martes, 31 de marzo de 2009

Las propuestas del Tesoro de los EE.UU.: ¿Solución definitiva?

La falta de resolución oportuna de las primeras dificultades del sistema financiero mundial en 2007 se ha transformado en una recesión económica de gran magnitud, y por ello es imposible no referirse a esta materia una vez más.
Las últimas cifras muestran disminuciones del comercio mundial sobre el 20%, y el FMI proyecta una caída del PIB mundial de 0,5% a 1,5% este año.


Chile ha sufrido un impacto aún mayor que el de la economía estadounidense, creciendo apenas sobre el 3% en 2008, lejos del 4% asegurado por las autoridades. Lo mismo sucede al analizar el desempeño del empleo: en proporción a las respectivas fuerzas de trabajo, Chile está más afectado que EE.UU.En este contexto, sabiendo
- que una pronta recuperación mundial es importante para nuestra economía y
- que ésta requiere que vuelva la confianza en las instituciones financieras mundiales,


¿Son alentadores los últimos anuncios del secretario del Tesoro?
- Si la pregunta se refiere a las propuestas sobre nuevas regulaciones y controles, la respuesta es no. Aun si las considerásemos adecuadas, su impacto es futuro y no acelerará hoy el regreso de la certidumbre a los mercados.
- Por otro lado, los principales problemas se produjeron en instituciones fuertemente reguladas, de modo que mayores regulaciones no aportarán mucho.
- Más interesante es lo que se ha comentado, aunque sin propuestas concretas, sobre los cambios en las facultades y procedimientos para manejar instituciones financieras en problemas, aun cuando tampoco puedan resolver los problemas de hoy.

Mejores procedimientos para manejar instituciones financieras en crisis es el corazón del círculo vicioso entre problemas financieros y caídas de la economía. El proceso de creación de riqueza y bienestar se basa en la confianza.
El sistema financiero, creador de dinero, es la base de esa necesaria confianza, ya que opera como nodo central de los contratos. Un buen sistema institucional para situaciones de quiebra en general debe considerar mecanismos expeditos para ajustar esos contratos cuando no son cumplibles, sin destruir el proceso de intercambio en el intertanto.
Pero, para el caso del sistema financiero,
- no son operativas las normas generales de otros sectores de la economía y la solución que hoy predomina en el mundo:
- un gobierno con el monopolio de la emisión de dinero, que controla y regula y que ante las primeras dificultades debe actuar con celeridad devolviendo la confianza,
- no funciona bien.


El sistema político no comprende cabalmente el rol que él mismo se ha asignado, por lo que dilatan las soluciones, agudizando la crisis financiera hasta el punto en que el capital contable y el valor intangible del negocio no alcanzan para amortiguar las pérdidas.
Por ello, propuestas que permitan superar esos inconvenientes son bienvenidas.El gobierno estadounidense no ha anunciado reformas significativas en este ámbito; Chile, que vivió el mismo problema en el 82, tomó algunas medidas que en su momento facilitarían la acción del gobierno y del mercado para salir de la crisis. Destacan entre ellas
- una exigencia mayor de capital;
- la prioridad de pago de los acreedores de los bancos para los depósitos líquidos o con vencimiento a 30 días;
- el encaje por el 100% de esos depósitos;
- un procedimiento expedito y ágil para que los acreedores acepten cambios en las condiciones de sus contratos, pudiendo incluso capitalizarse parcialmente,
- y, la facultad para extender las regulaciones bancarias a toda entidad que pusiera en riesgo el sistema financiero.


Como dijimos, es la indefinición política la que ha profundizado la crisis actual. Asumido el Presidente Obama parecía que se actuaría rápido, pero las dudas políticas impulsadas por el costo en imagen de apoyar al sistema financiero paralizaron a un equipo conocedor y con experiencia.
Por otra parte, la propuesta de creación de un mecanismo público privado para comprar activos tóxicos es alentadora.
Probablemente un esfuerzo de este tipo en el año 2007, unido a facilidades para los deudores involucrados y con aumentos de capital privado de las magnitudes que existieron, habría cambiado la historia y la economía del mundo no estaría en la actual recesión.

Pero hoy difícilmente bastará por sí sola. Los problemas son ya mucho mayores y la incertidumbre que la misma autoridad ha generado es demasiado grande, lo que hace el camino más largo y difícil.
El mercado lo percibe, y por ello el costo de financiamiento de mediano plazo de los bancos es varias veces superior al del gobierno y mayor al de otro tipo de compañías.
No es raro entonces que la intermediación financiera siga paralizada y sin el rol de la Reserva Federal como prestamista directo la economía hubiera caído aún más.
Sin embargo, lo bueno de este nuevo programa y de la aparición directa del Presidente Obama reconociendo el rol de los bancos es que podría indicar el inicio de una nueva actitud del gobierno de EE.UU.
Si es así, estaríamos ante un camino que traerá la solución definitiva y que permitirá mirar esta crisis alejarse en el pasado.

Hernán Büchi - Ing. en Minería-MBA Univ. Columbia-Ex Ministro Hacienda- "El Mercurio" - Sgo.de Chile - 31-Mar-1009

"Die Realpolitik"

La "Realpolitik" de Obama con Irán, que se ríe en nuestra cara, es aceptar monstruosidades políticas.

El término, acuñado en alemán, proviene del famoso canciller prusiano Otto von Bismarck, artífice de la reunificación alemana y hombre dotado de un gran instinto pragmático. Algunos historiadores lo consideran el cerebro de la diplomacia europea y no dudan en confrontar su Realpolitik –que intentaba evitar la opción armamentística–, con la posterior Weltpolitik alemana, que conduciría al siglo XX hacia dos terroríficas guerras mundiales.
Desde esta perspectiva, la Realpolitik se considera un aporte positivo a la geopolítica, no en vano escapa de las acciones armamentísticas grandilocuentes para secundar la vía de la negociación y la diplomacia.
En términos modernos, podríamos decir que George W. Bush ha sido 'Weltpolitik' y Barack Obama opta por la 'Realpolitik' bismarckiana. El caso de Irán es, en este sentido, emblemático. Después de años de enfrentamiento entre las dos administraciones, Obama ha virado la estrategia y ha optado por abrir algunos tímidos pero inequívocos canales de diálogo. La reciente reunión informal, en Bruselas, de miembros del Gobierno iraní con funcionarios de la OTAN abona este "nuevo día" de relaciones, en expresión de Joseph Biden. La secretaria de Estado Clinton –contraria, en campaña electoral, a esta opción– se comería, así, su segundo marrón diplomático, después de su viaje triunfal por China sin acordarse de la causa de Tíbet, que tan efusivamente había defendido. Lo cual sólo nos recuerda lo que ya sabíamos: que los despachos oficiales tienen una tendencia a metamorfosear las convicciones.Así pues, Estados Unidos y Europa se aprestan para un nuevo clima con el Gobierno de los ayatolás, el cual se permite mostrarse altivo y orgulloso. Las bondades diplomáticas de la Realpolitik, pues, se imponen para tranquilidad del planeta.
¿Tranquilidad?
Como todo concepto complejo, la Realpolitik tiene doble cara, y si Bismarck la elevó a la categoría de bien diplomático, las enseñanzas y prácticas de sus antecesores Maquiavelo y Richelieu nos recuerdan que la imposición de la "raison d'État" no fue más que un eufemismo para anteponer los intereses de poder a las convicciones éticas.
Es decir, dicho en boca de Maquiavelo, "para retener el poder, es necesario actuar contra los propios principios morales". Barack Obama, entre lecturas de Lincoln o Roosevelt, debe de haber leído a Maquiavelo o a su homólogo chino, el teórico militar Sun Tzu, quien legó a la humanidad una sabia reflexión:
"El supremo arte de la guerra es doblegar al enemigo sin luchar". Sin embargo,
- ¿Estamos en esa tesitura respecto a Irán?
- ¿Estamos venciendo al enemigo con sabiduría?
- ¿O estamos imponiendo la raison d'État a las convicciones éticas?
- ¿O las dos cosas?,
que ambas son menos contradictorias de lo que parecen.
Debe de ser todo a la vez, y todo nos lleva a una dura conclusión: que Irán ha vencido, de momento, en su demoniaco pulso con Estados Unidos, lo cual, a pesar del vociferante sentimiento antiamericano, es un desastre para la libertad. Y con ello no digo lo que no digo, que la vía militar fuera la buena, porque esa vía habría sido desastrosa. Pero también es evidente que el mundo actual no tiene capacidad para frenar los embates de una brutal dictadura cuya capacidad militar asusta a propios y extraños. Ni la tan cacareada e inútil ONU ni la presión norteamericana han servido
- para que Irán frenara su carrera nuclear,
- para que no financiara a grupos terroristas o, incluso,
- para que entregara a la Interpol a los culpables del atentado terrorista que mató a decenas de personas en Buenos Aires. Irán se ríe en nuestra cara, y mientras lo hace, se permite
- condenar a muerte a homosexuales,
- aterrorizara mujeres y perseguir a disidentes.
Esa es la real Realpolitik que aplicamos, aceptar algunas monstruosidades políticas, para bien de nuestra tranquilidad.
La cuestión es saber si, con Irán, Obama emulará a Bismarck o hará de Chamberlain...

Pilar Rahola - "Vanguardia" - Barcelona - 31-Mar-2009

Un G-20 decisivo

La reunión que celebrará el G-20 el 2 de abril en Londres representa una etapa decisiva en la crisis que estamos viviendo. Para ser más exactos, hay que desear que esta reunión sea decisiva.

Ha sido posible gracias a los enormes esfuerzos de la presidencia francesa de la UE. Se produce en un momento crítico, en el que el paro se ha disparado en todas partes mientras que, de forma simultánea, varias voces autorizadas empiezan a hablar de ciertos elementos de recuperación.
Al mismo tiempo, se trata de la primera gran salida oficial de Barack Obama: un periplo de más de una semana que le llevará al G-20 de Londres, la cumbre de la OTAN en Estrasburgo y Kehl (en la que se hablará de la guerra de Afganistán), la cumbre de la UE en Praga y una visita a Turquía, la primera a un país de mayoría musulmana. Es decir, una prueba para la nueva estrategia de EE UU.
Tres grandes temas van a centrar los debates del G-20 cuando se reúna en Londres:
- la coordinación de los planes de recuperación,
- la regulación del sistema financiero y
- el comercio internacional.
En el primer aspecto, las cosas no han avanzado prácticamente nada: todavía está,
- por un lado, el eje Obama-Brown-Strauss-Kahn, Estados Unidos, Reino Unido y FMI, y,
- por otro, Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, Francia y Alemania, que hablan en nombre de la Europa continental.

El análisis de los primeros es
- que la crisis está alimentada por la debilidad de la demanda; cosa que es cierta a escala mundial. Por eso exigen a los europeos que hagan un esfuerzo equivalente al de EE UU (dedicar aproximadamente el 4,5% del PIB a la recuperación) y
- que incluyan en su dispositivo más elementos destinados a favorecer el relanzamiento del consumo.

Frente a ellos, los alemanes y los franceses siguen pensando
- que su esfuerzo es suficiente (3,5% del PIB en el caso de Alemania, 1,5% en el de Francia) y
- que lo que tienen que hacer es esperar a ver los efectos de las medidas ya decididas. Insisten asimismo en que, en Europa, el choque es menos duro que en Estados Unidos y en
- que sus sistemas sociales son mejores y sirven de amortiguadores.

