miércoles, 5 de mayo de 2010

"Broken Britain": La Gran Bretaña rota, arruinada

La campaña «tory» de la «Broken Britain» refleja el sentir del 70% de los ingleses que creen que su país va a peor, y del 42% que se muestran dispuestos a emigrar.

- Crimen,
- alcoholismo juvenil y
- familias rotas.
Sobre esos tres pilares los conservadores británicos y una parte de la prensa han construido su tesis de la «Broken Britain» (la Gran Bretaña arruinada, rota). El eslogan, repetido hasta la saciedad los últimos dos años, parece reflejar el sentir de la opinión pública.

- El 40% de los británicos creían que G.B. se estaba convirtiendo en un lugar peor para vivir en 1997, ese porcentaje llegó
- al 60% en el 2007 y ahora, después de la crisis, ronda
- el 71%.
El pesimismo es tal que una encuesta publicada por The Times a primeros de este año decía que
- un 42% de los ciudadanos estarían dispuestos a emigrar.
Publicaciones de gran prestigio como The Economist han tachado, sin embargo, a la «Broken Britain» de mito.
Muchas estadísticas niegan que la sociedad se esté torciendo.
- La delincuencia en Inglaterra y Gales ha caído un 45% desde 1995, cuando se contabilizaron 19,4 millones de crímenes.
- Los asesinatos y robos descienden de forma sostenida desde hace un lustro.
El país ha pasado de ser
- el 3ro. del mundo occidental en el que más niños menores de 14 años morían asesinados o de forma violenta (136 en 1974),
- al 4to. con menos casos de ese tipo (84 en el 2006).
- El aumento del consumo de alcohol se interrumpió en el 2004 y,
- aunque repuntó el año pasado, sigue por debajo del registrado en países como Francia.
- La tasa de divorcios es la más baja desde 1976 y ha caído cuatro años sucesivos.
Pero muchos ingleses no creen en esas mejoras.
En el caso de la criminalidad, por ejemplo,
- un 76% aseguran que cada vez hay más delincuencia en el conjunto del país, pero solo
- un 36% afirman que ese problema va en aumento en su lugar de residencia.
Es más, el porcentaje de los que creen que el crimen empeora a nivel nacional crece sin parar desde el 2004, mientras que los que consideran que la situación va a peor en su vecindario son cada vez menos desde aquel año.
Todo indica que las experiencias directas con el crimen han descendido, pero aún así el miedo va en aumento.
La prensa seria culpa de esa paradoja a los «scaremongers» (predicadores del miedo) de los tabloides, que no dudan en magnificar los sucesos mórbidos para vender más.
Pero también existen otras estadísticas que indican que los laboristas
- han combatido las consecuencias de la marginalidad,
- pero no las causas que la provocan.
Las prisiones se han llenado en los trece años de Gobiernos laboristas.
La población carcelaria en Gran Bretaña es
- de 83.454 personas,
- 22.340 más que en 1997.
Solo Polonia, República Checa y Luxemburgo tienen mayor proporción de presos en la UE. España está justo en quinto lugar, con 148 convictos por cada 100.000 residentes. Francia, Alemania e Italia se quedan en 95, 92 y 82.
Semejante proporción de presidiarios en un país que hace menos de 50 años se tenía por uno de los más seguros del mundo ha suscitado muchas dudas sobre la reforma de las penas introducida por los laboristas.
Ahora bien, ningún partido parece dispuesto a pagar el precio de abrir la mano en un país en el que la seguridad es casi una obsesión. Sí hay promesas de construir más cárceles.
Blair y Brown han demostrado menos energía para combatir la pobreza que para enviar gente a la cárcel, les reprochan sus detractores.
Cuando Blair llegó al 10 de Downing Street,
- el 25% de los hogares ingleses no llegaban
- al 60% de la renta media del país y, lo que es peor,
- el 8,5% se quedaban por debajo del 40%.
Trece años de Gobiernos laboristas apenas han servido para nada en ese sentido:
- el primer porcentaje cayó hasta el 23% y
- el segundo no se ha movido en absoluto, sigue en el 8,5%.

Las diferencias de clase de la era Thatcher siguen vigentes
Gordon Brown no ha pasado muchos momentos dulces desde que llegó al número 10 de Downing Street para tomar el relevo de Tony Blair, pero debió de pasar pocos peores que cuando se publicó el informe de la Comisión Nacional de Igualdad el pasado 26 de enero.
El documento detallaba cómo durante los 13 años de Gobiernos laboristas, el partido que representa a la clase obrera británica no había logrado reducir en absoluto las diferencias que abren amplias brechas en su tejido social.
El estudio concluía que la clase social en la que nacen todavía determina la vida de los británicos y que
- existen «diferencias profundamente asentadas y sistemáticas entre ellas».
El documento explica, por ejemplo,
- que son muy pocos los niños de hogares con ingresos bajos que llegan a la universidad, y
- que casi ninguno logra acceder a las de prestigio o destacar en sus promociones
.
El sistema inglés de clases tuvo su momento de esplendor en el siglo XIX, durante la época victoriana. Tras la Segunda Guerra Mundial las diferencias se redujeron considerablemente, pero volvieron a acentuarse en los años 80 durante los Gobiernos de Margaret Thatcher, una figura política contradictoria que cada vez tiene menos defensores en su país.
Cuando llegó al Gobierno en 1979, solo
- el 13% de los hogares ingleses tenían unos ingresos inferiores al 60% de la media nacional.
Ese porcentaje ya estaba en
- el 24% cuando dejó el cargo en 1990.
Su sucesor, John Major, frenó el proceso, aunque no pudo evitar que llegase
- al 25% en 1997,
cuando perdió las elecciones ante Tony Blair.
- Las desigualdades creadas durante aquellos años
- explican en parte el éxito continuado de los laboristas en las urnas desde 1997,
pero el informe de la comisión decía explícitamente que
- apenas se han reducido.
Xosé Vázquez Gago - "La Voz de Galicia" - Sgo. de Compostela - 5-May-2010

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