellos en las negociaciones sobre cambio climático, junto con los países del llamado Tercer Mundo y en la Ronda de Doha.
Por un lado China es la segunda economía del mundo; por el otro se solidariza con los países pobres:
- ¿son compatibles ambas identidades?
Brasil se ve como líder mundial
, buscando en vano soluciones al conflicto entre el Grupo de los Seis e Irán, pero sin siquiera proponerse ayudar a destrabar litigios más cercanos:
- entre Uruguay y Argentina,
- entre Colombia y Venezuela,
- entre Bolivia y Chile.
- ¿Se puede ser líder mundial sin tener ascendencia en su propia región?
Son justamente este tipo de razones por las que
- Estos países no están listos para ingresar al club de los poderes internacionales fácticos.
Su ingreso debilitaría los avances alcanzados en la construcción de ese andamiaje jurídico internacional que muchos anhelan, por limitados y endebles que sean.
Dos razones lo explican:
- la adulación comprensible pero anacrónica de estos países por
- el principio de la "no intervención" y
- la soberanía como "bien absoluto", y
- la debilidad de su sociedad civil, más en China y Sudáfrica que en la India y Brasil.
Ojalá pueda suscitarse en estas naciones el debate necesario sobre
- su lugar en el mundo y
- las posibles cesiones multilaterales de soberanía a favor de bienes superiores, y
- para despertar y organizar a sus sociedades civiles.
En el pasado dichas sociedades dieron luchas importantes,contra el apartheid en Sudáfrica, la dictadura militar en Brasil, o por la independencia en India, pero hoy no parecen estar dispuestas a comprometerse con los pilares fundamentales del emergente régimen jurídico internacional.
China, la India, Brasil, Sudáfrica y otros miembros del G-20 con aspiraciones análogas
- tienen todo el derecho de conservar sus posturas tercermundistas, soberanistas

y nostálgicas
del Movimiento de los No Alineados, pero entonces

-
que sigan siendo eso: líderes del Tercer Mundo y no del mundo a secas.
JORGE CASTAÑEDA - New York University - "El País" - Madrid - 26-Ago-2010

Cuando las promesas no son suficiente


Es una señal de los tiempos que corren que cientos de graduados de la promoción 2009-2010 de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard tomaran el "Juramento MBA".

Estos estudiantes prometieron
-"servir el bien mayor",
- actuar con ética y
- abstenerse de alimentar su codicia a costa de los demás
.
Es de admirar que estudiantes que pronto ocuparán posiciones de liderazgo juren rechazar las tentaciones que sus predecesores no pudieron evadir. Pero ellos y los más de 100.000 nuevos estudiantes de MBA que se registraron este año
- necesitarán más que un juramento si desean convertirse en líderes de negocios éticos.
Sencillamente, estos juramentos suenan como las promesas de castidad que hacen miles de adolescentes cada año.
El problema en ambos casos
- no es la falta de sinceridad,
- sino la falta de preparación adecuada cuando llega el momento de la verdad.

