viernes, 25 de noviembre de 2011

La ducha de los Tres Chiflados

Faltan sólo quince días para que asuma la nueva administración.
Como suele ser habitual en las transiciones ordenadas, el gobierno saliente procura allanarle el camino al entrante.

Se suceden entonces intentos -bastante desprolijos- por
- controlar la salida de reservas,
- reordenar el sistema de subsidios económicos y
- dotar de algún grado de racionalidad a nuestra aerolínea de bandera.
- Ninguno de estos problemas es nuevo.
Tampoco hacía falta
- postergar tanto la atención de los mismos,
especialmente teniendo en cuenta que Cristina Fernández de Kirchner se sucederá a sí misma.
En la raíz de los inconvenientes acumulados yace un diagnóstico equivocado y facilista sobre
- la interrelación entre la política y la economía: que la primera
- puede doblegar siempre y en todo momento los principios fundamentales de la última.
En ese sentido, lo ocurrido se parece a la demora en implementar el tratamiento adecuado para determinada condición médica apelando a prácticas más voluntaristas, o la supresión de la manifestación del dolor de un niño por temor al reproche de sus padres:
- el paso del tiempo juega en contra y las medidas se tornan innecesariamente más drásticas.
Nuestra experiencia previa al estallido de la Convertibilidad y el estado actual del mundo, particularmente en el caso Europeo,
- son demostrativos de las graves situaciones que suelen generarse cuando
- el mercado desplaza o relega a la acción política.
Lamentablemente, Europa no parece ser plenamente consciente de
- el costo de ese proceso de subversión del orden natural en el que ahora está inmersa.
Apenas hubo triunfado en las urnas a mediados de este año Passos Coelho, actual premier de Portugal, anunció que su gobierno sería más severo en el ajuste fiscal de lo que proponía el propio FMI, ya que

- debía convencer a los mercados del compromiso de su país con la estabilidad.
Resulta extraño escuchar
de alguien recién elegido que
- es a las finanzas internacionales y no a sus ciudadanos
- a quienes debe rendir cuentas, pero
- ése es el tono del que parece ir pintándose el cuadro europeo:
- Grecia e Italia reemplazan a sus primeros ministros por tecnócratas;
- Rajoy intenta infructuosamente convencer a Rodrigo Rato (ex director gerente del FMI)
para que acepte transformarse en su Vicepresidente y súper-ministro;
- Merkel y Sarkozy impiden a su ex colega Papandreu un plebiscito para que sean los votantes
griegos quienes decidan si prefieran el camino del continuo recorte de gastos o la posibilidad de salir de la zona Euro.
Esa actitud
- servicial con los factores de poder y
- de delegar en gerentes de limitada comprensión la solución de problemas de índole

muy compleja
- está condenada al fracaso.
Resulta un verdadero reino del revés que los argentinos ya hemos padecido.
En el extremo opuesto, en nuestro país
- la política maniata cada vez más la actividad económica.
Ya ocurrió con
- las inversiones en materia de infraestructura de energía y transporte, luego con
- las restricciones a las importaciones de cualquier índole, y ahora
- el cepo se ha profundizado sobre los flujos de financiamiento.
Hoy coexisten una generalizada imposibilidad de
- acceder al mercado cambiario,
- salida de depósitos,
- suba de las tasas de interés y
- acortamiento del plazo de los créditos.

Paradójicamente,
- el resultado a ambos lados del Atlántico resulta similar:
- una creciente asfixia del sector privado productivo, ya sea por
- ajuste fiscal o
- intervenciones disparatadas.
En el primer caso
- se le saca el combustible al motor de la producción;
en el otro
- espesamos tanto el lubricante que se empantana el funcionamiento de sus engranajes.
Para colmo, ante cada distorsión
- el sector financiero encuentra oportunidades para explotar en el corto plazo.

Es que, en el matrimonio entre la política y la economía,
- si una engaña a la otra
- los que salen ganando son los abogados,
- que lucran siempre y en cualquier circunstancia.
Creer que
- se puede prescindir de la política es tan ingenuo y pernicioso como
pensar que
- es posible suspender la aplicación de ciertas lógicas económicas básicas.
Quizás tenga razón un amigo
economista y sociólogo que
- agradece porque hay economistas K pero no físicos K.
En física
, la termodinámica enseña que la presión de un fluido que circula por un conducto depende de la velocidad, la densidad y la temperatura. Si el continente no es del material correcto o sus juntas no están bien selladas se producirán pérdidas.
Ir solucionando sucesivamente cada una de ellas sin tener una visión general sólo torna más complejo el sistema y más asiduas sus fallas.
No hace falta ir a la Facultad de Ciencias Exactas para aprender esto.
Basta mirar a los Tres Chiflados cuando, pretendiendo ser plomeros y para arreglar una simple ducha, van creando un laberinto de caños dentro del cual quedan finalmente encerrados y empapados
Martín Lousteau - La Nación - Buenos Aires - 25-Nov-2011

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