jueves, 7 de marzo de 2013
El ilusionista y el déspota
Hace 14 años Gabriel García Márquez retrató a un Chávez recién llegado a la presidencia e imaginó su futuro
Escribió Gabriel García Márquez en febrero de 1999, al final de su retrato de Hugo Chávez, escrito cuando el militar acababa de ganar en las urnas la presidencia de su país:
“Mientras se alejaba entre sus escoltas de militares condecorados y amigos de la primera hora, me estremeció la inspiración de que había viajado y conversado a gusto con dos hombres opuestos.
Uno a quien la suerte empedernida le ofrecía la oportunidad de salvar a su país.
Y el otro, un ilusionista que podía pasar a la historia como un déspota más”.
García Márquez, que nació tal día como ayer en Aracataca (Colombia) hace 86 años, escribió esa nota después de un viaje en avión con el comandante.
Ahora el final de esa historia convierte aquella disyuntiva del novelista en un epígrafe sobresaliente en la probable biografía del presidente fallecido.
Ese texto fue publicado en Colombia por Cambio.
También apareció en EL PAÍS, donde colaboró el Nobel.
Y ahora se encuentra en el libro Gabo periodista, publicado por el Fondo de Cultura Económica, la Fundación para el Nuevo Periodismo que Gabo fundó y preside, y la Organización Ardilla Lülle.
En Gabo periodista el reportaje ha sido puesto en contexto por uno de los periodistas más respetados de Venezuela, Teodoro Petkoff, director del periódico Tal Cual.
“Es”, dice Petkoff, “la crónica de la larga conversación que sostuviera Gabo, durante horas, con el entonces recientemente elegido presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en un avión que los trasladaba desde La Habana y a quien seguramente escrutaba con curiosidad de entomólogo, él, que ha tratado de cerca a varios coroneles Buendía en estas tierras nuestras”.
En esa crónica, “deja colgada la pregunta de si el hombre que tenía enfrente no habría de ser, después de cuarenta años de vida democrática, otro tirano militar”.
Petkoff relaciona en esa nota otra crónica incluida por él en la citada antología: la que escribió en 1958 acerca de la caída de la dictadura de Pérez Jiménez.
A lo largo del tiempo, sin decirlo expresamente Gabo mantuvo “una clara postura política a favor de una concepción democrática, antidictatorial y antitotalitaria del socialismo, que es lo que encarnaba el MAS [Movimiento al Socialismo] entonces y no así la revolución cubana, que para la época ya había vendido su alma al diablo soviético”.
EL MAS, dice Petkoff, era la bestia negra de Fidel Castro, amigo de Gabo.
En esos cuarenta años se fue gestando “el fenómeno que cristalizó, en 1998, en la abrumadora victoria electoral de Hugo Chávez”.
La “fascinación que le produce esa estirpe, tan latinoamericana, de los caudillos” que siente García Márquez lo aproximó entonces al joven comandante.
Petkoff, que había contribuido a crear el MAS y lo había abandonado por entonces, había tomado precauciones con respecto a Chávez, de modo que no le sorprendió el final de esa crónica.
En su artículo el periodista escucha al presidente in pectore.
De cómo fracasó su golpe del 4 de febrero de 1992 contra Carlos Andrés Pérez, de cómo lo aprovechó para hacer su primera arenga televisada, de cómo había vivido el cautiverio… “Lo primero que me impresionó fue el poder de su cuerpo de cemento armado. Tenía la cordialidad inmediata y la gracia criolla de un venezolano puro”.
“Fue una buena experiencia de reportero en reposo”, escribió el Nobel.
“A medida que me contaba su vida iba yo descubriendo una personalidad que no correspondía para nada con la imagen de déspota que teníamos formada de él a través de los medios. Era otro Chávez”.
“¿Cuál de los dos era el real?”, se preguntó.
Al final de la crónica le dio paso al escritor, que puso en juego una intuición que incitó a acentuar la duda en los lectores.
“(…) me estremeció la inspiración de que había viajado y conversado a gusto con dos hombres opuestos.
Uno a quien la suerte empedernida le ofrecía la oportunidad de salvar a su país.
Y el otro, un ilusionista que podía pasar a la historia como un déspota más”.
Esa disyuntiva no tuvo nunca respuesta por parte del periodista, o, como dice Petkoff, “lo ha hecho garciamaquianamente, jamás ha dicho una sola palabra sobre Chávez en estos diez años. El silencio ha sido su respuesta”.
Ni se acercó a Chávez en todo este tiempo ni fue a Venezuela.
Petkoff le preguntó por qué hace unos años.
La respuesta del Nobel: “No quiero que me usen”.