Como las promesas de castidad, el juramento MBA parte del supuesto de que
- aquellos que pasaron por esto antes son de alguna manera distintos,
- eran más débiles de voluntad,
- tenían menos resolución y
- un código moral más frágil.
Se supone que el juramento indica una mayor dedicación a ciertos valores. El peligro es el falso sentido de inoculación moral que engendran estos juramentos.
Al igual que
- los adolescentes que optan por un juramento de castidad en lugar de una mejor educación sexual están más expuestos
a las consecuencias de sexo sin protección,
- los egresados de un MBA que toman un juramento de ética sin el apoyo de suficiente educación de liderazgo
son más vulnerables a cometer violaciones éticas.
El poder de la situación, y nuestra constante indiferencia por éste, representa una abrumadora lección de sociología y psicología social. Las fuerzas situacionales impulsan nuestro comportamiento de manera sorprendente, mucho más de lo que esperan aquellos que creen que el carácter lo determina todo.
Esta lección ha surgido en un escándalo detrás de otro, desde Enron hasta Abu Ghraib.
Juramentos hechos sin el beneficio de la experiencia con situaciones comprometedoras y sin algún tipo de estructura de apoyo, en realidad empeoran el problema.
- ¿Deberían las escuelas de negocios intervenir en este problema?
Algunos expertos piensan que no. Estos creen que las escuelas deberían preparar a los futuros gerentes en elementos más específicos de estrategia de negocios—negociación, incentivos y temas similares—y dejar la educación de valores a otros.
No podríamos estar en mayor desacuerdo.
La educación de negocios es mucho más científica de lo que era hace unos años. Se ha vuelto mucho más rigurosa por la creciente influencia de la estadística y la economía. Creemos en el material analítico.
Pero lo analítico no es un sustituto de los valores. De hecho, una dependencia excesiva de lo analítico produce gerentes sin la preparación necesaria para actuar como líderes en momentos en que
- las estadísticas ocultan la dimensión humana total de una decisión.
Tampoco es cierto que los programas de MBA no hayan impartido clases de liderazgo y ética. Lo han hecho. Pero la mayoría lo hace deficientemente.
Los cursos de liderazgo tienden a concentrarse en temas como la influencia social o en enseñar a hablar en público, mientras que los cursos de ética usualmente se enfocan en aspectos legales.
Esto deja subdesarrollada la conexión entre valores, liderazgo y acción.
El liderazgo exige pensar más allá de las crisis del día para enfocarse en el largo plazo, comprendiendo el impacto que tienen las decisiones en grupos más amplios, y detectando una responsabilidad que va más allá del resultado inmediato de una decisión.
Los estudiantes de MBA muchas veces no se dan cuenta de esto. Por ejemplo, en los talleres en una prestigiosa escuela de negocios, se les pide a los alumnos que enumeren las cualidades que debería poseer un líder de negocios exitoso.
Aunque visión y perspicacia para los negocios son invariablemente algunas de las cualidades enumeradas en primer lugar, la honestidad y la responsabilidad surgen únicamente tras largas discusiones.
Mientras tanto, cuando se les pide que enumeren las características que más valoran en las personas, la compasión, la integridad y la responsabilidad suelen encabezar la lista.
Necesitamos preparar mejor a nuestros estudiantes para el liderazgo. Esto exige crear un entendimiento más profundo de las difíciles situaciones que enfrentarán, en muchos casos bajo mucha presión.
Es imprescindible hacerles entender que estas decisiones pondrán a prueba sus valores, y que, en consecuencia, necesitan saber con claridad cuáles son los valores con los que se identifican.
Es importante que participen de un continuo diálogo con colegas de clase, profesores y ex alumnos, y que
- aprendan a exigirse responsabilidad a sí mismos y a sus colegas por los compromisos que asumen.
Nuestra conclusión es que la mejor manera de lograr esto es a través del aprendizaje experimental. Es mejor hacer que los estudiantes de MBA sean visceralmente concientes de la tendencia a compartimentalizar los valores y, consecuentemente, de lo vulnerables que son a las violaciones éticas en situaciones difíciles.
A través de este proceso, los programas MBA pueden valerse de la estructura de pequeños grupos que despliegan para grupos de estudio para generar un diálogo más profundo entre los estudiantes.
Las escuelas deberían esforzarse más para asegurarse de que este diálogo se convierta en una estructura de apoyo ético luego de la graduación.
Los ex alumnos ocasionalmente mencionan que
- las decisiones más difíciles que han tomado se han presentado cuando las exigencias del trabajo entran
en conflicto con sus valores.
Necesitamos aliviar esta carga siendo más creativos en la utilización de la tecnología y más deliberados en el uso de las reuniones con ex alumnos.
Es irónico que las escuelas hagan un esfuerzo tan grande por
- crear redes de alumnos que faciliten las transacciones de negocios habituales, mientras que
- deben tomar sus decisiones más difíciles en solitario.
La solución a los retos éticos
- no es crear un batallón de ejecutivos que prometen hacer lo correcto
.
Como educadores debemos asumir
- más responsabilidad ofreciendo mejor, no menos, desarrollo de liderazgo.
Sólo entonces
- podrán los recién graduados tomar un juramento que puedan cumplir.
Rodrigo Canales - B. Cade Massey - Amy Wrzesniewski - Yale University - "Wall Street Journal" - NYC - 26-Ago-2010

miércoles, 25 de agosto de 2010

¿El poder corrompe la nobleza?

"Cuando se otorga poder a las personas, básicamente comienzan a actuar como idiotas", dice Dacher Keltner de la U. de California.

Cuando Mark Hurd renunció el 6 de agosto a la presidencia de Hewlett-Packard por
- violación de las normas éticas de la empresa,
mucha gente se mostró sorprendida.
Después de todo, Hurd parecía un ejecutivo muy eficaz y de moral estricta.Pero la gente no debería sorprenderse.
- Desde escándalos de prostitución
- hasta acusaciones de corrupción

en los que se ven involucrados ejecutivos y atletas profesionales, parece que los titulares siempre hablan de los traspiés de las personas en una posición de poder.
Y no se trata de simples anécdotas: varias encuestas revelan que
- la mayoría de los comportamientos maleducados e improcedentes viene de la gente

con más autoridad.
Los psicólogos lo llaman "la paradoja del poder".
- Los mismos rasgos que ayudaron a las personas a acumular control
- desaparecen una vez que suben al poder.
- En lugar de ser educados, honestos y extrovertidos,

- se vuelven impulsivos, imprudentes y groseros.
En algunos casos, estos nuevos hábitos pueden ayudar a un líder a tomar decisiones que serán rentables, independientemente de su popularidad.
Un estudio reciente encontró que
- los presidentes ejecutivos muy seguros de sí mismos
- eran más inclinados a perseguir la innovación y a llevar a sus compañías

por caminos tecnológicos nuevos.
Sin embargo,

- si estos instintos no se mantienen bajo control, pueden llevar a un descalabro total.
Hace unos años, Dacher Keltner, un psicólogo de la Universidad de California en Berkeley, comenzó a entrevistar a estudiantes de primer año en una residencia estudiantil dentro del campus.
Keltner les dio pizza gratis y una encuesta, en la que les pedía que escribieran sus impresiones iniciales de cada estudiante de la residencia.
Al final del año escolar, Keltner volvió con el mismo sondeo y más pizza gratis.
Según la encuesta, los estudiantes en la parte superior de la jerarquía social -los más "poderosos" y respetados- también eran los más considerados y extrovertidos, con las puntuaciones más altas en las mediciones de simpatía y extroversión.
En otras palabras, los tipos más agradables quedaban en los primeros lugares.

Otros estudios han mostrado resultados similares en fuerzas armadas, empresas y política.
Estos estudios contradicen el cliché del poder de que la única forma de ascender a lo más alto es
- teniendo un comportamiento egoísta y moralmente dudoso.
En El Príncipe, un tratado sobre el arte de la política, Nicolás Maquiavelo indicaba que
- la compasión se entrometía en el camino al prestigio.
- Si un líder tiene que elegir entre ser temido o ser amado, Maquiavelo insistía en que
- debería elegir siempre el temor.
- El amor está sobrevalorado
.

