sábado, 5 de noviembre de 2011

El laberinto de la Libertad

John Winthrop era un puritano inglés, alto, enérgico y lúgubre. Había nacido para gobernar: fue abogado y juez.
En 1629, invirtió parte de su fortuna en la Compañía de Massachussets y en el invierno de 1630 guió a los puritanos hasta Nueva Inglaterra; era la expedición más grande y mejor equipada que zarpó de las Islas Británicas.
Convencido de que la nueva empresa sólo podía triunfar si se basaba en la religión, la Colonia de la Bahía de Massachussets debía ser un estado teocrático, modelo para el mundo: "Seremos como una ciudad asentada sobre un monte: los ojos de todos los pueblos están sobre nosotros".
Desde 1631, Winthrop fue doce veces gobernador, cuatro veces fue destituido por sus excesos y otras tantas regresó; murió en el cargo en 1649.
Winthrop y los suyos -dice Paul Johnson- "asociaban la libertad con la devoción religiosa porque sin libertad de conciencia la devoción era inalcanzable. Pero,
- ¿Cómo definir la libertad?
- ¿Cuándo se convertía el ejercicio de la libertad en anarquía?" (…)
Todos los líderes de opinión de Nueva Inglaterra discutieron el tema.

Nathaniel Ward definió la posición dominante respecto a quienes tomaran el camino de la disidencia: "Gozarán la libertad de mantenerse apartados de nosotros, y si vinieran deberán marcharse lo antes posible, cuanto antes mejor."
Y esa fue la política adoptada, además de cortar narices, orejas y otras penas infamantes y no pocas ejecuciones.
Según el puritanismo la salvación eterna es sólo para algunos elegidos, de lo que Winthrop dedujo que

- la democracia era una herejía, puesto que los depravados no deben tener
ocasión de gobernar.
En noviembre de 1637 la Corte General presidida por Winthrop juzgó a

- Anne Hutchinson (1591-1643), piadosa esposa de un rico comerciante.
Fiel a los principios puritanos, esta mujer culta y carismática sostenía que

- "quien tiene la gracia de Dios en el corazón no puede perderse", pero dedujo que
- si la salvación era un bien arbitrario dado por Dios,
- la conducta de los individuos no era prueba de salvación.
Era una actitud francamente heterodoxa para una sociedad para la cual
- el éxito en este mundo era la prueba de haber recibido la gracia divina y
- pensamientos como el de Anne Hutchinson sólo podrían desembocar en
- la anarquía, la indolencia y la inmoralidad.
La suerte del juicio estaba echada de antemano. De nada servirían dos días de discusiones teológicas y su brillante defensa.

El tribunal la declaró culpable. Anne fue expulsada de Massachussets, junto con su familia y sus seguidores.
El grupo se organizó, firmó un pacto de alianza y se dirigió hacia la pequeña y vecina colonia de Rhode Island, atraídos por Roger Williams, otro puritano expulsado de la Colonia de la Bahía de Massachussets, dos años atrás, por sostener que
- los primeros cuatro mandamientos pertenecían al ámbito privado de la conciencia

de cada individuo y no debían ser objeto de leyes humanas.
Williams había declarado Rhode Island como

- una zona de libertad de culto abierta a perseguidos y disidentes.
Para llegar a su destino en la Isla Aquidneck, Anne Hutchinson, sus hijos y otros que le acompañaban, viajaron durante más de seis días a pie en la nieve de abril.
Tenía 46 años, había tenido quince hijos y estaba a término de un nuevo embarazo.
Llegaron en la segunda semana de abril y a principios de mayo Anne parió sólo una masa de tejidos que hoy se conoce como hidatiforme.
Enterado, Winthrop consignó en su diario aquel castigo divino, prueba de su infamia.
Los peregrinos fundaron Pocasset, que luego se llamaría Portsmouth y eligieron a William Coddington como gobernador.

Antes de un año le derrocaron, acusándole de autócrata y William Hutchinson, el esposo de Anne ocupó el cargo.
El nuevo gobierno
- impuso los juicios por jurado y
- declaró la separación entre Iglesia y Estado.
Coddington abandonó la colonia y fundó Newport, al otro extremo de la isla.

Un año más tarde, el 12 de marzo de 1640, hubo reconciliación, Coddington se convirtió en gobernador de toda la isla, y William Hutchinson su segundo,
- manteniendo los principios de libertad religiosa y separación entre Iglesia y Estado.
Pero Anne Hutchinson,

- convencida de la ilegalidad fundamental de todo gobierno,
- convenció a su esposo de renunciar al cargo.
Este murió en junio de 1641 y Anne emprendió un nuevo viaje, esta vez hacia Nieuw Amsterdam, la colonia holandesa fundada en 1625, que tres décadas más tarde se convertiría en New York.
Se estableció en Pelham Bay con siete de sus hijos, un yerno y varios sirvientes, un total de 16 personas.
La convivencia con las tribus indias era por entonces activa y pacífica, en toda la región.
Sin embargo con la llegada de un nuevo gobernador holandés se rompieron todos los códigos de convivencia.
Willem Kieft era una mala bestia que provocó una guerra de tres años en la que murieron más de mil indios y doscientos colonos; la familia Hutchinson entre ellos.
En agosto de 1643, Wampage, jefe de los Siwanoy llegó hasta Pelham Bay y advirtió a los vecinos que debían abandonar sus casas, puesto que las quemaría todas.

Se ignoran las razones, pero los Hutchinson se mantuvieron en el lugar y fueron asesinados, salvo una de las hijas, Sussane.
En Massachussets hubo regocijo por la tragedia. Varios pastores agradecieron a Dios públicamente y John Winthrop escribió en su diario: "El señor tiene compasión de sus pobres iglesias. (…) desenmascaró a esta gran impostora, (…) los fieles están liberados de sus falsificaciones..."
La posteridad vindicó a Anne Hutchinson.
- "Valerosa exponente de las libertades civiles y la tolerancia religiosa",
dice la inscripción al pie de una estatua erigida en su honor en Boston, en 1922.
Ya en 1850, el gran escritor Nathaniel Hawthorne, atormentado por la sombra de sus antepasados puritanos, se refería a ella como santa en el primer capítulo de "La letra escarlata" y no pocos críticos rastrean la inspiración de Anne en el personaje de la adúltera Hester Prynne, en su carácter y sufrimientos.
La rígida puritana que fue Anne Hutchinson, difícilmente se hubiese sentido representada en estas versiones.
Luciano Álvarez - El País - Montevideo - 5-Nov-2011

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