Qué paradoja! El primer Papa nacido en América pertenece a la orden jesuítica, expulsada de las Misiones Guaraníes y de España, disuelta 40 años desde 1773 por decisión vaticana.
Pero no es casualidad. Los jesuitas adquieren el dominio de sí mismos a través de los Ejercicios Espirituales que instituyó su fundador, San Ignacio de Loyola, pero no quedan sólo en eso:
- piensan con rigor escolástico y
- reflexionan en las fronteras mismas del adversario.
- Acusados de conservadurismo, intolerancia y sed
de poder,
- han sido obreros en la comprensión de los ajenos.
Teilhard de Chardin se esforzó por unir el creacionismo bíblico con la transformación darwiniana.
Ismael Quilés escarbó las coincidencias del budismo y el cristianismo.
Rahner integró a Santo Tomás con Heidegger.
Ellacuría planteó la Teología de la Liberación intentando conciliar a Cristo con el marxismo.
Hoy,
- ante tamaña crisis de la Iglesia,
- parece razonable la inspiración de
- confiar el destino a
- un soldado del ejército ignaciano.
Que el Papa sea latinoamericano patentiza hechos objetivos de la realidad:
- en Europa hay caída cultural y no sólo económica;
- asciende la estrella de nuestra América;
- nuestro modo de ser se inserta en el mundo
interconectado de hoy.
Y que el Papa sea de aquí nomás, del barrio, le agrega movimientos subjetivos a nuestra conciencia:
- cercana, íntima, siente la calidez de lo inesperado.
En tiempos de angustia y tribulación para ambas capitales del paralelo 35,
- el nombramiento ha venido a afirmar la esperanza,
- virtud que no nace del hombre sino de la vida, para
el creyente, desde Dios.
Aun por fuera de la institución Iglesia y de la fe, esta designación nos enseña -aleluia- que
- el humus de valores permanentes que sembraron
- Artigas, San Martín y Mariano Moreno
- no se agota en Tinelli, Kirchner y Mujica.
Y algo más: esto de que el novel Papa Francisco hasta anteayer haya sido Bergoglio, nos hace sentir inmediata -es decir, sin mediadores-
- la responsabilidad por lo que decimos y pensamos
- en una y otra margen del Río de la Plata.
Puesto que
- todo cruje y cualquier brutalidad tiene patente,
- católicos y no católicos, cristianos y no cristianos,
- creyentes, ateos y agnósticos estamos llamados
juntos
- a profundizar la reflexión y
- a alzar la voluntad para procurar luz y Logos
- a partir de la espesura de las actuales tinieblas,
- reencarnando la gesta de los primeros versículos
del Génesis y el Evangelio de Juan.
No temamos que eso parezca retroceder de la ciencia a la mitología.
¿Acaso Hawking no ha proclamado que el big-bang es permanente?
¿Acaso no es cada instante un punto de partida nuevo?
¿Acaso no estamos sepultados hoy bajo una mitología que es cruza de determinismo, relativismo e industrialización de la imagen sin sustancia?
- La Iglesia tiene gravísimos temas internos
que resolver, pero
- el hombre del siglo XXI vive un caos no menos
patético,
- por falta de imperatividad de
- los Mandamientos.
El nuevo Papa deberá encarar la empresa -barométrica- que exigen
- las denuncias por pedofilia y turbiedades bancarias. Pero
- le espera una tarea aún más vasta y difícil:
- desde los males que existen,
- construir el bien.
Andando por Montevideo -caras mustias, asaltos, pastabaseros durmiendo en cualquier alféizar-
- uno revive la certeza liberal de que
- esa misión ni llama sólo al Papa
- ni es sólo para él.
- Es imperativo y
- es hambre en todos nosotros,
- los del barrio del espíritu.
Leonardo Guzmán - El País - Montevideo - 15-Mar-2013
Expectación y esperanza
Expectación derivada de la inquietud en la espera.
Pasa una hora, desde la ansiada fumata blanca, hasta conocer la identidad del sucesor de Pedro.