Otro estudio llevado a cabo por Keltner y Cameron Anderson, un profesor de la Escuela de Negocios Haas, de Berkeley, midió las tendencias "maquiavélicas", tales como la disposición a propagar rumores maliciosos, entre miembros de una fraternidad femenina.
El resultado fue que las jóvenes maquiavélicas fueron identificadas y separadas del grupo.
A nadie le caían bien y, como resultado, nunca se hicieron poderosas.

Hay algo positivo en estos estudios.
Es tranquilizador pensar que
- la mejor manera de acumular poder es haciendo a otros lo que le gustaría que

le hicieran a uno. Pero
- ¿Qué ocurre cuando esa gente agradable llega al poder?
Si bien un poco de compasión podría ayudarnos a subir la escalera social,
- una vez arriba acabamos convirtiéndonos en una bestia totalmente diferente.
"Es un efecto increíblemente consistente", apunta Keltner.
- "Cuando se otorga poder a las personas, básicamente empiezan a actuar

como idiotas.
- Coquetean de manera inapropiada, bromean de forma hostil, y se convierten

en personas totalmente impulsivas".
Keltner compara la sensación de poder con un daño cerebral, indicando que
- la gente con mucha autoridad tiende a comportarse como los pacientes con el lóbulo órbito frontal dañado,
un área del cerebro que es crucial para la compasión y la toma de decisiones.

- ¿Por qué el poder lleva a la gente a coquetear con los practicantes, a solicitar sobornos y a falsificar documentos financieros?
Según los psicólogos, uno de los principales problemas con la autoridad es que
- nos hace menos receptivos a las inquietudes y emociones de los demás.
Varios estudios muestran que la gente en posición de poder suele
- usar más estereotipos y generalizaciones a la hora de juzgar a otras personas.

Veamos un reciente estudio dirigido por Adam Galinsky, psicólogo de la Universidad Northwestern. Galinsky y varios colegas comenzaron pidiendo a los participantes que describieran una experiencia en la que
- tuvieron mucho poder o
- una ocasión en la que se sintieron indefensos.
Luego, les pidieron que dibujaran la letra E en sus frentes.
Aquellos con sentimientos de poder fueron mucho más propensos a escribir la letra al revés, al menos cuando la veía otra persona. Galinksy afirma que
- este efecto lo causa la miopía del poder,
- que hace más difícil imaginar un mundo desde la perspectiva de otra persona. Aunque

la gente casi siempre
- sabe diferenciar entre lo que es correcto y lo que no,
- su posición de poder le facilita eludir la racionalización de los lapsos éticos
.
Los mismos procesos de pensamiento defectuoso activados por la autoridad también distorsionan nuestra capacidad de evaluar información y tomar decisiones complejas.

Keltner sostiene que
- el mejor tratamiento es la transparencia y
- que los peores abusos de poder pueden ser prevenidos cuando la gente sabe que

está siendo monitoreada.
Esto sugiere que
- la existencia de una junta directiva activa
- puede disuadir a ejecutivos de cometer infracciones.

Pero las personas en posición de poder
- suelen sobreestimar sus virtudes morales,
- lo que los lleva a reprimir a quienes los vigilan.
- El resultado final es a menudo la forma más peligrosa de poder.

Jonah Lehrer - "El Mercurio" - Sgo. de Chile - 25-Ago-2010

De trapos y siliconas


Se impone el culto al cuerpo y las mujeres adoptan la imagen hipersexuada que se espera de ellas ante
- las dificultades de hallar su sitio en una sociedad desequilibrada por el peso del dinero y
- los valores masculinos.

Es una lástima que las mujeres no hayan adoptado una corta variedad de uniformes como han hecho los hombres para poder evitar toda la carga ideológica que pesa todavía sobre la indumentaria femenina.
El asunto es de tal envergadura que el intento de prohibir una prenda femenina, el velo integral, ha producido en los últimos meses un largo y enconado debate en el que han participado tan activamente los hombres como las mujeres (un fenómeno secundario a estudiar).
En ese encendido y apasionante debate se han utilizado sistemáticamente dos conceptos:
- la defensa de la dignidad de la mujer y
- la incoherencia de las sociedades de cultura occidental,
dispuestas
- a perseguir a la que se tapa en exceso y
- a tolerar a la que hace justamente lo contrario.
Sobre la dignidad de la mujer
se han manifestado hasta los imanes más radicales para justificar, eso sí, la libre opción de vestir el hábito.
Sobre la incoherencia occidental, sin embargo, se ha preferido correr un velo casi tan tupido como el del burka.
Es verdad que no se trataba del asunto principal, sino, quizá, de una tosca trampa para desviar la cuestión. Pero también es cierto que somos muchos y muchas los que observamos con perplejidad y preocupación múltiples detalles sobre el atuendo y el comportamiento público de las mujeres como probable prueba de que asistimos a
- una cierta parálisis en la batalla por la liberación femenina.
Los ejemplos son abundantes y todos ellos vienen a confirmar la evidencia de que
- la mujer occidental es esclava de su cuerpo y
- del estereotipo hipersexuado que se le exige y
- que tal esclavitud hunde sus raíces en los mismos prejuicios de los que defienden

