martes, 15 de noviembre de 2011

El golpe de los tecnócratas

Si la llegada al poder de Mario Monti en Italia y de Papademos en Grecia fuese como sugieren la mayoría de los medios:
- "tecnócrata derroca a político elegido por el pueblo",
estaríamos ante
- la más moderna forma de golpe de Estado.
Solo habría una diferencia, en un golpe de Estado tradicional
- se suspenden las garantías constitucionales;
- en este se restringen derechos sociales.
- En el primero se cercenan las libertades.
- En el moderno se limita la capacidad adquisitiva del contribuyente.
Pero ambos coinciden en el mismo objetivo:
- pasar una etapa de penuria para alumbrar un futuro mejor.
- En un caso, para restablecer el orden en general;
- en el otro, para restablecer el orden económico.
- Felizmente, las cosas no son así, aunque lo parezcan.
Es cierto que los dos mandatarios no proceden de unas elecciones democráticas ni de una moción de censura; pero tienen que actuar como si procedieran:
- consultar con los partidos para formar una mayoría suficiente,
- presentar un programa y someterse a los controles parlamentarios.
Son hombres
- sin partido (al menos, conocido), pero
- con ideología, que
- deben gobernar con todos los partidos.
- Eso es un Gobierno de salvación nacional;
- atípico en su llegada al poder, pero
- democrático en su funcionamiento.
Por eso hemos escrito hace días que el peculiar estilo y las formas éticas de Berlusconi dejan paso a la política que vale la pena defender.
Lo que importa es la gestión que vayan a hacer.
Ambos tecnócratas no tienen ni que pensar las medidas
, porque les vienen dictadas por el directorio europeo y, en el caso de Italia, Monti se encuentra con un paquete ya aprobado por el Parlamento.
Salvo que tenga que añadir algún golpe más, se convierte en puro ejecutor de un programa impuesto, con un margen de maniobra francamente limitado.
Y lo que nos interesa fuera de ambos países es
- si marcarán un estilo y una orientación política para

- los incluidos en las siglas PIGS.
Señores,
- témanse lo peor. Temamos lo peor.
- España tiene la mitad de deuda de Italia, pero parecida presión de los mercados
.
La cantidad de dinero público que los italianos tienen que ahorrar es muy alta, pero España también tiene que reducir su gasto.
- Los salarios públicos de Italia van a ser congelados durante dos años, y
se antoja imposible que Rajoy los pueda subir en el porcentaje que los bajó Zapatero.
En Italia costarán más las gasolinas, y esa es una tecla que no hemos tocado aquí.
Y lo peor, que es lo que asusta a quienes miden el consumo:
- Italia va a poner el IVA en un 21 %,
- Portugal lo tiene en un 23, y
- nosotros seguimos en el 18.
Quien piense que vamos a ser una isla de IVA «barato», no sabe cómo se las gasta el directorio europeo. Pues pronto lo va a saber.
Fernando Ónega - La Voz de Galicia - Sgo. de Compostela - 15-Nov-2011