Por otra parte, no era previsible que Nicolas Sarkozy y Angela Merkel estuvieran en una misma posición porque en otoño Sarkozy intentó, en vano, convencer a la canciller de que Europa debía poner en práctica un plan de recuperación más sustancial y, sobre todo, común. Mientras, se puede reprochar a franceses y alemanes que no reconozcan precisamente la gravedad de una crisis que tiene repercusiones en la opinión pública, sobre todo por el rápido regreso del desempleo masivo.
A Barack Obama le conviene no caer en una oposición de ese tipo: querrá conseguir que,
- en vez de una estrategia de elegir entre el relanzamiento y la regulación,
- se llegue a relanzamiento y regulación. Y que cada uno ponga su granito de arena.
Pero, por ahora, se corre verdaderamente el riesgo de que se limiten a dejar constancia del desacuerdo:
¡Angela Merkel ha vuelto a decir que ella será responsable de sus intereses "nacionales"!

Por el contrario, seguramente habrá notables avances en materia de regulación. La limpieza del sistema financiero iniciada en EE UU debería ir seguida de
- un esfuerzo coordinado de regulación que permita, en especial, atacar los paraísos fiscales, pero
- que además permita restablecer unas normas que impidan el desenfreno de los últimos años, que ha llevado a la catástrofe.
Desde este punto de vista, vemos que en Estados Unidos los ánimos están evolucionando y el Gobierno cada vez se inmiscuye más y es más voluntarista, lo cual debería aproximarlo de forma considerable a las posiciones defendidas por Francia y Alemania; este último país fue el primero que llamó la atención sobre "las derivas del capitalismo anglosajón".

Y la última gran cuestión, que no es menos angustiosa, es la del comercio internacional, que literalmente se ha hundido, que es
- un indicador de la aceleración de la recesión y
- se ve amenazado por la posible vuelta del proteccionismo
, si el G-20 no llega a un acuerdo firme para impedirlo.
Hay que recordar que, desde hace 60 años, la regulación y la liberalización concomitantes de las transacciones internacionales han sido unos elementos que han contribuido enormemente al desarrollo y el progreso.
Según la reglamentación actual de la Organización Mundial de Comercio, los países miembros están autorizados a poner en práctica unas políticas arancelarias de protección que, si se aplicasen todas al mismo tiempo, contribuirían a duplicar el volumen de los derechos de aduana en todo el mundo.
No sería una vuelta al proteccionismo de los años treinta, que fue uno de los factores de la II Guerra Mundial. Pero sí sería suficiente para retrasar las perspectivas de lanzamiento.
Obama, en vísperas de su llegada a Londres, ha insistido mucho, con razón, en que de allí salga un mensaje firme contra el proteccionismo.
¡Esperemos que le hagan caso!

JEAN-MARIE COLOMBANI - Ex Director de "Le Monde"- "El Páis" - Madrid - 31-Mar-2009

El PIB incluirá la prostitución, el tráfico de drogas y el contrabando

La economía ilegal también cuenta.
La revisión de la contabilidad nacional que se ha puesto en marcha en toda la Unión Europea (UE) obligará a incluir actividades como la prostitución, el contrabando y el tráfico de drogas en el cálculo del producto interior bruto (PIB).

La fecha prevista para su aplicación es el año 2011 o 2012.
La norma afectará a todos los países de la UE, como ocurre en la actualidad. Formará parte del cambio de base de la contabilidad nacional, que ahora se denomina SEC-95 (Sistema Europeo de Cuentas). Son ajustes que los institutos de estadística realizan para incorporar nuevas actividades y criterios.
En el caso de la economía ilegal, algunas estimaciones sitúan su valor en 2 o 3 puntos del PIB. Es decir, una vez que se incluyan esas actividades, el volumen del PIB de los países de la UE subirá en torno a ese porcentaje.
Ello tendrá implicaciones, por ejemplo, en la contribución que los países hacen al Presupuesto de la UE en base al denominado cuarto recurso (renta nacional bruta). Al elevarse el PIB, la contribución aumentará, aunque en otras ocasiones en que se ha producido una revisión, los efectos han sido neutros.
En la actualidad, la contabilidad nacional se calcula con la base 2000. La siguiente será la base 2008, que incluirá, además de la economía ilegal, datos que España ya calcula, como precios de importación y exportación.
Información - "El País" - Madrid -31-Mar-2009

domingo, 29 de marzo de 2009

Aborto: corazón y ciencia

Mirar a los ojos de una mujer que ha decidido abortar o que ya lo ha hecho enseña mucho más de lo que difícilmente se puede esbozar en pocas líneas, sobre todo, si la mirada es sincera y la escucha comprensiva. Un asunto tan delicado requiere una sensibilidad que la ciudadanía espera.
El debate sobre el aborto brinda la oportunidad para un diálogo sereno, sin extremismos ideológicos ni silencios cómplices. ¡Podemos!
Como decía Hillary Clinton, el aborto es una tragedia ("sad, even tragic choice", The New York Times, 2005). Un primer paso lleva a intentar comprender lo que sólo una mujer en esa tesitura siente por circunstancias muy diversas. No juzguemos a nadie porque, entre otras cosas, nos puede pasar a cualquiera. Al mismo tiempo, no es honesto eludir principios éticos elementales. Hay cosas buenas y cosas malas, y su bondad o maldad es independiente de consensos.
El tabaco no mata porque lo diga la cajetilla; ni el exceso de velocidad es peligroso porque lo penalice la DGT; ni la violencia machista es aberrante porque la condene el Gobierno. Son realidades dañinas en sí mismas, lo diga quien lo diga o aunque no lo diga nadie. Tan intolerable resulta
- la violencia y la coacción para impedir a una mujer acceder a una clínica abortista,
- como negarle ayudas cuando, ante un embarazo imprevisto, decide tener a su hijo y se siente sola, padece inestabilidad laboral, falta de recursos, irresponsabilidad del padre, es menor de edad, etc.
Junto con la angustia previa a la interrupción del embarazo, hay otra realidad posterior, generalmente ignorada, sobre las secuelas físicas y psicológicas en la mujer.

Además, los avances científicos revelan evidencias, poco conocidas por el público general, del proceso biológico natural del cuerpo de la embarazada. Así, una especie de diálogo molecular desde el primer momento entre el embrión y la mujer permite que, a pesar de ser algo extraño a la madre, las defensas naturales no se activen. Esta tolerancia inmunológica se inicia a través de una red de sustancias que liberan y desactivan todas las células maternas que generarían el natural rechazo hacia lo extraño.
También hoy conocemos detalles del embrión de un día. En este sentido, se dice que guardamos memoria de nuestro primer día ("Your destiny, from day one", Nature, 2002).
Igualmente sabemos que en el embrión de 16 días comienza la formación del sistema nervioso y el esbozo cardiaco, que la circulación sanguínea propia del embrión se inicia a partir del día 20, que el primer latido se produce el día 21...
Disquisiciones menores al margen, lo patente es que hay una vida y, desde luego, es humana. Gracias a la prensa, la ciudadanía conoce el mundo fascinante de la ciencia más humana. Es memorable la foto de la manita del pequeño Samuel, de 21 semanas de gestación y un diagnóstico de espina bífida, que se agarra al dedo -precisamente el corazón- del cirujano que le realizaba la operación intrauterina.
La imagen dio la vuelta al mundo e hizo pensar (Should a Fetus Have Rights? How Science Is Changing the Debate, Newsweek, 2003).
Prueba de que "podemos" es la entrañable escena de ver a Izaskun formular una pregunta al presidente Zapatero en TVE. A nadie se le oculta que otros seres humanos diagnosticados con síndrome de Down no tuvieron la oportunidad de nacer.
Por eso, parece razonable
- ampliar derechos a los más débiles para no discriminarlos y
- hacer de la igualdad un valor en alza, digno de los derechos humanos del siglo XXI.
A la tragedia personal del aborto no añadamos la cárcel para la mujer. De acuerdo, pero anticipémonos a la "sad, even tragic choice".

Demos un paso más y démoslo antes: a la tragedia de un embarazo indeseado no añadamos la tragedia superior del aborto. Esto es audacia y esperanza.
Sin duda, tenemos distintos puntos de vista, diversas sensibilidades y experiencias personales variadas. Esa pluralidad es enriquecedora
- si ampliamos el derecho a saber para aumentar cotas de libertad;
- si estamos abiertos a cambiar de opinión y, por tanto,
- progresamos sin retroceder.
¡Podemos!

Natalia Horstman - Directora de Comunicación del CIMA - DEIA - Bilbao - 29-Mar-2009

Izaskun Buelta - 17-Mar-2009
La joven con síndrome de Down que interpeló al presidente de Gobierno José Luis Zapatero en el programa de 'Tengo una pregunta para usted'.

"Hombre de principios" ...

Principios
Es una fortuna caminar en compañía de gente sabia, divertida y escéptica, que esté dispuesta a cambiar
- cualquier verdad absoluta por un queso de cabra,
- cualquier honor, premio o reconocimiento por la corona de un sombrero de paja,
- cualquier clase de eternidad por la embriaguez de la duda unida a la armonía de la naturaleza.
Por el contrario, encontrarse con gente de principios sólidos e inalterables es el peligro más grave que puede correr uno en esta vida.
Un "hombre de principios" fue aquel que,
- sintiéndose puro, arrojó la primera piedra contra la adúltera;
- es el mismo que te indica con el dedo el camino recto que debes seguir y en cuanto te desvíes será el que te delate,
- el que te incluya en la lista negra o borre definitivamente tu nombre del mapa.

En el caso en que este hombre de principios obtenga un poder absoluto, si además es muy devoto, no dudará en mandarte a la horca rezando por tu alma sin ahorrarse las lágrimas, puesto que también se puede llegar a la extrema violencia a través de la piedad.
Huye de ese ser misericordioso que busca tu salvación por medio del terror del espíritu y te obliga a desayunar cada mañana con una rueda de molino. No es ninguna broma aquello que dijo Groucho Marx: "Éstos son mis principios, Si no le gustan, tengo otros".
El fanático es capaz de saltar de un risco al risco contrario, ambas cimas situadas a la misma altura bajo un cielo nítido y puro, donde se siente igual de seguro, aunque armado esta vez con distinto látigo.
El dogma es una forma de locura, del mismo modo que la pureza extrema alcanza a veces la forma de la más refinada crueldad.
Los principios inalterables nos fueron inoculados en una edad muy temprana cuando nuestro cerebro estaba aún desvalido.
En la mayoría de los casos aquellos principios fermentaron y se diluyeron en la inteligencia, en la imaginación y en el placer de los sentidos; pero hay personas que conservan incólumes aquellos mitos de la infancia en su cerebro de reptil sin que encuentren salida sino a través de los latidos de sangre que conforman su pensamiento.
Hoy es un domingo de primavera y hay dos clases de desayuno.
- Por un lado, café, tostadas, queso de cabra y alguna duda relativa;
- por otro, principios inalterables y ruedas de molino.