"el velo integral".
El denominador común
de ambas culturas es
- el cuerpo de la mujer como objeto de deseo masculino
- que debe ser ocultado a los demás o,
- por el contrario, exhibido como tal para deleite del gusto varonil.
Mientras las adolescentes se visten con procacidad de lolitas el sábado por la noche y algunas coquetean con la anorexia, sus amigos las catalogan con lenguaje tabernario en función de sus actitudes respecto al sexo.
- Las cantantes de moda se contonean ligeras de ropa invitando al sexo explícito a hombres mucho más vestidos.
- Las actrices tallan sus cuerpos a golpe de dieta y bisturí.
- Las modelos se garantizan un mayor impacto si aprovechan la pasarela para enseñar algo más íntimo que la ropa y
- Las profesionales de éxito cumplen sus jornadas laborales sobre incómodos tacones que les rompen la espalda pero que son el paradigma de la elegancia y la feminidad.
Martha Nussbaum, profesora de Teología en la Universidad de Chicago, recordaba en un artículo publicado recientemente en el New York Times que al burka se le ha considerado una "prisión degradante" y se preguntaba:
- "¿Y qué hay respecto a la prisión degradante de la cirugía estética?".
Quizá parezca una comparación exagerada, pero me temo que
- hay pocas mujeres en esta sociedad de consumo que no sientan como una losa la enorme presión social que pesa sobre su imagen, que no perciban como una carga añadida a sus dobles jornadas laborales la esclavitud del cuerpo.
El resultado es que la mayoría se entrega con denuedo a una loca carrera contra
- los estragos del tiempo y de la propia naturaleza, luchando permanentemente contra los depósitos de grasa (que suelen estar donde naturalmente deben),
- el envejecimiento,
- la flacidez y
- las canas,
por citar solo algunas de las batallas que se libran sin desmayo y que pasan, claro, por unas prendas de vestir que hay que renovar permanentemente y que jamás son las más adecuadas para la vida activa que la gran mayoría desarrolla.
Diversos estudios sociológicos señalan que

- las mujeres que han alcanzado un cierto estatus profesional son justamente las que más cuidan su aspecto físico y no las desempleadas, que dispondrían de más tiempo para ello.
Ello es así, entre otras consideraciones, porque
- el aspecto físico adecuado es casi indispensable para que una mujer logre el éxito social.
Los medios de comunicación, sistemáticamente controlados por los hombres, son los que fijan los estereotipos de nuestro tiempo
.

Hacer un mero repaso de las caras más cotidianas que aparecen en la pequeña pantalla bastaría para corroborar ese sólido vínculo entre el éxito y la imagen.
Un extraterrestre recién llegado a este mundo concluiría de manera inmediata viendo solo la televisión que
- los hombres son seres de una gran variedad antropomórfica y generosa longevidad
- mientras que las mujeres son criaturas gráciles y muy pigmentados de mortalidad prematura, puesto que rara vez superan la cuarentena.

Desgraciadamente, la foto fija que ofrecemos a esos niños que, como los extraterrestres, llevan poco tiempo con nosotros manifiesta todas las desigualdades reales.
El talento de las mujeres, que ya nadie discute tras cotejar año tras año resultados académicos, es un valor todavía relativo e incompleto.
Raramente una cantante se abrirá paso en el mundo del espectáculo
si se limita a componer bellas piezas e interpretarlas con acierto. Solo una imagen sugestiva la convertirá en una estrella.

Así hemos generado un mundo de esquizoides en el que se invita a las adolescentes a estudiar como leonas y vestir como panteras. Porque se sabe que, de otro modo, la fortuna les será más esquiva.
A finales de junio, la prensa celebró la elección de Julia Gillard como primera ministra australiana. Era la primera vez en la historia que el Ejecutivo de este país lo iba a presidir una mujer que, tras los ajustados resultados electorales del fin de semana, podría no durar mucho en el cargo.
Y es que el resultado global arroja una realidad tozuda y exasperante:
- 7 primeras ministras y
- 10 jefas de Estado en todo el mundo.
O sea, el mismo número récord que ya se alcanzó en 1995 y que, desde entonces, no había hecho más que declinar.
En la última década, el avance de las conquistas femeninas (sin duda, enorme) se ha ralentizado, cuando no estancado, en una sociedad dominada por ese "neomachismo" sobre el que ha teorizado Amparo Rubiales que impone sus reglas sutilmente; tanto, por cierto, que una teme ser tachada de puritana por criticar la impúdica explotación del cuerpo femenino.
Los europeos ganan un 15% más que las europeas y, según la Comisión, no hay indicios de que tal brecha se vaya a recortar.
Los consejos de administración siguen siendo coto vedado a las mujeres y no hay cuotas que valgan en los mercados, que, como la crisis ha demostrado, son los que mandan.
Se diría que las mujeres, agotadas de tanta batalla estéril, se hubieran aliado con el enemigo ante la imposibilidad de vencerlo.
El feminismo clásico no tiene el glamour que exigen los tiempos. Clamar contra las diferencias salariales o la trata de mujeres es como pedir el fin del hambre en el mundo; carece de atractivo para los medios de masas.
Estos, en lo que a asuntos femeninos se refiere, prefieren la imagen estereotipada de las mujeres a la cual muchas han decidido plegarse.
Repase el curso que hemos cerrado. Los hombres han "hecho historia" en todos los ámbitos. El mundo se ha volcado con los toreros, los actores, los futbolistas, los tenistas, los políticos, los gurús de las nuevas tecnologías, los empresarios, los ciclistas...
- Solo ellos parecen poder optar por una gran variedad de profesiones y
- solo ellos parecen disfrutar del monopolio de representar a sus países con lágrimas en los ojos y la mano en el corazón.
Para que los medios dediquen amplios y positivos espacios a una mujer, lo mejor es emular a Lady Gaga con sus procaces videoclips, su pasión por los modelos estrafalarios y su música disco.