El retraso obedece a que
- se detiene en la capilla Paolina y
- se presenta, en primer lugar,
- al Señor que lo eligió.
Confortado y con paz, se asoma para saludar y bendecir urbi et orbi.
- La espera me recordó la alegría de la Navidad.
Cuando de niño aguardaba la Nochebuena y el día de Reyes.
- Una espera gozosa en que algo sucedería y
- nos haría felices.
No por casualidad, la fórmula que antecede al !Habemus papam! está tomada del Evangelio de Lucas, cuando refiere que el Ángel pregona a los pastores: ¡Os anuncio una gran alegría: Hoy os ha nacido un Salvador!
Cada proclama de un sumo pontífice aúna la historia de la institución más antigua del mundo y la emoción de un nuevo renacer.
- Cada pontificado es irrepetible.
Y éste ha dado ya muestras de ello:
- la persona del elegido, ajeno a los pronósticos;
- el primer jesuita;
- el primer latinoamericano;
- el primer Francisco, para subrayar la pobreza evangélica;
- el primero que aparece solo con sotana blanca y
mantiene su antigua cruz pectoral;
- el primero que, en ese momento, reza con todos
esas tres oraciones sencillas, que cada niño, al empezar
a hablar, aprende de sus padres;
- el primero que pide, inclinado ante el pueblo,
que ruegue a Dios para que le bendiga;
- el primero que se despide con un paternal:
«buenas noches, ¡que descanséis bien!»;
- el primero que, al día siguiente, abandona el Vaticano
para rezar a la Virgen en Santa María la Mayor;
- el primero, en fin, que desvía la ruta y pasa por
la residencia en que se alojó para pagar la factura.
- Es demasiado
- para tan poco tiempo.
- Y ante esto, ¿qué nos espera?
- Sin duda, un papa excepcional.
- El que necesita la evangelización del tercer milenio;
- el que precisa el mundo desesperado por la crisis,
- el que precisan los pobres, cada vez más pobres,
por el capitalismo salvaje;
- el que urgen los cristianos para su deseable unidad;
- el que necesita el planeta para salvar la obra de
la creación;
- el que queremos todos los que tenemos miedo ante
tantas situaciones de angustia.
Dice que
- lo han elegido del fin del mundo
y añade firme:
- «Pero estoy aquí». En Roma.
- Y yo me siento esperanzado por
- un Papa que así se comporta.
F. Fernández de Buján - La Voz de Galicia - Sgo. de Compostela - 15-Mar-2013
Bergoglio, mi rabino
Bergoglio fue designado como nuevo Papa y asume la figura de Sumo Pontífice como Francisco.
Un punto de inflexión en la historia de la Iglesia, de la Argentina y, confío, ¡también lo será del mundo!
Pero más allá de todas las consideraciones de su figura y su obra,
- hay un aspecto de su persona en la que
- muchos nos nutrimos de su ser en valores y
- de su hacer con la coherencia de sus acciones.
- Rabí es maestro.
- Así fue denominado Jesús.
- En este rol y función nos lo presenta el Evangelio.
- Bergoglio es maestro.
Fiel a mi raíz judía y mi vocación rabínica, dentro de mi comunidad de origen y en la comunidad de destino que es la sociedad argentina toda,
- encontré en quien fue ungido Sumo Pontífice
- a un maestro que me escuchó, me orientó y aconsejó
- sobre cómo desplegar mi vocación de servir,
- tanto al Creador como a sus criaturas
- en el desafío del bien común.
Desde su prólogo en mi libro Argentina ciudadana, hasta sus prédicas en las solemnes festividades en el Templo de la calle Libertad,
- cada encuentro,
- cada instante de su presencia
- fue una referencia.
- Siempre destaco
- su vocación de rabino.
Como cardenal primado enseñó a recuperar la raíz judía de la cristiandad y proyectó desde la Iglesia la dimensión universal de escribir, en la prosa de los días,
- esa poesía de quien
- para poder ver transformada la realidad
- debe seguir las enseñanzas de este pastor de almas,
- mi maestro, rabino, amigo que me dio el ejemplo de
- creer para poder ver.