MANUEL VICENT - Lic. en Derecho y Filosofía - "El País" - Madrid - 29-Mar-2009

La postcrisis de "la crisis"

Según Jenofonte en su obra "El ordenamiento político de Esparta", también llamada Constitución de los Lacedemonios o Constitución de Esparta, los espartanos tenían monedas de hierro pesadas y grandes como ruedas de carro. Así, su uso era esporádico y el trueque o la donación de bienes eran mayoritarios.El gran legislador espartano, Licurgo, prohibió que los ciudadanos ejercieran actividades comerciales y ordenó como apreciables aquellas actividades que ayudaran a ser más libre.
La acumulación de oro y plata era perseguida y multada por los
éforos como contraria a dicho fin.
- No había mayor honor que el servicio a la "polis" o ciudad-estado,
- ni mayor lujo que el poseer una excelente forma física.
El exceso de alimento, vestimenta o atavíos era valorado como contrario a sus costumbres. Sus valores se centraban en la sostenibilidad de su "polis" y su mayor riqueza era su vinculación colectiva.Dejando de lado la extinta cultura espartana y sus exagerados sacrificios educativos para con los jóvenes, por el bien común, sí parece que debemos reencontrarnos con un renovado sentir de la ciudadanía y de unos sólidos valores humanos y ecológicos. Es necesario que éstos hagan renacer la verdadera y necesaria política.Hemos puesto precio a nuestra libertad. Tema citado ya en la obra de Aristóteles denominada "Política", en la que se alarma del creciente e "incomprensible" atesoramiento de moneda por parte de los ciudadanos. Éste no entendía que el tiempo pudiera venderse, sin necesidad, por unas formas redondeadas de oro o plata.
Para Aristóteles, el dinero sólo tenía una
función de intercambio, cuando el trueque no era posible. No entendía el atesoramiento de deseos diferidos.Estas ideas del pasado cobran ahora fuerza, dado que nuestra crisis tiene su origen en una sustancial carencia de valores globales y planetarios.
En perseguir no el ocio, sino la ociosidad mediante la acumulación de riquezas y en valorar más "el tener" que "el ser".Toda solución global de una crisis, y por ende de la actual, confluye hacia una revolución interior de las conciencias, del papel del ciudadano, en suma, de la humanidad interior de cada uno de nosotros.Está cambiando, y cambiará,
- nuestra forma de pensar,
- nuestra manera de vivir,
- nuestros deseos,
- nuestro consumo,
- nuestra percepción de la felicidad.
El aprendizaje de esta crisis debería hacernos no mejores, pero si diferentes y más adaptados
. Pensar en global para que nuestro mundo personal tenga sentido.La mayor de las reformas estructurales no va a ser la del mercado laboral, o la de cualquier reforma de las administraciones públicas; sino aquella procedente de un cambio brusco del paradigma, que va a obligar a replantearnos tanto nuestros deseos y aspiraciones individuales como las colectivas.

Ésta, tal vez, debería ser la nueva conciencia colectiva que dará origen al "nuevo capitalismo"
Josep Martí Font - Profesor IES y MBA por Esade - "Vanguardia" - Barcelona - 29-Mar-2009

Éforo -
Wikipedia
Del
griego Ἔφορος, formado por ἐπί, "sobre" y ὁράω, "ver", "aquel que supervisa". Era el nombre dado a ciertos magistrados de los antiguos estados dorios de Grecia. Entre ellos, los más importantes eran los éforos de la antigua Esparta.
En Esparta existían cinco éforos, elegidos anualmente, que juraban cada mes respaldar a los reyes, mientras que éstos, a su vez, juraban respetar las leyes.

Crisis: "Desbalance global entre deuda primer mundo y ahorros asiáticos ..."

"Probablemente Chile ya está en recesión"
Opina Martin Wolf, economista, editor asociado y columnista jefe del "Financial Times".
Consultor y miembro del "think tank" Council on Foreign Relations, fue economista del Banco Mundial, y actualmente es el analista más influyente del mundo financiero.
Radical en su punto de vista cree que se está exagerando la necesidad de salvar a la banca estadounidense, y asegura que la próxima crisis es sólo cuestión de tiempo.


New York - Es miércoles y uno de los consejeros del Banco Central de Chile llega a su oficina. Lo primero que hace es buscar la última columna de Martin Wolf. Alrededor del mundo, inversionistas y académicos hacen lo mismo. Considerado uno de los analistas más influyentes del mundo, Martin Wolf dice que no da entrevistas. Está ocupado asesorando a políticos, dirigiendo su blog o escribiendo su columna, ambos publicados por Financial Times.La vida de este economista británico también ha dado un vuelco en los últimos seis meses. "No soy muy optimista. Personalmente, me he vuelto más radical en el curso de esta crisis", afirma en su oficina en Nueva York, ciudad a la que se mudó para asesorar al poderoso think tank Council on Foreign Relations.En una exclusiva entrevista con "El Mercurio", Wolf deja entrever todo su pesimismo:

"Nadie sabe cuándo llegará la próxima crisis, pero pasará, porque hay un desorden estructural".

Wolf no esconde su admiración por Andrés Velasco. Se considera su amigo y cree que es uno de los ministros más inteligentes de su área.-Aunque el Gobierno chileno insiste en proyectar un crecimiento, hay economistas que aseguran que el país ya está en recesión..."Probablemente es cierto. Pero hay varias cosas que puedo decir:
"Primero, Velasco es un hombre muy capaz, desearía que otros ministros de Finanzas fueran tan inteligentes".

"Segundo, las condiciones en las que entra en esta recesión son mucho mejores en términos fiscales, de reservas, que casi cualquier otro país"."
"Tercero, es una pequeña economía abierta y si hay una enorme recesión, va a ser afectada inevitablemente".
"Cuarto, esta es una crisis financiera y la mayoría de sus bancos son extranjeros. Sé que el gobierno está muy preocupado por lo que pase en esa área, por bancos como Citigroup".
"No puedo comentar sobre lo que el Gobierno podría hacer o no en esta situación. Pero puedo decir que tiene más espacio de maniobra que otras economías similares y es imposible imaginar cómo podría salir de esto sin vivir una desaceleración muy significativa, simplemente porque es lo que pasa en el mundo".

En medio de lo peor de la crisis, Wolf publicó su último libro, "Fixing Global Finance". En el texto afirma y explica por qué considera que la profundidad de la actual recesión se debe a un desbalance global, entre la creciente deuda de EE.UU. e Inglaterra y los gigantescos ahorros de los países asiáticos.
Aunque no ve una pronta salida, cree que lo peor es que hay cierta miopía en cuál es la medida más urgente."
No estoy persuadido de que tener bancos increíblemente capitalizados ahora sea tan importante, creo que estamos exagerando la necesidad de resolver el problema de los bancos.
La verdadera prioridad es la demanda", sentencia.-En esa línea, la mayoría de los países están apostando por aumentar el gasto fiscal, elevando el déficit..."No hay mucho más que pueda hacer. Estamos en una situación...es extraño, pero estamos en una verdadera situación keynesiana".

-Pero en algunos casos, como Estados Unidos, ese déficit llega a 12%, ¿es sostenible?
"Tenemos que definir insostenible. Mi punto de vista es que si Estados Unidos no corre este gran déficit fiscal simplemente colapsaría la economía y eso sería por lejos lo peor".

-¿Debemos esperar un nuevo sistema después de esta crisis?
"No sé, simplemente no sé. La discusión que hemos tenido me confunde mucho y creo que hasta ahora no se han abordado los temas fundamentales. Hay que preguntarse
- qué es la banca,
- cómo se financia,
- cuánto riesgo debería permitirse,
- qué incentivos,
- cómo manejar la información.
- Son preguntas realmente profundas".

"Personalmente, me he vuelto más radical en el curso de esta crisis, inicialmente pensé que habría restricción crediticia, que algunos bancos caerían y que los precios del riesgo se ajustarían...pero es obvio que algo más fundamental pasó, no estoy particularmente optimista acerca de esto, me gustaría ver que se abarcan estas preguntas fundamentales, pero no creo que podamos alcanzar un acuerdo sobre ellas, desafortunadamente.... Vamos a emerger de esto con un sistema un poco más regulado, pero fundamentalmente similar, lo que nos llevará a la próxima crisis".
Marcela Vélez - "El Mercurio" - Santiago de Chile - 29-Mar-2009