Ella no solo se pliega al estereotipo; lo convierte en oro.
Para zanjar los bulos sobre los supuestos celos de Madonna hacia la nueva favorita (la rivalidad femenina es un viejo estereotipo vigente), ambas simularon una erótica pelea de gatas en un programa de televisión. Y hacen caja.
Vivimos tiempos que han encontrado nuevas formas de sacralizar los valores masculinos. Tiempos en los que persiste el desequilibrio por el peso del poder, el dinero y la testosterona y en el que

- las mujeres, más formadas que nunca,
- están demostrando afrontar serias dificultades para encontrar su sitio.
GABRIELA CAÑAS - "El País" - Madrid - 24-Ago-2010

jueves, 19 de agosto de 2010

El progresismo, en discusión

Confianza en las instituciones o liderazgo fuerte y hegemónico.

El progresismo está en debate en la Argentina, porque sobre esta visión de
- una sociedad deseable, más justa y mejor distribuida,
convergen dos concepciones antitéticas:
- la primera, que cifra su confianza en la calidad de las instituciones políticas como condición necesaria del progreso social y económico, y
- la segunda, que pretende conducir esos cambios mediante un liderazgo fuerte y personalista, encasillado en el papel hegemónico del Ejecutivo sobre los otros poderes -el Legislativo y el Judicial- previstos por nuestra Constitución.
Este contrapunto se expande en la actualidad desde Caracas hacia Buenos Aires, y marca una línea divisoria con alguna semejanza a la que se trazó en el último siglo entre

- los adictos a un régimen de partido único o de carácter dominante, y
- las corrientes socialdemócratas adscriptas a la legalidad de los regímenes
constitucionales pluralistas.
En aquel entonces, en especial antes de la caída del Muro de Berlín, ambas vertientes aspiraban a plasmar los fines del progreso y los ideales igualitarios; la diferencia residía en el contraste con respecto a los medios:
- autoritarios con vocación totalitaria o sin ella en un caso;
- constitucionales y democráticos, en el otro.
Estas contradicciones persisten en América latina
, pero en la actualidad se cruzan con otros ingredientes.

Entre ellos, se destacan las mutaciones que ocurren en el planeta tanto con respecto a las concepciones vigentes en cuanto a
- el género,
- la definición de la vida antes de nacer y
- el rol de la familia en la sociedad,
como en relación con los bruscos sacudones derivados de una crisis económica de trascendencia mundial que no se supera fácilmente.
Dada esta circunstancia, el progresismo del siglo XXI tiene que enfrentar los desafíos clásicos, propios de

- una sociedad injusta con pobreza, indigencia y regresiva distribución del ingreso,
y al mismo tiempo, debe asumir los retos característicos de este siglo (por ejemplo,
- el matrimonio gay, la despenalización del aborto o las nuevas fronteras de la
investigación en biología y, desde luego, el medio ambiente).
En esta demarcación las líneas se confunden. En el cuadrante de los conflictos clásicos, no se sabe bien desde hace un tiempo dónde están la izquierda y la derecha.

La crisis económica en Europa ha producido en estos días el curioso espectáculo de un ajuste fiscal compartido con idénticos instrumentos por gobiernos socialistas y gobiernos de centroderecha.
Ajustan los socialistas griegos y españoles, y ajustan también los conservadores-liberales británicos y los democristianos alemanes.
Por otra parte, si bien en Europa los cortes ideológicos que generan los retos en torno al género y la vida humana son bastante claros entre izquierda y derecha, en nuestro país las fronteras son más difusas, al punto que, en los partidos mayoritarios, en el Congreso no hay disciplina de voto en los bloques, con el consiguiente alineamiento independiente de diputados y senadores (tal el cuadro que trasunta en estas semanas el debate sobre el matrimonio gay).
Podríamos abundar en un mayor número de ejemplos, para subrayar la exigencia que se plantea en el campo del progresismo de marcar alternativas y propuestas. Estas últimas, naturalmente, se entrelazan con las distinciones que acabamos de apuntar.

- En primer lugar, progresismo con calidad institucional o sin ella;
- En segundo lugar, progresismo atento a las condiciones fiscales y monetarias, capaces de generar más trabajo, menos pobreza, mejor distribución y la esperanza capaz de retomar la ruta histórica del ascenso individual y colectivo.
El progresismo que hoy encarna el actual gobierno busca denodadamente instaurar las tres metas de

- el trabajo,
- la eliminación de la pobreza y
- la movilidad social,
sin descuidar, por cierto, el flanco de los nuevos debates en torno a
- el género (de ahí el apoyo al proyecto de matrimonio gay),
pero lo hace sobre la base de una evidente omisión de las restricciones típicas de un buen ordenamiento institucional.
Su propuesta de un "modelo de acumulación con inclusión social" se desenvuelve con
- estadísticas espurias y
- el montaje de un capitalismo de amigos
- en una atmósfera de sospechas recurrentes de corrupción.
Esto no invalida los éxitos parciales para salir de la crisis y recuperar el crecimiento, un propósito, aclaremos, viciado por altas tasas de inflación.
En este sentido, gracias acaso a la política expansiva en el corto plazo que impulsó el presidente Barack Obama, la Argentina se ha incorporado al pelotón de economías emergentes que están capeando con éxito la tormenta que azota a la economía internacional.

No obstante, este beneficioso giro, a todas luces imprevisto hace un año, adquiere dos rasgos que es preciso destacar.
- En el plano de las relaciones económicas internacionales no sabemos aún si esta recuperación será sostenible, cuando muchas voces se alzan para anunciar una "depresión larga" que, tarde o temprano, podría impactar sobre nuestra región.
- El otro rasgo es propio de una circunstancia doméstica en la cual los logros económicos pasajeros se utilizan para acumular poder en un gobierno ocasional, en lugar de hacerlo en las instituciones del Estado, aquellas que, como tales, deberían ser comunes a todos los argentinos.

