martes, 23 de abril de 2013

Siete lecciones para reparar una economía

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Hace una generación, una tasa de desempleo de 7,6% era considerada un síntoma de una profunda recesión en Estados Unidos.
Hoy, es señal de una mejoría.

En realidad, para los ministros de Hacienda de algunas economías es motivo de envidia.
El desempleo
- ronda 12% y está en alza en los 17 países que comparten el euro.
- En España es el doble.
- La economía británica se ha contraído en 10 de los últimos 19 trimestres.
Se han escrito, y se escribirán, libros sobre
- la mejor forma de prevenir otra crisis financiera.
Pero hay un tema que no se puede quedar en el tintero:
- ¿Qué nos han enseñado los últimos cinco años
- sobre la mejor forma de acelerar
- una recuperación después de que una economía
- sufre un golpe financiero tan severo?
No es una tarea fácil. Este capítulo aún no ha terminado, así que
- nadie puede saber las consecuencias finales.
Sin perjuicio de lo anterior,
- algunas lecciones parecen claras:

1- El diagnóstico debe ser acertado
Ken Rogoff, un economista de la Universidad de Harvard quien escribió el libro más influyente sobre la historia de las crisis financieras (y cuyos datos sobre la relación entre la deuda pública y el crecimiento acaban de ser cuestionados por otros economistas), afirma que
- lo más importante que hay que tener en cuenta es lo siguiente:
- "Cuando una recesión es acompañada de una crisis financiera profunda,
- habrá un periodo prolongado de crecimiento lento".
Este tipo de recesión es como una enfermedad crónica.
- "Si se da cuenta que no va a crecer lo suficientemente rápido"
- para salir de la crisis, señala Rogoff,
- "cambia el cálculo del riesgo".
Eso significa que
- hay que implementar medidas que son política, y
- tal vez económicamente, dolorosas en el corto plazo, como
  - la rebaja contable de la deuda incobrable de los bancos,
- porque los frutos se verán más adelante.
"En realidad se trata de determinar si va a tener un crecimiento lento por cinco años o por 15 años", dice. Ni EE.UU. ni Europa entendieron esto cuando recibieron los primeros embates de la crisis financiera.

2- Ante la duda, es mejor excederse que hacer muy poco.
Esto suena imprudente, particularmente si se toma en cuenta que la crisis fue causada por un exceso de crédito y de riesgo. No obstante, la historia reciente demuestra que las proyecciones iniciales son rara vez lo suficientemente sombrías y que existen mayores probabilidades de que, después de un shock, las sorpresas negativas superen a las positivas.
Las previsiones de crecimiento de la Reserva Federal de EE.UU., por ejemplo, han sido excesivamente optimistas desde 2009.
Si la Fed, el banco central de EE.UU., pudiera hacerlo todo de nuevo, probablemente habría recortado antes las tasas, impreso más dinero y comprado bonos antes.
La mayoría de los asesores económicos del presidente Barack Obama habrían estimulado más la economía si el Congreso lo hubiera permitido.
Cabe aclarar que existe un punto de vista opuesto que sostiene que el problema no fue la magnitud de la dosis, sino la medicina.
La historia reciente aún
- no ha suministrado pruebas de que menos estímulo habría producido un mejor desenlace.
Hasta el momento, los resultados de las políticas de austeridad seguidas en Gran Bretaña no son muy atractivos: un crecimiento económico inferior al previsto pese a los esfuerzos del Banco de Inglaterra de contrarrestar los severos recortes del gasto fiscal.

3- Una crisis financiera es económica, no moral.
Existe la tentación de pontificar después de que mucha gente comete tantos errores:
- evitar los pecados que crearon la crisis.
- Castigar a los responsables.
- Buscar la rectitud económica del ahorro.
- A largo plazo, eso funciona.
Pero si todo el mundo
- reduce la deuda de forma simultánea inmediatamente después de un mega-shock financiero,
- la economía seguirá contrayéndose.
Hay poderosas razones para
- promover el endeudamiento y el gasto
- inmediatamente después de una crisis financiera y
- dejar temporalmente de lado el temor a que hacerlo podría conducir a pecar más en el futuro.