Juan Cruz - El País - Madrid - 7-Mar-2013
Lo bueno, lo malo y lo feo La consecuencia más positiva de su mandato es que
- hizo añicos la coexistencia de Venezuela con
la pobreza;
- la peor, que no dejó un país mejor que el que recibió.
Chávez merece que se le recuerde como
- una oportunidad perdida
Ya antes de su muerte, Hugo Chávez se había sumado a Fidel Castro y Ernesto Che Guevara en el panteón de líderes latinoamericanos a los que se reconoce al instante en todo el mundo.
Y, como Castro y Guevara, Chávez es de lo más polémico. Es objeto de una profunda admiración que se transforma enseguida en veneración apasionada, y de un antagonismo que se convierte con la misma facilidad en odio intenso.
Chávez murió el martes, a los 58 años, después de dos años de tratamientos contra el cáncer, según el vicepresidente venezolano Nicolás Maduro.
Es inevitable que su labor sea tan difícil de valorar con objetividad como la de otros dirigentes controvertidos como Mao y Perón.
No obstante, aunque los actos de Chávez susciten discusiones sin fin, su legado tiene ciertos aspectos indiscutibles.
Lo buenoLa consecuencia más duradera y positiva del mandato de Chávez es que
- hizo añicos la pacífica coexistencia de Venezuela con
- la pobreza, las desigualdades y la exclusión social.
No fue el primer líder político que convirtió a los pobres en el centro de la conversación nacional.
Ni tampoco fue el primero que aprovechó el aumento de los ingresos del petróleo para ayudar a esos pobres.
Pero ninguno de sus antecesores
- lo había hecho de manera tan agresiva
- ni con un sentimiento de apremio tan apasionado
como Chávez.
- Y nadie tuvo tanto éxito como él a la hora de
fijar esta prioridad
- en la mentalidad colectiva e incluso
- exportarla a los países vecinos y más allá.
Además, su capacidad de hacer que
- los pobres sintieran que tenían a uno de los suyos
en el poder no tiene precedentes.
Otro aspecto positivo de su legado es que
- acabó con la indiferencia política y la apatía
generalizadas,
- alimentadas durante decenios por un sistema en
manos de
- unos partidos políticos en descomposición y ajenos a
la realidad.
El despertar político del país que desencadenó Chávez ha absorbido a
- habitantes de las barriadas,
- trabajadores,
- estudiantes universitarios,
- la clase media y, por desgracia,
- también los militares.
- Y aquí es donde comienza el legado negativo
de Chávez.
Lo malo
Tras 14 años en el poder, Chávez
- no ha dejado el país con una democracia más fuerte
- ni una economía más próspera.
A pesar de sus constantes recordatorios de que por fin había logrado que los pobres, tanto tiempo excluidos, vivieran con autonomía, y a pesar de que en su presidencia se produjo el aumento más largo y desmesurado de los ingresos por petróleo en toda la historia de Venezuela.
Chávez y sus partidarios afirmaban que, durante su mandato, se celebraron 15 elecciones nacionales y referendos, y que sus programas sociales fomentaban la participación y la democracia “directa” o “radical”.
Sin embargo, como explica el prestigioso profesor estadounidense Scott Mainwaring,
- para que exista democracia es necesario que haya
- “elecciones libres y justas para designar el Gobierno
y la cámara legislativa,
- el derecho casi universal al voto de los adultos en
la era contemporánea,
- la protección de los derechos políticos y las
libertades civiles y
- el control civil del Ejército.
- El régimen de Chávez no cumple, ni mucho menos,
la primera y la tercera de estas características de
la democracia.
- No existe igualdad de oportunidades electorales, y
- el respeto a los derechos de la oposición se
ha deteriorado gravemente.
- El Ejército está mucho más politizado e interviene
mucho más en política que antes de Chávez”.
En realidad, el presidente Chávez fue uno de los que antes y con más destreza supo poner en práctica una estrategia política común tras la guerra fría en muchos países que los politólogos califican de
- regímenes autoritarios competitivos.
En ellos,
- los dirigentes obtienen el poder mediante elecciones
democráticas pero
- luego cambian la Constitución y otras leyes para
debilitar el sistema de control al Gobierno,
- con lo que se aseguran la continuidad del régimen y
su autonomía casi absoluta y,
- al tiempo, conservan una pátina de legitimidad
democrática.
No es casual que Chávez fuera el jefe de Estado que más tiempo estuvo en el poder de toda América.
La otra herencia paradójica —y negativa— de Hugo Chávez es
- una economía que es un desastre.
Es paradójica porque su mandato coincidió con
- una subida de los precios de las materias primas y
- la presencia de un sistema financiero internacional
lleno de dinero en efectivo y
- dispuesto a prestar a países como Venezuela.