En la admiración y gratitud por su enseñanza, elevo mi corazón en oración para que el logro de esta nueva dimensión, ser un nuevo faro desde el Atalaya,
- con su visión inspirada
- en el Padre de todos,
- nos guíe, como sus hijos
- y hermanos que somos,
- a un mundo mejor.
Rabino Sergio Bergman - Buenos Aires - 14-Mar-2013
El hermano Papa (espeluznante)
Entiendo mejor ahora al cardenal Amigo cuando aludía en la plaza de San Pedro al esfuerzo que hubo de hacer para contener las lágrimas en la Capilla Sixtina.
Se refería al trance en que
Jorge Mario Bergoglio decidió adoptar
el nombre de Francesco.
Hubiera llorado Amigo, que es franciscano. No lo hizo por el sentido del pudor o de la vergüenza.
Entiendo mejor ahora al cardenal Amigo. Reconozco haber hecho un esfuerzo para contener unas lágrimas delante de mis colegas en la audiencia de esta mañana.
Y no soy franciscano, ni cardenal.
Ni me sugestionaba el "Juicio final" de Miguel Ángel.
Ni tengo fe en Dios.
Sí tengo fe en Francisco,
incluso comprendo al cardenal canadiense Thomas Christopher Collins cuando atribuía la elección de Bergoglio a la santidad.
Me parecía una abstracción, una obviedad, pero
- la "homilía" de esta mañana
- me ha sacudido las entrañas.
Me ha conmovido escuchar al Papa cuando se desentendía del discurso escrito.
Y cuando evocaba el momento en que el cardenal brasileño Hummes le susurraba al oído
- que se acordara de los pobres.
Resolvió entonces llamarse Francisco, de forma que
- el abrazo a un periodista invidente
- que subía al escenerio del aula Pablo VI
- con la tozudez de perro
- simbolizaba la fraternidad franciscana
- hacia las critaturas de Dios.
- El hermano perro,
- el hermano creyente,
- el hermano sol,
- la hermana gaviota que custodiaba la chimenea,
- la hermana lluvia,
- el hermano descreído,
- el católico y el no católico,
- el hermano hermano,
- como diría Walt Whitman.
Trascendía así el espeluznante respeto que comportaba la despedida de la ceremonia.
Nos dijo Francisco que nos bendecía.
Pero que
- nos bendecía en silencio, para respetar
- al agnóstico y al ateo.
- Y al protestante y al musulmán.
- Y al laico y al nihilista,
- aun "consciente de que todos somos hijos de Dios".
- Así es que el Papa rezó cabizbajo y hacia dentro.
Hacia fuera había demostrado un inteligente sentido del humor -no se puede tomar en serio a la gente que no sabe reírse- y había cuestionado los rigores del protocolo. Siempre que pudo se deshizo de los papeles.
Y cuando leía se equivocaba o abusaba del acento porteño, ejemplos ambos de su "falibilidad" y hasta demostrativos del titular que hace unos días publicaba un diario gratuito colombiano en el contexto de la proclamación papal:
- "Argentino pero modesto"
Modesto, espontáneo y cálido.
Tan cálido y entrañable que las personalidades y subalternos premiados con el privilegio del besamanos se atrevían a abrazarlo.
O era el Papa quien lo hacía, malogrando la distancia del rey y los súbditos, incluso
- a riesgo de indignar
- a los liturgistas y
- de inquietar a
- los funcionarios curiales que
- interpretan al hermano Papa
- como una amenaza.
Me decía un taxista romano que
- este Pontífice
- no iba a durar mucho.
Dejaba en el aire los detalles o los sugería con una inquietante gestualidad al estilo de Alberto Sordi.
- "Una Iglesia pobre
- para los pobres".
- He aquí el mensaje y la revolución.
Y el gran titular de la audiencia, ya que periodistas éramos -y familiares y amigos- los que esta mañana -
- hemos identificado
- esta mañana en Roma
- el milagro de la comunicación.
Rubén Amón - El Mundo - Madrid - 16-Mar-2013
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