sábado, 28 de marzo de 2009

Madoff o la telaraña de Dios

En Nueva York, el rabino David Gaffner dice: "El Talmud establece una distinción clara entre un ladrón y un asaltante. El asaltante se presenta con un arma y atraca. En cambio, el ladrón se introduce furtivamente en la casa de un semejante para robarle. Según la mentalidad judía, el ladrón es más despreciable, porque con su sigilo pretende engañar a Dios".
La estafa de Bernard Madoff, que hasta el momento trepa a 64.800 millones de dólares y es la mayor que haya perpetrado una sola persona, resulta tan escurridiza que el desafío metafísico es una explicación como cualquier otra. Muchos prefieren la alternativa más morbosa de la patología: el título que The New York Times eligió para su perfil del personaje evocaba el primer libro de la serie de Ripley, de Patricia Highsmith, El talentoso señor Madoff.
En todos los medios abundan expertos que advierten los rasgos propios de los psicópatas en la sonrisa neutra con que el detenido elude las cámaras y también en la monótona insensibilidad con que agradeció ante el juez la oportunidad de enfrentar sus crímenes: la habilidad para manipular y engañar sin sentir remordimiento, un narcisismo que los hace creer con derecho a todo.
Por último, la básica opción de la avaricia también ha ganado un lugar en la opinión pública: el hombre que de sus modestos orígenes en el barrio de Queens, donde pagaba 87 dólares de alquiler por su primer departamento de dos ambientes con su esposa Ruth, terminó por ser dueño de
- un penthouse en el privilegiado Upper East Side de Manhattan,
- un yate que navegaba de un lado a otro en la Riviera francesa,
- parte de dos jets privados y
- una mansión en Palm Beach, Miami, en cuyo Country Club (350.000 dólares de cuota de ingreso) reclutó a una buena porción de sus víctimas.
Por un camino o por otro, se llega a la idea predominante de que Madoff se sentía Dios.
- El terror que sus manías obsesivas causaban a sus empleados es materia de leyenda,
- como su ascenso desde una juventud de estudiante de Derecho e instalador de sistemas de riego para jardines
- a la plateada madurez de asesor financiero codiciado entre los ricos.
- Se jactaba de no buscar clientes, sino de rechazarlos, imponiéndoles un monto mínimo de inversión y
- negándose a explicar cómo hacía para que, aun en un mercado volátil, sus rendimientos se ubicaran entre el 8 y el 12 por ciento anual.
Madoff creía que, como un dios, controlaba los destinos de sus cinco mil clientes.
Y eso era lo que hacía. Les creó un espejismo de riqueza babilónica y una mañana los despertó en el infierno. Su caída ha causado hasta el momento dos suicidios sobresalientes:
- el del aristócrata René Thierry Magon de la Villehuchet, que había invertido con él 1500 millones propios y de sus amigos, y
- el del plebeyo jubilado William Foxton, que dejó al cuidado de Madoff los ahorros de sus magros salarios, con cuyos intereses mensuales contaba para vivir.
Muchas organizaciones filantrópicas han debido cerrar sus puertas y hasta la Fundación para la Humanidad de Elie Wiesel, cuyos 15 millones administraba Bernard Madoff Investment Securities, se salvó por una ola de solidaridad que repuso el vacío.
"No creo que otro enemigo haya producido tanto daño en la colectividad judía de los Estados Unidos como este canalla entre canallas", dijo Wiesel, en alusión a que buena parte de la clientela de Madoff estaba relacionada con las fundaciones benéficas judías -gente como Carl Shapiro o Steven Spielberg-, y con los ricos de la colectividad de Nueva York y Miami.
Al gran historiador Simon Schama le incomoda que se identifique a Madoff como judío, cuando nadie caracteriza como católico a Carlo Ponzi, el estafador italiano de comienzos del siglo XX, cuya famosa pirámide para multiplicar dinero vacío fue el artificio que inspiró a Madoff. Todas sus víctimas pertenecían a la colonia italiana más devota de Boston. Les infundió una confianza ciega en 1920 y pocos meses después las dejó en la miseria.
El ardid de Ponzi era tan simple como el propio Ponzi, un inmigrante que lavaba platos en Canadá, donde cayó preso por falsificar la firma en un cheque, y luego le escribió a su mamma que se quedaría algún tiempo en Quebec porque había conseguido empleo como asistente del director de una cárcel.
En su delirante imaginación, Ponzi creyó que podía dar el gran salto de pobre a millonario gracias a una idea que lo reveló como un genio ante sí mismo:
- acumular sellos postales internacionales que costaban nada en las monedas europeas devaluadas tras la Gran Guerra y venderlos luego en la próspera América.
Sus fotografías en la prensa reflejaban una convincente respetabilidad: traje con chaleco, sombrero de fieltro y bastón de puño dorado. Cuando el volumen de dólares que le confiaron superó abrumadoramente el valor de los sellos postales circulantes, se supo que Ponzi había comenzado a pagarles a los viejos inversores con el dinero de los nuevos. El esquema de la pirámide acababa de nacer.
A diferencia de Ponzi, quien creyó hasta la muerte que su idea era la madre de un negocio casi perfecto, que había fracasado sólo por la falla de un engranaje menor, Madoff supo siempre que su fondo de inversión era un colosal engaño, pero estaba convencido de que, cuanto más redoblara la apuesta, más seguros se iban a sentir los inversores. Estaba creando, como alguna vez les dijo a sus contertulios de Miami, "una telaraña mejor que la de Dios".
Cuando Ronald Reagan llegó a la presidencia, en 1981, Madoff llevaba veinte años construyéndose una reputación en Wall Street y adulando en Washington a las autoridades reguladoras del mundo financiero. Echó entonces por la borda una carrera que los banqueros respetaban y comenzó su plan de defraudación. Dejó de comprar y vender valores para ganar la diferencia y, bajo la inspiración de Ponzi, cumplió sus promesas de alto interés anual pagando a los viejos inversores con fondos de inversores frescos. Su estatura se agigantó en una década y la bolsa electrónica, Nasdaq, lo recibió con orgullo como director. Hasta entonces, Madoff era el único que se dormía sabiendo que en cualquier momento la pirámide iba a derrumbarse. Sólo ignoraba si estaría vivo cuando sucediera. Eso cambió en algún momento del año 2000.
El autor del inminente primer libro sobre Madoff, Harry Markopolos, trabajaba entonces como broker y sus jefes le recomendaron imitar al genio que se llevaba los mejores clientes. Markopolos estudió la contabilidad pública de aquel triunfador y descubrió dos cosas:
- que en el índice internacional de Standard & Poor´s no estaba disponible la cantidad de valores que Madoff decía comerciar (así como no había tantos sellos postales en los años de Ponzi) y
- que incluso dando por buena esa fantasía jamás se podía llegar al porcentaje de rendimiento que declaraba Madoff.
Desde ese momento Markopolos vivió para denunciar el fraude. En 2001 colaboró con el periodista económico Michael Ocrant (ahora coautor de su libro) en un informe para una publicación destinada a inversores, que no interesó a lector alguno.
Cuatro años más tarde envió una denuncia de diecinueve páginas, con modelos matemáticos que probaban la estafa, a la Securities and Exchange Commission (SEC), la agencia que regula el mercado de valores.
Madoff había cultivado tan buenas relaciones con sus funcionarios que hasta su sobrina Shana, pieza fundamental de la trama, terminó casándose con uno. La denuncia de Markopolos fue arrojada a la basura al año siguiente, cuando una investigación recomendó que Bernard Madoff Investment Securities hiciera algunos cambios cosméticos.
Si no fuera porque otros efectos de la falta de regulación alumbraron la gran crisis financiera, quizá Markopolos habría seguido luchando en vano contra el viento mientras Madoff ordenaba nuevos trajes a Kilgour, la exclusiva sastrería de Savile Row, en Londres, y dejaba doscientos dólares en la barbería Everglades de Palm Beach por un corte de pelo, una afeitada y el arreglo de las uñas de pies y manos.
Pero hizo el pánico que algunos clientes quisieran retirar 7000 millones de dólares y la pirámide se vino abajo en un suspiro.
Presumiblemente para proteger a su familia -sus hijos, Mark y Andrew, que lo entregaron; su mujer, Ruth, ante todo; su hermano, Peter- Madoff se declaró culpable de once cargos que se pagan con 150 años de cárcel. Le costará acostumbrarse a no fumar un Davidoff cuando se le antoje. Aun después de que la justicia había congelado sus bienes, firmó cheques millonarios y distribuyó entre sus amigos los carísimos relojes que coleccionaba.
Tres meses después de que hayan empezado a revelarse los detalles de la estafa, la personalidad de Madoff sigue siendo insondable.
¿Cómo explicarlo sólo por una falta de escrúpulos sin límites, que ha destruido a su paso huérfanos, viudas, fondos de caridad, universidades, sueños de recién casados, vidas a medio camino?
Lo que ha hecho Madoff podría compararse con un ciclón o con la explosión de mil volcanes, si él no lo hubiera encarado con humor.
En la fiesta de fin de año de su empresa, les deseó a sus empleados felicidad y prosperidad cuando ya sabía que iba a entregarse y que les había vaciado los ahorros.
En esa carcajada trágica de Madoff sólo se puede leer lo que dice el rabino Gaffner: un desafío a Dios.
Creyéndose insuperable e intocable, tejió una telaraña con la que pudo arrinconar a la humanidad en el infierno y salir de allí sin quemarse.

Tomás Eloy Martínez - "La Nación" - Buenos Aires - 28-Mar-2009

La mística del mercado

El pasado lunes, Lawrence Summers, director del Consejo Económico Nacional, respondía a las críticas contra el plan del Gobierno de Obama de subvencionar las compras privadas de activos tóxicos. "No conozco a ningún economista", declaraba, "que no crea que unos mercados de capitales que funcionan mejor y en los que se puedan negociar los activos, son una buena idea". Dejemos de lado por un momento la cuestión de si un mercado en el que hay que sobornar a los compradores para que participen de verdad "funciona mejor". Aun así, Summers necesita salir más. En vista del cariz que está tomando la actual crisis, bastantes economistas han reconsiderado su opinión favorable a los mercados de capitales y la negociación de activos.
Pero últimamente cada vez está más claro que los altos cargos del Gobierno de Obama siguen bajo la influencia de la mística del mercado. Siguen creyendo en la magia del mercado financiero y en la destreza de los magos que hacen esa magia.
La mística del mercado no siempre ha dominado la política financiera. EE UU emergió de la Gran Depresión con un sistema bancario estrictamente regulado, que convertía las finanzas en un negocio serio, aburrido incluso. Los bancos atraían depositantes ofreciendo sucursales cómodamente ubicadas y quizá una o dos tostadoras de regalo; usaban el dinero así atraído para conceder préstamos, y eso era todo.
Y el sistema financiero no sólo era aburrido. Era también, según criterios actuales, pequeño. Incluso durante los "años de abundancia", el mercado alcista de la década de 1960, las finanzas y los seguros juntos suponían menos del 4% del PIB. La relativa falta de importancia de las finanzas se reflejaba en la lista de valores que componían el índice Dow Jones, que hasta 1982 no contenía una sola empresa financiera.
Todo esto suena primitivo desde el punto de vista actual. Pero ese sistema financiero aburrido y primitivo daba servicio a una economía que duplicó los niveles de vida en el transcurso de una generación.
Después de 1980, por supuesto, surgió un sistema financiero muy diferente. En la era liberalizadora de Reagan, la banca a la vieja usanza fue sustituyéndose progresivamente por los tejemanejes a gran escala. El nuevo sistema era mucho mayor que el antiguo régimen: en vísperas de la actual crisis, las finanzas y los seguros equivalían al 8% del PIB, más del doble de su porcentaje en la década de 1960. A principios del año pasado, el Dow incluía cinco compañías financieras: gigantes como AIG, Citigroup y Bank of America. Y las finanzas se volvieron cualquier cosa menos aburridas. Atrajeron a muchas de nuestras mentes más agudas y enriquecieron inmensamente a unos pocos selectos.
Tras el glamuroso nuevo mundo de las finanzas se ocultaba el proceso de titulización. Los préstamos ya no se los quedaba el prestamista. Por el contrario, se vendían a otros, que cortaban, troceaban y licuaban las deudas individuales para sintetizar nuevos activos.
- Hipotecas subprime,
- deudas de tarjetas de crédito,
- préstamos para automóviles,
- todo iba a parar a la licuadora del sistema financiero.
Por el otro extremo, supuestamente, salían inversiones edulcoradas de primera categoría. Y los magos financieros recibían generosas retribuciones por supervisar el procedimiento.
Pero los magos eran fraudes, lo supieran o no, y su magia resultó no ser más que una colección de trucos baratos. Sobre todo, la promesa clave de la titulización -que fortalecería el sistema financiero al repartir más el riesgo- resultó que era mentira. Los bancos usaron la titulización para ampliar su riesgo, no para reducirlo, y de paso hicieron que la economía se volviera más, no menos, vulnerable a los vaivenes financieros.
Antes o después las cosas tenían que agriarse, y al final lo hicieron. Bear Stearns quebró; Lehman quebró; pero sobre todo, la titulización fracasó. Lo cual nos devuelve a la estrategia del Gobierno de Obama para resolver la crisis financiera.
Buena parte del debate sobre el plan de los activos tóxicos se ha centrado en los detalles y en la aritmética, lo cual es lógico. Aparte de eso, sin embargo, lo que choca es la visión expresada tanto en el contenido del plan financiero como en las declaraciones de las autoridades del Gobierno. En esencia, el Gobierno parece creer que en cuanto se tranquilicen los inversores, la titulización -y el negocio de las finanzas- puede reanudarse allí donde se quedó hace uno o dos años.
Para ser justos, las autoridades piden más control. De hecho, este jueves, Tim Geithner, secretario del Tesoro, presentaba unos planes para reforzar las normativas que no hace mucho se habrían considerado radicales. Pero la visión subyacente sigue siendo la de mantener el sistema financiero más o menos igual que estaba hace dos años, aunque ligeramente domesticado por normas nuevas.
Como podrán adivinar, no comparto esa visión. No creo que esto sea simplemente un pánico financiero; pienso que representa el fracaso de todo un modelo de banca, de un sector financiero demasiado grande, que hizo más daño que beneficio.
No pienso que el Gobierno de Obama pueda resucitar la titulización, y no creo que deba intentarlo.

PAUL KRUGMAN - "El País" - Madrid - 28-Mar-2009

Un paseo por la recesión

Ahora que estamos tocando el fondo real de la crisis, hay síntomas de cambio de mentalidad con respecto a la conducta social y personal.

- El ser ostentoso empieza a estar mal visto;
- los restaurantes de la nueva cocina de espuma de sifón y de texturas de laboratorio ya saben que tienen que cambiar;
- los hábitos de tiempo libre, ocio y viajes empiezan a situarse en su lugar;
- la valoración del trabajo, del esfuerzo y de la honestidad empieza a cotizar al alza.
- El triunfador a cualquier precio o el enriquecido por el todo vale están bajo sospecha.