Además, el presidente tenía libertad para adoptar cualquier política económica que quisiera sin limitaciones nacionales, internacionales ni institucionales de ningún tipo.
Sin embargo, en el momento de su muerte, pocos países sufren unas distorsiones económicas semejantes.
Venezuela posee
- uno de los mayores déficits fiscales del mundo,
- una de las mayores tasa de inflación,
- el peor ajuste del tipo de cambio,
- el incremento más rápido de la deuda y
- una de las mayores caídas de la capacidad productiva,
- incluso en el crítico sector del petróleo.
Además, durante la era de Chávez,
- el país cayó a los últimos puestos de las listas
- que miden la competitividad internacional,
- la facilidad para hacer negocios y
- el atractivo para los inversores extranjeros, y
- subió a los primeros puestos entre
- los países más corruptos del mundo.
Este último dato es otra paradoja más de un líder cuyo ascenso al poder se basó en
- la promesa de eliminar la corrupción y
- aplastar a la oligarquía.
La burguesía bolivariana -—los boliburgueses, como llaman los venezolanos a la nueva oligarquía, formada por los más estrechos aliados de las autoridades del régimen, sus familias y amigos—
- ha amasado enormes fortunas gracias a
- contratos corruptos con el Gobierno.
Y eso también forma parte de la desgraciada herencia dejada por Chávez.
Lo feo
El presidente Chávez deja una sociedad ferozmente polarizada. Aunque siempre existieron divisiones sociales,
- el estilo político de Chávez hacía demasiado hincapié
- en alimentar los resentimientos, la rabia y
la venganza,
- hasta niveles antes desconocidos.
Tendrá que pasar mucho tiempo y habrá que hacer muchos esfuerzos para sanar las heridas causadas por las inmensas dosis de conflicto social que el presidente promovió y de las que se aprovechó.
Otra faceta desagradable del mandato de Chávez es que, durante su presidencia,
- Venezuela se convirtió en uno de los países
- con más asesinatos del mundo.
- Kabul y Bagdad son más seguros que Caracas,
- donde los homicidios y los secuestros
- se han vuelto parte de la vida diaria.
Los organismos internacionales de policía consideran asimismo que
- el país es un refugio de
- falsificadores,
- blanqueadores de dinero y
- traficantes de
- seres humanos,
- armas y, por supuesto,
- drogas.
Según Naciones Unidas,
- Venezuela se ha convertido en
- el principal proveedor de drogas de Europa.
El Departamento del Tesoro estadounidense ha acusado a ocho miembros destacados de la Administración de Chávez, incluidos el antiguo responsable de los servicios de inteligencia y el ministro de Defensa, de
- encabezar redes de narcotráfico.
Ante todo ello, Chávez permaneció callado insólitamente y pasivo.
Su complacencia mientras veía cómo su país caía en una espiral de asesinatos y crímenes es uno de los aspectos más desagradables e imperdonables de sus años de mandato.
La oportunidad perdida.
- El pueblo venezolano dio a Chávez
- un cheque político en blanco y, - gracias
- al boom prolongado de los precios del petróleo,
- contó también con un cheque económico en blanco.
Pocos jefes de Estado han podido aunar
- el enorme apoyo popular y
- los inmensos recursos económicos
- de los que disfrutó Chávez durante 14 años.
Su control absoluto de todas las palancas del poder le permitió
- hacer lo que quería. Y lo hizo.
- Modificar el nombre del país,
- cambiar su bandera,
- imponer una zona horaria nueva y especial
para Venezuela.
- Y mucho más.
- Lo que no hizo fue
- dejar el país en mejor situación que
- cuando llegó a la presidencia.
- Hugo Chávez merece que
- se le recuerde como
- una oportunidad perdida.
Moisés Naím - El País - Madrid - 7-Mar-2013
Venezuela después de Chávez
La Venezuela de Hugo Chávez murió.
Pero el chavismo, el gobierno militar que creó con la ayuda de Cuba durante sus 14 años en el poder, sigue vivo.
Restablecer la democracia en la dictadura petrolera no será fácil, incluso sin el caudillo de la boina roja fomentando el odio día tras día.
En tanto, los venezolanos soportarán aún más dificultades que ahora.
Cualquier transición a la democracia enfrenta
- dos enormes obstáculos.
El primero es el mito que
- Chávez iba camino a lograr que los pobres
- se hicieran ricos y simplemente se le acabó el tiempo.
Ante una población en general con bajos niveles de educación y con un gobierno hábil para la propaganda,
- el conflicto de clases
- seguirá siendo fácil de alimentar y
- el chavismo acechará Venezuela
- durante un largo tiempo.
