domingo, 11 de mayo de 2014

El problema de la derecha con Piketty


Hace poco, Kathleen Geier intentó hacer una reseña (publicada en The Baffler, una revista en Internet) de las críticas conservadoras al nuevo libro de Thomas Piketty, Capital in the Twenty-First Century [El capital en el siglo XXI]. 
Lo que más llama la atención es la pobreza del análisis de la derecha de los argumentos de Piketty.
El razonamiento de Piketty es minucioso y complicado, pero hay cinco puntos que se destacan especialmente:
1. La relación entre la riqueza de una sociedad y la renta anual tiende a crecer (o decrecer) hasta un nivel igual a la tasa de ahorro neto dividida por la tasa de crecimiento.
2. El tiempo y el azar llevan inevitablemente a la concentración de la riqueza en manos de un grupo relativamente pequeño, al que denominaremos “los ricos”.
3. Conforme los beneficios inmediatos de la industrialización van siendo cosechados, la tasa de crecimiento de la economía tiende a disminuir; al mismo tiempo, la tasa de ahorro neto aumenta, debido a la reducción de impuestos progresivos, el fin de la destrucción caótica de la primera mitad del siglo XX y la ausencia de motivaciones sociológicas suficientes que lleven a los ricos a gastar sus ingresos o su riqueza en vez de ahorrarlos.
4. Una sociedad donde los ricos poseen un alto grado de influencia económica, política y sociocultural es en muchos aspectos una sociedad indeseable.
5. En una sociedad donde el cociente entre la riqueza y la renta anual es un múltiplo muy grande de la tasa de crecimiento, el control de la riqueza se transmite por vía hereditaria (en lo que Geier denominó "heiristocracy" [“gobierno de los herederos”]); esa sociedad es incluso más indeseable, en muchos aspectos, que una meritocracia dominada por una élite de emprendedores ricos.
Bueno, incluso en esta versión resumida, el razonamiento de Piketty es complejoUno esperaría que tal complejidad atrajera un gran número de críticas sustanciales. De hecho, Matt Rognlie atacó el punto 4, con el argumento de que la tasa de rendimiento de la riqueza decrece rápidamente a medida que aumenta el cociente entre riqueza y renta anual, de modo que, paradójicamente, cuanta más riqueza tienen los ricos, menos participan de la renta total, y su influencia económica, política y sociocultural también disminuye.
Tyler Cowen, de la Universidad George Mason, haciéndose eco del pensamiento de Friedrich von Hayek, criticó los puntos 4 y 5. Según Cowen, los “ricos ociosos” son un recurso cultural valioso precisamente porque constituyen una aristocracia con tiempo libre. No estar atados a la rueda kármica de tener que producir, ganar dinero y gastarlo en artículos de primera necesidad y de uso cotidiano es precisamente lo que les permite tener una visión a largo plazo o heterodoxa de las cosas y crear, por ejemplo, gran arte.
Hubo otros cuyo único “argumento” fue dar por sentado que habrá una nueva revolución industrial que pondrá nuevos beneficios al alcance de todos y que irá acompañada de otra ola de destrucción creativa. De ocurrir tal cosa, permitiría una mayor movilidad ascendente, lo que negaría los puntos 2 y 3.
Pero lo más extraordinario en relación con los críticos conservadores del libro de Piketty es lo poco que han desarrollado cualquiera de estos argumentos y lo mucho que se han dedicado en cambio a cuestionar las capacidades analíticas del autor, sus motivaciones e incluso su nacionalidad.
Clive Crook, por ejemplo, señala que “las limitaciones de los datos que presenta y la grandiosidad de las conclusiones que extrae (...) roza la esquizofrenia”, dando lugar a conclusiones que “o bien no se sustentan en los datos y análisis, o bien se contradicen con ellos”. En opinión de Crook, Piketty se dejó llevar por su “terror al aumento de la desigualdad”.
Entretanto, James Pethokoukis considera que el trabajo de Piketty se podría resumir en un tuit: “Karl Marx no estaba equivocado, estaba adelantado. Eso es todo. Lo siento, capitalismo = desigualdad X siempre”.
Y también está la pueril acusación que hace Allan Meltzer de exceso de galicismo: porque resulta que Piketty trabajó con un colega francés, Emmanuel Saez, “en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), donde era profesor Olivier Blanchard [del Fondo Monetario Internacional], que también es francés. Francia implementó por muchos años políticas de redistribución del ingreso destructivas”.
Al combinar todas estas líneas de la crítica conservadora, salta a la vista el verdadero problema de la derecha con el libro de Piketty: que su autor es un extranjero mentalmente inestable y comunista. La vieja táctica de la derecha estadounidense, que destruyó miles de vidas y carreras en tiempos del macartismo. Pero decir que determinadas ideas son “antiestadounidenses”, en cualquier sentido que sea, es un epíteto, no un argumento.
Ahora, en ciudades estadounidenses de centro-izquierda como Berkeley (California), donde vivo y trabajo, el libro de Piketty fue recibido con una aprobación rayana en la reverenciapor la cantidad de trabajo que el autor y sus colegas dedicaron a reunir, combinar y depurar l. Quedamos impresionados os datos; la inteligencia y la habilidad con que construyó y presentó sus argumentos; y el trabajo denodado de Arthur Goldhammer en la traducción al inglés.
Claro que todos tienen un 10% o un 20% del argumento de Piketty con el que no están de acuerdo, y todos tienen dudas sobre, tal vez, otro 10% o 20%. Pero en ambos casos, el 10% o el 20% de cada uno es diferente. Es decir, hay un consenso mayoritario en que cada una de las partes del libro es básicamente correcta, lo que implica que casi todos están de acuerdo en que el argumento general del libro es, en términos generales, acertado.
A menos que los críticos de derecha de Piketty suban su nivel en el debate y presenten argumentos realmente válidos, esa será la evaluación que prevalecerá del libro de Piketty. Y no la van a cambiar colgándole el sambenito de “rojo” y “francés”.
J. Bradford DeLong, ex secretario adjunto del Tesoro de Estados Unidos - El Pais - Madrid - 11-May-2014