El retorno de los Tecnócratas
Las soluciones dadas a las crisis de Italia y Grecia
- han revivido el concepto político de los tecnócratas.
Y, curiosamente, lo han hecho
- cuestionando la legitimidad de esos tecnócratas para ejercer el poder político.
Parece una buena ocasión para replantearse
- qué fueron y qué son
- los tecnócratas.
Lo dice la Wikipedia con claridad en una de las acepciones que atribuye al término
- “Tecnocracia”: “En la historia contemporánea de España, el periodo de la dictadura
de Francisco Franco que sigue al plan de Estabilización de 1959 y que se conoce también con
el nombre de desarrollismo, en el que fueron muy influyentes personajes próximos al Opus
Dei (denominados tecnócratas).”
Es decir, cuando el régimen del general Franco estaba con el agua al cuello, llamó a un grupo de técnicos, no contrarios a sus ideas, pero tampoco especialmente afines, con el fin de que
- implementaran un plan de salvación de la economía del régimen,
que marchaba por muy mal camino.
Fue lo que se llamó el Plan de Desarrollo, en el que jugó el papel determinante –como en tantas otras cosas- Laureano López Rodó.
- ¿Era López Rodó un valeroso falangista?
- Claramente no. Pero fue al amparo de Franco donde hizo su carrera política.
Mario Monti
llegó a la Comisión Europea en 1994 a propuesta de Silvio Berlusconi y en sustitución de Emma Bonino.
Renovó mandato en 1999 a propuesta de Massimo D’Alema y se mantuvo hasta 2004 cuando Berlusconi intentó hacer comisario a Rocco Buttiglione –que, claramente, no era un tecnócrata- y acabó escaldado.
Ahora entra en la gran política nacional de la mano del presidente Napolitano, que ha estado moviendo los hilos durante semanas para asegurarse esta victoria estratégica.
Podríamos hablar también del tecnócrata Lukas Papadimos, con una larga carrera que ha pasado por el Banco de Grecia como economista jefe entre 1985 y 1993, año en que fue nombrado vicegobernador, para ser después gobernador entre 1994 y 2002.
Es decir,
- Era el Gobernador en el momento en que Grecia hizo todas las trampas que
- le permitieron entrar en el Euro sin cumplir los requisitos pertinentes.
Con lo que da también la sensación de que
- es el propio sistema el que ha generado al tecnócrata.
Porque
- los tecnócratas obtienen su legitimidad de quien los promueve y nombra.
Monti
- ha recibido el encargo de formar Gobierno del presidente de la República y
- ahora debe lograr que su Gobierno sea aprobado por el Parlamento.
- Es un tecnócrata respaldado por el sistema democrático.
Papadimos
- recibió el encargo del formar Gobierno del presidente Karolos Papulias y
- obtuvo el respaldo de 254 de los 300 diputados del Parlamento griego.
- Es un tecnócrata legitimado por la democracia.
Y los tecnócratas del franquismo
–López de Letona, López Bravo, López Rodó, Ullastres...
- eran tecnócratas respaldados por la dictadura del general Franco.
Es decir,
- los tecnócratas no carecen de legitimidad.
- Tienen la misma legitimidad que el régimen que los aúpa al poder
.
Ramón Pérez-Maura - ABC - Madrid - 15-Nov-2011

Positivar la crisis europea
Propongo positivar la crisis que ha llevado a que Italia y Grecia sean gobernados, espero que transitoriamente, por personas que han sido impuestas por Angela Merkel, Nicolas Sarkozy y el Banco Central Europeo sin que
- ni griegos ni italianos hayan sido consultados a la hora de elegir a su gobierno
.
Son decisiones arriesgadas que
plantean problemas de fondo como
- el de si se puede restablecer la estabilidad monetaria y política de un país
- aplicando un cierto despotismo financiero que no haya sido refrendado por las urnas
.
Lo positivo de esta crisis institucional
es que
- puede hacer inevitable la reforma del funcionamiento de Europa.
En estos graves momentos
parece que
- sólo existen dos salidas:
- nombrar gobiernos de técnicos o tecnócratas desde arriba o bien
- abonar el campo del populismo que viene inexorablemente después

de exageradas y brutales políticas de austeridad.
El filósofo Jürgen Habermas ha publicado un extracto de su próximo libro, "Un ensayo sobre la Constitución de Europa", en el que dice que
- "A corto plazo, es necesario concentrarse en la crisis. Pero más allá de ella, los actores
políticos no deberían olvidar los defectos de construcción que se encuentran en las bases de
la unión monetaria y que tan sólo podrán eliminarse mediante una unión política adecuada".
En otras palabras,
- habrá que desmontar el tejado y
- construir la unión monetaria sobre
- las bases de una unión política que comporte, por supuesto,
- una política fiscal común.
Las soluciones italiana y griega son parches para evitar la catástrofe.
Lo que puede sacar a Europa de este miedo que nos embarga a todos, un miedo exagerado y alimentado por mercados y por los norteamericanos que quieren mantener al dólar como divisa de referencia, es
- practicar la política en su aspecto más noble y definitivo que es
- el de tomar las decisiones que convienen a la mayoría de ciudadanos.
Si no quiebra el invento por el camino,
- es una oportunidad de oro para fomentar, con generosidad y valentía,
- los Estados Unidos de Europa.
Es seguro que Gran Bretaña no participará en este proyecto y que algún otro país puede apartarse voluntariamente.
Quizás ha llegado la hora de reformar lo que no funciona en esta Europa actualmente desconcertada.
- Más unidad política,
- plena homogeneidad fiscal,
- más responsabilidad de los estados miembros.
Lluis Fox - La Vanguardia - Barcelona - 15-Nov-2011