El segundo motivo es que
- cualquier elección a la que llame
- el vicepresidente Nicolás Maduro,
- como exige la Constitución,
- no será ni libre ni justa.
Será sólo una formalidad diseñada para legitimizar al próximo dictador.
Para cualquiera que piense que
- la muerte de Chávez significa un cambio automático,
- tengo tres palabras:
- Juan Domingo Perón.
El argentino también era un oficial militar que aparentó afecto por los pobres mientras expandía su poder y riqueza.
También vivió una tragedia con el cáncer. Su primera esposa, Eva, famosa por su consumo conspicuo y su estilo populista, murió a los 33 años.
- Fue casi canonizada por la muchedumbre y
- Perón explotó su muerte hasta su propio fallecimiento
en 1974.
- Argentina nunca logró dejar atrás el peronismo,
- que reemplazó el estado de derecho con un gobierno
- por una troika de
- sindicalistas,
- empresarios nacionales y
- una clase política corrupta.
El país sudamericano que supo ser próspero hoy
- está gobernado otra vez por una presidente peronista
- y están volviendo a caer en
- la represión,
- la inflación y
- la pobreza.
Si Venezuela obedece la Constitución redactada por Chávez y sus seguidores, debe llevar a cabo elecciones en los próximos 30 días.
No es que alguien crea que la votación vaya a ser justa, pero si el vicepresidente Maduro, que fue nombrado por Chávez como su sucesor, quiere preservar la pátina de una "democracia", su gobierno debe dar los pasos para hacerlo parecer legítimo.
Mientras antes se realicen las elecciones, más fácil será sacar rédito del voto de compasión por el revolucionario muerto.
Como nuevo presidente, Maduro necesitará toda la ayuda que pueda conseguir.
A menudo lo describen en artículos de prensa como un ex conductor de autobús, pero nunca pasó mucho tiempo detrás del volante.
En cambio, se graduó con rapidez de líder sindical, donde adquirió un gusto por el poder. Su gran problema es que
- aunque es un ideólogo apasionado,
- sólo es un demagogo mediocre.
También
- carece de vínculos con las fuerzas armadas,
- la institución crucial para preservar su poder.
Esto explica por qué se permitió a sí mismo convertirse tanto en el hombre de La Habana en Caracas, dando señales de que está listo para ser más chavista que Chávez.
Si se queda en el poder, se prevé que continúe enviando miles de millones de dólares en subsidios petroleros a La Habana todos los años.
A cambio, Cuba continuará
- dándole agentes de seguridad estatal y
- todo lo demás que necesite para
- mantener a los militares a raya y
- apoyar la represión en Venezuela.
Sin la ayuda de Cuba, casi sin dudas será derrocado por un estudiante más ambicioso del chavismo.
Se rumorea que hay
- un considerable resentimiento entre los militares
venezolanos
- por el significativo poder e influencia que tiene
La Habana.
Conforme la economía se hunde, es probable que
- aumenten las quejas sobre
- la financiación de Venezuela al régimen de los Castro.
En ese caso, el agresivo presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, un nacionalista que proviene de las fuerzas armadas y sigue cercano a ellas, será el más probable contendiente de Maduro.
Esta pelea interna podría ponerse fea, pero
- nada de todo esto ayudará a los venezolanos a
- alcanzar el sueño de vivir en un país libre y próspero.
- Ningún país puede crear riqueza necesaria
- para generar un cambio en la vida de los pobres
sin
- derechos de propiedad,
- mercados libres,
- una moneda sólida y
- el imperio de la ley.
- Estas virtudes son incompatibles
- con el poder absoluto.
Chávez las eliminó por un motivo, y ningún dictador nuevo va a restablecerlas de forma voluntaria.
Sería como pedirle que envenene su propio whiskey.
Venezuela se deshizo de su último dictador (Marcos Pérez Jiménez) recién cuando manifestantes contra la tiranía salieron a las calles.
Nada menos significativo que una repetición de ese momento de enero de 1958 podría cambiar las cosas ahora.
- Pero es improbable hasta que
- la economía se deteriore más.
En ese sentido, las malas noticias son las buenas noticias:
- la escasez de alimentos,
- el desempleo y
- la pobreza están empeorando, y
- una devaluación reciente dejó el bolívar
en nuevos valores mínimos en el mercado negro.
En tanto, quizás no haya mucho que pueda hacer el Mundo Libre para ayudar a Venezuela a
- librarse del terrible azote conocido como chavismo.
Como mínimo, podría negarse a continuar con la farsa de que el país aún es una democracia con elecciones libres.
Repetir la mentira no la hace más verdadera.
Mary Anastasia O´Grady - The Wall Street Journal - NYC - 7-Mar
El odio y la libertad
Con Hugo Chávez murió no solo un Presidente querido por los suyos y repudiado por sus adversarios, a quienes él denostaba como enemigos.