¿Está Monsieur Piketty en lo correcto respecto de la economía global?
Llegó a la cima de la lista de los best sellers sugiriendo un impuesto global para los ricos. Y como nuevo rockstar de la economía, ya ha vivido un escándalo.

La nueva Plaza de la Bastilla es una pequeña oficina sumergida en el sur de París, con un escritorio en una esquina y libros de suelo a techo. 
El nuevo Robespierre es un personaje que llega sin mostrar ningún signo de estrés sobre la tormenta mediática que está a punto de llegar a su vida privada.
Tal vez no sabe que viene en camino. Tal vez no le importa, aunque eso parece poco probable. Se ve un poco ojeroso, pero solo necesita un expresso antes de sentarse a hablar de la revolución que él ha desatado. 
Hasta ahora es solo una revolución intelectual, pero él espera que se vuelva política y luego global.
"Tengo miedo de decir a las personas que están ya cansadas que esto está recién comenzando", dice Thomas Piketty, esbozando una sonrisa.
Piketty es el autor francés del libro que 
- confirma lo que mucha gente temía 
- respecto de dónde va a parar el dinero. 
  - Se va a las personas que ya lo tienen. 
  - Los pobres permanecen pobres; 
  - la clase media se está achicando, y 
  - los ricos se están haciendo ricos tres veces más rápido de 
  - lo que crecen las economías más avanzadas. 
- Las democracias no tienen forma de detener la inequidad, 
que se vuelve cada vez peor. 
Pero un crujido debe estar por venir; porque de lo contrario, 
- en 50 años los millonarios tendrán el 100% de la riqueza.
Él tiene toda la información para probar esto, abarcando 300 años y 20 países. 
Esto lo convierte en el rockstar económico del momento. 
Todos lo creen, al menos en la izquierda. Es un cliché horrible, pero a él no parece importarle. "Mientras induzca a las personas a leer mi trabajo", dice, "está bien".