¡Viva la tecnocracia!
Dice Jeremy Irons en 'Margin call' que pueden cambiar sus nombres, pero siempre ganan los tiburones

De mis pocos estudios de griego clásico solo me quedó lo del demos y el kratos y algo más.
Y del demos pueblo y kratos poder, surgía el término democracia, es decir
- el sistema que se dotaba de dirigentes surgidos de la voluntad popular.
De la misma raíz griega surge la palabra tecnocracia, lógicamente de significado contrapuesto:
- si el poder es de los técnicos, no es del pueblo.
Y con pueblo
no me refiero a la asamblea permanente ni a ningún otro concepto de ingenuo romanticismo,
- sino al complejo entramado de parlamentos, instituciones, poderes equidistantes, elecciones, etcétera que conforman nuestro sistema político.
A pesar de que en tiempos de crisis económica y de descrédito político,
- la idea de una tecnocracia puede resultar tranquilizadora,
- lo cierto es que es una auténtica trampa al sistema de libertades.
Nuestro referente más cercano a algo parecido a una tecnocracia fue
- el grupo de dirigentes franquistas, cercanos al Opus,
- que dirigieron el Plan de Estabilización del 59, pero lógicamente
- no es comparable la dictadura al momento actual.
Y en referencia internacional, el gran tecnócrata del siglo XX fue, sin duda,
- Robert S. McNamara, presidente de la Ford y posterior ministro de Defensa en la

época de Vietnam.
Después de sus pinitos políticos, McNamara volvió al redil y llegó a presidir el Banco Mundial.
Es decir, todo quedó en casa.

Y en casa queda lo que está ocurriendo en Italia y en Grecia y vayan a saber si no llegará por estos lares, cuando Rajoy esté instalado en la Moncloa.
Aunque el experto Josef Asram asegura que
- los mercados están tan entretenidos en hincar el bocado al pez gordo francés, que
- no perderán el tiempo con la minucia española.
Es decir, ahora le toca el turno a Francia, demostrando que

- los mercados pueden con todo, incluso con los gigantes.
Es lo que asegura el cruento John Tuld – interpretado por un inquietante Jeremy Irons– en la película Margin call, cuando recuerda que
- pueden cambiar sus caras y sus nombres, pero que
- siempre ganan los tiburones.
Italia y Grecia parecen confirmar esa tesis,

Primero
- porque estrenan gobiernos que no han pasado por las urnas, y
- cuya imposición no ha venido de sus pueblos sino de los mercados. y
Segundo,
- porque gobernarán los mismos que participaron de la fiesta y que,
- en buena ley, deben tener alguna culpa de lo ocurrido.
Papadimos
-
fue economista jefe del Banco Central griego cuando empezó el despilfarro

y después vicepresidente del Banco Central Europeo.
- ¿Ninguna culpa? Y
Monti
- no sólo fue director europeo de la Trilateral –el lobby neoliberal más importante del mundo–
- sino también asesor de Goldman Sachs cuando ocultaron el déficit del Gobierno griego
de Karamanlis.
- ¿Ninguna culpa?
Y ahora llegan para salvar al pueblo de los políticos.
Es decir,
- ponen tiburones para salvarnos de los tiburones.
- Y aún los hay que piensan que son buenas noticias.
Pilar Rahola - La Vanguardia - 16-Nov-2011

Tecnócratas o Polícratas
Tanto a Lucas Papademos como a Mario Monti, nuevos jefes de gobierno de Grecia y de Italia respectivamente, tendrán una semana difícil, que puede signar la evolución de Europa en 2012.