Se fue un luchador con carisma que instaló un poder unipersonal proyectado dentro y fuera de las fronteras de Venezuela.
Concluyó su ciclo un ejemplar más de ese tipo humano que se cree poseedor de una luz misionera y al final de su vida -en este caso corta- enfrenta la vieja verdad de que las glorias del poder terrenal siempre son efímeras.
En el Uruguay el comandante Chávez, además de inversiones con destino vacilante, hizo admiradores, amigos y camaradas de su
- Revolución Bolivariana -versión siglo XXI
- de un socialismo con
- poca doctrina,
- lenguaje populista y
- financiación antiimperialista
- con dólares provenientes del petróleo vendido a USA Por esa afinidad, el Presidente Mujica viajó al funeral de 3 días, en el siempre presto avión de Cristina Fernández, en cuyo regazo nunca falta transporte benévolo ni se mezquina numen inspirador para la diplomacia directa e ideologizada que ambos cultivan.
Pero además Chávez supo cosechar críticos a granel por
- su caudillismo,
- su apoyo a la tiranía cubana de los Castro y
- su empeño en hacer confrontar a los venezolanos en
- régimen de "los buenos a un lado y los malos al otro".
Electo y reelecto por mayoría, gobernó sin aplicar nunca los principios republicanos y liberales de apertura al pensamiento ajeno.
Ese rasgo llegó al colmo cuando su agravamiento fue acompañado por un secreto ofensivo para su pueblo y para el mundo, incompatible con el derecho a la información y reñido con la libertad.
Hoy la muerte de Chávez nos muestra el esquema elemental de sus aciertos y sus errores, y a todos por igual -sin distinción de bandos- nos impone una reflexión profunda sobre la condición humana, tema anterior a todos los devaneos por el poder.
En esa reflexión, respetamos el alma y las intenciones del convencido que fue Chávez y nos inclinamos ante el dolor de quienes lo amaron caudillo.
Al mismo tiempo, confirmamos que ningún proyecto político saca al hombre de sus límites temporales ni lo sustrae a sus obligaciones con la libertad del prójimo.
Y no silenciamos nuestra radical divergencia con su insistencia en confundir al Estado con el partido de gobierno e instalar en el centro de la propaganda un mito colectivo.
En eso usó el método que emplearon todos los totalitarismos del siglo XX para
- aturdir, obsesionar e hipnotizar:
- el fascismo usó la grandeza nacional;
- el nazismo, la superioridad de la raza;
- el comunismo, la clase social en guerra con las demás.
Hace casi un siglo, nuestro Vaz Ferreira anticipó que
- el socialismo vacilaba entre la utopía y la dictadura.
El intento chavista de socialismo criollo avanzó a fondo en las dos direcciones; y diciéndose movido por el amor, en verdad sembró un divisionismo radical basado en el odio, al que apeló el vicepresidente -¡qué paradoja!- Maduro hasta en las horas de anunciar la agonía y el luto.
- El sueño de revolucionarlo todo
- ha transitado ya demasiadas veces y
- ha dejado países enteros estragados.
Últimamente lo cultivan
- los totalitarios integristas musulmanes y
- los totalitarios populistas latinoamericanos,
- que hasta encienden entre sí patéticas amistades.
- ¡Lástima cuán caro cuestan estos errores,
- que empiezan como
- desvíos del pensamiento de un teniente o un guerrillero
- y terminan abombando el destino de pueblos enteros!
Leonardo Guzmán - El País - Montevideo - 7-Mar-2013
Chávez: 14 años de lecciones sobre desarrollo económico
Dichoso el ciudadano que bajo el escudo de las armas de su mando, convoca la soberanía nacional para que ejerza su voluntad absoluta” dijo el 2 de febrero de 1999 Hugo Rafael Chávez Frías, al asumir la presidencia de la República Bolivariana de Venezuela.
Y a juzgar por los 8.191.132 votos que cosechó en la última elección de octubre pasado (un 55,07% del electorado) parece que efectivamente el pueblo ha gobernado.
El combativo mandatario, un “candanga” de acuerdo a la expresión venezolana, planteó desde el inicio su objetivo de gobierno en aquel discurso inaugural: “Nosotros ante esta realidad tremenda que tenemos, les hemos planteado a los venezolanos un proyecto, le hemos dado varios nombres a lo largo de estos años, pero ya por 1995 lo llamábamos Agenda Alternativa Bolivariana, y lanzamos líneas para la discusión.
Luego, en plena campaña electoral, insólita, lo lanzamos al mundo como el proyecto de transición; pero en el fondo, es el mismo viejo sueño bolivariano:
- Un Proyecto de Desarrollo Integral para Venezuela”.