Un impuesto global a la riqueza
Tratemos, entonces, de dimensionar a sus lectores hasta ahora. 
"Capital en el Siglo XXI", su puñetazo en la plutocracia, de 700 páginas, ha vendido 60 mil copias en francés, y 220 mil en inglés, hasta la semana pasada, mientras fue brevemente N° 1 en Amazon.com en ficción y no ficción.
De cara al futuro, Harvard University Press está apurando seis reimpresiones del libro encuadernado en idioma inglés, después de recibir una llamada de Amazon diciendo que sus estantes estaban vacíos. 
Ediciones en chino y español saldrán más adelante, este año.
Piketty ocupó parte del mes pasado en una gira por Estados Unidos liberal, con visitas a la Casa Blanca y a la Casa del Tesoro. Antes, sus trabajos sobre inequidad fueron la base de los textos del movimiento Occupa, que llevó carpas a Manhattan y al London Paternoster Square en 2011.
Un gráfico en particular muestra cómo 
- el 1% estadounidense más rico se "apropió" del 
- 60% del incremento de la riqueza nacional de Estados Unidos 
- entre 1977 y 2007.
La solución de Piketty es 
- un impuesto global a la riqueza. 
Sus críticos han objetado esto como una utopía o locura, o ambas, pero "podría ser que 
- China cree un impuesto a la riqueza antes que nosotros"
dice un poco en broma.
Ha pasado medio siglo desde que un libro de historia económica salió del ámbito académico con tanto revuelo. El último fue "Una historia monetaria de los Estados Unidos", escrito por Milton Friedman y Anna Schwarz, que sentaron las bases para el Thatcherismo y Reaganismo
A Piketty le agrada lograr un estatus similar entre sus admiradores. "Por supuesto que estoy contento de que el libro sea exitoso, pero hubiera sido decepcionante que solo lo fuera en Francia, porque fue pensado para una audiencia internacional", dice. 
"Las personas pueden discrepar sobre mis conclusiones e igualmente encontrar cierto interés en el libro".
La gente puede discrepar, y vaya que lo hacen. Forbes ha creado el manual "Seis formas en las que el capital de Thomas Piketty no se está sosteniendo"
- The Economist lo llama el Marx moderno. 
El columnista Allister Heath ha basureado su libro en cinco palabras 
-"la envidia está de regreso"-, 
y otro conocido ex editor británico escribió una reseña con tanta apoplejía a nombre de los aspirantes a la clase media británicos, que casi olvidó chequear los hechos.
- Tan capitalista como la mayoría de sus críticos
Piketty aprendió inglés como estudiante en la London School of Economics y luego en el Massachusetts Institute of Technology
Fue allí que se dio cuenta de que 
- los hechos concretos sobre la desigualdad de ingresos podría 
- golpear un nervio, incluso en la tierra de los libres.
"Las personas han estado luchando desde siempre sobre ingreso y riqueza, y lo seguirán haciendo", dice. "Lo que el libro está ofreciendo no es una solución final, pero al menos ayuda a las personas a entender por lo que están peleando".
- La acusación de fomentar la envidia le molesta. 
- "Esa es la retórica usual, pero yo creo que no tiene sentido". 
Todo lo que digo es que 
- la mitad más baja de la población británica actualmente 
- es dueña del 3% de la riqueza nacional. 
Solo digo que
- tal vez podemos tener más de un 3. 
- Tal vez podría ser 5, tal vez 8, pero la idea de que 
- porque queramos que esto sea mayor estamos promoviendo la envidia y 
- vamos a destruir el sistema de mercado, es una tontería".
Piketty insiste en que 
- él es tan capitalista como la mayoría de sus críticos. 
"Pero la mayor amenaza para mí es esto: 
- si no encontramos una forma de convencer a las personas de que 
- todos pueden ganar con la globalización, el riesgo es que
- una fracción creciente de la población se aleje de ella, 
- se oponga a la globalización y 
- se oponga a los extranjeros". 
Menciona 
- el alza de la popularidad del Frente Nacional francés y 
- la amenaza pende de un hilo, casi incontestable.

Vacaciones en Camboya y los Alpes
¿Es su trabajo su vida? "Oh, no," dice. "Tengo esposa. Tengo tres hijas. Tomo muchas vacaciones".
El año pasado, la familia pasó un año en Camboya y Vietnam. 
El año anterior manejaron a Estambul. Cada invierno pasan una semana esquiando: "Los Alpes son tan bonitos y convenientes. Tomo un tren nocturno desde París, y a la mañana siguiente, a las 8 A.M., estoy esquiando con las niñas".
Si la vida de este estudioso revolucionario suena muy buena para ser cierta, bueno, aparentemente lo es. 
Las olas de adulación agitadas para él en todo el mundo de habla inglesa rompieron con el renacimiento en los medios de un nuevo escándalo. 
En 2009, Aurélie Filippetti, ministra de Cultura de Francia y ex amante de Piketty, que no es la madre de sus hijas, presentó una demanda acusándolo de violencia intrafamiliar. Solo la retiró después de que él "admitió los hechos y presentó las excusas", dijo un portavoz de Filippetti.

Piketty llamó a las quejas "historias amarillistas".
Cinco años después suena tan gentil como un cordero hablando acerca de impuestos confiscatorios para los súper ricos.
Giles Whittell - The Times - El Mercurio - Sgo. de Chile - 11-May-2014

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