Tendrán que
- implementar un fuerte plan de austeridad para superar el problema de
- exceso de gasto y deuda pública que
- les dejaron de herencia los políticos que renunciaron por no poder controlar

la situación.
Tanto a Papademos como a Monti los demás políticos y también el periodismo los llaman "tecnócratas". Veamos que significa verdaderamente esta expresión.
Cuando el mundo admiraba en los 70' el milagro brasileño de aquellos tiempos, fue una época en que tenían mucha influencia tres dirigentes de muy alto nivel:
- Mario Enrique Simonsen,
- Delfín Netto y
- Roberto de Oliveira Campos.
Los llamaban "los tecnócratas", o sea técnicos que gobernaban.
Interrogado por un periodista opositor que despreciativamente lo llamo "tecnócrata", uno de ellos respondió:
- "Antes era tecnócrata, ahora soy polícrata", diciendo que
- como técnico y al mismo tiempo político,

- podía hacer mejor el trabajo
- que los políticos populistas de aquel entonces
.
Los políticos tradicionales que -en la mayoría de los casos- deben consumir gran parte de su vida "tejiendo" acuerdos entre personas que piensan de muy diferente manera,
- no tienen tiempo suficiente o interés para estudiar las novedades estratégicas
- ni los nuevos problemas que van surgiendo.
- Están más preparados para ganar las elecciones que para gobernar.
Por lo tanto, como regla general,
- van gastando todo lo que ingresa a las arcas del Estado e incluso
- se endeudan para gastar por encima de los recursos corrientes.
Pero
- cuando hay una crisis insoluble, que requiere
- decisión firme y pasos seguros para salir del pantano en que se metieron,
-
llaman a los técnicos.
Ellos los denominan "tecnócratas" y les encargan que piensen alguna solución a los problemas.
Roberto O. Campos se enojó en una oportunidad al ver sufrir en su país una vez más este tipo de decisiones y dijo:
-"El gobierno no pasa de ser un aglomerado de burócratas y políticos, que

- almuerzan poder, promoción y privilegios.
- Solamente en el postre piensan en el bien común".
Cuando
esta gente preparada del país hermano
- pudo tomar decisiones, a pesar de ser pocos,
- Brasil dio un gran salto hacia adelante.
Por errores de los políticos y burócratas
de los gobiernos de Grecia e Italia, a esos países se les volvió inmanejable el poder, han caído y han dejado paso a los "tecnócratas" y los gobiernos que estos últimos han formado casi no incluyen a los políticos típicos.
Se ha incorporado a otra clase de políticos,
- los "polícratas", gente preparada para gobernar,

- aún en épocas difíciles.
Una vez que esta nueva conducción haya superado los problemas que generaron los políticos típicos, seguramente, éstos últimos van a querer volver, como han hecho en todos lados, para seguir gastando.
¡Pero no, señor, no!
- No hay que dejar volver al político típico que -salvo honrosas excepciones-
- solo en última instancia piensa en el bien común, gasta sin límites y deja al país endeudado
o exhausto hasta la locura.
- En el mundo y en nuestro país necesitamos un cambio de enfoque.
Un enfoque mucho más ético en política y que gobierne el mejor pero también el más honesto, el responsable por el largo plazo, que piense que el país no termina con él sino que sigue en los hijos y nietos.
No es muy difícil gobernar un país con estos principios que son una buena guía,

- siempre que uno sepa a dónde ir y cómo llegar.
De frases rimbombantes de políticos que cada día inauguran algo, que ya inauguraron varias veces, la gente está cansada.
Por ese camino,
- en el que llevamos décadas, vamos mal,

- vamos a la decadencia ya evidente.
Cuando Arturo Frondizi dio su discurso al inaugurar su mandato en 1958, habló mucho tiempo pero, con informes en la mano, incluyó datos precisos y ese discurso fue un verdadero programa de gobierno, que aún hoy se añora.
- Necesitamos volver a líderes que sepan adónde vamos, a dónde nos llevan.
Monti en Italia
formó gobierno con el objetivo de sacar al país de una crisis de deuda de 120% del PIB. La situación es muy grave.
No hay espacio para nombrar gente por compromisos pero con poca formación.
Lo mismo hizo Papademos en Grecia. Ahora se trata de salvar el futuro, pues los que estaban no han sabido qué hacer y debieron renunciar.
Como dijimos, también a Monti y Papademos los llaman " los tecnócratas" con una connotación algo negativa.
Esperemos que tengan mejores resultados que los políticos típicos, que han llevado a esos países a alternativas extremas, a sofocones inmanejables.
- Nosotros podemos mirar y aprender en salud de la experiencia europea,
- para no llegar al mismo exceso de gasto que en algún punto se torna inmanejable.
Orlando J. Ferreres - La Nación - Buenos Aires - 21-Nov-2011

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