El barril más bajo
La “tremenda realidad” a que hacía referencia el Comandante, tenía nombre y apellido;
- un barril de petróleo que
- durante 1998 había promediado
- el valor más bajo de los últimos 50 años,
- cotizándose en torno de los 11,91 dólares.
Por suerte para Chávez y para el pueblo venezolano, la revolución bolivariana arrancó con los astros alineados y
- el precio del crudo creció un 39% en el primer año
de gobierno y
- para el 2000 ya había alcanzado (en promedio)
los 27,39 de la moneda norteamericana,
- más que duplicando los ingresos de divisas
- por exportaciones del estratégico hidrocarburo.
- Para el 2007, el oro negro promediaba
- los 64,20 dólares por barril,
- garantizando una nueva reelección y
- continuando su escalada imparable que llegó,
- crisis del 2008 mediante, a los
- 93,00 dólares en el 2012.
No es un tema menor. Históricamente
- las exportaciones de crudo representaron entre
- el 80 y el 90% de las ventas al exterior
de Venezuela.
Al inicio del ciclo de Chávez
- un 81,45% de los dólares que ingresaban
- lo hacían gracias al petróleo,
- cifra que hoy se ubica en el 93% de
- el total de los envíos de mercancías hacia
- terceros países (básicamente Estados Unidos).
- Y las exportaciones significan, dependiendo del año,
- entre el 45% y el 55% del PBI.
Como consecuencia de haber experimentado
- los mejores precios de la historia,
- las exportaciones se multiplicaron 4,95 veces y
- el PBI, creció un 38,2% entre 1998 y 2011,
- medido en dólares y ajustado por inflación,
- de acuerdo a los datos del Banco Mundial.
La contracara de
- el fuerte ingreso de petrodólares fue
- un achicamiento notable de la industria,
- que pasó de representar
- el 20,2% del PBI al inicio del gobierno de Chávez, a
- el 13,92% en 2010 (último dato BM).
- Un fenómeno que en la teoría económica se conoce
- con el nombre de “Enfermedad Holandesa”
en referencia a la fuerte apreciación del Florín
que se produjo en los Países Bajos con motivo de
- el descubrimiento y explotación de
- un gran yacimiento de gas natural en Slochteren,
un pequeño municipio de la provincia de Groningen, en el norte de Holanda.
El Gasto Público
- La afluencia de divisas, por su parte, permitió que
- el gasto público creciera (medido en dólares)
- un 195% en estos 14 años,
- lo que sin dudas resultó vital para que, por ejemplo,
- la tasa neta de escolarización secundaria saltara
- del 48% al 72,8% y
- la mortalidad infantil cayera de
- 12,4 a 8,4 cada 1000 nacidos vivos,
en el período chavista.
- La desigualdad del ingreso bajó sustancialmente.
De acuerdo a los datos que confecciona el Centro de Estudios Distributivos Laborales y Sociales (CEDLAS) de la UNLP,
- los ingresos del 10% más rico de la población
- eran 35 veces superiores a
- los del 10% más pobre en 1998, mientras que
- para 2006 (último año con datos)
- había caído a 27 veces. ( cayó 23%)
La pobreza que medida en ingresos estaba en
- el 51,4% de la población, cayó a
- el 30,9%,(cayó 40%)
siempre con datos del CEDLAS, aunque
- la proporción de
- personas con
- necesidades básicas insatisfechas
- subió
- como consecuencia de la crisis de fin de siglo pasado y
- se mantuvo entre el 20% y el 25%
- toda la década del 2000,
- evidenciando que
- no siempre mayores ingresos
- se traducen en
- inclusión social de los marginados.
La traducción de
- altos precios del petróleo a
- calidad de vida
- ha sido altamente satisfactoria,
- al menos para
- el 80% de la población que
- cubre sus necesidades básicas,
como lo evidencia el hecho notable de que Venezuela está séptima en el ranking de felicidad que se elabora a partir de la encuesta mundial de Gallup.
Los venezolanos le ponen un 7,5 al boletín de su satisfacción con la vida, al tiempo que le asignan 8 puntos a su experiencia del día a día.
El drama es que
- aunque Venezuela ha mejorado su situación económica,
- no ha cambiado en nada su estructura productiva,
- no se ha desarrollado en absoluto, e incluso
- ha primarizado más sus exportaciones,
- ha generado una fuerte desindustrialización y
- concentrado su economía en torno a un solo producto,
- reduciendo drásticamente la diversificación
e integración.