Entre otras, sin cerrar la lista:
- los recursos fiscales,
- las reservas para las jubilaciones,
- las retenciones a la exportación,
que van a parar a una "caja" al servicio de un designio reeleccionista.
El desafío del progresismo que no adhiere a esta matriz del poder consistiría, entonces, en

- dar respuesta eficaz a dos condiciones del progreso de los argentinos:
- las condiciones institucionales y
- las condiciones sustantivas de las políticas públicas en materia de
- estabilidad monetaria,
- reforma fiscal en el marco del federalismo y
- reorientación de los subsidios hacia los sectores más desprotegidos de la sociedad.
Ya lo dijo Juan B. Justo, el fundador del Partido Socialista:
- "la inflación es el enemigo principal de la clase asalariada",
sobre todo, hoy en día, de la que trabaja "en negro" y carece de protección social.
Del mismo modo,
- no prosperaría una reforma fiscal sustentada en impuestos directos y progresivos
- sin contar previamente con un shock de confianza que atraiga inversión directa y capitales
- dispuestos a incorporarse a una economía capaz de levantar la mira hacia
el horizonte del largo plazo.
Obviamente, este repertorio no es exhaustivo. En todo caso, son políticas que requieren concertación y consenso, siempre que haya liderazgos de reconstrucción dispuestos a señalar un camino y entender esas apetencias profundas.

Si queremos una "sociedad anclada"
- en el subsidio que como dádiva desciende del Gobierno, y
- en el consumo incentivado inflacionariamente por políticas de tranco corto,
- una "visión progresista" de esta índole está de más.
En cualquier caso será
- una política de reproducción del poder establecido,
- acaso condenada a soportar, en el mediano plazo, otras crisis e implosiones sociales.
Si, en cambio, aspiramos a
- una civilización del trabajo y de acceso a la propiedad,
- devota además del ahorro individual y familiar,
- el perfil novedoso de estas políticas del progreso humano tendrá mucho que ofrecer.
Las ideas inspiran en la política acciones y justificaciones.

Valdría la pena enfrentar este repertorio de cuestiones para:
- Poner manos a la obra y romper con la estrategia del discurso único.
Natalio R. Botana - "La Nación" - Buenos Aires - 19-Ago-2010

lunes, 16 de agosto de 2010

El factor demográfico en la riqueza de los países

Naciones con poblaciones enormes como China pueden beneficiarse de grandes ideas que conduzcan a un mayor desarrollo

La demografía no es sinónimo de supremacía.
En el año 1300, la población de China era más grande que la de Europa y su tecnología era la más sofisticada del mundo. Pero desperdició su oportunidad.
Para 1850, tenía 65% más habitantes que Europa, pero —gracias a la Revolución Industrial—los europeos eran mucho más ricos.
Con todo, la demografía sí es importante. "Nunca le prestamos suficiente atención a la demografía debido a que es a tan largo plazo", dice Dominique Strauss-Kahn, director del Fondo Monetario Internacional.
En los próximos 40 años,
- las poblaciones en edad productiva de Japón y Europa se contraerán en 30 millones y 37 millones, respectivamente,
según proyecciones de Naciones Unidas.
- Las tasas de natalidad allí son bajas y
- muchos de sus ciudadanos ya están en la tercera edad.
La población en edad productiva de China seguirá creciendo
por 15 años o más, luego bajará, como resultado de
- su política de hijo único y
- la tendencia a que las tasas de natalidad caigan a medida que incrementa el ingreso

de la gente.
En 2050
, estima la ONU, China tendrá 100 millones de trabajadores menos que hoy en día.
En cambio, en los próximos 40 años la población de India en edad productiva crecerá en 300 millones de personas.
Estados Unidos está beneficiándose de una tasa de natalidad más alta y una población más joven que Europa y Japón, así como una mayor migración.
Se calcula que sumará 35 millones de personas en edad productiva para 2050.

¿Y eso qué importa?
La historia nos enseña que
- mientras haya más personas, habrá más ideas.
Y a diferencia de la tierra o el petróleo,
- las ideas pueden ser usadas por más de una persona a la vez.
Antes de que los países comenzaran a compartir ideas, los más grandes tenían el desarrollo tecnológico más acelerado. Ahora, el comercio, los viajes e Internet distribuyen las ideas por todo el mundo a un ritmo cada vez más rápido.
Por lo tanto, los beneficios se propagan.
"En las próximas décadas, debido a Internet, debido a muchos otros cambios que han encogido al mundo, es casi imposible que un solo país mantenga la propiedad de una tecnología para sí mismo", dice Strauss-Kahn. Durante algún tiempo, países pequeños como el Reino Unido y Francia eran potencias mundiales debido a sus avances tecnológicos.

Esa época ya pasó, asegura. "El poder es sinónimo de números", argumenta y eso lo lleva a predecir la creciente influencia de China e India.
- El aumento de la población y el creciente número de consumidores de carne, petróleo

y más bienes,
- crea tensión entre los costos ambientales y los beneficios de la generación de ideas.
- A algunos les preocupan los costos, otros ven los beneficios.
"La población de China es casi igual a la de EE.UU., Europa y Japón combinadas
", dijeron hace poco los economistas de la Universidad de Stanford Chad Jones y Paul Romer en una revista académica.