Otros síntomas podrían añadirse. Mucho me alegraría que, por fin,
- las personas honestas, trabajadoras, solidarias, coherentes y afables vayan ganando terreno en la consideración social.
- El petulante, el prepotente, el ejecutivo agresivo, el aparente, el que basa su importancia
- en lo que posee,
- en el amiguismo y la influencia,
- en la inteligencia de la prevaricación y la chapuza remuneradora,
- parece que van siendo estereotipos menos deseados.
A mí me parece percibir algo de esto. De ser así estaríamos ante uno de los beneficios de la crisis: volver a aprender a vivir en
- la austeridad,
- la responsabilidad, y
- la coherencia.
Todos hemos sido testigos de cómo el proyecto colectivo de querer vivir por encima de las posibilidades reales, propiciado por el interés pecuniario de los bancos, no ha sido un buen negocio. No solo los bancos, con sus malas prácticas, han sido culpables de lo sucedido; también los ciudadanos que, irresponsablemente, se han lanzado a vivir más allá de su realidad.
Asimismo, aquellos que pensaban que la vida es solo diversión, despreocupación, placer y riqueza han contribuido a una crisis que reclama una verdadera conciencia social de cooperación para, entre todos, reconstruir la maltrecha economía. Y si esto es así para los ciudadanos, más lo debería ser para los políticos, porque ellos, al fin y al cabo, deben administrar bien el dinero que a todos nos es recaudado para contribuir al bien social.
Pues en estos pensamientos estaba cuando, en un paseo por mi ciudad, llegué a la remodelada plaza de Pontevedra. Y pensé: es el cuarto arreglo que recuerdo y, a la vista de los resultados, supongo que aún tendré tiempo para ver el quinto.
¿Cuánto habrán costado esos cuatro arreglos? Y eso mismo lo podría aplicar a otras plazas y calles de las demás ciudades gallegas.
Ya sé que es una nimiedad, pero no deja de ser sintomático de que también los gestores públicos necesitan cambiar de mentalidad a la hora de decidir el gasto
Y no dejarse solo guiar por las maquetas virtuales, aunque sean tan ostentosas y falsas como la de la Ciudad de la Cultura.
¿Qué piensan de esto los doscientos mil parados que hay en Galicia?
La crisis política no es solo económica, la ética también está en crisis.

Andrés Precedo - "La Voz de Galicia" - Santiago de Compostela - 28-Mar-2009

viernes, 27 de marzo de 2009

Obama: La "3ra. Vía" y su resistencia al "populismo"

LA economía puede ser un estado de ánimo, una ciencia falible o simplemente magia, pero será ella la que determine el futuro del presidente Obama.
La fiesta se ha acabado en Washington, como decía el artículo de The Economist sobre la economía española. Ya no hay más hecho histórico que la situación del sistema financiero y los masivos planes de inyección de capital para recuperarlo. No era ese el guión que le habían escrito sus asesores, los intelectuales de Nueva Inglaterra o los artistas de Hollywood. Pero la realidad manda y se impone necesariamente.
Podremos seguir especulando si es el presidente o su mujer Mitchelle quien mejor simboliza el sueño americano -ella es en definitiva nieta de esclavos y él simplemente hijo de un africano becado para hacer el doctorado-, pero la pregunta en toda la prensa americana es
- si Obama se ha vendido al gran capital, como diría José Blanco si las medidas hubieran sido anunciadas por Bush;
- si simplemente no comprende la magnitud del problema, como le reprende cariñosamente el célebre Krugman, que afortunadamente parece haber sucedido a Stiglitz como el economista de referencia de la progresía española, o
- si todavía carece de un plan creíble, como le acusa la derecha republicana.

Pero lo cierto es que, visto desde un pequeño país del sur de Europa donde los grandes debates sobre la globalización se centran en la persecución del castellano como idioma del imperio pasado, la democracia americana da envidia.
Porque su presidente
- no se ha instalado en la nube de su misión histórica,
- no se ha empecinado en imponer su proyecto a la realidad,
- sino que ha reaccionado con inteligencia y rapidez.
- No ha negado los hechos,
- ni ha querido disminuir su importancia lanzando ocurrencias al debate político,
- sino que los ha enfrentado con contundencia.

Desde su visión política y su óptica ideológica, obviamente, pero con capacidad de escuchar y disposición a entender.
Envidia porque
- todo el debate se produce ante la opinión pública y sobre todo ante el Congreso, que es la sede efectiva y no sólo nominal de la soberanía popular.
- Senadores y congresistas escuchan, interrogan, aprenden y proponen respecto al plan económico.
- La administración no esconde documentos,
- no busca el truco efectista que pille en un renuncio a la oposición,
- no entra en descalificaciones morales ni personales,
- sino que se limita a explicar sus propuestas a intentar convencer con argumentos.

Envidia, al fin, porque
- la prensa informa, opina, analiza y critica las distintas propuestas,
- subrayando según su criterio y orientación los aspectos más relevantes,
- pero no hace propaganda, no toca a rebato, ni enseña sus poderes al gobierno.

Tengo mi propia opinión sobre el paquete Obama. Creo que está buscando una Tercera Vía a lo Blair,
- entre intervenir temporalmente la banca americana, nacionalizarla unos años, como le pide la izquierda demócrata, o
- dejarla caer para que purgue sus excesos según el modelo de "destrucción creadora" de Schumpeter.
Obama es un pragmático y su secretario del Tesoro, un funcionario reformista. Ambos creen que pueden definir "un nuevo contrato social" por el que
- el sector privado se compromete a
- inyectar dinero fresco,
- administrar con eficacia y prudencia los bancos y
- actuar con sensibilidad social.

A cambio, el Gobierno
- limita el volumen máximo de pérdidas,
- crea un mercado para los activos tóxicos e
- impone condiciones éticas
- límites salariales y de beneficios y de negocio,
- algo más de crédito
a los sectores elegidos
.
Puede funcionar o haber llegado demasiado tarde.
En cualquier caso, el presidente Obama está legitimado para intentarlo y la democracia americana está demostrando una vez más su solidez.
Ha resistido "la tentación populista", y eso que esta vez el candidato había sido nominado al Oscar
.
FERNANDO FERNÁNDEZ - "ABC" - Madrid - 27-Mar-2009

El modelo del "city-manager" para descorromper ....

¿Por qué hay tanta corrupción en España?
La principal causa de los escándalos es el alto número de cargos de designación política en las instituciones nacionales, autonómicas y locales. Son redes clientelares que viven de que su partido gane las elecciones.

Para los que estudiamos la corrupción a nivel comparado, la reciente oleada de escándalos en España no representa ninguna sorpresa. Países como Francia, Italia, Portugal o España llevan años mostrando niveles de corrupción y de calidad de gobierno más parecidos a los de países autoritarios en vías de desarrollo que a los propios de democracias capitalistas avanzadas con décadas de pertenencia a la OCDE.

¿Qué factores separan a estos países, y en particular a España, de las democracias libres de corrupción?
- Una primera tentación que hay que evitar es la de afirmar que la corrupción está en "nuestra cultura". Se trata de un argumento peligroso e intelectualmente poco satisfactorio, pero que, sin embargo, goza de cierto predicamento en algunos círculos -posiblemente los mismos que afirmaban no hace tanto tiempo que la democracia representativa o el capitalismo no tenían espacio en nuestra cultura mediterránea y/o católica.
Como un creciente número de estudios está demostrando, la causalidad parece ir en todo caso en la dirección opuesta: los países desarrollan "malas" culturas -o culturas donde predomina la desconfianza social- como consecuencia de unos elevados niveles de corrupción.

- Una segunda tentación a evitar es el impulso legalista, con mucho arraigo en España, uno de los países del mundo con una mayor proporción de abogados en sus administraciones. Desde la visión legalista, expuesta, por ejemplo, por el Tribunal de Cuentas en un informe sobre corrupción local, lo que explicaría la misma en España sería "la falta de regulación", que "permite un margen de discrecionalidad, no siempre acorde con la protección del interés público". Pero,
¿alguien puede de veras creer que la solución a la corrupción local consiste en regular todas y cada una de las actividades de estas administraciones?
Sorprende comparar la actitud de nuestro Tribunal de Cuentas con sus equivalentes nórdicos: en ellos, en lugar de artículos con detallados procedimientos, encontramos simplemente alguna presentación de powerpoint señalando que el objetivo es evitar una "deficiente contabilidad", dejando discreción casi absoluta a los auditores públicos sobre cómo llevar a cabo su labor de fiscalización.
Como la literatura moderna sobre corrupción señala, las causas de la corrupción no hay que buscarlas en una "mala cultura" o en una regulación insuficiente, sino en la politización de las instituciones públicas.
Las administraciones más proclives a la corrupción son aquéllas con un mayor número de empleados públicos que deben su cargo a un nombramiento político. Y aquí, el contraste entre España y los países europeos con niveles bajos de corrupción es significativo.
En una ciudad europea de 100.000 a 500.000 habitantes puede haber, incluyendo al alcalde, 2 o 3 personas cuyo sueldo depende de que el partido X gane las elecciones. En España, el partido que controla un gobierno local puede nombrar multitud de altos cargos y asesores, y, a la vez, tejer una red de agencias y fundaciones con plena discreción en política de personal.
En total, en una ciudad media española puede haber cientos de personas cuyos salarios dependen de que el partido X gane las elecciones.
Esto genera diversos incentivos perversos para la corrupción. Los empleados públicos con un horizonte laboral limitado por la incertidumbre de las próximas elecciones son más propensos a aceptar o a solicitar sobornos a cambio de tratos de favor que los empleados públicos con un contrato estable.
En segundo lugar, a diferencia de lo que ocurre en la mayoría del mundo occidental, donde los políticos locales están forzados a tomar decisiones junto a funcionarios que estarían dispuestos a denunciar cualquier sospecha de trato de favor, en España toda la cadena de decisión de una política pública está en manos de personas que comparten un objetivo común: ganar las elecciones.
Esto hace que se toleren con más facilidad los comportamientos ilícitos, y que, al haber mucho más en juego en las elecciones, las tentaciones para otorgar tratos de favor a cambio de financiación ilegal para el partido sean también más elevadas.

¿Qué podemos hacer para reducir esta politización?
La experiencia de otros países resulta ilustrativa. Por ejemplo, entre finales del siglo XIX y principios del XX muchas ciudades de Estados Unidos presentaban unos niveles de politización y corrupción tan estratosféricos como los reflejados en la película Gangs of New York, donde el gobierno de la ciudad aparece capturado por redes clientelares e incluso criminales.
Unos años después, la extensa politización de las administraciones locales -y, de su mano, la corrupción- descendió de forma drástica gracias a reformas institucionales como la sustitución del tipo de gobierno "strong-mayor" (el tipo de gobierno local que predomina en España, en el cual un solo cargo electo, el alcalde y su mayoría de gobierno, acumula mucho poder) por el denominado "city-manager".
En esta nueva forma de gobierno,
- los cargos electos retienen la capacidad legislativa, pero
- el poder ejecutivo pasa a manos de un directivo profesional nombrado por una mayoría cualificada de concejales y
- por un periodo de tiempo no coincidente con el ciclo electoral, reduciendo así el grado de dependencia política.
Este tipo de gobierno, o variantes del mismo, ha sido adoptado en las administraciones locales de los países occidentales que presentan menores niveles de corrupción.
En ellos, el partido que gana las elecciones tiene las "manos atadas" a la hora de hacer nombramientos,
- porque existe un directivo profesional que gestiona la organización administrativa, o bien
- debe llegar a amplios acuerdos con otras fuerzas políticas, incluyendo con frecuencia a las de la oposición, para nombrar a cargos públicos.
En general, se trata de buscar mecanismos institucionales para que se seleccionen empleados públicos cuya continuidad en el cargo dependa de su competencia o mérito y no de su lealtad política.
Es importante subrayar que el nivel de competencia de los empleados no es sinónimo de lo que tradicionalmente se interpreta como sistema de mérito en España; es decir, unos funcionarios públicos seleccionados mediante oposiciones y con una plaza "en propiedad" de por vida, con independencia de su rendimiento.
La evidencia empírica nos muestra que no es necesario tener una administración repleta de funcionarios para reducir la corrupción. Por ejemplo, los dos países menos corruptos del mundo en 2008, Suecia y Nueva Zelanda, eliminaron hace años el "estatus funcionarial" para la gran mayoría de sus empleados públicos, que en la actualidad se rigen por la misma legislación laboral que cualquier trabajador del sector privado.