4- Cuide a los bancos.
El trabajo académico de Ben Bernanke, el presidente de la Fed, demostró que
- durante la Gran Depresión de los años 30 la incapacidad de la Fed de advertir que
- los bancos moribundos estaban bloqueando las arterias del sistema financiero
- postró la economía.
Durante los años 90, Suecia y Japón sufrieron crisis financieras dolorosas, que Bernanke examinó en detalle.
- Suecia decidió tomar el trago amargo, saneó su banca y restauró el crecimiento económico.
- Japón no lo hizo y se estancó por una década.
- Durante los años 2000, EE.UU. aprendió esas lecciones, pero
- Europa no.
El contraste entre las pruebas de resistencia realizadas en EE.UU. y Europa es ilustrativo:
- el objetivo es asegurarles a los mercados que los bancos tienen (o serán obligados a recaudar)
- capital suficiente para soportar un deterioro significativo de la economía.
Las pruebas de 2009 en EE.UU. fueron consideradas creíbles y el gobierno prometió aportar capital de los contribuyentes a los bancos que no pudieran levantarlo en los mercados.
En Europa, en cambio, las pruebas carecieron de credibilidad, en parte debido a la dificultad de reconocer que los bonos soberanos podrían valer menos que su precio nominal.
Ahora, los bancos estadounidenses son considerados saludables y empiezan a prestar más.
Entre tanto, algunas entidades europeas son vistas como inestables, son renuentes a prestar y los gobiernos están empezando otra ronda de pruebas de resistencia.

5- No se olvide de los deudores.
- Si una persona no puede pagar un crédito,
- pretender que lo hará no le hace ningún bien
- ni al deudor ni al acreedor y
- puede perjudicar la economía.
Pero
- el costo político de perdonar deudas,
- especialmente a costa de los contribuyentes,
- puede ser un obstáculo insuperable.
En EE.UU., cuando
- más de un cuarto de los compradores de casas tenían
- una hipoteca superior al valor de sus viviendas,
- hubo llamados de economistas para refinanciar esos créditos.
- Ni George Bush, ni Barack Obama encontraron
- un vehículo cuyo costo político y económico valiera la pena.
Los críticos dicen que
- esta excesiva cautela prolongó la crisis inmobiliaria y le restó vigor a la recuperación.
En Europa,
- había renuencia a parecer estar premiando a las economías derrochadoras de la periferia
- al condonar sus deudas.
- Esto dejó a los bancos con cargas onerosas de bonos gubernamentales.
- La situación obligó a los países más endeudados a
- reducir drásticamente el gasto y elevar los impuestos,
- amenazando con una espiral descendente en la que
- el ajuste del cinturón exacerba la recesión que, a su vez, aumenta los déficits fiscales.

6- Una política fiscal duradera.
La composición del pequeño estímulo fiscal de Bush en 2008 y el gran estímulo de Obama en 2009 no estuvo a la altura.
- Otorgar alivios e incentivos temporales para
- comprar casas y autos le dio a la economía
- un empujón temporal, pero el efecto se agotó.
- Más dinero para obras de infraestructura
- hubiera tenido un impacto más duradero.

7- Tenga una estrategia de salida y explíquela.
Existe aún una preocupación que esto va a terminar mal y eso puede llevar a empresas y consumidores a cerrar la billetera y perjudicar la economía.
Las grandes compañías siguen acumulando vastas posiciones de efectivo como si esperaran una catástrofe.
- La Fed ha detallado su estrategia de salida,
- diciéndole a los mercados lo que tiene que pasar antes de que
- eleve las tasas de interés y
- delineando un plan para reducir algún día su portafolio de US$3 billones (millones de millones).
Pero
- nadie puede estar seguro que la Fed lo vaya a hacer bien o
- que, llegado el momento, tenga la fortaleza política para actuar.
David Wessel - The Wall Street Journal - NYC - 22-Abr-2013

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