sábado, 13 de agosto de 2011

¿Los Bancos Centrales al rescate?

- Ellos pueden comprar un poco de tiempo, pero
- el verdadero remedio debe provenir de
- los políticos occidentales.

Cada vez más débiles y creciendo menos, las economías del mundo desarrollado están en un estado lamentable.
En las semanas anteriores los signos de alarma sobre su condición se han multiplicado.
En Europa los rendimientos de los bonos españoles e italianos a 10 años subieron sobre 6%.
Estados Unidos fue sacudido al ver degradada su solvencia crediticia por una de las grandes agencias de calificación de riesgo.
Alrededor del mundo, los mercados accionarios se han desplomado, con algunos récords de sus mayores caídas diarias desde 2008.
Las acciones bancarias fueron especialmente golpeadas,
- una señal de estrés en el sistema financiero.
- Entonces los Bancos Centrales entraron en escena.
El Banco Central Europeo (BCE) dejó ver que estaría dispuesto a apoyar a España e Italia con
- una expansión de su programa de compra de bonos.
Mientras tanto, la Reserva Federal de Estados Unidos dijo que probablemente
- mantendría las tasas de interés cercanas a 0% al menos hasta mediados del año 2013, y
señaló que
- podría tomar otros pasos para apoyar la economía.
- Los rendimientos de los bonos italianos y españoles cedieron.
Las caídas de los mercados accionarios mostraron una pausa, pero sólo brevemente a medida que las preocupaciones se dirigieron a Francia.
Aunque
- las economías emergentes están creciendo lo suficientemente fuerte para mantener el
crecimiento global,
- el pesimismo sobre Europa y Estados Unidos afecta a todo el mundo.
Dicho pesimismo obviamente tiene sus fundamentos en los datos económicos, particularmente en el caso de Estados Unidos. Pero
- también está el espectro del riesgo político.
Habiendo confiado en los políticos para ordenar las cosas en los últimos tres años,
- los inversionistas han cambiado de opinión.
Un pésimo acuerdo en el Congreso sobre la deuda y la incapacidad de la Eurozona para confrontar sus problemas no son hechos tan malos en sí mismos, pero revelan que
- los políticos están fallando ya sea en ayudar o empeorando las cosas.
- La desesperación también está afectando la confianza en los negocios.
El último barómetro de negocios globales de Economist/FT, una encuesta a gerentes alrededor del mundo, muestra que
- quienes creen que las condiciones empeorarán en los próximos seis meses superan
- a los que creen que mejorarán en 10,5%,
un gran retroceso respecto de la última medición de mayo, que fue optimista.
Las empresas estadounidenses
- están temerosas respecto de invertir sus copiosas pilas de efectivo.
Siempre que esto continúe, los bancos centrales, incluso si consiguen hacer bien las cosas, apenas pueden ofrecer un cuidado paliativo.
Los recientes declives de los mercados accionarios claramente no aportan a la confianza, pero
- tampoco son una razón para el pánico.
Un ajuste en las acciones estadounidenses quizás fue a destiempo:
- el S&P 500 se ha duplicado desde sus mínimos de marzo de 2009, y
- el ajuste cíclico de la razón precio/utilidad de 20,7 el 4 de agosto está muy por sobre
su promedio histórico de 16,4.
Las recuperaciones después de un reventón financiero son lentas, a medida que el sector privado paga sus deudas.
- El mercado de bonos hace tiempo que reconoció esa realidad. Y
- la economía estadounidense aún muestra señales de vida:
- en julio creó un neto de 117.000 puestos de trabajo, que aún no son suficientes,
- pero no son evidencia de una recesión.
El riesgo de que Estados Unidos y otros países del mundo rico
- entren nuevamente en recesión es real.
La raíz del problema en ambos lados del Atlántico es simple:
- demasiada deuda, y
- muy pocos políticos están dispuestos a lidiar con sus consecuencias.
- Eso apunta a donde está el verdadero peligro.
En la Zona Euro, las preocupaciones de la deuda que comenzaron en los pequeños países periféricos se han diseminado a otros más grandes como España, Italia y quizás en Francia.
Como es usual, la crisis tuvo una breve pausa después de otra reunión de emergencia el mes pasado, sólo para resurgir con renovada fuerza cuando fue claro que los políticos no habían hecho lo suficiente, dejando al sistema bancario en riesgo.
En Washington D.C., mientras tanto, los combativos políticos evitaron un default sobre el techo de la deuda con un acuerdo que es débil en dos aspectos:
- consagra una contracción fiscal de corto plazo justo cuando
- la economía necesita un impulso, y
- falló en reducir el déficit en el mediano plazo.
De allí
- la justificada rebaja en su calidad crediticia.
- ¿Cuánto pueden hacer los bancos centrales?
En Europa la intervención del BCE ciertamente tuvo un efecto cuando ocurrió:
- los rendimientos en los bonos españoles e italianos bajaron a 5%.
El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, sería lúcido si
- revierte la desacertada decisión de haber subido las tasas de interés a comienzos de
este año:
- la inflación en el bloque ha bajado y
- debería caer aún más a medida que los precios de los commodities se retraen.
En la Fed, Ben Bernanke debería considerar
- una tercera ronda de "facilidades cuantitativas" (comprando bonos con nuevo dinero).
Pero
- los beneficios probablemente serán limitados, y
- podría complicar la vida en las economías emergentes que
- enfrentarían un potencial resurgimiento de los flujos de capital.
Por sobre todo,
- hay un riesgo moral en el activismo de los bancos centrales,
- al estimular a los gobiernos a sentarse y
- dejar que otros hagan el trabajo que ellos consideran difícil.
Los líderes europeos enfrentarán una alternativa aún más difícil
- entre un quiebre de la Zona Euro y
- una unión fiscal más estrecha.
- Salvar al euro requerirá un fondo de rescate aún mayor del que
- la zona está actualmente preparada para aceptar.
Una idea más robusta desde una perspectiva económica sería
- la habilidad de lanzar eurobonos
- colectivamente respaldados por todos los miembros del bloque.
Los Bancos Centrales
- les pueden comprar a los políticos algo de tiempo en ambos lados del Atlántico, pero
- depende de ellos usarlo.
The Economist - El Mercurio - Sgo. de Chile - 12-Aug-2011

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