¿Podemos aspirar en España a unas administraciones más flexibles y eficientes y, a la vez, menos corruptas?
El principal obstáculo para ello es que aquí el debate público está atrapado entre dos visiones antagónicas e indeseables ambas.
- Por un lado, los partidos políticos que, amparándose en la rigidez tradicional de la administración pública, han fomentado instituciones que permiten
- una alta politización de la administración y,
- por tanto, generan corrupción.
- Por otro, los representantes de los cuerpos de funcionarios que abogan por el mantenimiento de un sistema de empleados públicos inamovibles.
- Quien obviamente paga las ineficiencias derivadas de la politización y de la rigidez administrativa son los ciudadanos.
Aunque esta situación parezca irreversible, la experiencia de otros contextos debe infundirnos optimismo. Cuando activistas como Richard Childs -hombre de negocios y promotor de un tipo de gobierno local basado en directivos profesionales como los existentes en el sector privado- iniciaron su improbable lucha contra la politización y la corrupción que asolaban la mayoría de niveles administrativos en Estados Unidos hace ya más de un siglo, se enfrentaron a redes clientelares cuyo poder parecía inexpugnable.
Sin embargo, triunfaron porque fueron capaces de movilizar los intereses de aquellos que en última instancia generaban la riqueza del país, convenciéndolos de que ésta se estaba malgastando no con malas políticas públicas, sino con malos políticos, o mejor dicho, "con la pervivencia" de malas instituciones utilizadas por los políticos para sostener sus redes clientelares.
¿Podrá alguien en España movilizar esos intereses?

Ph. D. VÍCTOR LAPUENTE GINÉ - Universidad de Gotemburgo - "El País" - Madrid - 27-Mar-2009

jueves, 26 de marzo de 2009

En medio de la crisis: la sequía de crédito

Nos hallamos en un punto crucial de la crisis: la situación en la que la concesión de créditos se paraliza o, incluso, se contrae.

En un estudio famoso de junio de 1983, Ben Bernanke -el actual presidente de la Fed- demostró que la Gran Depresión de 1929 no tuvo la profundidad y la duración desastrosa que conocemos por falta de liquidez, como era la tesis de Friedman, sino por la contracción del crédito bancario a los empresarios y a los particulares.
Esto, según Bernanke, alargó la crisis en dos años más de lo que podía haber durado. En consecuencia, desde 1930 hasta 1933 y en cifras acumuladas,

- el PIB norteamericano cayó un 27%
- lo mismo que el empleo y el consumo-,
- la inversión un 77% y
- la Bolsa un 82%.
- Quebró el 25% de los bancos americanos
y
Roosevelt, apenas llegado a la presidencia, tuvo que declarar una "vacación bancaria" (suspensión del reembolso de los depósitos) en marzo de 1933, e inyectar inmediatamente 1.000 millones de dólares para recapitalizar a las entidades.
Casi nadie piensa seriamente que la presente recesión puede alcanzar una caída de tal magnitud. Es evidente, sin embargo, que
- la dimensión de la crisis financiera y
- el efecto depresivo de
- la caída del valor de los activos mobiliarios e inmobiliarios sobre
- el consumo,
- la inversión y
- el empleo,
- deben tomarse con la mayor preocupación y combatirse con los instrumentos más potentes que nos dan
- la experiencia y
- la teoría económica.

Para frenar la caída, y, luego, impulsar la demanda agregada -ahora casi en caída libre- se han puesto en juego medidas de política presupuestaria,
- gasto de inversión,
- reducción de algunos ingresos fiscales,
- ayudas a los sectores más dañados,
enérgicamente en Estados Unidos, modestamente en Europa y, en particular, en España.
Asimismo, los Bancos Centrales han ido aumentando la liquidez y bajando los tipos de interés. Entre los grandes bancos centrales -la Fed, el Banco de Inglaterra, el Banco de Japón- el Banco Central Europeo se ha destacado notablemente por su falta de agudeza y perspicacia en el análisis de la situación, subiendo los tipos de interés todavía en julio de 2008 y, declarando, ¡a mediados de septiembre pasado!, "que había unanimidad entre los gobernadores de su consejo en no bajar el tipo de interés". Es lamentable, porque las medidas monetarias tardan muchos meses en hacer todo su efecto y hay que utilizarlas lo antes posible.
Afortunadamente, por el impacto de la caída del grande y centenario banco norteamericano Lehman Brothers y por los problemas que siguieron, el BCE se puso en marcha y ha resuelto en gran parte la falta de liquidez en Europa.
Sin embargo,
- la liquidez abundante y
- los bajos tipos
- no resuelven el problema crucial en esta fase de la crisis,
- que es el de facilitar y reactivar el crédito bancario.

La interpretación de Bernanke sobre la tremenda responsabilidad del credit crunch en la profundización de la Depresión de 1929, es una advertencia que no debemos olvidar ni un momento.
Me parece tan importante que no he parado de recalcar -desde una entrevista en Abc el 26 de octubre de 2008, hasta otra en La Vanguardia el 8 de este mes- que
- Es imprescindible y urgente aliviar a los bancos de una parte considerable de los activos dañados que figuran en su balance.
- El riesgo en que incurrieron aquéllos, con créditos dados en el pasado sobre garantías ahora devaluadas, crece con el tiempo y
- es una rémora que puede seguir paralizando el flujo necesario de nuevos préstamos.

Las fórmulas para aliviar la "infección" de los activos tienen que descansar, ineluctablemente, en que
- el Estado asuma una parte de las pérdidas implícitas y
- sean cuales sean las soluciones adoptadas, sus defectos serán menos nocivos que un alargamiento del periodo de sequía de créditos,
- que sería lo más "tóxico" para toda la economía.
Apenas enviadas las líneas anteriores a EL PAÍS, se ha conocido un plan del Tesoro de Estados Unidos para afrontar el fundamental problema de los activos "tóxicos" con un nuevo enfoque, tras los fracasados intentos del anterior secretario Paulson. Como el programa constituye una iniciativa de "manos a la obra", que parte de consideraciones semejantes a las que yo hacía en lo escrito, me ha parecido coherente añadir unos comentarios a la propuesta, conocida el martes pasado.

En síntesis, el Programa (PPIP) consiste en
- Asociar dinero proveniente de ingresos privados a otra cantidad, igual, aportada por el Tesoro Público,
- para dotar de fondos propios a un vehículo inversor, que comprará activos tóxicos de los bancos.
- Sobre esta base, la Corporación Federal de Aseguramiento de Depósitos otorgará préstamos al vehículo,
- en cantidad de 6 veces lo aportado como fondos propios.
- El dinero movilizado así podrá llegar a 500.000 millones de dólares (extensibles a un billón de dólares).
- El procedimiento para la compra de activos será el de subasta, en la que el FDIC pujará por los activos que ofrezcan los bancos y,
- en el caso de que a éstos les convengan los precios, el vehículo los adquirirá.

El método planteado por el Secretario del Tesoro -Geithner-
- tiene importantes ventajas si es bien acogido por los inversores.
- Si no es así, no quedaría más solución que la asunción total del coste por el Estado.
Por una parte, resolvería la cuestión del valor actual de los activos a comprar con un criterio de mercado, menos cuestionable que el de una transacción bilateral opaca entre banco y funcionarios de Gobierno.
Por otro lado, elimina el intervencionismo político en los bancos -como ocurre con las recapitalizaciones vía acciones-, y reparte una parte (mínima, es cierto) del coste y del beneficio a los inversores privados.
El PPIP parece haber sido bien recibido por Wall Street y por importantes inversionistas.
Los que se han precipitado a poner el programa como "chupa de dómine" han sido el Nobel Stiglitz y el Nobel Krugman (novel, por cierto, en economía española, a pesar de sus viajes y de los buenos amigos que tiene aquí). El fondo de sus protestas es la indignación por una ayuda a los bancos, a costa de los contribuyentes.
Es muy respetable, que Stiglitz y Krugman tengan siempre, como preocupación, la desigualdad entre la masa del pueblo americano y la clase alta, que se ha enriquecido notablemente en las últimas décadas. Pero me sorprende que olviden la inmensa miseria que la catástrofe bancaria y el crédito crash causaron en las clases más desfavorecidas de EE UU -y de Europa- entre 1929 y 1933. La prioridad ahora, es que no se repita tal desastre.
En EE UU hay una antipatía congénita de la mayoría de los ciudadanos por los bancos, según me explicó un Secretario del Tesoro, como corresponde a un pueblo de pequeños y medios empresarios. Me añadió que es casi imposible conseguir que el Congreso apruebe una ley que ayude o que parezca beneficiar a los bancos. Quizá por eso Geithner ha diseñado su plan de modo que no tenga que pasar por el cedazo parlamentario.
Sería una enorme desgracia que
- un populismo demagógico e irresponsable y
- la repulsión que produce una ínfima -pero escandalosa- minoría de golfos financieros
impidieran acortar y atenuar el sufrimiento que la crisis económica está infligiendo, principalmente a la población trabajadora.

MIGUEL BOYER SALVADOR - Lic. en Economicas y Físicas - Ex Ministro de Economía - "El País" -Madrid - 26-Mar-2009

"Credit Crunch" (del inglés, crujido, y crédito) - Wikipedia
También conocido como contracción del crédito, restricción crediticia o crisis de crédito (no confundir con "crisis de liquidez"), es un fenómeno financiero consistente en
- la reducción del dinero disponible para prestar -préstamos o créditos- o
- un repentino incremento del coste de obtener préstamos bancarios
.
Este término se puso de moda en el crash financiero-bancario mundial del 2008.
Entre las consecuencias inmediatas del credit crunch, aparece
- una limitación de las posibilidades de endeudamiento para los consumidores -lo que implica una reducción del consumo-
- como de inversión para los
empresarios -lo que limita el crecimiento económico-.
El credit crunch es un fenómeno básicamente opuesto al exceso de liquidez.
Durante el período del credit crunch las entidades prestamistas endurecen las condiciones para prestar dinero,
- bien sea exigiendo mayores garantías,
- bien elevando el precio del
dinero,
- bien imponiendo condiciones más duras, etc.
La contracción crediticia se produce por la necesidad de los
Bancos Centrales de subir los tipos de interés. Esto provoca que los bancos comiencen a ver demasiado riesgo en los sectores donde han estado prestando el dinero con demasiada alegría. Bancos y cajas comienzan a seleccionar con lupa las concesiones de créditos tanto a empresas como particulares. Llegado un punto, una restricción importante del crédito puede taponar gravemente las vías del crecimiento económico, esencialmente porque el dinero más afectado es el capital inversor.