"En las próximas décadas, el continuo desarrollo económico de China podría duplicar el número de investigadores en todo el mundo que expandan la frontera tecnológica.
- ¿Qué efecto tendrá esto en los ingresos en países que compartan ideas con China

a largo plazo?"
Mucho, o muchísimo
, señalan los dos economistas. De hecho, dicen que incluso si EE.UU. tuviera que cargar con todos los costos de mitigar el dióxido de carbono extra emitido por una China en rápido desarrollo, las ideas generadas por los chinos incrementarían los ingresos per cápita en EE.UU. a niveles más que compensatorios.
Hoy, 1 de cada 5 japoneses y europeos tiene más de 65 años. En 2050 será 1 de cada 3.
El rápido crecimiento de la productividad —la cantidad de cosas producidas por hora de trabajo— podría ayudar a las poblaciones en edad productiva a mantener a sus ancianos.
Pero la tendencia no es prometedora.
- Los japoneses y europeos muy probablemente tendrán que
- trabajar por más tiempo, tomar menos vacaciones y

quizá pagar más impuestos.
Para China, el reto es
- construir estructuras sociales y esquemas de jubilación
- para sostener a un creciente grupo de ancianos, que a diferencia de generaciones anteriores,
- no podrá depender tanto de sus hijos para su sustento.
- Hoy, 1,4% de los chinos tiene más de 80 años;

- en 2050 serán 7,2%, según la ONU.

En EE.UU.,
- una población en alza,
- la apertura a inmigrantes ambiciosos y al comercio y
- un fuerte aumento de la productividad
- podrían elevar los estándares de vida y acelerar el crecimiento.

David Wessel - "The Wall Street Journal" - NYC - 15-Ago-2010

domingo, 15 de agosto de 2010

Desgobernanza


- Unos tienen a Kant como patrón;
- otros, a Hobbes;
- los emergentes, a Mahan, y
- no pocos temen más a Malthus.


Este verano también está siendo pródigo en acontecimientos que denuncian la inexistencia de unas estructuras de gobernanza internacional.
No se trata de crear un gobierno mundial que decida sobre los asuntos internacionales. Ni las temperaturas veraniegas explicarían que alguien lo creyera posible ahora. Pero los incendios y las inundaciones de este verano, desde Rusia, donde el fuego trae una subida internacional del pan bajo el brazo, hasta Pakistán, país semifallido donde llueve sobre mojado, subrayan la racionalidad de la idea de que los gobiernos deben colaborar más entre sí.
No es fácil. Lo que facilita la desgobernanza mundial es la falta de voluntad política de los estados, empezando por los más poderosos.
Resulta difícil para una nación renunciar a su soberanía, aunque esta posibilidad sí se da en algunos barrios. Lo que ocurre es que cada barrio, o continente, sigue teniendo, pese a la globalización, su propia teología cívica, a menudo contradictoria con la de sus vecinos.
Los europeos, por ejemplo,
- han renunciado a buena parte de la soberanía nacional y
- viven en un escenario kantiano rodeado de un mundo hobessiano.
El filósofo inglés Thomas Hobbes decía que
- la situación natural de los hombres es de "guerra de todos contra todos" y
- la seguridad depende de un Estado fuerte, incluso autoritario.
- Y esto es lo que hace Vladimir Putin en Rusia
.
Immanuel Kant es el patrón laico de la Unión Europea. En sus obras, auguró una paz perpetua basada en tres patas:
- el sistema democrático,
- una hermandad de comercio –anticipo del mercado común– y
- una federación de estados similares,
tal vez un esbozo de la actual Unión Europea.
Es decir, Kant razonó la transformación de Europa en un escenario de paz.

Pero no todo el mundo es kantiano.
Estados Unidos es hobessiano, aunque no todos los estadounidenses son hobessianos. Y la prueba de esto último es que pocas veces la agenda de la Casa Blanca ha sido tan próxima a la europea como sucede ahora con la presidencia de Barack Obama.
Strobe Talbott, presidente de Brookings Institution y cercano a Obama, ha escrito que
- la integración de la humanidad es inexorable y
- hay que mejorar la gobernanza global (The great experiment, 2008).
Pero Hobbes aún pesa lo suyo.

El realismo de Maquiavelo escandalizó en Occidente, pero no descubrió nada a China, que en El arte de la guerra, de Sun Tzu, ya tenía su propia biblia realista. Y tampoco sorprendió en India.
El cristianísimo Francisco I de Francia se alió con los osmanes , enemigos de la cristiandad, para pelear contra el cristianísimo Carlos V. Pero esta conducta aparentemente escandalosa ya hacía tiempo que la había inventado Kautilya, consejero de un rey hindú que hacia el año 3000 a.C. reparó en que
- si se conoce al enemigo,
- también se conocerá al enemigo del enemigo.

Sun Tzu y Kautilya aún son leídos como si fueran Hobbes.
Pero en el actual océano Índico, probable escenario de próximas pugnas geopolíticas, los estrategas chinos e indios también se entusiasman ahora con Alfred T. Mahan, capitán estadounidense que a principios del siglo pasado escribió que
- la fuerza naval ha sido siempre el factor decisivo en las batallas globales
Y si miramos al mundo no emergente, lo que preocupa en Occidente es
- el terrorismo y
- la proliferación nuclear, aunque también
- la teoría malthusiana.
Thomas Malthus
fue descartado por determinista, pero ahora no tanto.

Al aumentar los efectos de
- el cambio climático,
- la demografía,
- las migraciones,
- las pandemias,
- el precio de los alimentos y
- las disputas por el agua y el petróleo,
la desgobernanza es ya otra amenaza global.