Si
- el petróleo fuera inagotable,
- Caracas podría soñar con ser Dubai, pero
- siendo que se trata de un recurso finito,
- Chávez quizás haya desaprovechado
- la mejor oportunidad histórica
- para cumplir con
- el Proyecto Bolivariano de
- “Desarrollo Integral
- para Venezuela”.
Martín Tetaz - El Día - La Plata - 10-Mar-2013
La muerte del caudillo
No hay que dejarse impresionar demasiado por las muchedumbres llorosas que velan los restos de Hugo Chávez. Lo que ocurrirá a partir de ahora en Venezuela es totalmente incierto
El comandante Hugo Chávez Frías pertenecía a la robusta tradición de los caudillos, que, aunque más presente en América Latina que en otras partes, no deja de asomar por doquier, aun en democracias avanzadas, como Francia.
- Ella revela ese miedo a la libertad que
- es una herencia del mundo primitivo,
- anterior a la democracia y al individuo,
- cuando el hombre era masa todavía y prefería que
- un semidiós, al que cedía
- su capacidad de iniciativa y su libre albedrío,
- tomara todas las decisiones importantes sobre
su vida.
- Cruce de superhombre y bufón,
- el caudillo hace y deshace a su antojo,
- inspirado por Dios o por una ideología,
- en la que casi siempre se confunden
- el socialismo y el fascismo —
- dos formas de estatismo y colectivismo— y
- se comunica directamente con su pueblo,
- a través de
- la demagogia,
- la retórica y
- espectáculos multitudinarios y pasionales de
entraña mágico-religiosa.
- Su popularidad suele ser enorme, irracional,
- pero también efímera, y
- el balance de su gestión infaliblemente catastrófica.
No hay que dejarse impresionar demasiado por
- las muchedumbres llorosas que velan
- los restos de Hugo Chávez; son las mismas que
- se estremecían de dolor y desamparo por
- la muerte de de Perón, de Franco, de Stalin,
de Trujillo, y las que mañana
- acompañarán al sepulcro a Fidel Castro.
- Los caudillos no dejan herederos y
- lo que ocurrirá a partir de ahora en Venezuela
- es totalmente incierto.
Nadie, entre la gente de su entorno, y desde luego en ningún caso Nicolás Maduro, el discreto apparatchik al que designó su sucesor,
- está en condiciones de aglutinar y
- mantener unida a esa coalición de
- facciones, individuos e intereses encontrados
- que representan el chavismo,
- ni de mantener el entusiasmo y la fe que
- el difunto comandante despertaba con
- su torrencial energía entre las masas de Venezuela.
Pero una cosa sí es segura:
- ese híbrido ideológico que Hugo Chávez maquinó,
- llamado la Revolución Bolivariana o
- el Socialismo del siglo XXI
- comenzó ya a descomponerse y
- desaparecerá más pronto o más tarde,
- derrotado por la realidad concreta,
- la de una Venezuela, el país potencialmente
- más rico del mundo,
- al que las políticas del caudillo dejan
- empobrecido, fracturado y enconado,
- con la inflación, la criminalidad y la corrupción
- más altas del continente,
- un déficit fiscal que araña el 18% del PIB y
- las instituciones, las empresas públicas, la justicia,
- la prensa, el poder electoral, las fuerzas armadas—
- semidestruidas por
- el autoritarismo, la intimidación y la obsecuencia.
La muerte de Chávez, además, pone
- un signo de interrogación sobre
- esa política de intervencionismo
- en el resto del continente latinoamericano
al que, en un sueño megalómano característico de los caudillos,
- el comandante difunto se proponía volver socialista
y bolivariano
- a golpes de chequera.
- ¿Seguirá ese fantástico dispendio de los petrodólares
venezolanos que han hecho sobrevivir a Cuba con
los cien mil barriles diarios que hávez poco menos
que regalaba a su mentor e ídolo Fidel Castro?
- ¿Y los subsidios y/o compras de deuda a 19 países,
incluidos sus vasallos ideológicos como el boliviano
Evo Morales, el nicaragüense Daniel Ortega, a
las FARC colombianas y a los innumerables partidos,
grupos y grupúsculos que a lo largo y ancho de
América Latina pugnan por imponer la revolución
marxista?
El pueblo venezolano parecía aceptar este fantástico despilfarro contagiado por el optimismo de su caudillo; pero dudo que
- ni el más fanático de los chavistas crea ahora que
- Nicolás Maduro pueda llegar a ser
- el próximo Simón Bolívar.
Ese sueño y sus subproductos, como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), que integran Bolivia, Cuba, Ecuador, Dominica, Nicaragua, San Vicente y las Granadinas y Antigua y Barbuda, bajo la dirección de Venezuela, son ya cadáveres insepultos.