El economista de la Escuela Austríaca, discípulo de
Friedrich von Wieser y de Ludwig von Mises, Friedrich Hayek, demostró que
- la creación de dinero nuevo y artificial por el sistema bancario prestado a interés bajo, la denominada expansión crediticia,
- distorsionaba los patrones de inversión,
- asignando desproporcionadas pérdidas cuando el crédito se contrae.
Un claro ejemplo de "credit crunch" puede es la
crisis de las "hipotecas subprime".
- La expansión crediticia se detiene y
- los posibles compradores de viviendas ya no pueden obtener financiación para comprar nuevas propiedades.
- Esto reduce la demanda en el mismo momento que
- los propios bancos están intentando que sus deudores con los préstamos peor clasificados vendan sus propiedades y paguen la deuda.
- Esto hace aumentar la oferta de viviendas en el peor momento, haciendo que bajen los precios de estas.
Uno de los gurús del credit crunch es
Nouriel Roubini, profesor de Economía en la Universidad de Nueva York. Desde postulados intervencionistas, Rubini advirtió que la crisis subprime era una crisis sistémica cuyos problemas se distribuyen por el sistema entero, por lo que se muestra partidario de nacionalizar los bancos norteamericanos antes de que estos contagien su problemática empresarial a todo el mundo financiero.
Desde el lado contrario, los
liberales y austríacos defienden que hay que amortizar la deuda viva para evitar la contracción crediticia (credit crunch). Esto objetivo sólo podría lograrse incrementando la renta disponible de los individuos mediante rebajas de impuestos y reducciones del gasto público.

"EE UU cambió y los europeos no se han dado cuenta"

Opina el Ph.D., politólogo, Alan Abramowitz del Department of Political Science - Emory University.

Factor 1: producto interior bruto.
Factor 2: índice de aprobación presidencial.
Factor 3: tiempo que lleva en la Casa Blanca el partido del presidente.
Así de fácil, con datos y estadísticas, Alan Abramowitz ha pronosticado con gran puntería los resultados de las cinco últimas elecciones en EE UU, incluida la que le dio la victoria a Barack Obama.
Este politólogo nacido en Brooklyn en 1947 -descendiente de judíos rusos emigrados a Nueva York- acaba de estar en España para revelar algunos de sus secretos: "El modelo descansa sobre la idea de que, en una democracia consolidada, los votantes piden cuentas a los gobernantes. Si creen que lo están haciendo bien, les dejan seguir; si no, les echan. Obviamente, esto es una simplificación; es todo más complicado. Pero en eso se basa".
Abramowitz, ligeramente resfriado y con una tos molesta, pone más interés en sus fórmulas que en el menú de este restaurante de cocina californiana que su dueña, Karen Bell, acompaña con toques franceses y españoles.
¿No hubiera preferido otro sitio, siendo su primera visita a España?
"Pues la verdad es que sí, no lo elegí yo. Pero no está mal; aunque viví seis años en California, no sé muy bien qué es eso de la cocina californiana. Seguro que es algo, pero no tuve oportunidad de enterarme".
Una pieza de alcachofa, otra de mandarina y otra de remolacha -así que esto debe ser una ensalada californiana, pensará Abramowitz- ponen en el plato el modelo:
- la ponderación de la economía (la del segundo trimestre del año electoral),
- el índice de popularidad y
- si el partido en cuestión lleva en la Casa Blanca cuatro años (ventaja para el ocupante) u ocho (ventaja para el aspirante). "
Fue lo que pasó con Bush, con Clinton, con Reagan, con Nixon, con Eisenhower...".
Lleva 30 años analizando elecciones, pero es la primera vez que le invitan a hablar fuera; Obama, claro. A los europeos les pide pragmatismo.
- "Los cambios necesitan tiempo;
- además, en política exterior, los objetivos básicos no cambian.
- Y la prioridad va a ser la economía nacional".

"EE UU ha cambiado y no sé si los europeos se han dado cuenta. No es sólo el color del presidente, es todo. Hay un nuevo EE UU, el de la diversidad.
Con complicaciones -conflictos entre grupos, desbordamiento de servicios sociales-, pero con enormes ventajas:
- vitalidad económica,
- constante infusión de nuevas gentes,
- su motivación,
- su deseo de mejorar".
Y la gente "ve en Obama algo de su propia experiencia o de la de sus familias: venir de fuera, pero considerar el país como propio".
"Muy buen pescado. Todo está muy bueno". La lubina al hinojo con almejas y azafrán -poco frecuente en Atlanta, en su Universidad de Emory- inspira optimismo al profesor: "Obama debería ganar en 2012, aunque depende de la economía. Es importante que la gente perciba progresos, señales en la buena dirección".
¿Y si la cosa no va bien?
"Habrá una reacción conservadora muy fuerte en cualquier sentido:
- habrá populismo radical, de derechas o de izquierdas,
- se pedirán soluciones más drásticas
.
Es lo que pasó en la Depresión. Pero soy optimista. Creo que saldremos de la crisis en 2010".

JOSÉ MANUEL CALVO - "El País" - Madrid - 26-Mar-2009

miércoles, 25 de marzo de 2009

El hechicero de la tribu, la crisis global y las fallas del modelo gerencial norteamericano

Muchos creen la crisis global es fruto de la "codicia de algunos". Sin embargo, en el fondo, posiblemente se trate de una manifestación de las fallas del modelo gerencial norteamericano...

Luego de la explosión financiera norteamericana y su terrible efecto dominó en la economía global algunos pretenden circunscribirla a un escenario macroeconómico similar a la crisis del '30 de la cual se salió con
- el
keynesianismo,
- la Segunda Guerra Mundial y
- el estado benefactor
.

Pero, más allá de la recurrente referencia a la codicia de "algunos", que el mismo Barack Obama citó en su discurso de asunción como presidente de los Estados Unidos, poco se habla "del fracaso de un modelo gerencial" que llevó a la quiebra a empresas con más de un siglo de vida.
Se habla de
- las consecuencias de la ausencia del Estado y
- la
falta de regulaciones y
- se enfoca en los salvatajes millonarios y la formulación de políticas públicas activas.
Si en lugar de ver a esta crisis como novedosa, terminal y refundacional la viéramos como una expresión más de un ciclo que incluye
- los procesos de
reingeniería y downsizing,
- la explosión de la burbuja de las puntocom,
- la quiebra de
Enron y otras similares y
- ahora la crisis de las hipotecas subprime,
miraríamos menos

- la codicia de algunos y
- las políticas públicas y
- nos detendríamos más en la matriz del modelo gerencial imperante.
Precisamente, hace seis años Peter Drucker sentenciaba que el management de alto nivel estaba en crisis y al mismo tiempo planteaba proféticamente que el modelo norteamericano estaba destinado al fracaso y que "sólo funcionaba en épocas de prosperidad".
En una obra que anticipa la actual crisis desde el análisis del caso Enron y otros fraudes contemporáneos, Larry Elliot y Richard Schroth se detienen particularmente en el análisis de ese estilo de gestión. Plantean que la cultura empresaria estaba por un lado regida por
- la innovación,
- gente inteligente y
- grandes ideas y
,
por el otro, por
- la ingeniería financiera y
- la avaricia
.
Al mismo tiempo, destacan que "la complejidad implícita" en las grandes compañías globales muchas veces "sirve de excusa" para encubrir incompetencias o
fraudes, y que los mismos líderes empresariales colaboran creando más complejidad.
Como define Jorge Etkin: "la complejidad es un enfoque que considera a la organización como un espacio donde coexisten
- orden y desorden,
- razón y sinrazón,
- armonías y disonancias
".
Pero,

¿Cuán necesariamente complejas son o deben ser las organizaciones?

Para el caso sirve una anécdota cinematográfica. En la película "Acoso Sexual" (1994), cuyo trasfondo es la adquisición de una compañía informática (Digicom) por parte de la firma Conley-White, la Vicepresidente de Operaciones Avanzadas Meredith Johnson (interpretada por Demi Moore) desenmascarada por sus manejos turbios en torno a la operatoria se defiende diciendo: "Ustedes no comprenden, esta fusión gira en torno a "la sinergia entre hardware y software", entre dinero líquido y capital", a lo que el CEO de la adquiriente responde ofuscadamente con simpleza que efectivamente no la entiende y que ellos compraron esa compañía "porque construye cosas".
De esta forma, debemos preguntarnos
- cuánto del actual modelo de conducción de las organizaciones es complejo por el carácter de las decisiones a tomar y
- cuánto por el desconocimiento de los decisores sobre la realidad del nuevo contexto
.

Así, el management actual enfrenta nuevos desafíos a los cuales se debe dar necesariamente respuesta si queremos dar un nuevo salto cualitativo y cuantitativo en la capacidad de las organizaciones de ser eficientes y brindar las respuestas adecuadas.
Desde hace unos 20 años no existen nuevos enfoques en administración; hay nuevas técnicas o viejas técnicas rebautizadas con términos en idioma sajón, pero no nuevos abordajes.
Hasta el desarrollo de la Teoría de la Organización en los años '60 los abordajes en administración eran excesivamente tecnocráticos y conductivistas. Investigaban cómo funcionaban las organizaciones al mismo tiempo que buscaban fórmulas que tendieran a la eficiencia y el éxito de las mismas y, en consecuencia, universalizaban el conocimiento empírico de unas pocas prácticas aisladas de gestión.
Actuaban como "el hechicero de una tribu" que, sin conocer de anatomía y fisiología, diagnosticaba y trataba a su paciente sin saber mucho ni de él, ni de su enfermedad, ni de los efectos de la medicación.
Recién hace unos 40 años, con las obras de Herbert Simon, la teoría de la administración comenzó a ocuparse de la anatomía, la fisiología y la psicología de las empresas, más que de la farmacología.
Y siguiendo con la misma metáfora, el desafío que se nos plantea hoy es ocuparse también de "la genética de las organizaciones".
Julián D’Angelo - Lic. en Administración - "Materiabiz" - Buenos Aires - 25-Mar-2009

Downsizing - Lycos - Angelfire
El downsizing es un tipo de reorganización o reestructuración de las organizaciones a través de la cual se lleva a cabo
- la mejora en los sistemas de trabajo,
- el rediseño de la organización en todos sus niveles y
- la adecuación del número de empleados
para mantener competitivas a las organizaciones.
El término tiene dos interpretaciones.
- En el sentido estricto, significa reducción de la fuerza de trabajo.
- En el sentido amplio, expresa un conjunto más diverso de estrategias como el rightsizing y el rethinking, y no necesariamente una reducción laboral, ya que por lo general ésta, como estrategia aislada, es ineficaz e inclusive perjudicial.
El downsizing se emplea hasta volverse común tanto a los sectores públicos como a los privados. A pesar de que las presiones económicas, fiscales y políticas son la causa inmediata por la cual se decide llevar a cabo el downsizing, el hecho es que los cambios tan rápidos en el ambiente gubernamental y de negocios son la razón de fondo por la que se realizan estas medidas.