Xavier Batalla - "La Vanguardia" - Barcelona - 15-Ago-2010

jueves, 12 de agosto de 2010

Una lección de periodismo

¿Se puede enseñar periodismo? Quizás lo único que se puede enseñar es una técnica que se denomina comunicación

El escritor y veterano periodista Agustí Pons ha publicado un libro, "Cartes a Clara, una periodista del segle XXI", Meteora, Barcelona, 2010, que debería ser de lectura obligatoria para todos aquellos que se inician en el oficio de periodista o estudian para llegar a serlo.
Además, aporta suficientes puntos de vista polémicos sobre la cultura de hoy como para interesar también a cualquier lector atraído por leer posiciones discrepantes con lo que comúnmente se opina.
Pons plantea su libro en un escenario de ficción: un periodista recién jubilado (trasunto del autor) escribe una serie de cartas a Clara, una joven periodista imaginaria, acerca del contraste entre el periodismo de ayer con el actual.
"Las cartas tratan de eso, del periodismo que he conocido a lo largo de mis años de profesión y el periodismo que ahora se practica", advierte Pons ya de entrada.Varios temas obsesionan al autor y vertebran su libro.
En primer lugar, Agustí Pons reivindica la tradición.
- "El gran periodismo, el de verdad (...), es aquel que se sitúa a medio camino entre la literatura y la historia; que usa estas dos materias para construir una realidad nueva, aquella que pretende explicar al lector".
Y advierte con severidad a Clara:
- "No olvides nunca que el escritor que domina la lengua domina también los argumentos".
En la tradición catalana, Pons destaca algunos nombres. Desde grandes escritores que han ejercido también de periodistas, como Pla o Sagarra, hasta reporteros y corresponsales ilustres como Irene Polo, Eugeni Xammar o Carlos Sentís, pasando por cultos directores de periódico como Gaziel, Just Cabot o Néstor Luján, además de analistas con una buena formación intelectual como Joan Crexells.

Sin embargo, para Agustí Pons el periodismo
- no es ni literatura,
- ni investigación,
- ni orientación cultural o política,
- ni análisis de la realidad,
- sino todo esto a la vez, escrito con la premura que imponen los medios y
- la necesidad de expresar con concisión, aunque de forma clara y contextualizada,

las noticias.
"Periodismo –dice Pons– es
- intentar entender el mundo y explicarlo en el mínimo de líneas posible; de líneas,

de palabras o de imágenes.
Intentarlo cada día y de una forma profesional, como el carpintero (...), sea cual sea el estado de ánimo o las condiciones exteriores".

En este punto, el autor muestra simpatía por el periodista que va a contracorriente de su tiempo y recomienda a Clara que no se deje llevar por las modas de hoy, recordándole la decepción que supuso para muchos miembros de su generación
- los cerrados mundos ideológicos en que tanto confiaron.

Este modo culto y reflexivo de hacer periodismo está, según Agustí Pons, desapareciendo.
Le acechan dos grandes peligros.
- Por un lado, las "formas" se imponen sobre el "fondo".
Sostiene Pons que en un medio de comunicación lo importante debería ser lo que se dice y "no el soporte que se utiliza para decirlo".

Sin embargo, lo que hoy se enseña es lo contrario, de acuerdo con la idea de que "el mensaje es el medio", aquel premonitorio pensamiento de McLuhan que se ha ido convirtiendo en realidad.
- Por otro lado, cada vez más el periodismo está dominado por las noticias que suministran los jefes de prensa

de las instituciones y de los partidos, los gabinetes de comunicación y los expertos en marketing.
-"Hemos dejado buena parte de los contenidos informativos en manos de otros. (...)
- Hemos asistido de forma pasiva a la pérdida de protagonismo del periodista en la confección de la noticia
", se lamenta Pons.

Pero tras el mea culpa, el autor hace responsables a los jóvenes periodistas de la generación de Clara de ser, aunque listos, perfectamente previsibles, ya que se amoldan al modo de pensar políticamente correcto y cuando hay una discusión sobre cualquier tema es fácil adivinar lo que van a decir.
-"Aprendéis en seguida y los instrumentos tecnológicos los manejáis con precisión y eficacia ,
- resultáis polivalentes: podéis escribir o locutar, si es necesario, piezas informativas sobre cualquier tema (...),
- pero de vez en cuando me gustaría que tuvieseis opinión sobre estos temas".
- Una opinión propia, se entiende, pensada, reflexionada y personal.

El diagnóstico de Pons es probablemente acertado, pero
- ¿Es responsabilidad de los jóvenes?
No lo sé. En todo caso, quizás deberíamos apuntar también en otra dirección, hacia las facultades de periodismo:
- allí se enseña a comunicar,
- no a tener opiniones propias,
- no a estudiar, por ejemplo, literatura e historia,
- ni a leer a los grandes periodistas.

- ¿Se puede enseñar periodismo?
Quizás lo único que se puede enseñar es una técnica que se denomina comunicación, aunque para esto baste un curso y no cuatro como ahora.
El periodismo se puede aprender, pero no enseñar.

Pla, Sagarra, Polo, Sentís, Xammar, Cabot, Gaziel, Luján y Crexells no estudiaron periodismo, simplemente
- tuvieron curiosidad por saber,
- se esforzaron en colmar esta curiosidad y a todo ello le añadieron
- el entusiasmo para comunicar bien lo que veían y pensaban.
- Todo lo hicieron por su cuenta: así aprendieron periodismo
.
Esta es, me parece, la lección que el autor del libro ha querido dar a Clara y a la generación de Clara.

Francesc de Carreras - "La Vanguardia" - Barcelona - 12-Ago-2010