En los catorce años que Chávez gobernó Venezuela,
- el barril de petróleo multiplicó unas 7 veces su valor,
- lo que hizo de ese país, potencialmente,
- uno de los más prósperos del globo.
Sin embargo,
- la reducción de la pobreza en ese período
- ha sido menor en él que, digamos,
- las de Chile y Perú en el mismo periodo.
En tanto que
- la expropiación y nacionalización de más de
- un millar de empresas privadas, entre ellas de
- 3.500.000 de hectáreas de haciendas agrícolas
y ganaderas,
- no erradicó a los odiados ricos sino creó,
- mediante el privilegio y los tráficos,
- una verdadera legión de nuevos ricos improductivos
que, en vez de hacer progresar al país,
- han contribuido a hundirlo en
- el mercantilismo,
- el rentismo y
- todas las demás formas degradadas del capitalismo
de Estado.
Chávez no estatizó toda la economía, a la manera de Cuba, y nunca acabó de cerrar todos los espacios para la disidencia y la crítica, aunque su política represiva contra la prensa independiente y los opositores los redujo a su mínima expresión.
Su prontuario en lo que respecta a los atropellos contra los derechos humanos es enorme, como lo ha recordado con motivo de su fallecimiento una organización tan objetiva y respetable como Human Rights Watch.
Es verdad que celebró varias consultas electorales y que, por lo menos algunas de ellas, como la última, las ganó limpiamente, si la limpieza de una consulta se mide sólo por el respeto a los votos emitidos, y no se tiene en cuenta el contexto político y social en que aquella se celebra, y en la que la desproporción de medios con que el gobierno y la oposición cuentan es tal que ésta corre de entrada con una desventaja descomunal.
Pero, en última instancia, que haya en Venezuela una oposición al chavismo que en la elección del año pasado casi obtuvo los seis millones y medio de votos es algo que se debe, más que a la tolerancia de Chávez, a la gallardía y la convicción de tantos venezolanos, que nunca se dejaron intimidar por la coerción y las presiones del régimen, y que, en estos catorce años, mantuvieron viva la lucidez y la vocación democrática, sin dejarse arrollar por la pasión gregaria y la abdicación del espíritu crítico que fomenta el caudillismo.
No sin tropiezos, esa oposición, en la que se hallan representadas todas las variantes ideológicas de la derecha a la izquierda democrática de Venezuela, está unida.
Y tiene ahora una oportunidad extraordinaria para convencer al pueblo venezolano de que
- la verdadera salida para los enormes problemas
que enfrenta
- no es perseverar en el error populista y revolucionario
que encarnaba Chávez,
- sino en la opción democrática, es decir,
- en el único sistema que ha sido capaz de
- conciliar la libertad, la legalidad y el progreso,
- creando oportunidades para todos en
- un régimen de coexistencia y de paz.
Ni Chávez ni caudillo alguno son posibles sin un clima de escepticismo y de disgusto con la democracia como el que llegó a vivir Venezuela cuando, el 4 de febrero de 1992, el comandante Chávez intentó el golpe de Estado contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez, golpe que fue derrotado por un Ejército constitucionalista y que envió a Chávez a la cárcel de donde, dos años después, en un gesto irresponsable que costaría carísimo a su pueblo, el presidente Rafael Caldera lo sacó amnistiándolo.
- Esa democracia imperfecta, derrochadora y
bastante corrompida
- había frustrado profundamente a los venezolanos,
- que, por eso, abrieron su corazón
- a los cantos de sirena del militar golpista,
- algo que ha ocurrido, por desgracia,
- muchas veces en América Latina.
Cuando el impacto emocional de su muerte se atenúe, la gran tarea de la alianza opositora que preside Henrique Capriles está en persuadir a ese pueblo de que
- la democracia futura de Venezuela
- se habrá sacudido de esas taras que la hundieron, y
- habrá aprovechado la lección para depurarse de
- los tráficos mercantilistas, el rentismo, los privilegios
y los derroches que
- la debilitaron y volvieron tan impopular.
Y que la democracia del futuro
- acabará con los abusos del poder,
- restableciendo la legalidad,
- restaurando la independencia del Poder Judicial
- que el chavismo aniquiló,
- acabando con esa burocracia política elefantiásica
- que ha llevado a la ruina a las empresas públicas,
- creando un clima estimulante para
- la creación de la riqueza en el que
- los empresarios y las empresas puedan trabajar y
- los inversores invertir, de modo que
- regresen a Venezuela los capitales que huyeron y
- la libertad vuelva a ser el santo y seña
- de la vida política, social y cultural del país
- del que hace dos siglos salieron
- tantos miles de hombres a derramar su sangre
- por la Independencia de América Latina.
Mario Vargas Llosa - El País - Madrid - 10-Mar-2013
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