Nos falta liderazgo femenino

- La crisis saca a la luz las carencias de las empresas dirigidas sólo por hombres
- La mujer aporta un estilo más cauto, ético y transversal frente al modelo autocrático


Islandia ha puesto a dos mujeres al frente de los grandes bancos nacionalizados por la crisis. Otra mujer se ha hecho cargo del Gobierno de Reikiavik después de que el anterior primer ministro dimitiera por las turbulencias financieras que han llevado a la bancarrota al país.
Cada vez son más los que piensan que la economía y la política funcionarían mejor con más mujeres al mando. Hasta en el Foro Económico Mundial de Davos se llegó a esa conclusión, que Nicholas Kristof, columnista de The New York Times, resumió de forma ingeniosa: a Lehman Brothers, uno de los bancos caídos, quizás le habría ido mejor como Lehman Brothers... and Sisters.
Nadie puede saber qué habría pasado si más hermanas hubiesen dirigido este banco de inversión, pero los expertos, y cada vez un mayor número de estudios, respaldan las ventajas de tener a más mujeres en los consejos de administración ante los fallos cometidos por los capos del sistema financiero y sus reguladores.
Una de las grandes críticas que se ha hecho a los bancos y a las grandes compañías que cayeron en los noventa, como Enron y WorldCom, es que sus equipos de dirección eran excesivamente homogéneos: hombres blancos, de entre 55 y 65 años, de clase media, del mismo origen, mismas escuelas...
"A partir de 2003, existe cierto consenso en torno a la idea de que
- una mayor diversidad en los consejos lleva a un mejor gobierno,
- porque se toman mejores decisiones y
- se innova más",
asegura Ruth Sealy, experta de la Escuela de Negocios de la Universidad de Cranfield (Reino Unido), que en un reciente informe afirmaba que más ejecutivas deberían tomar las riendas de los bancos y compañías en crisis.
La rentabilidad de las compañías que tienen a 3 o más directivas en la cúpula es 5 puntos porcentuales superior a la media, según un estudio que Catalyst, una organización sin ánimo de lucro dedicada a promover el liderazgo femenino, realiza tomando como referencia las 500 primeras empresas de la clasificación Fortune. No sólo en la empresa. Más políticas deberían gobernar, según una de las conclusiones del reciente Coloquio Internacional de Liderazgo Femenino organizado en Liberia el 7 y 8 de marzo.
Poco después de que Elín Sigfúsdóttir y Birna Einarsdóttir se colocaran al frente de los dos bancos islandeses quebrados, un portavoz del Gobierno de ese país dijo: "Es lo típico, los hombres han provocado el caos y las mujeres tienen que limpiar todo ese desastre". Tópicos como éste aparte,


¿Existen diferencias de verdad entre hombres y mujeres a la hora de gestionar una empresa o gobernar un país?
Las hay
, sobre todo de estilo. "Por lo general,
- las mujeres son más conscientes del riesgo;
- ponen la ética, la responsabilidad social y el gobierno corporativo por encima de otros valores en su agenda y,
- a la hora de tomar decisiones, usan tanto sus habilidades racionales como emocionales",

afirma Halla Tómasdóttir, presidenta ejecutiva de la firma de inversión fundada por mujeres Audur Capital (presume de haber dado beneficios en 2008, su primer año de vida, a pesar de la crisis), y una de las portavoces de la nueva corriente a favor de que las mujeres ocupen puestos clave de liderazgo en Islandia. "No digo que un mundo exclusivamente femenino sea mejor que uno masculino, sino que estoy convencida de que es necesario un mayor equilibro de género si queremos construir un mundo de los negocios más sostenible", opina desde Reikiavik.
"Entre los sexos hay diferencias de estilo, más que de preparación", afirma Ruth Sealy, la experta de Cranfield. "Hay investigaciones que muestran que, de alguna forma, las mujeres se encuentran más cómodas usando un modelo de liderazgo llamado "transformacional", lo cual implica
- saber motivar más y mejor,
- saberse ganar la confianza de la gente y
- animar a sus subordinados a desarrollar su potencial", añade.
En cambio, los hombres suelen encajar con el estilo tradicional, "más autocrático", y muy basado en
- recompensar el cumplimiento de objetivos y
- castigar su incumplimiento.
"No todos somos iguales. No se puede generalizar. Hay algunas mujeres más agresivas y directas que algunos hombres, y al revés", puntualiza Celia de Anca, directora del Centro de Diversidad de IE Business School en Madrid, que no puede evitar poner como ejemplo a la ex primera ministra británica Margaret Thatcher, conocida como La dama de hierro. "Su estilo puede estar considerado como un estilo de dirección masculino, mientras que al femenino se le atribuye otra sensibilidad; pero hay hombres más sensibles y mujeres más duras", explica De Anca.
Una de las dirigentes europeas más poderosas es Angela Merkel. La canciller alemana ha conseguido liderar una compleja gran coalición de partidos durante casi cuatro años, cuando muchos dudaban, a finales de 2005, que durara ni dos. A esta altura de legislatura, se le pueden achacar mil defectos en su forma de gobernar, pero nadie le niega cierta capacidad para el diálogo.

Los expertos aseguran que Merkel es flexible y sabe dar marcha atrás cuando es necesario, algo que claramente la distingue de su antecesor, Gerhard Schöder. Ella ha sido, precisamente, la impulsora de una nueva carta de gobernanza mundial para abordar la crisis bajo nuevos pilares y principios.

De Europa a África
Ellen Johnson-Sirleaf
se convirtió hace tres años en la primera jefa de Estado del continente. Tras 14 años de una guerra civil devastadora, el país que preside, Liberia, necesita aún muchos cambios, pero ella ha conseguido mejorar su imagen internacional y que algunos inversores extranjeros empiecen a llevar sus negocios.

"Su liderazgo es diferente del de otros africanos", explica Winnie Imanyara, directiva del banco keniano Equity Bank, que asistió al Coloquio Internacional de Liderazgo Femenino celebrado en Monrovia. "Lo que importa para ella es lo que hace, no lo que dice. La mayoría de los presidentes africanos quieren ser juzgados por lo que dicen, aunque muchas veces no lo cumplan", opina.
"Las mujeres quieren poder para tener influencia, no para conseguir más poder; negocian, no fuerzan; sienten que han triunfado cuando todos están de acuerdo y creen que sus decisiones son justas", asegura Inmanyara, una de las ejecutivas más respetadas de África.
Tener a una mujer al frente, por supuesto, no es garantía de éxito, pero su fracaso genera el debate sobre si recibe más críticas por ser mujer. Un posible ejemplo es el de Carly Fiorina, que durante seis años fue la mujer más poderosa del universo empresarial hasta que la cúpula del fabricante de ordenadores HP puso su cabeza en bandeja por diferencias con el consejo de administración. Durante su mandato, la compañía perdió el liderazgo a favor de Dell.
"Como hay poquísimas mujeres en los primeros puestos, son más visibles, y se suele ser más crítico con ellas", opina desde Londres Lamia Walker, directora del Centro para las Mujeres en los Negocios. "Si nos fijamos en compañías que han caído en esta crisis, como Lehman Brothers, Royal Bank of Scotland, Standford, Madoff, AIG... ¡Todas estaban gestionadas por hombres!".
Una de las políticas más visibles en España es, especialmente esta semana, la ministra de Defensa, Carme Chacón, que ha sido muy criticada tras el anuncio de la retirada de las tropas de Kosovo. Tras algunas de esas críticas, la secretaria de Estado para Iberoamérica, Trinidad Jiménez, aprecia cierto componente machista. "La crítica política es legítima y yo no pienso que por ser mujer no se pueda ser objeto de críticas, pero en este asunto ha habido algunos comentarios de carácter personal que creo que son irrespetuosos", afirma en una entrevista telefónica.

"A veces se habla de la ministra como 'esa chica', o se recuerdan una y otra vez temas relacionados con su maternidad, etcétera. Son comentarios que sobrepasan la crítica política", añade.
"Cualquier dirigente político está sometido a crítica", respondía ayer por la mañana la portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, en una conferencia de prensa.

Por la mañana, Carmen Silva, portavoz del PSOE en el Senado, declaró a RNE que no compartía las críticas que se habían hecho a Chacón, pero que no le parecían machistas. Y es que la condición de mujer no puede servir para exacerbar las críticas, como tampoco para eludirlas.
"A las mujeres se nos mira con lupa", afirma Eva Levy, que acaba de ser fichada por la consultora ExcellentSearch para poner en marcha una división especializada en la captación de mujeres para ocupar puestos en los consejos de administración. "Cuando una ministra se equivoca, se arma, pero también hay críticas cuando se equivoca un ministro", puntualiza Levy.
"Si se nos critica, si se pone en tela de juicio nuestra preparación o nuestros méritos para ocupar un cargo, tenemos que aprender a luchar contra ello", afirma. Levy considera que por primera vez, gracias a esta crisis económica, se está viendo que existe una correlación entre las mujeres en la alta dirección y los mejores resultados de las empresas. "Somos más realistas y ponderamos mucho las decisiones", afirma.
Como ha dicho la que en su día fue la primera gobernadora de New Hampshire, Jeanne Shaheen, en la actualidad directora del Instituto de Políticas de Harvard, "las mujeres tienden a preocuparse menos por quién se lleva el mérito y más por resolver el problema". No es que los hombres no resuelvan problemas, sino que "la mayoría se asegura de que todo el mundo sepa quién lo solucionó".
"No es tan sencillo", discrepa Celia de Anca. "No basta con decir: quiero que la mitad de los directivos sean mujeres; sino que hay que saber qué perfil queremos y buscar al mejor o la mejor de los candidatos", afirma. "Primero la cualidad, y luego la persona", añade. La experta recuerda cómo los departamentos de recursos humanos se llenaron de mujeres hace unos años porque se suponía que comprendían mejor a los empleados, que eran más sensibles. "Hay que tener cuidado, porque no debemos limitar a las mujeres, tienen que estar en todas partes", opina.
Casi todos los expertos coinciden en que hay valores que tienden a ser más generales en las mujeres. "Sobre todo en América Latina, donde las responsabilidades familiares están muy presentes y, aunque no se puede generalizar, las mujeres suelen ser más tolerantes y se centran en conciliar diferentes puntos de vista; además, como nos toca competir en condiciones adversas, nos exigimos mucho más", explica en conversación telefónica desde Caracas María Corina Machado, directora de la asociación civil venezolana Súmate e integrante del grupo de jóvenes líderes de Davos.
Las investigaciones sobre las diferencias entre hombres y mujeres como gestores y líderes no están al margen, por supuesto, de la biología.
Un estudio de la Universidad de Cambridge concluyó que los altos niveles de testosterona por la mañana en los agentes de Bolsa están asociados con una jornada de suculentas ganancias. A niveles más altos de testosterona, más riesgos se corren. A veces, correr riesgos es bueno, pero no si el broker acaba tirándose a la piscina de forma irracional: acaba perdiendo hasta la camisa.


¿Se podría haber frenado la peor crisis financiera desde la Gran Depresión con más estrógenos?
Según los médicos, la hormona llamada "oxitocina" (parece que las mujeres producen mucha más que los hombres) hace que las mujeres suelan reaccionar de forma más cautelosa y evalúen los riesgos.

Quizás ésa fue la fuente de inspiración de Meredith Whitney, a analista de la banca que, como comentó Thomas L. Friedman en uno de sus artículos en este periódico, se ha hecho famosa porque vaticinó la crisis de Citigroup mucho antes de que lo hicieran otros.
"Para que un equipo pueda desarrollar su máximo potencial es mejor que esté formado en un 50% por hombres y en un 50% por mujeres
, independientemente de si el máximo dirigente del grupo es un hombre o una mujer", recomienda Lamia Walker, que basa su afirmación en un estudio realizado en empresas de más de 17 países de Europa.

"Creemos que ningún país ni ninguna empresa pueden alcanzar todo su potencial sin contar con más mujeres", afirmaba Diane White, consultora de Calvert, una firma de inversión, ante cientos de mujeres en el foro de mujeres celebrado en Monrovia.
Whyte, nacida en Liberia y residente en Estados Unidos, era tajante: "Cuando excluyes a las mujeres, lo acabas pagando".
CRISTINA GALINDO - "El País" - Madrid - 25-Mar-2009